Separata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
publicada por Nódulo Materialista • nodulo.org
El Catoblepas • número 48 • febrero 2006 • página 20
El 17 de septiembre de 2005 el escritor Kaare Bluitgen se quejó, en el periódico danés Politiken, de lo difícil que le resultaba encontrar quien quisiera ilustrar un libro infantil suyo dedicado a narrar la vida de Mahoma. El 30 de septiembre, como respuesta a tal queja, el diario Jyllands-Posten, de gran difusión en Dinamarca, publicaba esta serie de doce dibujos de ambiente mahometano. Dos semanas después embajadores de diez estados musulmanes y el representante de la autoridad palestina pedían reunirse con el primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, para trasladarle su indignada protesta por la grave ofensa al Islam que, según ellos, se había producido en Dinamarca al permitirse la publicación de estos dibujos... Tres meses después, en enero de 2006, una vez que los ortodoxos mahometanos iconoclastas hubieron caldeado el ambiente, en plena yihad reconquistadora, saltó la chispa al decretarse el boicot a los productos de Dinamarca y de Noruega (el 10 de enero de 2006 los dibujos habían sido reproducidos por el periódico noruego Magazinet). «En defensa de la libertad de prensa» reprodujeron el 1º de febrero estos dibujos France Soir –al día siguiente la empresa decidió despedir al director de ese periódico– y Die Welt. El 4 de febrero fueron incendidadas las embajadas de Dinamarca y Noruega en Damasco por centenares de enfervorecidos sarracenos sirios. Al día siguiente miles de mahometanos libaneses incendian el consulado danés en Beirut... el día 6 de febrero mueren seis manifestantes en Afganistán, Líbano y Somalia, al repeler las autoridades sus ataques a representaciones de países cristianos. Cuatro afganos fanatizados murieron tiroteados el 8 de febrero por las fuerzas represoras de las violentas protestas contra bases militares y embajadas europeas: en los enfrentamientos intervienen activamente las tropas españolas asentadas en Afganistán en «misión de paz» (el día anterior habían sido quemadas en Irak varias banderas, entre ellas la de España)...
Hemos decidido reproducir en El Catoblepas los doce dibujos publicados por el periódico danés Jyllands-Posten el 30 de septiembre de 2005, no tanto para reivindicar supuestas libertades de expresión que estuvieran puestas en entredicho por el iconoclasmo islámico, ni porque tales dibujos tengan en sí mismos demasiado interés, cuanto para mostrar nuestra falta de respeto (es decir, de miedo) ante arcaicas supersticiones religiosas que se quieren imponer en naciones políticas formadas tras la Revolución Francesa, precisamente al deshacerse el Antiguo Régimen, por quienes pretenden extender su medieval teocracia mediante la guerra santa, yihad de la que son cómplices tantos bobos.
Acompañamos estas viñetas con textos tomados de los Principios políticos, filosóficos, sociales y religiosos del Ayatollah Jomeini (según la edición de Icaria, Barcelona 1981, 124 páginas, en traducción del francés de María Rodríguez Bayraguet y Karmele Marchante).
«El gobierno islámico está sometido a la ley del Islam que no emana ni del pueblo ni de sus representantes, sino directamente de Dios y su voluntad divina. La ley coránica, que no es otra que la ley divina, constituye la entidad de todo gobierno islámico y reina enteramente sobre todas las personas que están bajo ella. El Profeta, los califas y las gentes del pueblo deben obediencia absoluta a estas leyes eternas del Todopoderoso trans-mitidas a los mortales a través del Corán y del Profeta y que permanecerán inmutables hasta el fin de los tiempos.» (pág. 16.)
«La guerra santa significa la conquista de los territorios no musulmanes. Podrá ser declarada por el Imán, después de la formación de un gobierno islámico digno de este nombre. Es deber de todo hombre mayor de edad y útil acudir voluntario a esta guerra de conquista en la que la meta final no es otra que la de extender la ley coránica de un extremo al otro de la Tierra. El mundo entero debe saber que la supremacía universal del Islam difiere considerablemente del sistema de poder que motiva a otros conquistadores. Es necesario pues que el gobierno islámico se cree bajo la autoridad del Imán a fin de que sea posible emprender esta conquista que se distinguirá de otras injustas y tiránicas guerras de conquista que hacen abstracción de los principios morales y civilizadores del Islam.» (págs. 17-18)
«Europa (Occidente) no es más que un conjunto de dictaduras cargadas de injusticias, la humanidad entera debe acabar contundentemente con ellas si quiere vivir en paz. Si la civilización islámica hubiese presidido las leyes de Occidente no hubiéramos presenciado algunas contiendas salvajes indignas de animales feroces.
Todas las injusticias y las inmoralidades devastadoras serían erradicadas sólo que durante un año se pudiesen aplicar las leyes punitivas del Islam. Las faltas deben ser castigadas por la ley del talión: cortar la mano del ladrón, matar al asesino en lugar de encerrarlo en prisión, flagelar a la mujer o al hombre adúltero. Vuestros miramientos, vuestros escrúpulos 'humanitarios' son más infantiles que razonables. Para la ley coránica cualquier juez estará habilitado para impartir la justicia en todos los casos si reúne estas siete condiciones: ser núbil, creyente, conocer perfectamente las leyes coránicas, ser justo, no estar afectado por la amnesia y no ser bastardo o de sexo femenino. Un juez coránico podrá en un sólo día juzgar y reglamentar veinte procesos diferentes, mientras que la justicia occidental tarda años y años en solucionar los suyos.» (págs. 18-19)
«Según las leyes occidentales, flagelar a un culpable, dar ochenta latigazos a un borracho o cien a un adúltero o adúltera, lapidar a la mujer casada infiel, equivale a cometer actos bárbaros. Sin embargo, de acuerdo con el punto de vista occidental, condenar a muerte a un traficante de heroína, es sólo aplicar la justicia.» (pág. 21)
«La fe y la justicia islámicas exigen la erradicación en el mundo musulmán de los gobiernos antiislámicos o de aquellos que no se adapten enteramente a las leyes islámicas. La instauración de un orden político laico debe ser considerado como un escollo a la progresión del orden islámico. Todo poder laico, sin importar la forma como se manifieste, es forzosamente un poder ateo, obra de Satanás. Nuestro deber consiste en luchar contra él y sus efectos. El poder 'satánico' no puede engendrar más que la 'corrupción sobre la tierra', mal supremo que debe ser implacablemente combatido y erradicado. Para ello no hay otra solución que derrocar todos los gobiernos cuyas bases no se asienten en los más puros principios islámicos y que por lo tanto son corrompidos y corruptores. Desmantelar los sistemas administrativos traidores, corrompidos, tiránicos e injustos y a sus servidores. Es deber de todo musulmán, tanto en Irán, como en el resto de los países musulmanes del mundo, colaborar para el triunfo y la victorial final de la Revolución Política Islámica.» (págs. 21-22)
«La patria islámica, una e indivisible, ha sido parcelada por las embestidas imperialistas y sus dirigentes despóticos y ambiciosos. El pueblo musulmán, uno e indivisible, ha sido históricamente troceado en una diversidad de países. Cuando el Imperio otomano luchó para hacer realidad la unidad islámica fue sistemáticamente combatido por el frente unido de los imperialistas rusos, ingleses, austríacos y otros, quienes finalmente se lo repartieron. Para asegurar la unidad del 'pueblo musulmán', para liberar la 'patria islámica' de la dominación o de la influencia de los imperialistas, no existe más solución que la de formar un verdadero gobierno islámico. Iniciar la lucha necesaria para derrocar al resto de los gobiernos tiránicos pseudo-musulmanes, títeres extranjeros, y una vez alcanzada esta meta, instalar 'El' gobierno islámico universal.» (pág. 22)
«Dadas las actuales circunstancias en que los imperialistas, los gobernantes traidores y tiránicos, los judíos, los cristianos y los materialistas se han unido para deformar las verdades del Islam y engañar a los pueblos musulmanes, tenemos más que nunca el deber y la responsabilidad de llevar a cabo una propaganda activa y de reinstaurar las instituciones válidas. Hoy en día podemos constatar que los judíos –¡Dios los castigue!– han manipulado las ediciones del Corán publicadas en sus zonas de ocupación. Debemos protestar enérgicamente para que el mundo entero sepa que los judíos y quienes los sostienen tienen como objetivo la destrucción del Islam y el establecimiento de un gobierno universal judío. Y dado que se trata de un pueblo astuto y activo temo –¡que Dios nos guarde por siempre!– que tarde o temprano no llegasen a alcanzar esta meta y que por la debilidad de algunos de nosotros no nos encontrásemos con un gobernante judío –¡del que Dios nos guarde–.» (pág. 24)
«El clero sólo ejercerá funciones religiosas que sirvan al monoteísmo, la virtud, la enseñanza de las leyes divinas y la elevación de la moral pública. El ejército a su vez dependerá del clero para ser eficaz y útil. Nosotros (el clero) afirmamos rotundamente que el vergonzoso comportamiento de rechazar el velo está contra la ley de Dios y del profeta y es un atentado material y moral contra el país entero. Afirmamos que el ridículo uso del 'sombrero' occidental es una vergüenza para los musulmanes que impide nuestra independencia y es contraria a la voluntad de Dios. Afirmamos que las escuelas mixtas son un obstáculo a una vida sana, que comportan un atentado material y moral al país y que son contrarias a la voluntad divina. Afirmamos que la música engendra la inmoralidad, la lujuria, la desvergüenza y ahoga el valor, la bravura y el espíritu caballeresco; está prohibida por las leyes coránicas y no se debe enseñar en las escuelas. La 'Radio de Teherán' al difundir música occidental, oriental e iraní juega un nefasto papel fomentando la inmoralidad y la desvergüenza en las familias respetables.» (págs. 31-32)
«5. Las mujeres de la familia del Profeta del Islam son menopáusicas al llegar a los sesenta. El resto lo son a los cincuenta cumplidos.
6. La sangre que fluye de la vagina de una niña menor de nueve años y de una mujer mayor de sesenta no podrá ser considerada como menstrual.
10. Si la mujer ve brotar la sangre de su vagina durante más de tres días y menos de diez y duda sobre si es sangre menstrual o de hemorragia, deberá, si le es posible, introducir un algodón dentro de la vagina y sacarlo. Si la sangre brota del lado izquierdo, es menstrual, si brota del lado derecho, es una hemorragia.» (pág. 85)
«13. Durante las menstruaciones de la mujer será mejor que el hombre evite el coito, incluso en el caso de no penetrarla completamente –es decir hasta el anillo de la circuncisión–, ni siquiera en el caso de no eyaculación. Igualmente está desaconsejado sodomizarla.
14. Si se divide el número de días de menstruación de la mujer por tres, el marido que hace el coito durante los dos primeros días debe pagar el equivalente de dieciocho 'nokhod' (3 g.) de oro a los pobres; si lo hace durante el tercero y cuarto días, el equivalente de nueve 'nokhod'; y si lo hace los dos últimos días el equivalente de cuatro y medio 'nokhod'.
15. Sodomizar a una mujer menstruante no comporta pago alguno.» (págs. 86-87)
«1. Hay once cosas impuras: la orina, los excrementos, el esperma, los huesos, la sangre, el perro, el cerdo, el hombre y la mujer no musulmanes, el vino, la cerveza y el sudor del camello que come basuras.
2. También son impuras la orina y los excrementos del hombre y de todo animal cuya sangre brota cuando se le abren las venas y arterias. Sin embargo, serán puras las cagadas de insectos como la mosca o el mosquito cuya sangre no brota.
3. La orina y excrementos de todo animal que se alimente de basuras, serán impuras. También lo serán las de todo animal que haya sido poseído sexualmente por un hombre. Asimismo las de la cabra alimentada con leche de marrana.
10. La sangre que se derrama entre los dientes es pura si se diluye con la saliva, estando además permitido tragarse dicha saliva.
14. Todo el cuerpo de un individuo no musulmán es impuro, también sus cabellos, pelos, uñas y todas las secreciones de su cuerpo.
15. Todo hombre o mujer que niega la existencia de Dios, que crea en sus partenaires [la Trinidad] o que ni siquiera crea en su Profeta Muhammad, será impuro (de la misma forma que el excremento, la orina, el perro o el vino). Será impuro, también, por el solo hecho de dudar uno solo de estos principios.
16. El niño impúber es impuro, si sus padres y antepasados no son musulmanes. Sin embargo, si hubiera un sólo musulmán en su ascendencia será puro.
17. El musulmán que injuria a uno de los doce Imanes, o que se declare su enemigo, será impuro.
18. El vino y todas las bebidas alcohólicas, son impuras. El opio y el haschisch, no lo son.
19. La cerveza es impura. Su levadura no lo es.
20. El sudor del camello que coma excrementos humanos, será impuro. El sudor de otros animales que coman los mismos excrementos, no será impuro.
21. El sudor de aquel que acabe de eyacular, no es impuro. A pesar de ello es preferible que mientras en su cuerpo o vestidos queden restos de dicho sudor, no realice sus plegarias.
22. Si el hombre ha tenido una relación con su mujer durante los periodos de abstinencia, como por ejemplo, el ayuno del Ramadán, debe evitar rezar mientras las señales de sudor del coito permanezcan en su cuerpo o ropas.
23. El hombre que ha eyaculado como consecuencia de un coito con mujer ajena, y que de nuevo eyacula con la mujer propia no tiene derecho a rezar si está sudado. Pero si el primer coito lo ha realilzado con su mujer legítima y a continuación con una ajena, puede hacer sus plegarias aunque esté sudado.
26. Las secreciones nasales o los esputos sanguinolentos son impuros, mientras que los que no hayan estado contaminados por la sangre, serán puros. Si las secreciones nasales o el esputo salen de la boca o nariz, la parte de la epidermis contaminada deberá purificarse, la parte no contaminada permanecerá pura.
28. Está prohibido tocar una hoja del Corán con algún objeto impuro. Si sucede, deberá lavarse inmediatamente la hoja.
30. Está prohibido escribir versículos del Corán con tinta impura, aunque sea una sola letra. Si sucede, habrá que lavarlo o rasparlo con un cuchillo o cualquier otro instrumento cortante.
31. Hay que evitar dar el Corán a un infiel. Si sucede así, habrá que arrancarlo de sus manos.» (págs. 44-49)
«32. Si una hoja del Corán o un papel con el nombre de Dios, del Profeta o de uno de los Imanes escrito en él cae en el W.C., habrá que recogerlo por mucho que cueste. Si no se pudiera, no se utilizará el W.C., hasta que se tenga la absoluta certeza de que dicho papel está podrido.» (pág. 50)
«¡Jóvenes de la nueva generación, intentad una mejor reflexión. Que vuestra orientación hacia la ciencia y sus leyes no os hagan olvidar vuestras principales responsabilidades! ¡Venid en ayuda del Islam, salvad a los musulmanes! Los misioneros de diferentes confesiones que están al servicio de los imperialistas, al igual que sus agentes indígenas, se han expandido por todos los rincones del país para alejar a nuestra juventud del buen camino e impedirles su obligación de servicio al Islam. ¡Salvad a esta juventud!» (pág. 25)
«En un gobierno islámico todas las personas están bajo la protección de la ley... Nada ni nadie puede atentar contra esta seguridad, introducirse en sus casas, arrestarlos, meterlos en prisión o ejecutarlos sumariamente como resultas de una simple acusación o sospecha. En un gobierno de este tipo todos pueden ampararse en la ley del Profeta y ningún juez o dignatario la puede contravenir.» (pág. 21)
«1. En el momento de orinar o defecar deberá ocultarse el sexo de las miradas púberes, también de la hermana o de la madre, de los pobres de espíritu y de los niños en edad de comprender. Sin embargo, el marido respecto de la mujer y viceversa, no vienen obligados a ocultarse.
2. No es indispensable ocultar el sexo con algún objeto particular, es suficiente hacerlo con la mano.
3. En el momento de defecar u orinar habrá que agacharse de forma que el cuerpo no esté ni de frente, ni de espaldas a La Meca.
4. No es suficiente desviar el sexo incluso cuando el cuerpo esté situado incorrectamente respecto a La Meca. En cualquier caso el sexo jamás deberá exponerse de frente o de espalda a La Meca.» (pág. 35)
«8. No es necesario secar el ano con tres piedras o tres paños, una sola piedra o un solo paño son suficientes. Pero si se utiliza un hueso o algún objeto sagrado, como por ejemplo un papel que lleve escrito el nombre de Dios, no podrán hacerse las plegarias.
9. Para orinar o defecar es preferible agacharse en un lugar aislado en el que deberá entrarse con el pie izquierdo y salir con el derecho. Durante la evacuación es recomendable cubrirse la cabeza y que el pie izquierdo soporte todo el peso del cuerpo.
13. Es recomendable orinar antes de las plegarias, de acostarse, antes del coito y después de la eyaculación.
14. Después de orinar hay que limpiarse el ano. A continuación con el dedo medio de la mano derecha deberá presionarse la parte comprendida entre el ano y el extremo del pene. Después deberá colocarse el pulgar sobre la parte superior del pene al mismo tiempo que el índice en la parte inferior y tirar tres veces del capuchón hasta la altura del anillo de circuncisión; acto seguido presionar tres veces el extremo del pene.
15. La mujer no tiene que seguir instrucciones específicas después de orinar; si nota humedad en el orificio vaginal y desconoce si ésta es pura o impura, la humedad en cuestión se considerará pura y no alterará para nada sus abluciones o plegarias.» (págs. 36-38)
«9. La carne de caballo, mula y asno no está recomendada. Y está estrictamente prohibida si el animal ha sido sodomizado por un hombre. En este caso deberá llevarse el animal fuera de la ciudad y venderlo.
10. Si se comete un acto de sodomía con un buey, cordero o camello, su orina y excrementos se vuelven impuros, su leche no podrá consumirse. Deberá matarse al animal inmediatamente y luego quemarlo. El sodomizador deberá pagar su precio al propietario.» (pág. 42)
«—Si el enemigo ataca las fronteras de una zona islámica es deber sagrado de todos los musulmanes del mundo el defenderla con todos los medios a su alcance, colaborando personalmente o con su dinero.
—Si como consecuencia de la influencia política, económica o comercial de los extranjeros existiese la posibilidad de que éstos llegasen a ejercer control sobre los destinos de las zonas islámicas, es deber de todo musulmán defender los intereses en juego y cortar el camino a toda ingerencia extranjera.
—Si con causa justificada se teme que las relaciones diplomáticas entre los Estados Musulmanes y los Estados extranjeros tienden a la predominancia de estos últimos en los países musulmanes, incluso en el caso de que este predominio no fuese más que político o económico, los musulmanes deben oponer fuerte resistencia y obligar a los gobiernos islámicos a romper tales relaciones.
—Si con causa justificada se constata que las relaciones comerciales con los extranjeros no benefician a los mercados islámicos y en realidad tienden a crear una dependencia comercial y económica de éstos, deberán romperse tales relaciones y declarar religiosamente ilícito esta clase de comercio.
—Si el establecimiento de relaciones políticas o comerciales entre un país musulmán y otro no musulmán no es productivo para el Islam y los musulmanes, estas relaciones deben ser proscritas. Si algún país las admite, es deber del resto de países musulmanes el obligarlo a romper estas relaciones por todos los medios a su alcance.» (págs. 28-29)
«11. Beber vino y bebidas alcohólicas es un pecado mortal, por lo tanto está estrictamente prohibido. Aquel que ingiera una bebida alcohólica no conserva más que una parte de su alma, la parte deformada y maligna. Está condenado por Dios, sus Arcángeles, Profetas y Creyentes. Sus plegarias cotidianas serán rechazadas por Dios durante cuatro días. El día de la resurrección de los muertos su cara se volverá negra, la lengua colgará de su boca, la saliva babeará por su pecho y estará constantemente sediento.» (págs. 42-43)
«11. Quien se haya dormido involuntariamente durante la plegaria, debe recomenzarla si piensa que ha soñado. Si de esto no hay certeza, el rezo es válido.
13. Si la cara de una persona enrojece porque contiene las carcajadas, hay que recomenzar la plegaria.» (pág. 69)