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Fortunata y Jacinta

12 de Octubre: Contra la campaña lanzada por Correos en España

Forja 087 · 10 octubre 2020 · 29.37

Un programa de análisis filosófico

12 de Octubre: Contra la campaña lanzada por Correos en España

Buenos días, sus Señorías, mi nombre es Fortunata y Jacinta y aquí da comienzo este capítulo titulado “12 DE OCTUBRE: Contra la campaña lanzada por Correos en España”. Verán ustedes, hace pocos días, los españoles conocíamos la campaña publicitaria pergeñada por la empresa estatal encargada del servicio postal en España, para la conmemoración de tan señalada fecha y, al verla, uno se preguntaba: ¿pero qué carajo tendrá que ver esto con el Día de la Hispanidad? El vídeo apenas dura un minuto, se lo pongo íntegro y luego lo comentamos: https://www.youtube.com/watch?v=kMSB9sCl39g

Todo esto de apoyar la fabricación y el consumo de los productos españoles me parece muy bien, más que bien, desde luego, pero insisto: los responsables políticos de esta campaña publicitaria tendrán que explicarnos qué tiene que ver este vídeo con el Día de la Hispanidad. Sólo por lanzar cuatro preguntas al vuelo, ¿sabe esta gente que Argentina fue la primera en declarar el 12 de octubre como Fiesta Nacional? ¿Entienden mínimamente por qué? ¿Saben que el término "hispanidad" no es un invento de Franco ni de los curas? ¿Alguien les ha informado de que ya fue utilizado por Unamuno en un artículo publicado en 1910 por el diario argentino La Nación y que el socialista Luis Araquistain y el liberal Dionisio Pérez se convirtieron en los principales propagadores de su uso? El año pasado dediqué un vídeo para explicar la génesis de tan señalada festividad, de modo que les invito a consultarlo en este enlace: Forja 052

En las últimas décadas, españoles e hispanoamericanos asistimos al desmantelamiento sistemático de la festividad de la Hispanidad por parte de nuestras élites políticas, periodísticas, artísticas, universitarias, &c. El auto odio estalló con motivo del Quinto Centenario del Descubrimiento de América en 1992, y lo hizo de la mano del escritor Rafael Sánchez Ferlosio. El muy peine escribió entonces “Esas Yndias equivocadas y malditas” para decir que aquí nada había que celebrar puesto que todo había sido crueldad y rapacidad por parte de España, siguiendo a rajatabla la metodología negrolegendaria de exagerar las atrocidades y omitir las grandes obras de los españoles en América. Para evitar trifulcas, se cambió el lema de la efeméride y en vez de “descubrimiento” se dijo «encuentro entre dos mundos». Pues bien, desde 1992 hemos pasado del “nada que celebrar” al silenciamiento absoluto de la esencia de dicha celebración. En este vídeo del servicio de Correos español para nada se habla de Hispanidad, no vayan a enfadarse las élites globalistas para quienes servilmente trabajan nuestros gobernantes y demás lechuzos nacionales cosmopaletos. Por supuesto, tampoco se habla de encuentro entre dos mundos, ni se menciona la necesidad geopolítica de fortalecer los vínculos con nuestros hermanos hispanoamericanos, no sea que estorbemos las políticas depredadoras y extractivas que las potencias anglosajonas y otras aplican descaradamente desde hace doscientos años sobre los territorios hispanoamericanos. Y para muestra esta declaración de William Howard Taft, presidente de EEUU entre 1909 y 1913: "No está lejano el día en que tres banderas de estrellas y barras señalen en tres sitios equidistantes la extensión de nuestro territorio: una en el Polo Norte, otra en el Canal de Panamá y la tercera en el Polo Sur. Todo el hemisferio será nuestro de hecho, como en virtud de nuestra superioridad de raza ya es nuestro moralmente".

De una ingenuidad escandalosa es pensar que estos planes y programas son cosa del pasado, como si China, por ejemplo, no incluyera a los territorios hispanoamericanos y a sus extraordinarios recursos naturales y demográficos en sus planes y programas políticos y económicos a largo plazo. Me hierve la sangre cuando oigo a muchos hermanos hispanoamericanos decir aquello de "ojalá nos hubieran colonizado los ingleses". ¡Colonizados estáis por el imperialismo anglosajón desde hace doscientos años y por eso estáis como estáis! Ahora le toca a España recibir el guantazo en toda la cara. Por imbéciles todos.

Volviendo a la campaña de Correos, me permitirán, sus Señorías, que después de dedicar veinticinco años de mi vida a las artes plásticas me cause verdadero bochorno comentar siquiera los valores estéticos de esta pieza audiovisual. Dejando la chabacanería al margen, aquí interesa señalar, sobre todo, los contenidos ideológicos sobre los que se asienta la letra de la canción. Subrayaremos, antes de nada, que Sara Socas es una rapera canaria que, en distintas ocasiones, ha colaborado con el partido Podemos, predicando sus evangelios en actos de Irene Montero, Isa Serra y otros. Recientemente, como era de esperar, la rapera ha criticado a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, del PP. Observando los postulados de esta campaña de Correos, bien podría parecer que está dirigida a la clase trabajadora. Con una novedad: la expresa mención de las pequeñas y medianas empresas y de los autónomos. ¡Gracias, Unidas Podemos, por considerar a los pequeños empresarios y a los autónomos como trabajadores y no como pérfidos agentes al servicio del Mal, el Capital! En fin, vaya morro tenéis… Si leéis los testimonios de aquellos españoles e hispanoamericanos que, desde finales del siglo XIX, lucharon por conseguir que la festividad del 12 de octubre fuera oficial en todos los territorios que habían formado parte de la Monarquía Hispánica, comprobaréis que todos ellos eran muy conscientes de que las naciones de tradición hispánica se encontraban en feroz dialéctica contra la plataforma de tradición anglosajona, especialmente EEUU y Gran Bretaña, potencias que, durante todo el siglo XIX, venían presionando a las recién emancipadas naciones hispanoamericanas. Ahora no, ahora la mayoría de los ciudadanos españoles e hispanoamericanos, al reducir el análisis a una mera dialéctica de clases (la casta frente a la gente; los de arriba contra los de abajo; los pobres contra los ricos; el pueblo llano frente a la perversa y siniestra extrema derecha; &c.), son incapaces de ver que junto a la dialéctica de clases opera la dialéctica de Estados y de Imperios. Esta ceguera lamentable les impide identificar el problema y, por ende, les incapacita para encontrar posibles soluciones.

Como habrán observado en el vídeo, inmediatamente la rapera Sara Soucas empieza a hablar de multiculturalismo y de diversidad y contra la xenofobia y contra no sé qué gaitas súper de izquierdas indefinidas. ¡Pero, oigan ustedes, Sara Soucas e ideólogos de la campaña podemítica del 12 de octubre, con lo fácil que lo teníais para presumir de que el Imperio español fue el ejemplo por excelencia del multiculturalismo y la diversidad! ¿O es que no sabéis que el Imperio español no excluyó a las poblaciones autóctonas, sino que las asimiló, potenciando el mestizaje de sangres, el sincretismo cultural y otorgándoles el estatuto de súbditos de la Corona? Y que todo esto lo hizo España frente al imperialismo inglés, que practicó un colonialismo excluyente que no generó ni mestizaje ni integración. No sé por qué sospecho que no tenéis ni idea de que cuarenta años antes de que España llevase la vacuna para erradicar la viruela en todos los confines de su imperio a través de la Expedición Balmis, Sir Jeffrey Amherst, mariscal de campo en el Ejército británico, escribió a su subalterno Henri Bouquet lo siguiente: “Haríais bien en intentar infectar a los indios con mantas o por cualquier otro método tendente a extirpar a esta raza execrable”. Efectivamente, en aquella ocasión los ingleses procedieron al reparto de mantas infectadas de viruela entre los amerindios Delaware y, según indica el propio diario del mariscal Jeffrey Amherst, el número de indígenas Delaware muertos por la epidemia superó los 100.000.

Claro que estas cosas no entran en vuestros esquemas ideológicos… Vosotros estáis más cómodos practicando la antiespañolidad, porque la antiespañolidad y la antihispanidad son marchamo de modernidad, eso sí que es cool aunque también muy esnob. Tampoco debéis saber (porque nadie lo cuenta en las películas ni en las series de televisión) que los monstruosos y luciferinos españoles, al llegar a América, respetaron la propiedad de las tierras por parte de los nativos. Tras las llamadas independencias americanas, sin embargo, aquellos que sustituyeron a los gobernantes españoles se lanzaron de inmediato al despojo de las tierras de los indios para formar así sus “haciendas” y sus extraordinarias riquezas personales. De esta manera, los nuevos dueños de las tierras usurpadas a los nativos se dedicaron a exportar a Inglaterra a precio ridículo los cueros, las carnes y las cosechas que producían: así se convirtió a estas naciones en países productores de materias primas, mientras Gran Bretaña se consolidaba como metrópoli manufacturera y de consumo. Tampoco deben saber los ideólogos de la campaña del 12 de octubre en España que el exterminio y reemplazo de las poblaciones indígenas americanas se produjo justo después de las citadas independencias. Por ejemplo, para justificar el robo de las tierras de los tehuelches y mapuches por parte de la elite blanca argentina se construyó una teoría racista que negaba el carácter humano de los pueblos indígenas reduciéndolos a bestias salvajes. Esto decía Domingo Faustino Sarmiento, presidente de la nación Argentina de 1868 a 1874: “¿Lograremos exterminar a los indios? Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa canalla no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso, su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado” (El Nacional, 25/11/1876).

Para los odiadores de la Hispanidad, sin embargo, cualquier ocasión es buena para hablar de xenofobia y de gentrificación, como canta la Sara Socas, con el objetivo de hacer propaganda, sin que se note, en contra la malvada, malvadísima, malvadérrima extrema extremisa extremérrima derecha. Perdonen sus Señorías que me exprese con tanto aplomo, pero es que una está hasta el moño de tanta imbecilidad: son ustedes unos paletos, señores del Gobierno de coalición y votantes… Porque no toda la culpa va a ser de nuestras pandillas de politicastros, obvio. También hay que soportar el papanatismo de esa parte del pueblo que les vota y que justifica acríticamente todas y cada una de sus miserias, latrocinios, inmoralidades, villanías y deslealtades que se cometen contra la Nación española, esa Nación a la que dicen defender un 12 de octubre, mientras trafican prebendas políticas y económicas con aquellas bandas facciosas que, precisamente, buscan destruirla.

Canta la rapera Sara Socas: “Abajo los exaltados que destruyen la nación”. ¿Se estará refiriendo a nuestros separatistas? No parece... Y continua: “El enemigo no está dentro, tampoco fuera”. Entonces, ¿dónde está el enemigo? ¿O lo que nos quiere decir esta señora es que los enemigos no existen? En ese caso ¿por qué hablar de exaltados que destruyen la nación? ¿Acaso el que destruye o trata de destruir la nación no es un enemigo público de primer nivel? No sé, señorita Socas, es que maneja usted un discurso un poco ambiguo… Otra cosita de nada, la canción dice “El enemigo no está dentro, tampoco fuera; nos observa desde el centro de la cima de la esfera”, y los editores del vídeo se marcan un ojo multicolor (dentro fragmento del vídeo). ¿Pero qué diantres querrá decir que el enemigo “nos observa desde el centro de la cima de la esfera”? No sé, ¿se refiere al ojo de Horus, al Ojo que todo lo ve, al Delta luminoso, al Gran Arquitecto del mundo de los masones? ¿Es eso? ¿Intenta decirnos que el enemigo es la masonería? Uy, uy, uy, no creo que tenga usted agallas para tanto. Fíjese que a mí me parece, más bien, que usted se refiere al sello de los EEUU, el que aparece en los billetes de 1 dólar, porque claro, el enemigo es el Mal, es el Capital. Otra cosa, por cierto, cuando usted recita el glorioso verso “Ser patriota no es izar una bandera”, ¿trata usted de instruir a los patriotas rusos, a los franceses, a los mejicanos, &c. sobre las bondades globalistas de un mundo sin fronteras? ¡Un mundo sin guerras y en una paz perpetua kantiana muy propia del pensamiento Alicia que se gastan en la ONU!  ¿Es eso, Sara Socas? ¿O lo que te interesa, más bien, es tachar de “fascistas” a los españoles que plantan rojigualdas en memoria de los más de 50.000 muertos por la crisis sanitaria dejada por la pandemia en España? Por cierto, si quieren ustedes enterarse de lo que es la patria vean el capítulo 66 de este canal: ahí una niña de ocho años les explicará lo que es la patria.

Pero sigamos, sus Señorías, porque resulta que si no se toma en consideración la dialéctica de imperios, un concepto que hay que tener en cuenta para no quedar reducidos a un sociologismo ramplón que deja toda la realidad política en la lucha de clases, no entenderemos muchos de los fenómenos políticos y sociales de nuestro presente en marcha. Sin esa dialéctica de imperios en que la Hispanidad juega un papel principal, no podría entenderse el proceso de emancipación de las naciones hispanoamericanas, independencias auspiciadas ideológica, militar y económicamente por potencias extranjeras, como dejan ver los planes y programas de Gran Bretaña diseñados durante el siglo XVIII y activados operativamente a partir de 1804, planes estratégicos y tácticos que analizaremos con calma en próximas entregas. Para ir abriendo boca les adelantaré que el 27 de junio de 1806, el político y militar inglés William Beresford, tras ocupar la ciudad de Buenos Aires, se incautó del Tesoro de la Real Hacienda, 40 toneladas de oro amonedado que envió inmediatamente a Londres. El profesor argentino Don Julio Carlos González calculó que el valor del dinero incautado equivaldría a unos 86.467 millones de dólares, según estimaciones de 2006 para dólares norteamericanos. En 1822 los británicos se apoderaron de doce toneladas de oro amonedado en Santa Fe de Bogotá, luego siguieron con Guatemala y México. Así que, cuando los indigenistas hispanoamericanos exigen a los españolitos que les devolvamos el oro robado, ya saben que pueden ir a buscarlo a Londres (o a Moscú, si se animan). Durante los siglos que permaneció en pie el Imperio español, se aplicaba en la América española el impuesto llamado quinto real, que correspondía al veinte por ciento de la riqueza metálica obtenidas en las provincias americanas, que no eran colonias, sino provincias. O sea, el Virreinato de la Nueva España era España, de igual modo que la Hispania romana era Roma. Lo que sobraba del quinto real, es decir, el 80 % de lo conseguido, se quedaba en los mismos territorios americanos para construir caminos seguros, ciudades, hospitales, universidades, &c. Con la llegada de los Borbones, dicho impuesto se reduce al 10% y, más tarde, al 8 %. Y, por cierto, buena parte de este oro y de esta plata caía en manos de los piratas ingleses en el Atlántico, así que, insisto, si quieren exigir la devolución del oro, empiecen a mandar whatsapp al Palacio de Buckingham.

En relación al robo de las 40 toneladas de oro amonedado robado por los ingleses en Buenos Aires en 1806, Julio Carlos González señala lo siguiente: “Destacamos así un quehacer británico preciso: Gran Bretaña, por distintos medios, deja a las Españas de América sin moneda. Así, las nuevas repúblicas “independientes” que se ordenan para destrozar el muy bien organizado Imperio español carecen de recursos dinerarios antes de su independencia lógica formal. La moneda provendrá únicamente de los empréstitos con bancas y casas de financieras de Londres, y de los derechos de importación de manufacturas y de exportación de recursos naturales sin valores agregados”. O sea, las naciones recién emancipadas pasaron de ser provincias españolas (algunas de las más ricas y florecientes del mundo) a convertirse en territorios tributarios de potencias extranjeras. Jugada maestra por parte de Gran Bretaña, pues gracias a su inteligencia política y el extraordinario manejo de la propaganda (por burda que sea), ha conseguido que aun hoy día millones de hispanoamericanos sigan culpando a España de todos sus males presentes.

Sin tener en cuenta esta dialéctica de Imperios, tampoco podrían entenderse los continuos viajes de Nicolás Maduro a China y a Rusia. ¿Cómo explicar sin la dialéctica de Imperios los dos siglos de sometimiento de las naciones hispanoamericanas a los dictados de Wall Street y de la City? O la vergüenza del robo de California, de Tejas y Nuevo México; la colonización de Puerto Rico, las intervenciones armadas en Nicaragua, la rapiña del petróleo de Venezuela y del estaño de Bolivia, los bloqueos a los procesos de industrialización de Argentina, &c. ¿Cómo explicar sin la dialéctica de Imperios la ignominiosa miseria en que subsisten millones de hispanoamericanos a pesar de las extraordinarias riquezas de las respectivas capas basales de sus Estados, esto es, a pesar de ocupar territorios de recursos tan abundantes y espléndidos? Y por otro lado, ¿cómo entender los inmensos esfuerzos realizados por EEUU desde hace siglos para lograr la penetración de misiones protestantes en todo el territorio de lo que antaño fue la católica América española? Las iglesias protestantes, históricamente subvencionadas por el Gobierno de los Estados Unidos, son parte importante en los planes de intervención en Hispanoamérica y, más que con fines espirituales, actúan allí al servicio de los intereses del capitalismo imperialista, la mayoría de las veces con el consentimiento y patrocinio de los Gobiernos de las respectivas repúblicas hispanoamericanas. El libro del antropólogo David Stoll del año 1983 ¿Pescadores de hombres o fundadores de Imperio? El Instituto Lingüístico de Verano en América Latina desvelaba el papel que jugaba dicha organización protestante desde que comenzó a servir en 1934 a los intereses de EEUU. En su investigación, este norteamericano demostró que el Instituto Lingüístico de Verano, bajo cuyo nombre despliega sus actividades el “Wycliffe Bible Translators”, es una organización misionera evangélica con ramificaciones que cubren los cinco continentes, y que entoncescontaba (y sigue contando) con ingentes recursos financieros y con una tupida red de infraestructuras, ocasionando una intromisión ideológica-cultural de consecuencias negativas para la sociedad hispanoamericana en general, una sociedad mayoritariamente católica.

Sin tener en cuenta que la dialéctica de clases en cada país está codeterminada con la dialéctica de Estados y de Imperios, no se entenderá la situación que denunciaba el doctor Percy W. Bidwel, de la Universidad de Harvard, en el año 1942: “La falta de desarrollo industrial es la causa de la miseria económica de los países sudamericanos. Por eso todos son países deudores. Su deuda pública se encuentra en gran parte en el extranjero. Sus plantaciones, sus minas, sus ferrocarriles, sus obras de utilidad pública y hasta sus establecimientos manufactureros pertenecen casi totalmente a extranjeros, principalmente británicos y norteamericanos.” También el norteamericano John Gunther señalaba en 1941 en su libro El Drama de Sur América: “El Perú es un ejemplo clásico de estado semicolonial. El petróleo está en manos de súbditos del Canadá y Estados Unidos; gran parte de los minerales es de los norteamericanos y el algodón está en manos de los japoneses (yanquis en la actualidad) y en parte en poder de los alemanes (también ha “heredado” EE.UU.). Los británicos controlan los ferrocarriles, los italianos los bancos (hoy han pasado a manos norteamericanas en virtud de las disposiciones sobre propiedad enemiga).” Y continuaba: “Honduras es por excelencia la República de las bananas y es poco más o menos que un feudo de la United Fruit Company… Dicha compañía fiscaliza los puertos, bahías, diarios y plantaciones… El país está en deuda perpetua”. O sea, deuda, deuda, deuda.

Esto es colonialismo depredador, señor Sánchez Ferlosio, amigos de Podemos y resto de la manada de negrolegendarios. Esto es imperialismo anglosajón, y me dirijo en particular a aquellos hermanos hispanoamericanos que lloran lastimosamente porque sus ancestros fueron “oprimidos” por los españoles y no amablemente colonizados por los ingleses. Y esto es lo que hay que denunciar, con toda la artillería crítica de la que dispongamos, de cara a celebrar dignamente el 12 de octubre, Día de la Hispanidad. Estas son las realidades que hay que tener en cuenta a la hora de conmemorar un 12 de octubre, aquí en la Península y allende los mares también, y no las chorradas chiripitifláuticas reduccionistas de la lucha de clases que usan los de Podemos: retórica barata llena, además, de hipocresía (y de hiprogresía) que ni explica ni soluciona ninguna de los problemáticas que, en el momento presente, vivimos las naciones de tradición hispánica.

Y hasta aquí este capítulo de Fortunata y Jacinta. Agradezco su apoyo a todos los amigos mecenas y recuerda: “Si no conoces al enemigo ni a ti mismo, perderás cada batalla.”



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