David Stoll, ¿América Latina se vuelve protestante? Las políticas del crecimiento evangélico
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Contextualización

Para John Stam era importante haber perdido sus credenciales de pastor por su política, no por su teología reformada. No obstante, es el destino de los evangélicos que sus argumentos terminen como argumentos sobre cómo interpretar la Biblia. Los fundamentalistas acusaban a evangélicos como Stam de ser liberales. Stam negaba que su interpretación era de alguna manera más liberal o relativista que aquella de sus adversarios. «¡Ellos son los relativistas, no yo!», exclamó. «El presidente de AIBC se rehusó a entablar un discusión bíblica conmigo, explicando que, 'no existe final para aquello, la gente puede hacer que la Biblia diga lo que ellos quieren que diga'. Tienen miedo a la discusión bíblica porque saben que no la dominan. Quiero razones, ellos dicen que su opinión tiene derecho a ser tolerada aunque sea rígida. Inconscientemente, están camuflando su política derechista como teología –la cual en realidad no poseen.»{103}

Como se mencionó en el capítulo anterior, los innovadores evangélicos como Stam practicaban la «contextualización». Trataban de abrirse camino a través del literalismo importado por los fundamentalistas norteamericanos, para interpretar la escritura en el contexto latinoamericano. [211] «El norteamericano tiende a mirar las escrituras a través del lente de una perspectiva próspera, de clase media y libre empresa. En sí, no hay nada de malo en ello», explicó a sus patrocinadores norteamericanos un miembro de la Misión Centroamericana. «Pero los cristianos del Africa, Asia, y América Latina encontrarán otras verdades dentro de la Palabra... Estarán más orientados al espíritu comunitario. Mirarán en relieve las enseñanzas de la Biblia acerca de la riqueza y la pobreza.»{104}

«La contextualización es el término de moda en la teología evangélica», me dijo otro miembro de la Misión Centroamericana. «Viene a través del Africa y de América Latina hacia los Estados Unidos, en donde uno se queda afuera si no está interesado en la contextualización. Incluso los conservadores dicen practicarla. ¿Pero cuál es el contexto? El desacuerdo llega cuando uno se traslada desde el contexto bíblico hacia el actual. En el contexto presente, existe un conflicto enorme entre Romanos 13:1 [el cual instruye a los cristianos a obedecer al gobierno] y el deseo por denunciar los abusos y cambiar el sistema.»{105}

Para los fundamentalistas latinoamericanos, no había necesidad de dar más explicaciones. Interpretar la Biblia en el «contexto latinoamericano» implicaba que existía más de una interpretación; y tener más de una interpretación contradecía el fundamento bíblico de la iglesia como estos hombres lo entendían. Entre aquellos que no querían tener nada que ver con la contextualización estaba el Reverendo Marcelino Ortiz, un socio de Luis Palau y también presidente de la Confederación Evangélica Latinoamericana (CONELA). «La contextualización no es realmente necesaria», me dijo. «El mensaje del evangelio es el mismo en cualquier época, para cada hombre.»

Pero ¿no se había suscrito CONELA al Pacto de Lausana, el cual también hablaba sobre la contextualización y la responsabilidad social? La única razón por la que CONELA se comprometió con Lausana, explicaba Ortiz, era para evitar perder semanas discutiendo sobre su propia declaración doctrinal. En cuanto al compromiso social, pensaba que debía ser confinado a la tarea de reformar las vidas individuales. «Los cristianos conservadores realmente hacen más en responsabilidad social», me dijo. «No es sólo pastel en el cielo. ¡Un mexicano transformado! [212] El dinero gastado en alcohol se convierte en pan, calzado, vivienda, educación. Los niños se educan. La siguiente generación es más fuerte y mejor preparada. La obra social cristiana está levantando hombres. Darles un nuevo corazón, no un nuevo traje. Ahora muchos nicaragüenses piensan que, cuando se trató de cambiar la estructura, el remedio fue peor que la enfermedad. Por lo tanto, la verdadera solución es cambiar el corazón del hombre. Pero la responsabilidad social no es nuestro énfasis, lo admitimos. Es muy difícil saber cuándo llega el momento de denunciar los abusos. No es nuestra tarea denunciar.»{106}

CONELA había sido organizada, explica Ortiz, porque en los encuentros internacionales «estábamos siendo representados por personas que realmente no eran representativas, [es decir] conservadores, evangélicos, y bíblicos». Se estaba refiriendo a varios líderes de la Fraternidad Teológica Latinoamericana. Como hemos visto anteriormente, la FTL esperaba dar a las iglesias un sentido de responsabilidad social sin abandonar al evangelismo. Para los protestantes más radicales, el rechazo de la Fraternidad a la teología de la liberación la reducía al ala izquierdista del movimiento fundamentalista.{107} Pero cuestionaba la reproducción de las iglesias conservadoras y autoritarias que se preocupaban solo por el crecimiento numérico. Esto hizo sospechar a los organizadores de CONELA de que algunos de los miembros más prominentes de FTL estaban jugando en los dos equipos. Por interesarse en la teología de la liberación, reconocer la validez de algunas de sus propuestas, cuestionar la Pax Americana y el apoyo evangélico a las dictaduras de derecha, se sospechó que hombres como René y Washington Padilla, Orlando Costas, Samuel Escobar y Plutarco Bonilla fueran teólogos de la liberación.

La razón por la que CONELA estaba impulsando una «guerra sorda» en contra de tales teólogos, argumentaba Samuel Escobar, era que sus líderes estaban vinculados a organizaciones norteamericanas y se sentían amenazados por la independencia teológica y financiera de FTL, por su negativa a repetir fórmulas aprendidas de los norteamericanos. «Cuando insistimos en nuestro propio camino», escribió Escobar, «vienen entonces las acusaciones de herejía y las luchas institucionales. No hay aprecio por el esfuerzo nacional de pensar por cuenta propia, no hay sensibilidad para tratar de entender lo latinoamericano. Lamentablemente, hay caudillos criollos que se prestan a este juego fundamentalista, [213] porque muchas veces medran dentro del esquema paternalista y se benefician de él. Si traducir y repetir servilmente produce ganancias y otorga ventajas, ¿para qué darse el trabajo de procurar la indigeneidad?»{108}

Notas

{103} Entrevista del autor a John Stam, Ciudad de Guatemala, 24 de agosto de 1985.

{104} William Taylor, «Contextualization: What Does It Really Mean?» CAM Bulletin, nº 3, 1983, pp. 3, 12-13.

{105} Stephen Sywulka, Radio TGN, Ciudad de Guatemala, 28 de agosto de 1985.

{106} Entrevista del autor, Ciudad de México, 2 de septiembre de 1985.

{107} Bastian 1984: 61.

{108} «Heredero de la Reforma Radical», en Padilla 1984: 64-70.

 

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