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El Catoblepas, número 84, febrero 2009
  El Catoblepasnúmero 84 • febrero 2009 • página 4
Los días terrenales

FIM José Revueltas

Ismael Carvallo Robledo

Presentación de la Fundación de Investigaciones Materialistas José Revueltas, con sede en la Ciudad de México

Fundación de Investigaciones Materialistas José Revueltas [Gráfica de Coral Revueltas]

I

La Fundación de Investigaciones Materialistas José Revueltas nace en la Ciudad de México, en 2009 y como parte de Nódulo Materialista de México, con el propósito de reunir en torno suyo a todos cuantos estén interesados en el estudio, la discusión, el debate, la difusión y, en general, en la investigación sobre el pensamiento –o racionalidad– materialista, bien sea siguiendo puntualmente la trayectoria y obra de autores fundamentales: de Espinosa y Maquiavelo a Marx y Engels, de Lenin y Althusser a Gustavo Bueno, bien sea con arreglo a todas sus modulaciones doctrinales y disciplinares: el materialismo histórico, el materialismo dialéctico, el materialismo soviético, el materialismo económico, el materialismo político, el materialismo jurídico, el realismo materialista y, muy en especial, el materialismo filosófico español de la Escuela de Oviedo.

Todo esto, claro está, realizado no de manera exclusiva o excluyente –dogmática– de otras doctrinas o escuelas, sino de manera crítica –pluralista–, pues el materialismo es considerado por nosotros precisamente como fruto crítico, dialéctico, de todo el pensamiento, la práctica y la experiencia realmente existentes y acontecidos. Nuestro campo de interés es universal y plural, la unidad está, como síntesis entre las partes entretejidas de la realidad, en el punto de vista.

En una época como ésta, marcada por la debacle del marxismo, por el predominio de infinidad de irracionalismos relativistas y nihilistas y por la proliferación del armonismo, el postmodernismo y el idealismo (en cuya nebulosidad y abstracción, tal como sucedía con el humanismo ultra-idealista de los hegelianos que tan implacablemente criticó Carlos Marx, o como sucede con la socialdemocracia occidental de nuestros días, no es posible resolver nada), por no decir del espiritualismo y el misticismo, nos hemos organizado desde México animados por la convicción de que la racionalidad filosófica materialista, aún caída la Unión Soviética, sigue siendo la plataforma ontológica más objetiva y contrastable; la que nos acerca al conocimiento de la estructura básica de la realidad con la mayor certeza y claridad a nuestro alcance.

Esta es, en todo caso, la plataforma desde la que queremos intervenir en el debate de las ideas de nuestro tiempo a la luz de cuya colisión se iluminan los grandes procesos de la historia. Por lo tanto:

Decimos, con Espinosa, en pleno siglo XXI, que el hombre sigue las leyes ordinarias de la naturaleza y que, por tanto, no es ni puede ser un imperio dentro de otro imperio; pero que asimismo advertimos como él que, hoy más que nunca –o, en todo caso, tanto como entonces–, la mayor parte de los que escriben y han escrito acerca de los afectos y la conducta humana parecen seguir tratando no de cosas naturales que siguen las leyes ordinarias de la naturaleza, sino de cosas que están fuera de éstas.

Decimos, con Marx, en pleno siglo XXI, que el problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no es un problema teórico, sino un problema práctico; que es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento.

Decimos, con Engels, en pleno siglo XXI, que la concepción materialista y dialéctica del mundo está movida por la aspiración a terminar con toda forma de obnubilación de la conciencia, con la presencia en la conducta humana de factores no reconocidos o idealizados.

Decimos, con Gustavo Bueno, en pleno siglo XXI, que en algún sentido todos somos hoy marxistas, del mismo modo en que somos aristotélicos, darwinistas, newtonianos o einsteinianos. Carlos Marx es un eslabón imprescindible en la historia universal del pensamiento –en este caso en su fase moderna en tanto que síntesis materialista del socialismo francés, la economía política inglesa y la crítica al idealismo alemán–, tal y como lo han sido también Espinosa o Maquiavelo –en sus correspondientes momentos históricos–.

Y decimos, también con Gustavo Bueno, en pleno siglo XXI, que la conciencia filosófica –considerada como una peculiar determinación histórica de la conciencia crítica– es solidaria del materialismo. Que el materialismo constitutivo de la conciencia filosófica –en cuanto contra-distinta de la conciencia religiosa– es la misma crítica filosófica. Y que, en definitiva, el materialismo no es una doctrina filosófica más o menos respetable y defendible entre otras. El materialismo estaría tan característicamente vinculado a la conciencia filosófica que toda filosofía verdadera ha de ser entendida como materialista, incluyendo, por tanto, aquellas construcciones filosóficas que pueden ser consideradas como no materialistas, y que habrán de aparecérsenos como necesitadas de una enérgica, aunque rigurosa y probada, reinterpretación.

II

La elección de José Revueltas como emblema de nuestra Fundación –que no se concibe como «la fundación oficial» o como heredera de su obra o de su acervo; simplemente nos organizamos en su honor– se debe a que, además de haber sido, fuera de toda duda, y siempre según los instrumentos que a su alcance tuvo, un pensador y crítico materialista, encontramos en él la manifestación de virtudes intelectuales y políticas que queremos situar en el pórtico de nuestros esfuerzos.

Revueltas fue una de las más emblemáticas y exhaustivas figuras que, sin ser nunca un «profesional literario de la desesperación», contribuyó de manera decisiva a la revolución cultural nacionalista de México. Y sin perjuicio de reconocer lo atrabiliario y complejo de su vida en estrictos términos privados, su impronta pública es no obstante para nosotros ejemplo de rigor intelectual, dedicación –Revueltas fue un incansable y disciplinado autodidacta– y de pasión política: ‘hay que conquistar la exaltación verdadera. Pero para lograrla, tenemos que ser serenos, sin prisas, estudiar, trabajar, disciplinarse’, fueron las palabras que en algún momento escribió.

Para José Agustín, según nos dice en el epílogo que para la edición de las obras completas de Revueltas en 1967 preparó, es él ante todo el mejor ejemplo del escritor lúcido, combativo y humilde: toda soberbia está lejanísima de su personalidad y esto le ofrece comunicación con todo y con todos. Revueltas es un caso insólito en este medio chaparro, subdesarrollado intelectual y moralmente: es un hombre, un hombre que ha sabido conservar su dignidad en un ambiente hostil.

En todo caso, con las actividades de esta Fundación queremos retomar las líneas que marcaron la vida y obra de Revueltas para, desde nuestro presente y con las herramientas que en este presente nuestro tenemos a la mano, proyectarlas hacia un futuro del que no sabemos más que el modo en que nosotros mismos, al construirlo conscientemente, habremos de hacerlo nuestro.

Por tanto, decimos pues también con Revueltas, en pleno siglo XXI, que el hombre y su pensamiento, como cualquier otra materia, obedecen a una ley de perpetuación dialéctica. El hombre superior hace consciente en sí mismo esta ley y encuentra la filosofía.

www.fimjoserevueltas.org.mx

 

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