David Stoll, ¿América Latina se vuelve protestante? Las políticas del crecimiento evangélico
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Dispensacionalismo nuclear

Los premilenaristas siempre han mirado al fin del mundo con cierto anhelo. Los últimos días no solo serán catastróficos, sino que los premilenaristas realmente dedicados están haciendo todo lo posible para acelerar su llegada. En la década de 1980, más y más personas se estaban convirtiendo en activistas en este sentido, como si el Señor necesitara su ayuda para llevar a cabo su plan. Al cumplir personalmente ésta o aquella profecía, esperaban inclinar la decisión del Señor. Tal vez el esfuerzo más popular, y el menos amenazador, era completar el evangelismo del mundo, basado en Mateo 24:14, que «será predicado este evangelio del reino en todo el orbe, para que su testimonio llegue a todos los pueblos; y entonces vendrá el fin.» [76]

Otros intentos por cumplir profecías eran más alarmantes. Pongamos como ejemplo la campaña para reconstruir el Templo en Jerusalén. Debido a que para esto se debía demoler un santuario musulmán que se encontraba en el mismo lugar, esto podría hacer estallar la guerra santa que los premilenaristas predecían.{36} Luego, existía el dispensacionalismo nuclear. Al interpretar la Biblia a la luz de sus preocupaciones geopolíticas, algunos premilenaristas aclamaban a las armas nucleares como instrumentos divinamente ordenados. Tal vez el inminente resplandor atómico era el amanecer del Reino milenario. Ya sea que detone la acción final de la historia o que simplemente defienda a la Iglesia en contra del ateísmo mundial, el dispensacionalismo nuclear captó la imaginación de la derecha religiosa. «El desarrollo de las armas nucleares era parte del plan de Dios», exclamó Ed McAteer, director de la Mesa Redonda Religiosa. «La guerra nuclear podría ser el cumplimiento de la profecía. Necesitamos estar preparados. Antes de que nosotros nos vayamos, ellos se van. Puedo decir aquello con toda la conciencia de un buen cristiano.»{37}

Como lo sugiere esta clase de pensamiento, el premilenarismo era una doctrina ortodoxa, la cual, al ser llevada lo suficientemente lejos, trastornaba al cristianismo en todo sentido. La creencia en el regreso del Señor podía degenerar en un entusiasmo por nuevos sistemas de destrucción masiva, oposición a las negociaciones con la Unión Soviética, e incluso en la resignación frente al holocausto nuclear. «Aquellos que se suscriben a este fatalismo del último día», escribió Tom Sine, «concluyen que nada se puede hacer para alterar la plaga creciente de la pobreza mundial, cambiar las injustas estructuras económicas, o promover al Reino de Dios aquí en la tierra... Algunos parecen sentir satisfacción frente a los desastres globales que confirmarían sus escenarios del fin de los tiempos... Estoy convencido de que los poderes de la oscuridad han llevado a cabo una estratagema asombrosa».{38}

Cuando la simpatía de Ronald Reagan con el dispensacionalismo nuclear se convirtió en un tema electoral de 1984, los evangélicos moderados lo desaprobaron.{39} Hasta la derecha religiosa comenzó a dudar de la eficacia de sus entusiastas profecías del Juicio Final; las imágenes del desastre apocalíptico no eran la mejor forma para atraer a los correligionarios hacia la arena política. Ahora que los Estados Unidos regresaban [77] hacia la grandeza bajo la administración de Reagan, los discursos sobre el inminente colapso nacional parecían inapropiados. Una cosa era segura: la derecha religiosa estaba cansada del retraso político de sus correligionarios. «Confío en que sepas que nuestro destino es el gobernar las naciones», exclamó un pastor en una asamblea en Sacramento, California. «Nuestro gran problema es que nosotros no podemos encontrar cristianos que gobiernen su propio vecindario, no se diga una ciudad, un condado, o un estado.»{40}

Notas

{36} Barbara y Michael Ledeen, «The Temple Mount Plot», The New Republic, 18 de junio de 1984, pp. 20-23.

{37} Tom Sine, «Bringing Down the Final Curtain», Sojourners, junio-julio 1984, pp. 10-14.

{38} Ibid.

{39} «Critics Fear That Reagan is Swayed by... a 'Nuclear Armageddon'», Christianity Today, 14 de diciembre de 1984, pp. 50-51.

{40} Dennis Peacocke, California Alliance, Capitol Christian Center, Sacramento, 21 de septiembre de 1985.

 

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