Separata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
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El Catoblepas • número 37 • marzo 2005 • página 17
Se ofrecen una serie de documentos sobre el intento de equiparar académicamente el español con el gallego, el catalán, el vasco y el bable
La Universidad española asiste a un apresurado proceso de «convergencia europea». El día diez de marzo terminaba el plazo para que los representantes de las titulaciones universitarias existentes presentasen sus propuestas de reforma a la ANECA (Agencia Nacional para la Evaluación de la Calidad y Acreditación), al objeto de que este organismo público pudiese elaborar sus propuestas de títulos de grado y postgrado que está previsto el Ministerio de Educación haga públicas en mayo de 2005, para que, tras la elaboración de los respectivos libros blancos puedan las universidades ir ajustando los nuevos planes de estudios que permitan iniciar en el curso 2007-2008 las nuevas titulaciones.
En las Facultades de Letras existen ahora hasta diecisiete titulaciones diferentes, y en el proceso de ajuste y racionalización necesaria, la convergencia europea sirve a los nacionalismos con voluntad fraccionaria y secesionista para procurar anegar España y el español como una «lengua, literatura y cultura» más del «estado español».
El día 11 de febrero de 2005, dieciséis representantes de Facultades de Letras elaboraron la Propuesta provisional (cuatro folios que más abajo se transcriben), que hubiera seguido su discreto curso si desde la Universidad de La Rioja no se hubiera destapado una maniobra que, por ejemplo, obligaría de prosperar a que cualquier estudiante de la mayoría de comunidades autónomas en las que sólo se habla español, tuviera necesariamente que compartir sus estudios de lengua española con los correspondientes de vasco, gallego, catalán o bable. Ofrecemos algunos de los textos publicados en la prensa a partir de la polémica generada tras hacerse público este documento de trabajo.
Propuesta provisional de las líneas maestras que podrían regir los futuros títulos de grado en los estudios de lenguas, literaturas y culturas La propuesta que el Grupo Coordinador del Proyecto presentado a la ANECA eleva a la autoridad para su consideración contempla la reorganización de todas las Titulaciones de Filologías existentes hoy en día (Filología Alemana, Filología Árabe, Filología Catalana, Filología Clásica, Filología Eslava, Filología Francesa, Filología Gallega, Filología Hebrea, Filología Hispánica, Filología Inglesa, Filología Italiana, Filología Portuguesa, Filología Románica, Filología Vasca, Lingüística, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, Estudios de Asia Oriental). Dicha propuesta fue aprobada por asentimiento de todos los presentes, el viernes, 11 de febrero de 2005, es decir, por los 16 representantes de las Titulaciones en Filologías hoy día en vigor y que forman parte del grupo de trabajo ampliado. Esta propuesta o adelanto provisional que se formula tendrá que ser sometida al plenario de las 43 Universidades que participan en el proyecto. Sólo la urgencia de las circunstancias nos ha obligado a anticipar este envío. 1. Presupuestos sobre los que se asienta la propuesta Esta propuesta viene avalada por el estudio: a. de las Titulaciones existentes en Europa, con las que se intenta converger, sin perder de vista las peculiaridades lingüísticas del Estado Español. b. de las demandas del empleador, en lo que se refiere a la importancia que tienen los estudios de las Lenguas con sus Literaturas y sus Culturas, y la necesidad de formación de profesionales conocedores de las múltiples aplicaciones que en relación con las nuevas tecnologías ofrecen las lenguas para el mercado laboral. c. de la necesidad de modernizar unos estudios que, muy serios en sus fundamentos y en sus realizaciones científicas, se habían quedado al margen, en muchos casos, de sus posibilidades innovadoras y de su capacidad potencial para ocupar no sólo espacios nuevos del mercado laboral, sino también de atender al desarrollo de una Ciencia Lingüística y Literaria más acorde con lo que se hace hoy en el mundo en general y en Europa en particular. La propuesta se hace, pues, en función de estos tres presupuestos, de la necesidad de una reorganización de los Estudios de Lenguas, Literaturas y Culturas que, sin perder lo esencial de ninguno de los estudios hoy existentes, pudiera ofrecer al universitario y a la sociedad un organigrama más abierto, más flexible y con capacidad para ir incorporando aquellas lenguas con sus culturas que, de momento, no forman parte del panorama universitario español. Sentido práctico en cuanto a los perfiles profesionales, de la función de la Ciencia Lingüística y Literaria, convergencia con Europa y flexibilidad curricular son los tres ejes que nos han llevado a la actual propuesta. Como elemento común a cada uno de los ejes propuestos, la Comisión considera que todos los Títulos futuros deben articularse de la siguiente manera: 1. En torno a dos Lenguas con sus culturas y Literaturas. Estas dos lenguas, según lo que se viene haciendo en Europa más modernamente, tendrían un estatus de paridad en lo que se refiere a los contenidos formativos comunes. El alumno podría dar prioridad, sin embargo, a una de las dos lenguas en la parte optativa. Esta paridad sólo se debe considerar en las Titulaciones cuyos ejes son dos lenguas no pertenecientes al Estado español. En lo que se refiere a las lenguas del Estado español habrá que establecer un major y un minor. El título debería consignar en lugar preferente la MENCIÓN de estas dos lenguas, en especial para algunas Titulaciones, en función de la oferta llevada a cabo por cada Universidad 2. Los planes de estudio deberán organizarse en módulos de gran variedad y según la disponibilidad de las universidades, con el fin de que el estudiante pueda establecer su trayecto curricular de cara a la consecución de un perfil laboral determinado. El estudiante debería poder cursar 1 o 2 módulos de otras Titulaciones con el fin de completar su formación y añadirle variedad, dado el carácter interactivo, dinámico y novedoso de la reestructuración que se propone con este organigrama. 2. Propuesta de líneas generales Antes de llevar a cabo la propuesta, consideramos necesario hacer algunas consideraciones acerca de su pertinencia. a. Consideramos que las Lenguas del Estado Español, por el hecho de ser lenguas maternas, deben tener un estatus especial. Este estatus se asienta en las realidades siguientes: —el punto de partida (científico y personal) para su estudio no puede ser comparado con el que se tiene cuando se estudian otras lenguas y sus culturas; —la metodología y el contexto que se sigue para su aprendizaje no pueden ser, por consiguiente, los mismos; —los objetivos que se persiguen distan mucho de los que se tienen cuando se estudia una lengua extranjera. b. Existe una gran diferencia relativa al contexto, al conocimiento, a los objetivos, a la funcionalidad y, por consiguiente, a la metodología del estudio de las Lenguas Modernas Europeas y las circunstancias que acompañan tanto las Lenguas y Culturas Clásicas como a las Lenguas y Culturas Orientales. Estos dos espacios se diferencian, a su vez, por las mismas razones, a las que se añade el hecho de que el estudio de las Lenguas Orientales no tiene por qué limitarse al estudio de los textos clásicos. c. El concepto de Lenguas Orientales (y no Lenguas de Oriente) abre un catálogo en el que podrán ir incorporándose las distintas lenguas, según vaya creándose en el Estado Español una necesidad científica, cultural y laboral que lo justifique. d. La visión pragmática de la propuesta (asentada, como es lógico, en una preparación científica universitaria) obligará a contemplar en el estudio de las distintas Lenguas y de sus Culturas todos los aspectos aplicados que son consecuencia de estos estudios (aplicación al mundo de la empresa, de la administración, de la psicología, de la docencia, de la traducción, &c.). No nos parece pertinente, en consecuencia, una Titulación de Grado en Traducción –saber y técnica que debe formar parte intrínseca de los estudios de Lenguas y Culturas, como siempre lo han formado y ahora lo forman. Realidad ésta avalada por la situación de dicha titulación, actualmente, en sus tres primeros años, que repiten, grosso modo, los planes de estudio de una Filología Moderna actual. Sí nos parece pertinente, sin embargo, que exista una Titulación de Postgrado en Traducción e Interpretación, como viene ocurriendo en la mayoría de Europa, a la que puedan acceder los graduados de las Titulaciones a las que a continuación se alude o de titulaciones distintas, siempre que justifiquen el conocimiento pertinente de, al menos, dos lenguas extranjeras. e. Junto a estos cuatro espacios generados por una coincidencia geográfica, cultural y por objetivos particulares, creemos pertinente dos titulaciones de ámbito transversal e interdisciplinar, con objetivos científicos y proyección social diferenciadas de las anteriores. Una titulación que, acorde con los estudios universitarios que se imparten en Europa, articule los estudios teóricos, contrastivos y aplicados de las distintas Lenguas, (Lingüística teórica y aplicada), que de respuesta a los numerosos perfiles profesionales que demanda en la actualidad el nuevo mercado laboral tanto nacional como europeo. Otra que articule, del mismo modo, los Estudios Literarios, desde una perspectiva estética, general, contrastiva, en su relación con las demás artes, y prestando un interés especial a la creación literaria –lo que en la universidad europea aparece como 'aprendizaje de la escritura artística o creativa'. 3. Propuesta de Titulaciones. Listado Provisional. 1. Lenguas y Culturas del Estado Español 1.a. Lengua española y sus Literaturas 2. Lenguas y Culturas modernas |
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La Rioja, lunes 7 de marzo de 2005
Una nueva torre de Babel. La comunidad universitaria riojana acoge con recelo las líneas maestras para modificar las titulaciones
En el Departamento de Filologías Hispánica y Clásicas de la Universidad de La Rioja andan con la mosca detrás de la oreja. No es para menos porque el proyecto de las líneas maestras presentado a la ANECA supondrá una auténtica involución en la licenciatura, a juicio de todos los expertos consultados por Diario La Rioja. La propuesta, aunque provisional, no ha inspirado precisamente ditirambos y la preocupación se ha apoderado de los despachos, más cuando los actuales itinerarios tampoco son del agrado general.
A. A. / B. B. / LOGROÑO. Entre las voces autorizadas, destaca la del catedrático Claudio García Turza, quien se muestra especialmente preocupado por las implicaciones que la propuesta, de llevarse a cabo, tiene en una región que hace bandera del castellano: «Si en otras universidades se pueden ver afectados, aquí con más motivo. Siempre he defendido que la licenciatura de Filología debe procurar profundizar en el conocimiento y la génesis de la lengua española, un objetivo que si no se cumple ahora tal como está el plan de estudios, este proyecto lo aleja más». Turza lamenta este nuevo intento por «minusvalorar» a la Filología como estudio académico.
No sólo desde la lingüística se ve con cierto recelo este nuevo horizonte. Desde el punto de visto de los estudios literarios las opiniones también revelan ciertas prevenciones. Miguel Ángel Muro, profesor de Teoría de la Literatura, no tiene muchas esperanzas de que la situación mejore -«Estoy muy a disgusto con el plan de estudios actual, que ha sido un fracaso a la hora de formar a los estudiantes»-, aunque hasta que conozca todos los detalles del proyecto, prefiere ser cauto: «No sabría decir si es mejor o peor, lo que tengo claro es que el actual plan de estudios es un desastre».
Desde un punto de vista práctico, los profesores de literatura, con suerte, quizá tengan tiempo de ponerse al día en la historia de la escritura creativa euskaldún, catalana o gallega, pero los de la rama lingüística tienen un reto más peliaguado. Aquí surge la pregunta: ¿Contratará la UR nuevo profesorado nativo? «Me extraña que se pueda contratar nuevo profesorado tal como andamos de presupuesto ahora mismo y lo que me temo es que nos dirán que nos apañemos con el personal que hay», apunta resignado Miguel Ángel Muro.
«Documento político»
El director de Filologías Hispánica y Clásicas, Jorge Fernández, lo tiene claro: «Se trata de un documento confuso, deliberadamente ambiguo y en el que parece que todo está muy pactado políticamente». En su opinión, hay una serie de formulaciones «que parece que aluden a una búsqueda de un equilibrio por satisfacer sensibilidades políticas muy distintas».
La inclusión del asturiano entre las nuevas lenguas autonómicas que compartirán titulación con las filologías hispánicas le parece muy sintomática. «Roza lo demencial. No cabe duda de que tiene su interés lingüístico y cultural, pero no es una lengua que se pueda comparar en cuanto a producción cultural, interés científico...». Por ello, insiste en que «suena a negociación política, para satisfacer los intereses de las comunidades nacionalistas. «Es un poco absurdo que uno tenga que estudiar español y vasco o asturiano y no pueda estudiar español e inglés o latín».
La nueva reestructruación académica, según Jorge Fernández, conllevará, además, un problema de plantillas, «porque también aquí habrá que contratar profesores de vasco, gallego», algo que, por otro lado, considera que no está mal, «porque que se dé la opción de estudiar dos lenguas está bien y que se diversifiquen los estudios, también». Lo que considera ilógico es que las filologías hispánicas sólo se combinen con el resto de lenguas del país.
En el caso concreto de la Universidad de La Rioja, el director de del departamento de Filología Hispánica se plantea qué alumno va a querer a partir de ahora incluir en su carrera estudios de catalán, asturiano o gallego. «De vasco, posiblemente, sí, por ser vecinos. Pero sólo eso».
El responsable académico explica que últimamente se había hecho un importante esfuerzo por reconducir estos estudios, que si bien en los últimos tiempos han conseguido remontar el número de matrículas, no figuran entre los más demandados. «Son estudios vocacionales. Y, si a esto se le pone ahora una dificultad añadida como es aprender una lengua nueva, pues no creo que sea beneficioso», concluye.
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La Rioja, martes 8 de marzo de 2005
La propuesta para modificar las filologías equipara el español con el vasco y el asturiano. El plan acabaría con la formación de especialistas exclusivos en castellano. La Agencia Nacional para la Evaluación de la Calidad y Acreditación plantea la titulación denominada 'Lenguas y Culturas del Estado Español'
Los nuevos planes de estudios de lenguas y literaturas, que de modo general reducen las 18 filologías actuales a seis, acabarían con la formación de especialistas en español de forma exclusiva, es decir, con las enseñanzas de Filología Hispánica tal y como se imparten en la actualidad en la Universidad de La Rioja. La propuesta provisional de las líneas que podrían regir los futuros estudios de grado de esta carrera, de acuerdo con el nuevo marco europeo, obliga necesariamente a estudiar otra lengua «del Estado español» para poder cursar los estudios de castellano.
A. A./B. B./LOGROÑO. De esta forma, el alumno que quiera especializarse en Filología Hispánica tendrá que elegir al mismo tiempo entre lengua catalana, gallega, vasca o asturiana. Respecto a esta última inclusión, el texto del borrador lo justifica «porque, aunque no tenga formalmente la condición de lengua cooficial del estado, en algunos casos ya funciona como tal».
El estatus especial que adquieren las lenguas regionales justifica el título de estos estudios, que pasarían a denominarse 'Lenguas y Culturas del Estado Español'. La comisión encargada de este primer texto, que integran profesores y cargos políticos de las distintas autonomías, defienden que «las lenguas de Estado español, por ser lenguas maternas, deben tener un tratamiento destacado».
La propuesta, elaborada por una comisión creada por la ANECA (Agencia Nacional para la Evaluación de la Calidad y Acreditación), señala que los títulos futuros, según lo que se viene haciendo en Europa, deben articularse en torno a dos lenguas con sus culturas y literaturas. Estas dos lenguas tendrían un estatus de paridad en lo que se refiere a los contenidos. En la práctica, el reparto de idiomas excluye la posibilidad de compaginar los estudios de español con otras lenguas modernas y clásicas; es decir, elegir en la misma filología el español y el inglés o el español y el latín.
Las enseñanzas de Filología Inglesa impartidas por la Universidad de La Rioja también se verían modificadas, ya que se verían obligadas a compartir su ámbito académico con otras filologías; en esta caso, las modernas y las clásicas. El texto no dice nada sobre los créditos de los nuevos estudios, lo que deja sin aclarar si serán carreras de tres o cuatro años.
Los expertos también «creen conveniente» dos titulaciones de ámbito tranversal: Lingüística Teórica y Aplicada, por un lado, y Estudios Literarios, por otro.
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ABC, martes 8 de marzo de 2005
Proponen convertir Filología Hispánica en Lenguas y Culturas del Estado Español
M. ASENJO. MADRID. La reforma de las actuales carreras de Filología ha suscitado una creciente polémica en los campus. La controversia ha tenido su máximo exponente en
una propuesta provisional que el grupo coordinador del proyecto ha presentado a la Agencia de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca), en orden a la elaboración de un Libro Blanco de las Filologías y dentro del proceso de reforma de las carreras para adaptarlas al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES).
El proyecto de este grupo, formado por 16 personas y presidido por la decana de la Complutense, incluye la reordenación de todas las titulaciones de filologías. Según esa propuesta, los 17 títulos oficiales actuales prodrían quedar reducidos a seis o siete, De hecho, el documento de trabajo propone que Filología Hispánica debe transformarse en Lenguas y Cultura del Estado Español, un cambio que ha comenzado a provocar las protestas de las Facultades donde se imparten estos estudios.
La presidenta de la Conferencia de Decanos y máxima responsable de la Facultad de Madrid, Pilar Saquero, señalo que este término es sólo un «escenario de operaciones» y añadió que, en realidad, se habían barajado las titulaciones de Lengua Española y sus Literaturas, Lengua y Literatura Catalanas, Lengua y Literatura Gallegas, Lengua y Literatura Vascas, Lengua y Literatura Asturianas, Lenguas y Culturas Modernas, Lenguas y Culturas Orientales, Lenguas y Culturas Clásicas, Lingüística Teórica y Aplicada y Estudios Literarios.
Al parecer, en un reunión de Decanos celebrada ayer en Madrid se habría explicado que Lenguas y Culturas del Estado Español «no será un título», según aseguró Pilar Saquero, y que se suprimiría esa mención y se retiraría la especialidad de lengua asturiana.
El conjunto de la iniciativa del grupo de expertos ha causado, cuando menos, sorpresa en el mundo académico por entender que el proyecto «no responde a las expectativas» de la comunidad universitaria y en algún caso ha sido calificada de «un poco descabellada». En concreto, los más críticos aseguran que el documento no es rechazable en su totalidad pero defrauda por «la escasa información» que suminista, la «precaria argumentación» que lo sustenta, la «pequeña innovación» que supone frente a lo que existe y la «poca precisión» en las denominaciones de las carreras. Asimismo, no se entienden las explicaciones de los redactores del texto que justifican la reorganización en la necesidad de ofrecer «un organigrama más abierto, más flexible y con capacidad para ir incorporando aquellas lenguas con sus culturas que no forman parte del panorama universitario español».
En cuanto a Lenguas y Culturas del Estado Español, el grupo justifica su pertinencia en que «por el hecho de ser lenguas maternas, deben tener un estatus especial», circunstancia que no todos comparten sobre todo en alguna de las lenguas con escasa implantación y que ni siquiera, como en el caso del asturiano, es lengua cooficial con el Estado. La propuesta evita indicaciones sobre la duración del título y su capacitación profesional.
La actual Filología Hispánica es una licenciatura de cinco años.
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El Comercio, martes 8 de marzo de 2005
Una comisión nacional propone la especialidad de Filología asturiana
Filología Hispánica se podría sustituir por el título de Lenguas y Culturas del Estado, en cuyo marco se incluye la llingua pese a que «no tenga la condición de cooficial»
M. ASENJO / El título de Filología Hispánica, que actualmente se imparte en 43 universidades, puede ser sustituido por el de Lenguas y Culturas del Estado Español, si finalmente prospera la propuesta provisional que el grupo coordinador del proyecto ha presentado a la Agencia de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) para la elaboración de un Libro Blanco de las Filologías y dentro del proceso de reforma de las carreras para adaptarlas al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Esa propuesta incluye por primera vez la creación de una titulación para la lengua asturiana.
El proyecto de este grupo, formado por 16 personas relacionadas con las filologías, incluye la reordenación de todas las titulaciones del ramo que hoy existen, de modo que los 17 títulos oficiales actuales quedan reducidos a seis: el ya mencionado de Lenguas y Culturas del Estado Español y los de Lenguas y Culturas Modernas, Lenguas y Culturas Orientales, Lenguas y Culturas Clásicas, Lingüística Teórica y Aplicada y Estudios Literarios. Dentro de la eventual carrera de Lenguas y Culturas del Estado Español se estructuran cinco subtítulos citados en el documento en este orden: Lengua Española y sus Literaturas, Lengua y Literatura Catalanas, Lengua y Literatura Gallegas, Lengua y Literatura Vascas y Lengua y Literatura Asturianas. El documento de los expertos apuesta por el asturiano, pese a que «no tenga formalmente la condición de lengua cooficial del Estado, en algunos casos ya funciona como tal».
Es la primera vez que los expertos respaldan la creación de esta titulación, reclamada en numerosas ocasiones desde Asturias y que se ha encontrado siempre con el rechazo frontal del Consejo de Universidades.
El conjunto de la iniciativa del grupo de expertos ha causado, cuando menos, sorpresa en el mundo académico por entender que el proyecto «no responde a las expectativas» de la comunidad universitaria y en algún caso ha sido calificada de «un poco descabellada». En concreto, los más críticos, entre ellos la Autónoma de Madrid, aseguran que el documento no es rechazable en su totalidad pero defrauda por «la escasa información» que suminista, la «precaria argumentación» que lo sustenta, la «pequeña innovación» que supone frente a lo que existe y la «poca precisión» en las denominaciones de las carreras.
Asimismo, no se entienden las justificaciones de los redactores del texto que justifican la reorganización en la necesidad de ofrecer «un organigrama más abierto, más flexible y con capacidad para ir incorporando aquellas lenguas con sus culturas que, de momento, no forman parte del panorama universitario español».
En cuanto a la carrera Lenguas y Culturas del Estado Español, el grupo justifica su pertinencia en que «por el hecho de ser lenguas maternas, deben tener un estatus especial». A esta argumentación se suman las de ajustarse al mercado laboral y modernizar los estudios.
En la actualidad, Filología Hispánica es una licenciatura de cinco años de duración, con una carga lectiva global de 324 créditos (cada crédito equivale a 10 horas lectivas) y con un amplio contenido formativo.
Otra lengua del Estado
De llevarse a cabo los nuevos planes, se acabaría con la formación de especialistas en español de forma exclusiva. Es decir, de acuerdo al nuevo marco europeo, sería obligatorio a estudiar otra lengua del estado para poder cursar los estudios de español. De esta forma, el alumno que quiera especializarse en Filología Hispánica tendrá que elegir al mismo tiempo entre lengua catalana, gallega, vasca o asturiana.
La nueva estructura de los estudios universitarios incluye carreras de grado de entre 180 y 240 créditos europeos (de 25 a 30 horas teórico-prácticas), es decir, con una duración de entre tres y cuatro años que preparan a los estudiantes para incorporarse al mundo del trabajo. El posgrado (máster y doctorado) se orienta a la especialización y la docencia.
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La Rioja, miércoles 9 de marzo de 2005
La comunidad académica riojana rechaza el proyecto de reforma de las Filologías
Dos años después del Plan Estratégico, su futuro se vuelve a poner en duda. Mientras otras universidades se movilizan, en la UR el contenido de la propuesta de la Aneca no ha trascendido de los despachos
Después de una época dorada, los estudios de Filología Hispánica vienen nutriéndose de un grupo de alumnos vocacionales que no llenan las aulas. No es la primera vez que su futuro se pone en entredicho. Con anterioridad, en enero del 2003, también se vivieron días de revuelo en el campus cuando desde el Rectorado se dio a conocer el plan estratégico que planteaba una reconversión a fondo de los planes de estudio. En la nueva oferta, que se quedó en el camino, las enseñanzas de español desaparecían del catálogo de titulaciones de la UR en beneficio de otras enseñanzas técnicas.
A.A/B.B./LOGROÑO. Los autores del informe apostaban por una universidad temática y diferenciada y para ello se decantaban por la implantación de titulaciones en Ingeniería Agrónoma y Ciencias y Tecnología de los Alimentos. El documento no prosperó, pero sí sirvió para avivar el debate en el seno de la Universidad y sobre todo en el ámbito de las filologías. Así, para atraer el interés de los estudiantes, el propio departamento se vio obligado a reaccionar y aprobó un plan de estudios, adaptado a las directrices europeas, cuyo objetivo era diseñar una titulación más vinculada a los intereses de los titulados y de la sociedad. El objetivo era convertir la UR en un centro de referencia de estudios filológicos.
En ese empeño estaban la carreras de Filología del campus riojano, cuando un nuevo aldabonazo ha vuelto a interrumpir la tranquilidad docente con el inicio, por parte de las autoridades ministeriales, del proceso por el que se han de renovar y reformar los antiguos planes de estudio de licenciaturas universitarias de acuerdo con las disposiciones del Real Decreto 55/2005 de 21 enero, cuyo objeto es «establecer la estructura de las enseñanzas universitarias españolas, de acuerdo con las líneas generales emanadas del Espacio Europeo de Educación Superior' expresadas inicialmente en la Declaración de Bolonia de 1999».
Esta reforma, apoyada en un documento consensuado por los representantes de dieciséis universidades, ha puesto en guardia a docentes y estudiantes, hasta tal punto que el Consejo del Departamento de Filología Inglesa I de la Universidad Complutense ha puesto en circulación un manifiesto de repulsa hacia las conclusiones del 'comité de expertos' y cuyos principales puntos se detallan en el recuadro inferior. En lo que a su carrera se refiere, están recogiendo firmas en un documento para que se incluyan los 'Estudios Ingleses' en el catálogo de títulos de grado universitario.
¿Y en la UR? A diferencia de lo que ocurre en la Complutense, donde personal docente y alumnos comparten la preocupación, en la Universidad riojana éstos últimos desconocen un proyecto del que ni tan siquiera han oído hablar ni a título personal ni a través del Consejo de Estudiantes. La propuesta de la Aneca no ha trascendido de los despachos e incluso miembros de los Consejos de Departamento desconocen sus términos.
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La Rioja, miércoles 9 de marzo de 2005
Pedro Santana | Diretor del Departamento de Filologías Modernas.
«Dudo mucho de que la propuesta prospere»
Santana espera que el Ministerio sea más flexible con las opciones propuestas. Pedro Santana, director del Departamento de Filologías Modernas de la Universidad de La Rioja, está convencido de que la propuesta para modificar los estudios de Filología no va a prosperar en los términos que se ha planteado.
B.B./LOGROÑO. Santana opina que «muchos aspectos que recoge la propuesta son inaceptables y negativos para todos y, en particular, para los nuevos estudiantes». Esta sensación es la que le hace creer que «no va a prosperar; lo dudo mucho».
A su juicio, el proyecto es poco claro tanto en su lenguaje como en su contenido definitivo y recuerda que, de momento, es sólo una propuesta provisional que el grupo coordinador ha presentado a la Agencia de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca). En este sentido, el director de departamento confía en que sufra importantes modificaciones y que «el Ministerio de vía libre a un grado en que se puedan combinar dos lenguas con toda la libertad posible». Para finalizar, Santana manda un mensaje de tranquilidad a los futuros estudiantes de filologías porque en los próximos cursos «los alumnos van a estudiar los planes vigentes».
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La Rioja, miércoles 9 de marzo de 2005
Gustavo Bueno | Filósofo riojano
«El texto está propugnando el estado federal de Rovira, Ibarretxe y Maragall»
El intelectual calceatense considera que los nacionalistas «han metido un gol» amparándose en «la Unión Europea»
La impresión general que le produce al filósofo riojano Gustavo Bueno la primera propuesta para reformar las filologías es que se está propugnado un estado federal, «pero un estado federal, incide, concebido desde la perspectiva de Rovira, Ibarretxe y Maragall». A su juicio, poner «en estado de paridad» dos lenguas y culturas por licenciatura, la española y otras autonómicas, es «excesivo» y no hace sino «concebir España dividida en varios estados, asociados entre sí, pero sobre todo a Europa. Se quiere dar la misma equiparación al español, que al bable o al euskera ¿Por qué no se ha incluido el panocho murciano?».
Dice que el borrador, al que no duda en calificarlo como «texto político, algo indignante», le ha molestado particularmente como autor de un libro sobre el mito de la cultura. «Cuando los señores de la Aneca engloban en un solo epígrafe la lengua, la literatura y la cultura, es como para echarse a temblar». Y pone un ejemplo: «no se puede hablar de la cultura catalana y la lengua catalana como si fueran dos cosas intercambiables, cuando la cultura catalana es una subcultura; le quitas la lengua y no queda más que la butifarra y la sardana».
Al ligar la cultura con la lengua, continúa, los autores de la propuesta están sugiriendo una nueva organización académica, «donde la antropología cultural queda reducida con las lenguas vernáculas (propia del país) cuando tienen una estructura distinta completamente». «Hay muchas escuelas antropológicas que dudan de si las lenguas pueden ser tratadas igual que las culturas».
Pero «el colmo» para Gustavo Bueno es que se incluya en esta relación la cultura y la lengua asturiana. «Se están inventando las lenguas. Lo que se habla en Asturias es el español con su acento y sus modismos, es como el acento andaluz del sur. El bable o los bables, porque hay muchos, es diferente. Yo creé una asociación para defender la individualidad de cada uno de ellos, que por cierto, se hablan también en León, Portugal....».
El filósofo riojano ve en todo el planteamiento del texto «un gol metido por los nacionalismos, amparándose en la Unión Europea, en la defensa de las culturas..» Ahora espera que, en próximos debates, «se eche abajo, porque si se acepta esto, será la rendición definitiva».
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ABC, viernes 11 de marzo de 2005
Cartas al Director. Filología Hispánica no va a desaparecer
En relación con la información publicada en ABC el 8 de marzo acerca de la titulación de Filología Hispánica les agradecería que publicasen las siguientes consideraciones: Es falso que el título de Filología Hispánica se vaya a convertir en un único título de «Lenguas y Culturas del Estado Español».
Esta expresión encabeza en el documento de trabajo un razonamiento acerca de la pertinencia de que haya cuatro títulos de Grado nítidamente diferenciados que serán, por orden alfabético: Lengua y Literatura Catalana, Lengua y Literatura Española, Lengua y Literatura Gallega y Lengua y Literatura Vasca. Esta propuesta supone el mantenimiento de la situación actual, sólo con cambios en las denominaciones.
La petición de la delegada de la Universidad de Oviedo para que figure la titulación de «Lengua y Literatura Asturiana» no parece que sea atendible por cuanto concurren dos circunstancias que la desaconsejan, como son la inexistencia de un área de conocimiento y no ser lengua cooficial.
De las demás titulaciones mencionadas se dice que son meros «marcos indefinidos». Es lógico que así sea, pues todavía se están debatiendo.
Pilar Saquero Suárez-Somonte, decana de la facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid.
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ABC, sábado 12 de marzo de 2005
El mundo académico tacha de «locura» la desaparición de Filología Hispánica
La propuesta provisional equipara al español con el catalán, el vasco, el gallego o el asturiano. Para cursar castellano, habría que elegir otra lengua del Estado
M. ASENJO/MADRID. La comunidad académica sigue inquieta ante la posibilidad de que el título de Filología Hispánica desaparezca y, con otra denominación, los estudios de Lengua y Literatura Española tengan el mismo rango que los títulos de las diferentes lenguas vernáculas. Así, el académico Francisco Rodríguez Adrados tacha de auténtica «locura» y de «monumento a la incultura» la propuesta de que el español se meta en el mismo saco que las demás lenguas. Y su opinión es compartida en el mundo académico. El profesor Adrados no acaba de dar crédito a esas propuestas y resalta que, de ser ciertas, constituirían un ataque al español, «la única lengua común en la que todos nos entendemos». En relación con la reforma de los planes de estudio, ya en junio, la Real Academia difundió un escrito en el que expresaba la necesidad de una titulación de Filología Española, propuesta en la que coinciden los filólogos. La institución retomará el asunto después de Semana Santa.
Proyecto de reforma. Como ha informado ABC, el documento provisional del Grupo Coordinador del proyecto de reforma de los estudios de Filología, remitido a la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca), reduce a seis las 17 titulaciones actuales. De la primera, denominada Lenguas y Culturas del Estado Español, penden cinco subtítulos: Lengua Española y sus Literaturas, Lengua y Literatura catalanas, Lengua y Cultura Gallegas, Lengua y Literatura vascas y Lengua y Literatura Asturianas. Además, el texto propone las carreras de Lenguas y Culturas Modernas, Lenguas y Culturas Orientales, Lenguas y Culturas Clásicas, Lingüística Aplicada y Estudios Literarios. Esta propuesta equipara el español con el catalán, el vasco o el gallego.
Este documento que circula por los campus y que ha dado pie a un manifiesto del departamento de Filología Inglesa I, de la Universidad Complutense, ha recibido numerosas críticas por su «indefinición, confusión y ambigüedad», defectos para muchos sectores, «deliberados» y orientados a «no herir sensibilidades políticas». En las universidades aumentan las críticas al documento. La Universidad Autónoma de Madrid (UAM) expuso el pasado lunes ante el Grupo de Trabajo sus alegaciones a la propuesta y, al parecer, algunas de ellas serán incorporadas. Pero, al parecer, en esta sesión no se llegó a hablar de la nueva estructura de los títulos. Este informe crítico señala que «alguna de las denominaciones del catálogo final parecen desafortunadas».
Asimismo, sugiere que «sería necesario incluir el término Literaturas, junto con el de Lenguas y Culturas, en todos los títulos». Finalmente, critica la desaparición de Semíticas o Filología árabe y se pregunta si se incluyen en Lenguas y Culturas Orientales. Además, «reclama que la reforma se lleve a cabo de una forma seria y fundamentada».
Por su parte, el Departamento de Filología Inglesa I, de la Complutense, asegura que la propuesta «no se sostiene desde ningún punto de vista científico y parece reflejar la proyección de intereses políticos y corporativistas a ámbitos académicos y profesionales de nivel nacional». Dentro de la defensa de su especialidad, al Departamento le sorprende que «se desconsidere por innecesaria la existencia de un título de Grado en estudios ingleses».
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La Nueva España, domingo 13 de marzo de 2005
Gustavo Bueno
Comentarios a la propuesta de ANECA relativa a los estudios de lenguas, literaturas y culturas
Entre las propuestas de la Agencia Nacional de Evaluación de Calidad y Acreditación (ANECA) de reforma de titulaciones universitarias, la que alcanza un grado de impregnación ideológica (o utópica) más elevado es sin duda la propuesta para nuevas titulaciones en lenguas, literaturas y culturas. Esto es debido a las implicaciones políticas de la propia materia, a saber, la lengua y, muy especialmente, las lenguas en cuanto se relacionan con las «culturas», y con las «sociedades políticas».
El influjo de la ideología (o de la utopía) de la propuesta de ANECA es tanto más solapado e insidioso, cuanto su exposición pretende mantenerse en el terreno pragmático más estricto, que se formula además mediante categorías económicas abundantes. Por ejemplo, la utilización de la categoría «empleador» y «empleado», en el contexto de un proyecto académico demuestra, por sí sola, que la perspectiva de este proyecto es la del planeamiento de las salidas profesionales de los titulados. Pero estas salidas profesionales no están calculadas tanto en función de la «demanda social y económica» del presente (demanda que hay medir por los métodos habituales de la investigación demoscópica), cuanto en función de las necesidades previstas que se derivarían de una sociedad futura según planes y proyectos políticos muy determinados, por una ideología u utopía política y social también muy precisa. Ideología o utopía porque presenta como demandas actuales y perentorias lo que sólo son demandas hipotéticas de la sociedad ideológica o utópicamente prevista, implícita o explícitamente, por quienes redactaron y suscribieron la propuesta.
La ideología o utopía que está actuando en la propuesta de ANECA, relativa a la reforma de las titulaciones lingüísticas, es la ideología o utopía de España como Estado federal, o, según otros, como «nación de naciones soberanas», en cuanto dotadas de historia, cultura y lengua propias. En la propuesta de ANECA hay referencias explícitas a cinco o seis (según se cuenten) naciones-culturas soberanas (¿«Comunidades nacionales» de Francisco Rubio Llorente, presidente del Consejo de Estado?): Cataluña-Valencia-Islas Baleares; País Vasco (es decir, Euskadi, descontando las tres supuestas provincias francesas); Galicia; Asturias; y una quinta, sin nombre propio, que correspondería a una España residual que englobaría a Navarra, Aragón, Murcia, Andalucía, Extremadura, islas Canarias, Castilla y León y Castilla-La Mancha. Esta supuesta España federal se acogería, desde luego, a la Unión Europea, dentro de la cual estas cinco unidades político culturales podrían formar una región de «Estados libres asociados», según Tratados ad hoc, sin perjuicio de su pertenencia independiente a la Unión Europea.
Es preciso identificar esta ideología o utopía político-cultural-económica de este modelo de federalismo, con la ideología del federalismo más radical que se adscribe hoy comúnmente a los proyectos de Estado catalán, de ERC y de la «República independiente de Euskadi». Se trata del proyecto de Estado federal de Rovira-Ibarreche.
Las consecuencias inmediatas de este federalismo nacional-soberanista en el proyecto ANECA son inmediatas:
1) La equiparación de la lengua española («castellano») a cualquier otra de las lenguas del «Estado federal español», o de esa «Asociación libre de Estados ibéricos» (e islas adyacentes), como región delimitada dentro de la Unión Europea.
2) La vinculación de estas lenguas a supuestas culturas, antropológica e históricamente consolidadas.
3) La propuesta de una amplia libertad combinatoria de titulaciones, sobre el principio de combinaciones binarias entre los elementos del conjunto de las cinco o seis lenguas-culturas de referencia (titulaciones en catalán-español, gallego-vasco, asturiano-catalán, español-gallego, gallego-asturiano...) Esta combinatoria, unida a la variedad proporcionada por los estudios de lenguas orientales («que no de Oriente», se preocupa de precisar ANECA, sin duda pensando en los inmigrantes sarracenos) abriría enormes posibilidades pragmáticas en el Estado federal a los «empleadores» del mismo y a los «empleados» al servicio de aquellos «empleadores» (como antropólogos, funcionarios, profesores, traductores, guías turísticos, etcétera).
El proyecto de nuevas titulaciones, considerado desde la perspectiva de las coordenadas ideológico-utópicas que denunciamos (y no sólo, como es habitual, desde perspectivas puramente «académico-universitarias») sólo podrá prosperar en el supuesto de esa sui generis balcanización de España en la que la lengua española se vería reducida a la condición de una lengua regional más dentro de la lengua común de la Unión Europea (el inglés, probablemente).
Este proyecto de reforma se apoya principalmente en el supuesto ideológico, y más aun, metafísico de las culturas nacionales o de los «Estados de cultura». Es una herencia del idealismo alemán, principalmente de J. T. Fichte, acogido después por el Kulturkampf de Bismarck y por el Tercer Reich de A. Hitler (la fundamentación de esta idea se encuentra en el libro El mito de la cultura, 7.ª edición, 2005).
El supuesto de la ecualización del español con el euskera o el catalán es en todo caso mero voluntarismo que no responde a la realidad expresada por los actuales mapas lingüísticos ni, menos aún, a las demandas de empleo del presente.
Especialmente ridículo en este proyecto es el tratamiento de la supuesta lengua asturiana y de la cultura que, al parecer, le corresponde.
Si la propuesta de ANECA, aunque utópica, prosperase en un plazo corto y en el papel, en algunas reformas universitarias, en todo caso efímeras, produciría sin embargo una gran confusión y despilfarro económico efectivo. La prudencia política aconseja, por tanto, dejar de lado esta propuesta.