Separata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
publicada por Nódulo Materialista • nodulo.org
El Catoblepas • número 25 • marzo 2004 • página 4
Los terroristas secesionistas vascos de ETA asesinaron a seis españoles el 29 de julio de 1979, con bombas colocadas en la estaciones de ferrocarril de Atocha y Chamartín de Madrid... El 24 de diciembre de 2003 la Policía Nacional evitó una masacre en la estación madrileña de Chamartín, al desactivar dos bombas ya colocadas en un tren con más de 50 kilos de explosivo.
Los terroristas secesionistas vascos de ETA intentaron una masacre en Madrid el día 29 de febrero de 2004, frustrada por la Guardia Civil, que detuvo a los dos terroristas (Irkus Badillo y Gorka Vidal Álvaro) en la localidad conquense de Cañaveras, cuando en una furgoneta con 536 kilos de explosivos, preparados para ser colocados en sus objetivos, se dirigían a Madrid.
Fue la ETA. Y si al final aparecen datos de la intervención de Al Qaeda, pues a mayor abundamiento, ya que los asesinos de la ETA siempre se han entrenado en el valle de la Bekaa o en determinadas zonas de Argelia y otros espacios dominados endémicamente por los extremistas islámicos. Además, y para completar el argumento, Al Qaeda es una organización en red, es una red de redes, por decirlo en los términos cibernéticos, tan de actualidad. Precisamente de esa condición moderna –terroríficamente moderna, claro– propia de toda red obtiene su tremendo poder.
El terrorismo es internacional desde aquellos nihilistas rusos del siglo XIX, verdaderos creadores del horror moderno, y tras los terribles ataques del 11-S se ha convertido en global.
Las víctimas también son globales y por eso hemos sentido como propios los fallecidos en las Torres Gemelas de Nueva York –y por eso mismo los criminales y canallas de cualquier parte del mundo se han alegrado con aquellas muertes– como ahora están siendo vistas como propias, en cualquier sitio donde haya hombres de buena voluntad las 200 personas asesinadas en los ferrocarriles de Madrid.
Fue la ETA, luego fue Al Qaeda. Fue Al Qaeda, luego fue la ETA. Fueron la ETA y Al Qaeda, luego fueron sus cómplices, sean los integristas islámicos que por aquí anidan, sean los separatistas que parece que nos inundan, sean los que suscribieron el pacto de Perpiñán el pasado 4 de enero. Fueron los enemigos de España y que ya estamos en un país con un régimen constitucional impecable; fueron, son, los enemigos implacables de la democracia y la libertad.
Los terroristas no surgen como los hongos. No salen de la nada o de su propio fanatismo. Son criaturas –verdaderos monstruos– que alguien abona y riega cada día desde las instituciones públicas y las entidades que controlan los separatistas.
Por eso los separatistas son el enemigo absoluto de todos los españoles que militamos en el campo de la libertad. Hoy y mañana, duelo; el domingo, voto, y el lunes, todos, con toda energía, contra el separatismo. Oigo, Patria, tu aflicción.