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El Catoblepas, número 51, mayo 2006
  El Catoblepasnúmero 51 • mayo 2006 • página 4
Los días terrenales

Ante las elecciones de 2006:
debates en torno a los horizontes políticos
abiertos para México

Tertulia Política

Mesas de debate todos los domingos, a las 18:30 horas, desde el 30 de Abril de 2006 hasta la elección presidencial, en el Café Bistrot 61, en Ciudad de México

Presentación

1. La coyuntura política por la que atraviesa México, con la elección presidencial como su horizonte inmediato, es vista por algunos como determinada por una dialéctica cuya síntesis electoral, en julio de 2006, puede tener repercusiones que alcancen un rango de significación histórico (por lo menos si se circunscribe a un radio de interpretación de 20 años).

Desde esta perspectiva, hay quienes ven el riesgo de una vuelta a un pasado populista, demagógico y autoritario; mientras que otros vislumbran los riesgos de la continuidad de un modelo económico político que ha llevado al país a circunstancias que parecen ya insostenibles. Hay otros que sólo están interesados, según ellos, en que se cumpla el estado de derecho, que se respeten las instituciones y se consolide nuestra «joven e incipiente democracia».

Para otros, de lo que se trata es simplemente de otra sucesión presidencial más, hecha «desde arriba» y en cuyos resultados no habrán de observarse mayores cambios, en donde todo seguirá igual y la clase política mexicana y los grandes intereses económicos seguirán gozando de los mismos privilegios de siempre. Aquí estarían las perspectivas apolíticas (o anti-políticas), las escépticas o las radicales (anarquistas, las «verdaderas izquierdas», el neozapatismo y su «otra campaña», &c.).

2. Nosotros, por nuestra parte, creemos que, sin perjuicio de conceder distintos grados de verdad a unas y otras posiciones según sea el caso –por lo general, la clase política mexicana, salvo honrosas excepciones, nos parece deleznable o, en todo caso, mediocre, aunque no por eso podemos permitirnos ser apolíticos: «no hay nada más terrible para un hombre bueno que ser gobernado por un hombre peor que él» (Platón, República o de lo justo)–, las elecciones de julio del 2006 están llamadas a jugar un papel decisivo en el futuro inmediato de México.

Y esto es así no ya tanto por la grandeza de una u otra propuesta política, sino por el hecho de que, junto con la intensa lucha de poderes fácticos en México que refleja la crisis de descomposición del Estado (por cuanto a su funcionamiento, su estructura y su contenido), las tendencias objetivas dadas tanto a escala continental (asenso al poder de distintas corrientes de izquierda en América Latina como crítica a la economía política del neoliberalismo; crisis migratoria sin precedentes en Estados Unidos; &c.), como mundial (crisis ideológica general; el imperio americano en expansión como abanderado de la democracia, la libertad y los derechos humanos; la amenaza geopolítica de China; crisis política de y en la Unión Europea; crisis geopolítica en Medio Oriente; &c.), ofrecen las coordenadas históricas de una dialéctica política que desborda ya los estrictos límites del «recinto nacional».

3. A la luz de estas consideraciones, creemos que las posibilidades de un discernimiento público en el que puedan verse las claves políticas decisivas de lo que aquí está en juego (en el contexto expuesto), están prácticamente anuladas por los medios masivos de comunicación: ni los debates de candidatos, ni las primeras planas, ni las encuestas, ni los sondeos en línea, ni los chistes, ni los cómicos, ni las parodias, por razones de diversa índole (aunque, en todo caso, siempre políticas) ofrecen, ya sea en conjunto o de manera aislada, los criterios políticos que con un mínimo de rigor permitan a los ciudadanos formase juicios definidos y consistentes.

Esta oscuridad y confusión, acaso fabricadas deliberadamente, hace que las discusiones políticas de la ciudadanía se desvíen o acojan a criterios absurdos, simples y groseros, muchas veces con la provocación de los propios políticos: muletillas que se toman de los discursos de candidatos y que son repetidas miles de veces; imágenes desafortunadas o bochornosas de alguna figura política; repetición de vituperios de todo tipo; &c., criterios que también sean acaso sociológicos, pero nunca políticos o históricos.

Consideramos entonces como imperiosa la necesidad de abrir un espacio de discusión y debate, pero que, sin despegarse un milímetro de la realidad política, no esté sin embargo atado, ni a la dinámica electoral (o electorera), ni a la dinámica de los intereses comerciales de las televisoras (sobre todos los demás medios de comunicación). Y esto es así en tanto que, a juicio nuestro, la oscuridad y confusión, fundamentalmente mediática, que tergiversa todo, lejos de ser gratuitas o desinteresadas, son funcionales para aquellos quienes, inmersos ellos mismos en la dialéctica de poder político, las producen. ¿O es que acaso la llamada Ley Televisa no está en el vértice de la más intensa lucha por el poder y control del Estado mexicano?

Esta es la necesidad de la que se deriva la organización de esta Tertulia Política.

Organización de los debates

I

Buscando un mínimo de orden, proponemos agrupar los problemas abordados con arreglo a dos perspectivas fundamentales:

a) La perspectiva desde la que se abordan aquellos problemas dados en México pero considerándolo al margen del lugar que pueda ocupar éste en cualquier tipo de entidad envolvente (supranacional, regional, &c.) Llamaremos a esta perspectiva la perspectiva distributiva. En ella están dados problemas comunes a cualquier nación política (Nicaragua, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Angola o México), ya sea con arreglo a categorías económicas (la distribución del ingreso, el crecimiento económico, la tasa de desempleo, el nivel de pobreza, &c.), sea ya con arreglo a categorías políticas (la regularidad democrático-electoral, la inseguridad pública, &c.)

Diremos que en la perspectiva distributiva están dibujados los problemas de México.

b) Pero proponemos otra perspectiva: en ésta se abordan aquellos problemas dados en México pero considerándolo como parte de una entidad envolvente (supranacional, regional, &c.) al margen de la cual, según esta óptica, no puede entenderse. Llamaremos a esta perspectiva la perspectiva atributiva. En ella están dados problemas que se configuran a la luz del lugar que ocupa México en algún tipo de entidad que lo envuelve: la comunidad de naciones signatarias del Tratado de Libre Comercio y el ALCA –y no el MERCOSUR o la Alternativa Bolivariana para la América–; el grupo de naciones que «viven en democracia», es decir, el de las democracias homologadas; el grupo de naciones pertenecientes a la plataforma Iberoamericana (hispana y de cultura católica); el grupo de naciones consideradas como América del Norte (plataforma anglosajona y de cultura protestante); &c.

Diremos que en esta perspectiva, la perspectiva atributiva, está dibujado el problema de México, el problema esencial de México, es decir, el que se da en función de la relación entre su identidad y su unidad.

Desde nuestro punto de vista, la perspectiva distributiva y la atributiva son inseparables pero son disociables, es decir, se disocian en tanto que cada una tiene una lógica y ritmo propios (los problemas de primer grado como el económico, el de seguridad, &c., para el caso de la perspectiva distributiva), pero no pueden separarse en tanto que en su anudamiento está dada la realidad de la nación política mexicana (el crecimiento de la economía mexicana, desde una perspectiva atributiva, por ejemplo, tendrá un sentido muy distinto si se da en virtud de su pertenencia al Tratado de Libre Comercio de América del Norte o si se da en virtud de tratados comerciales con la plataforma iberoamericana).

II

En función de estas dos perspectivas, se propone realizar una serie de mesas de debate en las que se pondrá a consideración no solamente las plataformas político electorales que, dentro de la formalidad democrática, se disputan la presidencia de la república, sino los bloques históricos de poder que por su través, desde el más acusado materialismo político, es decir, muchas veces por encima o al margen de la «institucionalidad democrática», se disputan el control del estado mexicano.

El calendario y los temas son como sigue:

Domingo, 30 de Abril de 2006, 18:30:

Presentación de la Tertulia Política y Presentación del libro (por su autora): La oposición política: otra cara del siglo XX mexicano, de Elisa Servín, Colección Herramientas para la historia, México, CIDE/FCE, 2005. Comentaristas: Félix Martínez Ramírez y Mauricio Saez de Nanclares.

Domingo, 7 de mayo de 2006, 18:30

Análisis y crítica de las propuestas generales de los tres partidos políticos mas importantes: PRI, PAN y PRD a nivel federal.

Domingo, 14 de mayo de 2006, 18:30

Análisis y crítica de las propuestas generales de los tres partidos políticos más importantes: PRI, PAN y PRD a nivel de la Ciudad de México.

Domingo, 21 de mayo de 2006, 18:30

Análisis de los bloques de poder en México: empresarios, banqueros, medios, narcotráfico, ideólogos, Iglesia, &c.

Domingo, 28 de mayo de 2006, 18:30

Análisis y crítica de los problemas y del problema de México

Domingo, 4, 11, 18 y 25 de junio de 2006, 18:30

Tema abierto a la fecha

 

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