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Fortunata y Jacinta

Análisis Dos Cataluñas de Netflix. 3 Montaje y manipulación emocional

Forja 010 · 1 noviembre 2018 · 17:32

¡Qué m… de país!

Buenos días, sus Señorías, mi nombre es Fortunata y Jacinta, esto es ¡Qué m… de país! y hoy les invito a pensar creativamente en la ‘m’ del título.

Uno de los trucos que sostienen la apariencia de neutralidad ideológica del documental “Dos Cataluñas” es que la figura del narrador se presenta opacada, invisibilizada, oculta. Es decir, no hay algo parecido a un David Attenborough, saben ustedes, el archiconocido divulgador británico que presentaba los programas de naturaleza de la BBC…

De hecho se insiste en que se ha dado voz a todas las partes y que todos los que han querido participar (unos 85 testimonios), han podido hacerlo. Ya vimos en el capítulo anterior que la manipulación de los hechos no consiste únicamente en falsear datos sino que a menudo basta con silenciarlos, es decir, se cuentan unas cosas y se silencian otras, se da voz a algunos testimonios y se invisibilizan otros.

“Dos Cataluñas” presenta una narración, un determinado relato. Aceptar esto implica necesariamente el reconocimiento de una figura mediadora que presenta, ordena y guía la historia. Este personaje –el narrador– está dotado de una cierta cantidad de privilegios: se trata de un relator autoconsciente que regula los contenidos expuestos y el tono de la exposición; un actor que no se deja ver ni tiene nombre, que no habla pero que dice mucho. Se trata, en suma, de un informador prosélito, de un cínico, que al ordenar los materiales que componen la historia jerarquiza la percepción a su alrededor. En “Dos Cataluñas”, este narrador ocupa un estatuto deliberadamente complejo ya que al no estar vinculado a ninguna suerte de cuerpo o materialidad resulta difícilmente identificable para el espectador. De ahí que, como ya vimos en el capítulo anterior, muchas de las reseñas críticas que se han publicado sobre “Dos Cataluñas”, lo describan como una simple acumulación de entrevistas.

Recursos narrativos visuales y sonoros

A continuación, vamos a realizar el análisis técnico de la secuencia de introducción de “Dos Cataluñas”. Este tramo dura 5’39”, funciona como secuencia de los títulos de crédito de inicio y también como antesala o preámbulo del bloque fílmico que sigue. Atención, no es un tráiler. Es una introducción y funciona a modo de preludio sinfónico, es decir, como aparato anticipador y aglutinador de la carga dramática que está por llegar: el impacto emocional que esta primera etapa genere en el espectador (y recuerden que este producto está dirigido y diseñado específicamente para un público extranjero), será el que perdure durante el resto del audiovisionado. Y utilizo una expresión musical, preludio sinfónico, porque como demostraré, el peso de la carga dramática, emocional y psicológica de este tramo recae sobre la banda sonora. Empezamos.

Análisis Dos Cataluñas

Esta gráfica muestra la estructura narrativa del montaje. Como veis, este segmento de introducción está dividido en dos partes: la primera presenta al bloque separatista. La segunda al bloque que yo he denominado “patriota o nacional”. Ya explicamos que “patria” remite al territorio, a la tierra que da soporte material a la nación española que, a su vez, está conformada por todos los españoles. Si alguien tiene prejuicios con esta terminología que se lo mire.

El bloque separatista tiene una duración de 1’37’’: se inicia con la presentación del personaje P/1 (cuerpo social que apoya la ruptura con España) y termina con la aparición del personaje P/2 (líder político que apoya la ruptura con España: Puigdemont).

El bloque patriota o nacional tiene una duración de 3’04’’: se inicia con la presentación del personaje P/3 (a juicio de los guionistas, Inés Arrimadas es el líder político que se opone al separatismo) y termina con la aparición del personaje P/4 (cuerpo social que se opone al separatismo). Podríamos concluir que se trata de una estructura en espejo aunque vemos que no es exactamente simétrica. La línea roja debería marcar el eje axial sin embargo veremos que el corte en la estructura narrativa se produce unos segundos más tarde, a la altura de la línea amarilla: ahí es donde se produce el cambio de narrativa. Dicho cambio es de naturaleza emocional, es decir, se genera un impacto en el plano subjetivo/psicológico del espectador, y el elemento responsable de generar dicho impacto es el sonido. Ahora veremos qué mecanismos se ponen en marcha para lograr tal efecto.

Continua un tramo final de 58” donde se realiza un resumen global.

Inicio del bloque de introducción

Plano negro y rotulación en pantalla con los logotipos de las productoras. Entra modulada la primera pista de audio: percibimos ruido de calle, aplausos, silbidos y una voz coreada que todavía no identificamos. Es decir, identificamos la materialidad de una voz humana coral pero no identificamos el contenido, el verbo, el significado.

Transición suave a plano de calle. Contrapicado hacia una gran masa de gente y amplificación del sonido: clamor popular emitido en tono grave e imperativo. Los subtítulos nos ayudan a identificar las palabras: “¡Independencia!”, en catalán. Aparece un rótulo en pantalla:

“Todo el mundo tiene derecho a su opinión pero no a sus propios hechos”: Daniel Patrick Moynihan.

Entrada de música instrumental diegética. Esto quiere decir que el sonido sale de dentro de la acción que vemos en pantalla, no está acoplada en postproducción como una música ornamental o decorativa, sino que tiene su fuente de emisión en la acción, posiblemente unos altavoces instalados en la plaza. Suenan los primeros acordes del himno “Els segadors”. Antes de darnos cuenta de que el público está coreando la letra, aparecen impresos en pantalla los subtítulos con el texto: “Cataluña triunfal volverá a ser rica y plena, atrás esta gente tan ufana y tan soberbia”.

La secuencia continua de forma ininterrumpida durante 1’37” de manera que asistimos a dos tercios completos del canto “Els segadors”: “¡Buen golpe de hoz! ¡Buen golpe de hoz, defensores de la tierra!¡Buen golpe de hoz! ¡Ahora es hora, segadores! ¡Ahora es hora de estar alerta! Para cuando venga otro junio, ¡afilemos bien las herramientas!”

Breve parada técnica: No subestimen jamás el poder del montaje en el cine y mucho menos subestimen el extraordinario poder del sonido en el cine, principal responsable de los efectos de empatía y anempatía perceptual que se proyectan sobre el espectador. Piensen, por ejemplo, que la mayor parte del cine de terror dejaría de serlo si modificáramos sencillamente su texto sonoro.

Recordemos lo que decía Eisenstein, el famoso director de cine soviético, en su ensayo teórico “Montaje de atracciones”: “(el montaje es) todo elemento que pueda ser matemáticamente calculado para producir ciertos choques emotivos (…) Único medio mediante el cual se puede hacer perceptible la conclusión ideológica final”. Esto es, “el montaje consistiría en la diseminación a lo largo del relato cinematográfico de momentos sobrecogedores y pregnantes, gracias a cuya periódica exposición se acaba por generar en el espectador una toma de conciencia”. Resumiendo: primero se genera la sensación, luego la emoción y por último la intelección, esto es, la construcción de la idea.

Estos primeros planos de “Dos Cataluñas”, musicalizados con el canto “Els segadors”, no solo cumplen una función contextualizadora o meramente informativa, sino que crean un vibrante fondo ambiental y sobre todo construyen un argumento emocional muy intenso. ¿Por qué? Dos apuntes breves.

La melodía de “Els segadors” tiene una impronta extrañamente triste, expresa una desdicha, una suerte de lamento trágico. La melodía de acento arcaizante y popular, su ritmo lento y la letra de evidente tradición negrolegendaria, otorgan al conjunto un cariz épico y solemne que es amplificado, qué duda cabe, por la puesta en escena.

Pero ahí no termina la cosa. Fíjense en que el primer rótulo que apareció en pantalla es esa cita tan ambigua que ya hemos comentado: “Todo el mundo tiene derecho a su opinión pero no a sus propios hechos”. La cita es de Daniel Patrick Moynihan, del partido Demócrata de EEUU, lo que indica de por sí una cierta preferencia ideológica. Es decir, no se ha escogido una cita de Putin o de Mubarak, porque la intención es proporcionar un viso de intelectualidad y de legitimidad moral a lo que vemos en pantalla. Pero el sentido de la frase es suficientemente ambiguo: se me puede rebatir diciendo que la segunda parte de la frase puede ser interpretada como una reprimenda implícita a los separatistas por la irresponsabilidad de sus “hechos”. Pero recuerden que uno está sentado en un sofá, capturado por la intensidad de las imágenes, lee la frase en dos segundos, procesa con suerte la primera parte: “todo el mundo tiene derecho a su opinión” mientras que la segunda se queda flotando en el cerebro: “Pero no a sus propios hechos”. ¿Qué quiere decir eso? Inmediatamente la atención es capturada por nuevas imágenes y nuevos sonidos.

Un minuto y medio más tarde se oye la voz en off de Carles Puigdemont, un speech intenso, proyectado desde fuera de campo sobre las imágenes de los manifestantes, declarando: “¡La garantía fundamental por la cual todo este sistema tiene sentido… ” –corte a plano de Puigdemont hablando en el Parlamento catalán. Entendemos entonces, que el sistema al que se refiere es al que representa esa sede: la democracia.

Continua: “¡La garantía fundamental por la cual todo este sistema tiene sentido es porque los ciudadanos pueden dar su opinión y no es un crimen!” Como ven, el montaje sirve para reforzar la idea base sobre la que está sostenido todo el guión: el derecho a la opinión. En la segunda parte trataremos de analizar dpv lógico y crítico a qué se está refiriendo Puigdemont cuando habla de “derechos” y de “opinión”.

Sobre el discurso de Puigdemont resuena sin interrupción el canto coral “Els segadors”, es decir, se produce un encabalgamiento a través del sonido, lo que implica, necesariamente, que en el espectador se produce una correspondencia emocional entre planos.

Minuto 1’37” y aparece lo que para los guionistas representa el elemento de oposición: corte a plano de Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos, arremetiendo contra Puigdemont en el Parlamento catalán. Cadencia suspensiva del canto “Els segador”, esto es, Inés Arrimadas silencia el clamor popular.

Atención porque aquí es donde se produce el cambio de narrativa. La manipulación del plano subjetivo y psicológico del espectador se produce sobre el plano de Inés Arrimadas gracias a la incorporación de un tramo sonoro en la espacialidad extradiegética, es decir, incorporada en postproducción: se trata de una pieza musical de expresión inquietante que vamos a llamar de “impacto” –piensen ustedes en las típicas músicas de los telediarios–, y que irrumpe abruptamente en la subjetividad del espectador. Aquí es donde se produce la manipulación emocional.

Este cambio en el texto sonoro marca el eje axial de este primer bloque de introducción. A partir de aquí todo lo que veremos estará sonorizado por esta música de “impacto” que se irá intensificando a lo largo de todo el segmento y que nos introduce en un estado de alerta y conflicto que irá in crescendo.

Los personajes

No puedo utilizar las imágenes originales de “Dos Cataluñas” pero he seleccionado algunas parecidas registradas en Reino Unido, Alemania, Francia y Canadá. Observemos ahora el tratamiento plástico que se da al personaje P/1 (esa parte del pueblo que desea la ruptura de Cataluña con el resto de España). Como vemos, se utilizan planos generales rodados desde un punto de vista elevado (grabaciones registradas desde balcones de edificios). El barrido de las cámaras nos lo muestra como una masa indiferenciada y desindividualizada, un todo, una fuerza totalizadora que ocupa las calles de Barcelona. Se trata de un solo cuerpo que se expande por el espacio urbano y que se manifiesta con una sola voz (gritos unánimes de “independencia” y canto coral de “Els segadors”). El día es soleado, el gigantesco organismo que conforma el cuerpo social separatista se desplaza lentamente generando a su paso una estela vibrante de colores rojos y amarillos.

La secuencia contiene 4 cortes (3 planos de calle y 1 plano de Puigdemont en el Parlamento). El encabalgamiento del sonido genera una fuerte impresión de continuidad, ya que el canto coral “Els segadors” circula a lo largo de toda la secuencia y se prolonga hasta el plano de Inés Arrimadas. Este tramo está caracterizado, por tanto, por esta sensación de calma: hay muy pocos cortes, los planos son muy largos y estables y el sonido es uniforme. Veamos lo que sucede a continuación.

Corte a Inés Arrimadas (personaje P/3) y cambio en la sonorización de la película. Esto marca el eje a partir del cual la narrativa audiovisual se pliega sobre sí misma para producir un bloque simétrico. Ahora, por tanto, tocaría presentar al personaje P/4 que debería corresponder a esa parte del pueblo que se opone a la ruptura de Cataluña con el resto de España.

Análisis Dos Cataluñas

Pero lo que sigue es un segmento que dura 3 minutos completos en los que vemos a las Fuerzas de Seguridad del Estado actuando en Cataluña el día 1 de octubre de 2017. ¿Recuerdan ustedes las imágenes que tal día dieron la vuelta al mundo? Pues una buena colecciones de ellas.

Este tramo de presentación del bloque patriota/nacional está compuesto por 43 planos distintos compuestos en montaje con un dinamismo vertiginoso, por momentos desbocado, trepidante. Recordemos que el bloque separatista tenía 4 planos. En muchos casos se trata de vídeos caseros (grabaciones de particulares), por los que la mayoría presentan una imagen muy inestable, con fuertes movimientos de cámara, desenfoques, pixelados, cambios bruscos de perspectiva, etc. A este montaje desenfrenado de las imágenes hay que sumar lo que ocurre en el plano sonoro: música de impacto que se intensifica por momentos y una masa muy densa de sonido ambiente: gritos, estallidos, golpes, sirenas estridentes, una voz femenina diciendo ‘oh, no, no’, otros gritando ‘fuera’, ‘¡votarem!, visca Catalonya, cobardes’, etc. Asimismo, se producen constantes cambios en la resonancia del sonido (muy cerca, muy lejos), lo que acrecienta la impresión de alarma, de urgencia y de peligro en el espectador.

Observemos ahora el tratamiento plástico que se ha dado a este personaje P/4 (Fuerzas del Orden del Estado siguiendo una orden del Tribunal Constitucional): se utilizan planos contrapicados (grabaciones registradas desde balcones de edificios) y el barrido de las cámaras nos lo muestra como una masa indiferenciada y desindividualizada, un solo cuerpo que se expande por el espacio urbano y que se manifiesta con una sinfonía de gritos, golpes, sirenas, disparos y, por supuesto, esa música de “impacto” que se intensifica por momentos. El día no es soleado y la paleta de colores se ha visto tristemente reducida a una caótica masa de uniformes oscuros y furgones blindados. Las Fuerzas del Orden Público son presentadas como una entidad abstracta, una fuerza desindividualizada donde no hay caras, ni nombres personales, ni biografías: son presentadas como una herramienta represiva del Estado. Según los principios básicos de la teoría política del filósofo Gustavo Bueno, esta fuerza forma parte de la capa cortical del Estado, encargada de la defensa del territorio (capa basal del Estado) y de sus fronteras. Y lo que sucede es que se les dedica una presentación maliciosa que genera una reacción de rechazo instintivo en el espectador. Lo que nos sugieren las imágenes y el sonido es que estas Fuerzas de Seguridad Nacionales conforman un solo ente y que son el mal. Esta presentación maliciosa y denigrante de la Policía nacional y del resto de españoles, a quienes se presenta como una masa paleta, cazurra, arrogante y reaccionaria, queda reforzada por los cánticos en los autobuses de la policía: ‘a por ellos’, ‘oe’, ‘van a por todas’ y grupos de españoles en las calles recibiendo a las Fuerzas de Seguridad del Estado al ritmo de ‘yo soy español, español, español’. Señores Longoria y Olivares, no tienen ustedes vergüenza.

Este tramo contiene, además, una buena colección de fragmentos donde distintos medios de comunicación internacionales “informan” de manera alarmista sobre los sucesos ocurridos el día 1 de octubre de 2017. Algunos de los rótulos de estos informativos (todos en inglés) son: ‘chaos in Spain’, ‘La policía española arremete contra los catalanes’, ‘los antidisturbios españoles han intervenido tras la negativa de la policía catalana a agredir a los votantes de la región’, ‘responsables catalanes consideran estas acciones como una violación de los derechos humanos’. Lo que dicen los comentaristas refuerza lo que se ve en las imágenes: agresión + agresión. No son comentarios explicativos, sino descriptivos. Muy fina la elección de los comentarios, queridos Longoria y Olivares, purito encaje de bolillos.

Otra cuestión a tener en cuenta: todos son informativos internaciones, ni uno solo español, no se incluye ni un solo extracto de los debates que a lo largo de esa jornada se produjeron en todas las radios y televisiones del país y que, hasta el más tendencioso de todos, era capaz de ofrecer análisis complejos y abundantes sobre la situación. Este hecho confirma la idea de que “Dos Cataluñas” está esencialmente dirigido a crear conciencia en el público extranjero y que busca el impacto inmediato y efectista de las cargas policiales. Prefieren mostrar las noticias que ese mismo día circularon por todo el mundo: imágenes de violencia policial y comentarios de periodistas que en aquel momento no sabían lo que estaba pasando. El tono, por tanto, es siempre apremiante, alarmista, desasosegante. Habrá que recordar a Longoria y Olivares, los directores de “Dos Cataluñas”, que solo un par de días más tarde estos mismos medios ofrecían versiones mucho más matizadas y completas de la situación. Yo misma vi, esa misma semana, debates en la televisión francesa donde algunos especialistas trataron el tema con bastante profundidad y afinado diagnóstico. Pero, claro, en la construcción de un producto ideológicamente neutro no interesa incluir reflexiones fundamentadas y bien desarrolladas, ¿verdad Longoria y Olivares? ¿Verdad señor Puigdemont?

Pero seamos justos. Es cierto que esa parte importantísima del pueblo español que no apoya al separatismo también aparece representada en el documental. El fragmento viene montado justo detrás de esta secuencia tan simpática que acabo de relatarles: el día es soleado, el gigantesco organismo que conforma el cuerpo social que se opone al separatismo se desplaza lentamente generando a su paso una estela vibrante de colores rojos y amarillos, no hay cánticos corales, ni himno nacional, ni nada. El clic de video dura exactamente 8” y está representada por esa franja azul que aparece en la gráfica.

Fundido a negro, cadencia musical suspensiva y rótulo impreso en pantalla con el título de la película: DOS CATALUÑAS. La bandera catalana acoplada en trasparencia sobre el texto. La catalana, no la española.

Y hasta aquí este tercer capítulo de análisis del producto audiovisual “Dos Cataluñas”. En la próxima entrega haremos una introducción al sistema filosófico que nos servirá para realizar el análisis de algunas de las ideas que atraviesan el documental. Se despide de ustedes Fortunata y Jacinta y recuerda: “Si no conoces al enemigo ni a ti mismo, perderás cada batalla”. Hasta luego.

 



un proyecto de Paloma Pájaro
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