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Apelación pública

La Habana, 24 de febrero de 1955

Conscientes de responsabilidad ciudadana o inspirados en los mismos ideales que movieron el entusiasmo y la fe cívica del pueblo cubano en la gesta emancipadora que ahora conmemoramos, nos dirigimos a la opinión pública, para demandar la libertad de los presos por causas o motivos políticos y garantías para el regreso de los exilados, sin limitaciones o exclusiones, que contribuyan a desmerecer las posibilidades de pacífica convivencia que a todos interesa por igual.

Los firmantes de este documento y las grandes mayorías nacionales –sin vacilaciones ni distingos– hemos insistido en la necesidad de estabilizar la República propiciando un verdadero clima de paz cívica capaz de permitir, al propio tiempo que un retorno a la institucionalidad democrática, la prédica política que sustentan grupos de ciudadanos de incuestionable militancia adversa a los actuales representantes de los poderes públicos.

El problema cubano ha de plantearse en paridad de dignidad, de honor y de valor cívico. Mientras un grupo pretenda administrar los intereses de la mayoría y mandar –no gobernar– seguiremos sin paz; el ambiente de paz es necesario para resolver la angustiosa crisis nacional.

La libertad de los presos políticos no es una consecuencia de la paz. Es una causa para entrar en la paz.

Impuestos de nuestro reiterado repudio a la violencia –esencia misma del ideario común que profesamos– demandamos previsoramente y señalamos el deber de los que se han constituido en Gobierno para que prueben el propósito que dicen animarlos de trabajar por la paz por vías de la Constitución de 1940 y del respeto a la Ley y a la Justicia. Y en mérito a esa declaración y al clamor del pueblo ansioso de rectificaciones que nos conduzcan al disfrute pleno de la dignidad del hombre y el progreso nacional, dejamos en su exclusiva responsabilidad histórica la decisión más alta de este grave conflicto, cuyas derivaciones consiguientes queremos evitar con esta apelación pública que esperamos sea definitiva y trace en el futuro de la patria los senderos de concordia y dignidad que inspiran nuestras mejores tradiciones nacionales.

La Habana, 24 de febrero de 1955.

Dr. Cosme de la Torriente, Dr. Carlos Márquez Sterling, Dr. Manuel Antonio de Varona, Dr. Ramón Zaydin, Dr. Jorge Mañach, Dr. José R. Andreu, Dr. Pelayo Cuervo, Dr. José Manuel Gutiérrez, Dr. Antonio Martínez Fraga, Dr. Néstor Carbonell, Dr. Manuel Bisbé, Dr. Francisco Carone, Dr. Félix Lancís, Dr. Lincoln Rodón, Sr. José Pardo Llada, Dr. Héctor Pagés, Dr. Luis Casero, Dr. Alberto Saumell, Sr. Carlos M. Peláez, Dr. José Alvarez Díaz, Dr. Rogelio Regalado, Dr. José Miguel Morales Gómez, Dra. Vicentina Antuña, Dr. Roberto Melero Juvier, Dr. Antonio G. Cejas, Dr. Luis Conte Agüero, Sr. Manuel Palacio Blanco, Dr. Eduardo Corona, Dr. Andrés Valdespino, Dr. Rafael Miyar, Sr. Luis Felipe Gutiérrez, Sr. Max Lesnick, Sr. Javier Lezcano, Dr. Aramís Taboada, Dr. Orlando de la Portilla, Dr. Francisco Ramos Montejo.

Fuente: Bohemia (La Habana), año 47, número 9 (27 febrero 1955), pág. 62.

 

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