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La toma de los templos
Entre los miskitos que dejaron el país se encontraban dos docenas de pastores moravos. En Honduras, estos hombres utilizaron su autoridad espiritual y experiencia administrativa para ayudar a que Steadman Fagoth dirigiera una insurrección armada. Debido a que la mayor parte de sandinistas pertenecía a otra región, cultura y religión, esta clase de provocación facilitó estereotipar a los evangélicos como traidores a la patria. En marzo de 1982, el periódico del FSLN, Barricada, denunció la «invasión de las sectas».{44} {**} En ese mismo mes comenzó la guerra en el norte, cuando la FDN voló dos puentes importantes y los sandinistas declararon su primer estado de emergencia.
En Chinandega, los catequistas católicos afirmaban que los familiares de los ex-guardias nacionales pretendían ser pastores evangélicos para debilitar la resistencia a las invasiones contra-revolucionarias. Según se decía, estos lobos vestidos de ovejas pedían a la gente que no se uniera a la milicia sandinista; luego, los ex-guardias llegaban para torturar y matar.{45} Algunas veces, se decía, tanto los sermones como los ataques eran dirigidos por los mismos hombres. «Una enorme cantidad de ex-guardias nacionales son ahora pastores evangélicos», declaró el Comandante Luis Carrión sin ofrecer pruebas. Acusó a las sectas religiosas de antipatía popular hacia la revolución.{46} Tomás Borge denunció a los Testigos de Jehová, a los Mormones y Adventistas de Séptimo Día de recibir fondos de la CIA.{47}
A medida que aumentaba la retórica sandinista, las turbas vandalizaban templos y amenazaban a sus miembros. Pocos días después de que Borge denunció que «noventa y nueve sectas» habían invadido el país, los Comités de Defensa Sandinista de un barrio de Managua ocuparon tres templos pertenecientes a los Testigos de Jehová, a la Iglesia de Dios y a las Asambleas de Dios. De acuerdo a Barricada, un pastor de las Asambleas había cometido el error de decir al jefe local del CDS que tomara una queja contra un ruidoso culto al demonio.{48} Nerviosamente, [281] el Comité Evangélico Pro-Ayuda al Desarrollo (CEPAD), trató de explicar a los comandantes la diferencia entre sus denominaciones y «las sectas». Los persuadió para que devolviesen los templos de las Asambleas de Dios y de la Iglesia de Dios.{49} Desafortunadamente, entre los adventistas, un ayudante mentalmente desequilibrado escogió este momento para dinamitar una torre de energía, lo que proporcionó a los periódicos lo que parecía ser un claro caso de sabotaje contrarrevolucionario.{50}
Cuando el 9 de agosto los Comités de Defensa Sandinista se tomaron más de veinte templos adventistas, mormones, y de los Testigos de Jehová, los sandinistas afirmaron que nadie dentro de su jerarquía era responsable. Decían, más bien, que las masas populares estaban reaccionando contra el retraso teológico de los grupos en cuestión.{51} Pero la verdad parece haber sido otra. Vecinos y jefes barriales de CDS, algunos de ellos avergonzados por los asimientos, dijeron a los evangélicos que la orden había llegado desde arriba, aparentemente de la comandante de CDS Leticia Herrera, quien trabajaba junto a uno de los mejores edificios tomados.{52}
Según un misionero bautista que participó en los diálogos resultantes organizados por CEPAD, los sandinistas necesitaban orientación sobre la comunidad evangélica. Era muy difícil para ellos distinguir entre las organizaciones evangélicas hostiles a la revolución y aquellas que no lo eran.{53} Mientras los comandantes y los eclesiásticos trataban de establecer una distinción mutuamente aceptable entre la actividad contra-revolucionaria y la propagación del evangelio, el presidente de la junta, Daniel Ortega, admitió que la toma de las iglesias no había sido una actitud revolucionaria correcta.{54} El Comandante Bayardo Arce exhortó a los coordinadores de CDS a refrenarse de perseguir, imponer tareas voluntarias, tomar la propiedad, o negar los cupones de racionamiento de azúcar a los ciudadanos que profesaban ideologías no revolucionarias.{55}
Las propiedades adventistas –nueve iglesias y un edificio de oficinas– fueron devueltas, salvo su archivo y una caja fuerte que contenía varios miles de dólares. Tres de las seis iglesias mormonas tomadas fueron devueltas ese mismo año, además de una cuarta mucho después. En 1985, dos iglesias mormonas y tres lotes todavía estaban en [282] manos de los sandinistas. «Prácticamente somos la única iglesia que no se ha resistido a la conscripción militar», me dijo un oficial mormón, mostrando cierta confusión. Una razón por la que la iglesia no pudo recuperar toda su propiedad podría haber sido que se había negado a negociar a través de CEPAD, basándose en el principio mormón de no colaborar con otras organizaciones religiosas.
Los Testigos de Jehová fueron los más grandes perdedores: aparentemente, no se les devolvió ninguno de sus templos. En 1985, un miembro recordaba la ubicación de diecisiete salones del reino que habían sido clausurados o tomados por las turbas. Yo encontré otras cuatro ubicaciones listadas en los informes de prensa. De acuerdo a una pareja que me enseñó el título de propiedad de la humilde construcción que había sido su salón del reino, las autoridades barriales les habían informado que no se les devolvería porque la toma había sido un acto político, no religioso o legal. Un abogado les costaría demasiado, me dijo la pareja. Además, estaba contra sus principios el presentar litigios. Aún en donde los Testigos tenían en sus manos los salones del reino, generalmente se confinaban a reuniones pequeñas en sus casas.{56}
Notas
{**} Debido a que los estudios de CEPAD muestran un incremento de únicamente diez grupos para el período de 1978-1981, la mitad de ellos divisiones de grupos existentes, tal vez Barricada estaba malinterpretando el aumento de evangelismo de las iglesias establecidas.
{44} Alberto Reyes, «La invasión de las sectas», Barricada, 3 a 5 de marzo de 1982.
{45} Barricada, 11 y 12 de agosto de 1982.
{46} Xavier Reyes, «Las sectas y la contra», Barricada, 16 de julio de 1982.
{47} «Persecution of Protestant Groups», White House Digest (White House Office of Media Relations and Planning), 29 de febrero de 1984, págs. 10-11.
{48} «Cmdte. Borge destapa: 99 sectas operan», Barricada, 16 de julio de 1982. «Ocupan Tres Reductos de Sectas en Ciudad Sandino», Barricada, 22 de julio de 1982.
{49} «Entregan a CEPAD templos evangélicos», Barricada, 24 de julio de 1982.
{50} «Investigan a fondo atentado frustrado de 'pastor' contra», Barricada, 24 de julio de 1982. «Presentan a 'pastor' metido a terrorista», El Nuevo Diario, 4 de agosto de 1982.
{51} «Protesta popular contra las sectas», Barricada, 11 de agosto de 1982. «Evangélicos en diálogo con el Gobierno», La Prensa, 16 de agosto de 1982. «Grabación prueba que es verdad lo que dijo La Prensa», La Prensa, 20 de agosto de 1982.
{52} Entrevistas del autor, Managua, julio y agosto de 1985.
{53} Entrevista del autor a Sheila Heneise, Managua, 29 de julio de 1985.
{54} «Pastores evangélicos dialogan con Gobierno», Amanecer, octubre de 1982, pág. 6.
{55} 7 de octubre de 1982, comunicado del Coordinador de la Comisión Política de la Dirección Nacional FSLN a los coordinadores del CDS, con membrete de Bayardo Arce Castaño.
{56} Entrevistas del autor, Managua, julio y agosto de 1985.
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