El Catoblepas · número 204 · julio-septiembre 2023 · página 1

Música y pintura: volumen versus superficie
Tomás García López
Consideraciones a la propuesta de estudio de la pintura desde el materialismo filosófico de Pablo Palomo Cano

Preámbulo
Tras la reciente publicación del libro Muertes perpendiculares. Ensayo materialista de Gnoseología de la Historia, Bioética y Filosofía de la Pintura en torno a las muertes de Julio César y Marco Bruto (Pentalfa Ediciones, Oviedo, 2023), me apercibí de que había cometido una injusticia con el dibujante y pintor Pablo Palomo Cano.
En efecto, el apartado Agradecimientos de Muertes perpendiculares contiene referencias a varios pintores, allegados al Materialismo filosófico, como Ada Pérez, Jesús Mateo e Ignacio Jiménez con los que mantuve interesantes conversaciones sobre pintura que son parte integrante de este ensayo.
Lamentablemente me olvidé de mencionar a Pablo Palomo con el que también sostuve un fructífero dialogismo, con la peculiaridad de que en este caso fue a través del Correo electrónico, ¡acaso sea ésta la razón de la omisión por oposición al lenguaje oral!
Como quiera que conservé “negro sobre blanco” el contenido de aquellos dialogismos, que también son parte integrante del ensayo, como podrá comprobar cualquier lector del libro citado, he creído justo y oportuno enviar a El Catoblepas mis Consideraciones a su escrito por si esta Revista tiene a bien publicarlas y reparar así aquella injusticia.
Consideraciones a la propuesta de estudio de la pintura de Pablo Palomo Cano
Algunas consideraciones en torno a la Propuesta de estudio de la pintura desde el Materialismo Filosófico (En desarrollo) de Pablo Palomo Cano.
Primera consideración
La Pintura, si yo no he entendido mal la doctrina del “Sistema de la Artes” de Gustavo Bueno, no tiene volumen; y en este sentido los ejes Y (alturas), X (velocidad expansiva-tempo) y Z (armónicos de las morfologías tímbricas: intensidad, presión, densidad y amplitud), perfectamente aplicables al volumen musical carecen de sentido en el espacio superficial de la pintura, en el que serían sus ejes o dimensiones el largo y el alto de un lienzo, una tela, un cartón, una pared, un mural, una tesela, un azulejo…, en el caso de una superficie plana, y los parámetros curvos (eje esférico, diámetro esférico, radio esférico, circunferencia esférica, círculo esférico) de una superficie cóncava (bóveda, cúpula, cerámica de los Kylix…) o convexa (recubrimiento externo de objetos cerámicos como vasos, Kylix, cráteras, ánforas…).
Por consiguiente, a mi juicio, es muy forzado querer encajar los ejes del volumen musical a las superficies pictóricas. Mi sugerencia al respecto consistiría en sustituir el contenido de esos referentes. En efecto, allí donde usted habla del eje de las Y, veamos, sin más, la causa material de la pintura, es decir los colores obtenidos de los pigmentos naturales o de la química acrílica; allí donde usted ve el eje de las X, veamos, simplemente, las superficies posibles sobre las que se aplican los colores; y allí donde usted ve el eje de las Z, veamos, sencillamente, la paradoja de las pretensiones del “realismo adecuacionista pictórico”.
Segunda consideración
En consecuencia, también me parece forzado hablar de glomérulos pictóricos, puesto que los “ovillos musicales” son voluminosos. En rigor donde usted ve ovillos pictóricos, habría que hablar de “grumos cromáticos”, resultantes de la superposición de pigmentos, que en modo alguno confieren a la obra pictórica volumen, puesto que, en realidad, lo que añaden es “rugosidad” a la superficie plana del lienzo, mural…, o a la superficie cóncava de una bóveda, cúpula, cerámica… o a la superficie convexa de una cerámica o de una estatua, por lo que, realmente, estaríamos en estos casos ante una superficie de mayor grosor, pero no ante un volumen.
Tercera consideración
Tampoco cabe, a mi juicio, ecualizar el actualismo musical con lo que usted llama actualismo pictórico, en la medida en la que una obra pictórica singular no es una sinfonía cromática que pueda ser interpretada periódicamente de forma actualista, es decir de manera diferente a las interpretaciones anteriores, como ocurre con las interpretaciones musicales de una sinfonía, pongamos de Beethoven.
Sin embargo, cabe establecer una analogía de atribución entre la actualización musical y la pictórica en el ámbito de las técnicas. En efecto, la actualización de la pintura tendría que ver con el uso de las técnicas de las mezclas de pigmentos y las técnicas de las distribución de los mismos (manos, pinceles, aspersores…) o de reparación. Tratar de pintar hoy como lo pudieron haber hecho los hombres de la cueva de Altamira, es tan ridículo como tratar de interpretar una pieza musical barroca a la manera como se hacía en el siglo XVII, porque los instrumentos (aunque existan algunas reliquias de esa época, más propias de un museo musical que de una orquesta), los auditorios, las orquestas, los directores…, los públicos etc., han cambiado considerablemente.
Ya sé que hay célebres y buenos músicos como Jordi Savall que lo pretenden, pero de la pretensión a la realización hay un trecho.
Cuarta consideración
El tiempo que un pintor tarda en distribuir los colores sobre una superficie no se corresponde, en modo alguno, con el “tempo” empleado por un director de orquesta al representar la “velocidad expansiva” de la partitura de una pieza musical. O dicho de otra manera: un lienzo, un fresco… etc., no tienen velocidad expansiva.
Quinta consideración
Incurre usted, al igual que David Hockney, a mi juicio, en lo que podríamos llamar “efecto anegación” entre la Pintura y la Fotografía. Véanse por ejemplo las páginas 42, 45, 47 y 168 de su libro El conocimiento secreto. El descubrimiento de las técnicas perdidas de los grandes maestros (Editorial Destino, Barcelona 2001).
Se trata de dos artes distintas en cuanto a técnicas (cierres tecnológicos), historias (instituciones), estéticas (cierres fenoménicos)…, aunque ambas puedan tener “poesía” para los espectadores. Don Gustavo lo supo ver en su escrito Ut pictura, poësis a propósito de los trabajos fotográficos de Ángel Marcos, extendiendo sobre ellos las célebres palabras de Horacio:
Acaso sea preciso reconocer que quien mira la muestra y la valora, es porque está conectando por su cuenta, como en pintura, los escenarios y las figuras con ideas extrapictóricas y extrafotográficas. De este modo, cada cual entenderá las fotografías, y cada cual a su manera. Ut photographia, poësis… [Subrayados nuestros] (Gustavo Bueno, Ut pictura, poësis…, 1997).
Sexta consideración
Por el contrario, considero muy acertados sus apuntes sobre técnicas pictóricas: collage, óleo, spray, grabado, acuarelas, ceras…; y sobre Noetología de la pintura: esbozar, contraponer, resolver.
Por otra parte espero, con impaciencia, el desarrollo de su apunte sobre las Ciencias de la Pintura.
Tomás García López
En Oviedo a 30 de agosto de 2021
Final
Con posterioridad a estos fructíferos dialogismos, Pablo Palomo Cano tuvo la delicadeza de obsequiarme, en el marco incomparable del XVIII Curso de Verano de Filosofía. Los ensayos materialistas de Gustavo Bueno, 50 años después de Santo Domingo de la Calzada (18 al 22 de julio de 2022) con este entrañable retrato que mostramos a continuación:
Como se desprende de su contemplación y apreciación estética, las personas implicadas en la obra: por una parte el dibujante desde fuera de ella como sujeto actante, y el dibujado por otra como parte interna del dibujo, tenemos puesta la mirada filosófica en el libro de Don Gustavo Bueno Los ensayos materialistas, cuyo cincuenta “aniversario” se destacaba y celebraba en aquel Curso.
En realidad, son este libro, cuya representación pictórica es parte integrante del dibujo, y, por añadidura, su autor, aunque no esté representado, los protagonistas verdaderos a modo de entidades terciogenéricas (las doctrinas contenidas en los Ensayos materialistas) y segundogenéricas (Don Gustavo Bueno, en cuanto autor del mismo) de esta historia pictórica, poéticamente plasmada con maestría por Pablo Palomo Cano, demostrando con ello ser un verdadero artista.
Tomás García López
Oviedo, 28 de julio de 2023
Separata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
