← | nódulo 2002 • capítulo 8 • páginas 295-300 | → |
La guerra de propaganda
CEPAD realizó otro servicio para la revolución en los Estados Unidos. Invocando a la Biblia, denunció la ayuda del gobierno norteamericano para los contras y, en dos años, llevó a ochenta y cinco delegaciones extranjeras a Nicaragua.{98} Movilizó a tanta opinión antiintervencionista entre las iglesias norteamericanas que se convirtió en el blanco de un organismo político influyente en Washington, el Instituto sobre Religión y Democracia (IRD).
El IRD apareció al inicio del gobierno Ronald Reagan (1981) y estaba dirigido por disidentes conservadores de las denominaciones históricas. Estos teólogos y académicos afirmaban que deseaban rededicar sus iglesias a los valores democráticos. En la práctica, aquello significaba [296] atacar a los personeros de las iglesias históricas por su oposición a la intervención militar estadounidense en América Central. En el caso de Nicaragua, el IRD acusó a los grupos eclesiásticos pro-sandinistas de ser frentes políticos y realizó una campaña contra su financiamiento norteamericano.{99}
Por supuesto, el mismo IRD también podía ser entendido como un frente para el movimiento neoconservador y el gobierno reaganista.{100} Más de la mitad de su presupuesto inicial provenía de una fundación presidida por Richard Mellon Scaife, un financiero millonario de la Nueva Derecha.{101} El IRD rara vez criticaba a los contras, y sus ataques a los cristianos pro-sandinistas eran rápidamente diseminados por la Casa Blanca. Cuando el congreso norteamericano se rehusó a aprobar la ayuda para los contras en abril de 1985, una de las lumbreras del IRD, Michael Novak, prestó su nombre para un nuevo Fondo para la Libertad Nicaragüense, con el fin de solicitar fondos para ellos.{102}
Tal vez inadvertidamente, el IRD provocó una reacción contra su aliado, el Consejo Nacional de Pastores Evangélicos de Nicaragua (CNPEN). Lo hizo al acusar a CEPAD de utilizar sus fondos para comprar once jeeps para la policía sandinista, y que las iglesias norteamericanas debían enviar su dinero al más merecedor consejo de pastores.{103} Para el CNPEN, esto significaba el respaldo de un organismo de Washington considerado por los sandinistas como un frente de la CIA, lo cual les trajo grandes problemas. Después de largas reuniones con CEPAD y con la Comandante Dora María Téllez, los líderes del CNPEN negaron todo conocimiento de los once jeeps.{104}
¿Fue verdadera la acusación? La fuente del IRD era un representante de Puertas Abiertas con el Hermano Andrés. Una fuente popular de información en la prensa evangélica, el Servicio Informativo de Puertas Abiertas estaba fuertemente influenciado por la mística de la principal actividad de su organización matriz, el contrabando de Biblias hacia países comunistas. Tan grande era tal mística que, aún en Nicaragua, en donde las Biblias se vendían en los supermercados, sus corresponsales operaban con sobrenombres, recogían rumores y, sin verificarlos, corrían a imprimirlos con acusaciones sensacionalistas. En las noticias de Puertas Abiertas nunca figuraban los abusos de los contras, el apoyo que [297] recibían de los Estados Unidos, o cómo éste provocaba a la represión sandinista. Siempre figuraban en sus historias las brutales violaciones de derechos humanos de los sandinistas.
En este caso, la fuente de Puertas Abiertas estaba compuesta por «varios pastores» en el departamento de Matagalpa. Nadie con quien hablé en Nicaragua en el transcurso de un mes –incluyendo a media docena de pastores en Matagalpa– admitiría haber escuchado la acusación antes de que apareciera en los periódicos. Incluso aquellos que decían creer en la acusación, no podían dar detalles. Se debe señalar que la oficina de CEPAD en Matagalpa se enorgullecía de tener un total de dos jeeps y tres motocicletas: el hombre encargado me dijo que había cambiado un camión por un jeep para que éste no se llenara con soldados sandinistas recogidos en el camino y se convirtiera en blanco para emboscadas.{105} Es cierto, en una emergencia como la evacuación de heridos, CEPAD (como cualquier otro) podía ser requerido para prestar vehículos al gobierno. De acuerdo a un funcionario de CEPAD, tres vehículos, en diferentes ocasiones, habían sido recuperados únicamente después de gran demora.{106}
A juzgar por lo que me dijeron los evangélicos anti-sandinistas en Managua, muchas acusaciones de persecución religiosa de fuera del país eran absurdas. Por ejemplo, de acuerdo a una publicación mensual redactada por Juan Isáis, el director de la Misión Latinoamericana en México:
–los tesoreros de las iglesias eran nombrados por el Ministerio del Interior;
–la obtención de una nueva Biblia requería que se completara un cuestionario de sesenta y dos puntos del Ministerio del Interior, cuya respuesta era generalmente no;
–los creyentes eran condenados a treinta años de prisión por pintar consignas en las paredes;
–los sandinistas habían obligado al superintendente de las Asambleas de Dios a marchar por las calles de León en ropa interior.{107} [298]
Cada acusación era falsa, de acuerdo a los líderes evangélicos conservadores de Managua. También dudaban sobre otra historia que, a juzgar por la propaganda antisandinista en los Estados Unidos, parecía estar en los labios de todo refugiado nicaragüense que cruzaba la frontera hacia Costa Rica u Honduras. Se decía que los profesores sandinistas mandaban a los niños que escondieran sus caras en sus manos y pidieran caramelos a Dios. Cuando abrían sus ojos, no había ningún caramelo. Luego, los profesores les pedían rezar a Marx o Lenín o Fidel pidiendo caramelos. Cuando abrían sus ojos, ¡he ahí! un dulce estaba en el escritorio frente a ellos. De acuerdo a un veterano de muchos enfrentamientos con los sandinistas, éstos eran demasiado sutiles como para emplear esta clase de táctica.{108}
El gobierno de Reagan apoyaba cualquier acusación contra los sandinistas, sin importar cuán inverosímil fuera. Para reclutar a los evangélicos norteamericanos en su guerra, la Casa Blanca realizó numerosas reuniones oficiales con ellos, para tratar el tema de la persecución religiosa sandinista. Las Misiones Trans Mundiales proporcionan una indicación de lo que se decía a los líderes evangélicos. Una operación mínima a pesar del nombre, Trans Mundial descendía de la organización «Correo Aéreo de Dios», la cual evangelizaba a los poblados mexicanos, bombardeándolos con panfletos desde avionetas, hasta que dos pilotos fueron derribados.{109} Ahora obtenía dinero a través de una transmisión de radio desde Glendale, California. Frustrado por la pobre respuesta a las peticiones de ayuda a los huérfanos, el presidente de Trans Mundial, John Olson, adoptó la línea reaganista para su programa misionero.
«La otra noche soñé que veía a un escuadrón de 220, tal vez 300 aviones de combate americanos volando sobre Nicaragua», citaba Olson a un cristiano nicaragüense. «Los escuché venir y salí de mi casa corriendo y gritando ¡BIENVENIDOS! ¡BIENVENIDOS!, porque pensé que venían a liberarnos.»{110} Olson también exploraba tópicos como el grado al cual el pueblo nicaragüense resistiría a invasores norteamericanos.{111} Con orgullo, informó asistir a una reunión con el Teniente Coronel Oliver North, el coordinador secreto de la guerra contra, después de que el congreso votó por suprimir el financiamiento.{112} [299]
Lo que Trans Mundial describía como una feroz persecución religiosa fue negado por uno de los líderes de su pequeña iglesia de jóvenes en Managua. «No tenemos tantos problemas con el gobierno», declaró el co-pastor. «Tenemos libertad para predicar aunque en esta misma cuadra viven sandinistas.» Se refería a una disputa con el Comité de Defensa Sandinista local, el cual decidió que el evangelismo del grupo en un parque cercano competía con sus propias actividades, por lo cual los evangélicos se retiraron. El fundador de la iglesia había abandonado el país para salvar a su hijo del Servicio Militar, después de que sus creencias políticas le ocasionaron problemas con los sandinistas. Los jóvenes evangélicos que dejaba detrás no confiaban en los «luchadores para la libertad». «Lo que los contras hacen en el nombre de Cristo me causa risa», me dijo el co-pastor. «Es terrorismo lo que hacen. No hay nada bueno en ello.» Recientemente, los contras habían asesinado a uno de sus amigos.{113}
Entre la derecha religiosa, Pat Robertson fue el responsable de los llamados más influyentes para los contras. Amplificado por su Cadena Cristiana de Difusión (CBN), Robertson servía como animador cristiano dondequiera que los movimientos apoyados por la CIA combatían a los marxistas. Las causas exaltadas en su programa incluían la guerrilla de Jonás Savimbi contra el gobierno marxista de Angola, la facción Son Sann en Cambodia, los rebeldes afganos, la milicia cristiana del Mayor Saad Haddad en el Líbano, y Ríos Montt en Guatemala.
Para los contras, la cobertura de Robertson estaba planificada para coincidir con los paquetes de ayuda del gobierno de Reagan, para cuyo trámite solicitaba a sus televidentes que presionaran a sus congresistas. El tono de los informes de CBN pueden ser juzgados a partir de su serie «Dentro de Nicaragua», en julio de 1984. «El ataque a la Iglesia Católica es moderado», declaró el corresponsal de CBN John Hasbrouck, «al compararlo con los asaltos viciosos y a menudo mortales que los sandinistas han realizado sobre los evangélicos de Nicaragua.» Hasbrouck dijo a los televidentes norteamericanos que los luchadores cristianos para la libertad habían sido llevados a tomar las armas por la persecución religiosa, la tortura y las ejecuciones masivas. «Podemos hacer todas las cosas por el poder de Dios», declaró un joven miskito con un arma en la mano. «Todos nosotros jóvenes involucrados en esta lucha [300] tenemos nuestras armas en nuestra mano derecha y nuestra Biblia en la izquierda.»{***} «La verdadera solución para los problemas de Nicaragua pueden estar en la fe del pueblo», concluyó Hasbrouck. La última escena fue la de una ferviente reunión evangélica, lo cual daba la impresión de que los sandinistas serían derrocados por evangélicos empuñando armas AK-47.
Notas
{***} En la época en que este programa salió al aire, un comandante miskito aliado con el FDN afirmó que sus hombres rutinariamente ejecutaban a los prisioneros después de torturarlos para obtener información. «Me encanta matar», le dijo otro comandante miskito a un socio de Jack Anderson. «No hay nada que me guste más. Si pudiera, mataría a varias personas cada día.» (Jack Anderson, Washington Post, 30 de septiembre de 1984, pág. D4.)
{98} Philip Beisswenger, «A Christian Presence», The Other Side, abril-mayo de 1985, págs. 17-19.
{99} Institute on Religion and Democracy 1983 y 1984b.
{100} Steve Askins, «Institute Says It Reveals Threat...», National Catholic Reporter, 4 de febrero de 1983, págs. 1, 7, 18-19. Hitchens 1986.
{101} Askin, «Institute Says It Reveals Threat....» Karen Rothmeyer, «Citizen Scaife», Columbia Journalism Review, julio-agosto de 1981, págs. 41-50.
{102} «Novak, Simon Head New Contra Fund», National Catholic Register, 26 de mayo de 1985.
{103} Institute on Religion and Democracy 1985.
{104} «¡Protestan calumnias a CEPAD!», El Nuevo Diario, 19 de marzo de 1985. «La respuesta de CEPAD», La Prensa, 11 de abril de 1985. «NCC Official Urges Nicaraguans to Repudiate IRD Report», Religion and Democracy, mayo-junio de 1985, págs. 1-2. Entrevistas del autor, Managua, julio y agosto de 1985.
{105} Entrevista del autor a Pedro Antonio Aguirre, CEPAD, Matagalpa, 14 de agosto de 1985.
{106} Entrevista del autor, CEPAD, Managua, agosto de 1985.
{107} Noticiero Milamex (CLAME, Ciudad de México), 31 de agosto de 1984.
{108} Entrevista del autor, Managua, agosto de 1985.
{109} Hefleys 1981:528-530.
{110} Circular para obtener fondos, Trans World Missions (Glendale, California), mayo de 1985.
{111} John G. Olson, transcripción de una conversación telefónica con el Hermano Bob, Misiones Trans Mundiales, mayo de 1986.
{112} Circular para obtener fondos, Trans World Missions, mayo de 1985.
{113} Entrevista del autor, Managua, 1º de agosto de 1985.
← | David Stoll • ¿América Latina se vuelve protestante? | → |
© 1990-2002 David Stoll • © 2002 nodulo.org