Separata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
publicada por Nódulo Materialista • nodulo.org
El Catoblepas • número 140 • octubre 2013 • página 8
La editorial Gota a Gota ha lanzado recientemente al mercado la colección «Biografías Políticas», creada con el propósito de dar a conocer al público no necesariamente especializado la vida, el pensamiento y la acción de gobierno de relevantes dirigentes políticos de la historia contemporánea española, pertenecientes a la tradición liberal-conservadora. En los tres títulos hasta hoy publicados se glosa, respectivamente, las figuras de Antonio Cánovas, Antonio Maura y Francisco Silvela.
Sostiene un veterano tópico que la Historia la escriben los vencedores, queriendo señalar con ello más que a personas determinadas a aquellas lecturas y lecciones de lo acontecido que han ganado la plaza, habitualmente de modo violento (guerra, revolución, golpe de Estado), desde la que se publicita la «Historia oficial», la que se dice y cuenta, la que se da a conocer y se hace crónica. Juzgo, por el contrario, más certero afirmar que la Historia la escriben quienes ansían ganarla algún día, allí donde, después de todo, los hechos perduran, esto es, en la memoria colectiva grababa en letras capitulares, las que dan entrada a los capítulos de los libros, pero también ante las que acaba uno entregándose. Lo cual no quiere decir que siempre se escriba la Historia para pasar página.
En el ámbito académico y científico, la importancia de los grandes hombres y nombres de la política en nuestra historia reciente ha sido, por lo general, reconocida y ponderada sin distinción de corrientes ideológicas ni banderías. Una circunstancia bastante distinta ocurre, sin embargo, en el campo de la divulgación, donde en esta «España sin pulso» (Francisco Silvela) sí encontramos notables desequilibrios no ajenos a determinados favoritismos, renuencias y renuncios. Y es, justamente, en ese nivel del dominio público de la información donde se decide a fin de cuentas quién vence y convence en el terreno de las vigencias (José Ortega y Gasset).
De ahí la necesidad y el valor de la iniciativa editorial referida. El volumen consagrado a Antonio Maura, escrito por José María Marco –autor de una apreciable obra investigadora y pulcro analista de la historia contemporánea–, se propone acaso el objetivo más difícil en este género de trabajos: resumir en menos de doscientas páginas, de modo riguroso pero también ágil y sin rodeos, no sólo la semblanza personal y pública de personaje tan eminente, sino también las claves principales que han marcado la historia española en las últimas dos centurias, sin las cuales poco podemos comprender acerca de nuestro presente. El resultado no puede ser más satisfactorio.
Establece un célebre aserto de Cánovas del Castillo que la política es el arte de lo posible. De ser así, el mayor logro que puede obtenerse de su ejercicio es la posibilidad misma de la política. Y he aquí el fenomenal esfuerzo llevado a cabo por Antonio Maura con vistas a entender el Parlamento y la ciudadanía como los pilares fundamentales de la vida pública española, a fin de que los problemas en ella existentes no fuesen (no sean) resueltos por las bravas ni por medio de sucedáneos de la pura política: regeneracionismos caudillistas, caciquismos y sectarismos, acción directa y estallidos revolucionarios, aventurerismos secesionistas y desintegradores de la Nación.
Según el diagnóstico del libro, el éxito de tamaña empresa –«la política reformista que preconizaba la democratización sin rupturas del régimen constitucional» (pág. 173)– debe medirse hoy, más allá de los resultados, mediatos e inmediatos, conseguidos, por el valor ejemplar del legado maurista. Lo indudable, en cualquier caso, es que a la política auspiciada por Maura no se le dejó mucho margen de maniobra ni apenas posibilidad de realización. Una tarea diríase todavía por completar en nuestros días.