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El Catoblepas, número 35, enero 2005
  El Catoblepasnúmero 35 • enero 2005 • página 16
Artículos

Taiwán: fuente de financiamiento
de corrupción centroamericana

Eduardo Regalado Florido

Algunos gobiernos de América Central se corrompen
en combinación con los taiwaneses anticomunistas

En las últimas semanas han saltado a la prensa varios sonados escándalos asociados a revelaciones de corrupción en Centroamérica, que sus efectos han alcanzado desde organismos y empresas hasta varios presidentes y otras altas jerarquías de algunas naciones de la subregión, los cuales han estado vinculados en su totalidad, de una manera u otra, a financiamientos provenientes de la isla de Taiwán.

A pesar de que tanto las autoridades centroamericanas como las taiwanesas comprometidas con los sucesos han tratado de rebatir las acusaciones, tales acontecimientos, además de hacer evidente la corrupción con que operan algunos gobiernos América Central, ponen al descubierto la naturaleza más profunda de las relaciones entre ambas partes.

Presencia de Taiwan en Centroamérica

De las 26 naciones con que Taipei tiene relaciones diplomáticas, la mitad se encuentra en Centroamérica y el Caribe, y siete de ellas específicamente en América Central{1}, por lo que el área se ha convertido en un espacio altamente sensible de la política taiwanesa.

La presencia y accionar de Taipei en la subregión centroamericana han estado determinadas, esencialmente, por el enfrentamiento entre dos partes de una misma nación. Por un lado, la República Popular China la verdadera representante del pueblo chino en la comunidad internacional que cataloga a Taiwán como una provincia rebelde, mientras que ésta se considera un Estado independiente y soberano, heredero de la República de China, fundada en 1912.

A partir de que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución sobre la restitución del legítimo asiento de la República Popular China en esta organización y la expulsión inmediata de los representantes del Kuomintang de todos sus organismos en 1971, las autoridades de la isla han estado obstinadas en su reintegro a dicha organización, lo que significaría alcanzar su propósito de escisión ilegítima.

Con tal intención, Taiwán ha establecido relaciones con países que, a partir de sus condiciones económicas y políticas específicas, sean propensos a instaurar vínculos diplomáticos carentes del formal respaldo de las normas y principios del derecho internacional.

Concretamente en Centroamérica, Taiwán ha encontrado un terreno fértil para desarrollar y ampliar sus relaciones políticas en pos de su pretensión separatista, debido, en primer lugar, al subdesarrollo profundo en que está sumida la subregión, la que se caracteriza por una gran deformación estructural con una profunda dependencia financiera, comercial, tecnológica, &c.

Además, Centroamérica ha demostrado tener una burguesía que funciona bajo la subordinación del capital trasnacional, desprovista de autonomía, huérfana de intereses y proyecto nacional. Sus gobiernos se han caracterizado por una gran injusticia social unida a la corrupción, la cual ha adquirido un carácter estructural y sistémico{2}.

Al mismo tiempo, la economía taiwanesa, enmarcada dentro de las llamadas Nuevas Economías Industrializadas (NIEs), dispone de los fondos financieros necesarios para sobornar a muchos en la subregión, lo que ha determinado que dentro de su política exterior, exista la prioridad de acercamiento, tanto en forma bilateral como multilateral, en los diversos campos: político, económico, comercial, financiero, cooperación, entre otros.

Es decir, Taiwán ha implementado la «diplomacia del dólar» sobre los países del área centroamericana, en la cual han utilizado las promesas de crédito blandos, financiamiento para la creación de zonas industriales, ayuda al desarrollo, donaciones y, de manera menos visible, los sobornos, como seducción para obtener sus votos a favor de su aspiración separatista en las Naciones Unidas. En otras palabras, el gobierno y empresas de Taiwán donan millonarias sumas de dinero a los países que le brindan reconocimiento diplomático y rompen relaciones con la República Popular China.

Por ejemplo, desde 1997, América Central ha recibido un fondo de 423 millones de dólares{3} aportados por Taiwán. Además, los centroamericanos son los mayores receptores de los créditos blandos y cooperación técnica que la isla asiática ofrece.

Como se observa, las relaciones que se establecen entre ambas partes tienen una naturaleza ilegítima y son proclives a la corrupción. Tales condiciones se sustentan, en que ellas se erigen sobre la falta de reconocimiento de los principios establecidos por las Naciones Unidas para la diplomacia y el derecho internacional, lo que determina el propósito taiwanés de financiar, a todo costo, su objetivo político espurio. Aún más, la isla asiática es una plaza en que la corrupción ha estado presente, por lo que en sus relaciones exteriores van contaminadas de dicho mal.

Por último, el despliegue de Taiwán en la subregión es también el resultado del vínculo estratégico de los EE.UU. con la isla asiática. A pesar de que el conflicto taiwanés es un problema político interno, trasciende las relaciones internacionales debido a la injerencia de los Estados Unidos, los que siempre han respaldado y utilizado a Taipei en función de contener a la República Popular China, bajo una postura de ambigüedad estratégica, que incluye dos puntos: «que Taiwán no debe esperar protección de EE.UU. si de declara independiente y que todo puede suceder si China ataca a la isla».

La presencia de Taiwán en Centroamérica suple la desatención económica por parte de los círculos de poder norteamericanos hacia la subregión, ya que no está dentro de sus prioridades, a la vez, que le facilita un espacio para la obtención de votos para su ingreso como país independiente en la ONU.

Manifestaciones de corrupción

Los procesos de denuncias se han comportado como «el efecto dominó», en el que la primera pieza en caer fue Miguel Ángel Rodríguez, ex presidente de Costa Rica y Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), las que posteriormente se trasladaron hacia las autoridades de Nicaragua y Panamá.

Las irregularidades cometidas con la ayuda económica taiwanesa son diversas y van desde las donaciones encubiertas a campañas políticas hasta el desvío de fondos a través de fundaciones.

Costa Rica

Las denuncias relacionadas con este país, han estado dirigidas al ex presidente (1998-2002), Miguel Ángel Rodríguez, las cuales lo obligaron a renunciar a la Secretaria General de la Organización de Estados Americanos (OEA) y al actual presidente, Abel Pacheco.

El ex mandatario es investigado por los delitos de cohecho, enriquecimiento ilícito, asociación ilícita y corrupción por recibir supuestos pagos irregulares durante su gobierno y en el financiamiento de su campaña electoral. Específicamente, en relación con Taiwán se le imputa haber recibido 400.000 dólares del gobierno en una cuenta en Panamá para su beneficio personal.

La parte taiwanesa con el ánimo de exonerarse de las acusaciones, ha elaborado una coartada que aporta algunos datos que permiten aproximarse a la verdad y a la forma en que se operó en los hechos. Han expuesto que la Fundación para la Libertad y el Desarrollo Humano solicitó en el año 2000 recursos por 1,2 millones de dólares para «financiar programas de capacitación y promoción de las libertades ciudadanas», mientras que Taiwán sólo otorgó 400 mil dólares en dos partes entregadas en los años 2001 y 2002, los cuales depositó en una cuenta en Panamá de la sociedad anónima Inversiones Denisse, manejada por el acusado.

En consecuencia, el ex mandatario argumentó que el dinero fue recibido a título de préstamo para pagar deudas de las empresas, lo que, evidentemente, no ha convencido a muchos.

Además, se le culpa de haber recibido un millón de dólares de la firma taiwanesa Friendship Company, en la misma cuenta de Panamá.

Por consiguiente, Miguel Ángel está sometido a guardar seis meses de prisión preventiva domiciliaria en un apartamento, aunque la medida fue apelada por la Fiscalía, que pide nueve meses de encarcelamiento en su contra.

También, una comisión legislativa investiga irregularidades en la campaña electoral del actual presidente, Abel Pacheco. En el proceso de investigación, se ha descubierto que una empresa taiwanesa le giró 500.000 dólares, pero que además el socialdemócrata Partido Liberación Nacional (PLN), primera fuerza de oposición en Costa Rica, recibió 300.000 dólares de empresas taiwanesas en la pasada campaña electoral, los cuales fueron gestionados por el ex canciller Fernando Naranjo, quien fuera candidato del PLN a la vicepresidencia. Además, en las elecciones de 2002, el PLN llevó como candidato presidencial a Rolando Araya, quien fue derrotado por el actual presidente, según investigaciones de una comisión legislativa.

Con respecto a tal acusación, Pacheco alegó que la parte taiwanesa no le realizó algún reclamo a cambio del dinero aportado, sino que solamente querían que él fuese el presidente, por lo que no rompería las relaciones con Taiwán. Del tal modo, la simple e ingenua respuesta muestra que lo ha dejado sin argumentos y que defiende a todo costo las relaciones con la isla asiática.

A la vez, organizaciones ecologistas han denunciado que el gobierno de Pacheco está permitiendo el saqueo de la riqueza marítima costarricense (atún aleta amarilla y tiburones) por parte de la flota taiwanesa, a cambio de dinero y ayudas recibidas.

Al efecto, realizaron una manifestación en la que reclamaron la eliminación de los privilegios ilegales, así como hacer un llamado a la aduana para que haga cumplir las leyes que regulan las descargas de aletas de tiburón de barcos taiwaneses y para exigir una investigación que explique la conexión entre políticos costarricenses corruptos, que reciben personalmente dinero del gobierno de Taiwán, y la completa libertad que los barcos taiwaneses han tenido en la descarga de aletas de tiburón con impunidad en Costa Rica.

Panamá

En Panamá, el Procurador General, José Antonio Sossa, ha iniciado una investigación sobre las donaciones efectuadas por las autoridades de Taiwán al pasado gobierno de la presidenta Mireya Moscoso (1999-2004), del Partido Arnulfista (PA).

Las supuestas irregularidades se refieren al desconocimiento de cuál ha sido el destino de unos 70 millones de dólares que Taiwán dejó fluir hacia la administración Moscoso. El dinero no fue girado hacia el Estado, sino hacia fundaciones privadas que eran administradas por los íntimos de la presidenta. Taiwán no puso reparos en esto. Al ser privadas, estas organizaciones evitaban el audito público.

En el actual contexto, en Panamá se han reavivado los reclamos para investigar casos de corrupción, entre ellos las donaciones de Taiwán para «obras sociales» y el manejo de 23 millones de dólares de las «partidas discrecionales» en el gobierno de Moscoso.

Además, se ha desatado otro escándalo originado por supuestas irregularidades en la utilización de 45 millones de dólares donados por el gobierno de Taiwán, que finalizaron en la dudosa fundación Mar del Sur.

A la vez, se acusó al presidente de Taiwán, Chen Shui-bian, de haber entregado a Mocoso un millón de dólares como «regalo de cumpleaños», lo que desató una polémica política en Taiwán y Panamá.

El presidente de Panamá, Martín Torrijos, al conocer esta denuncia, manifestó que la Fiscalía de la República ha recibido varios informes de auditorías, a la vez que ha dado instrucciones a otras instituciones para que inicie investigaciones. Además, la Administración de Torrijos investiga actualmente el destino de las millonarias donaciones entregadas por el Gobierno de Taiwán a la presidenta Moscoso, las que fueron gestionadas por la fundación privada panameña «Mar del Sur», dirigida por funcionarios del Estado.

Nicaragüa

En este país, las denuncias van desde el actual presidente hasta el anterior mandatario. En cuanto a Enrique Bolaños, se le acusa de corrupción a través de fondos provenientes de Taiwán. Específicamente, en su campaña electoral (2001) ha aflorado que el Partido Liberal Constitucional (PLC), que lo llevó al poder, recibió alrededor de 4.9 millones de dólares de un banco y una empresa de Taiwán.

La parte acusante alega, que Bolaños recibió el 18 de junio de 2001, cuando era candidato a la Presidencia, un cheque de 30 mil dólares del Land Bank Of Taiwán, un banco que maneja el gobierno Central de Taiwán desde el 21 de diciembre de 2001, según la página electrónica de la misma entidad bancaria.

Conforme a las investigaciones, el cheque fue emitido a nombre de Bolaños, en el cual no se puede identificar la firma de quien lo ordena, pasó por el Citibank de New York, para luego ser depositado el 26 de junio de 2001, en la cuenta del Caley Dagnall, en Managua.

Además, la Contraloría General de la República (CGR) pidió al presidente Enrique Bolaños rendir cuentas sobre 310 mil dólares que recibió como sueldo extra cuando era vicepresidente de la República. Los sobresueldos, según la contraloría, los recibió de una denominada «cuenta Taiwán» que el ex presidente Arnoldo Alemán manejaba en el Banco Central de Nicaragua a su nombre.

Por otra parte, la CGR aseguró que la vicepresidencia de Bolaños recibió unos 42 mil dólares mensuales como fondos extra presupuestarios de esa cuenta, además de tomar 40 mil dólares de viáticos de la misma cuenta para un viaje a Francia.

Otras fuentes han precisado que las cuentas de la Vicepresidencia, ocupada por Bolaños, eran respaldadas con fondos procedentes de la «cuenta Donación-Taiwán», que manejaba libremente Alemán. Esta cuenta se encontraba en el Banco Central de Nicaragua a nombre de la Presidencia pero no estaba registrada en la contabilidad nacional. Se había creado con fondos procedentes de la cancelación de otras cuentas de la Tesorería en bancos nacionales y de la venta de bonos del tesoro. Estos fondos eran trasladados primero a Panamá y desde allí se devolvían al Banco Central de Nicaragua, bajo la figura jurídica de «Donación-Taiwán». De acuerdo con la Fiscalía de Nicaragua, la Vicepresidencia de Bolaños recibió 1,7 millones de córdobas y 936.265 dólares a través de cheques autorizados por el ex secretario ejecutivo de la Presidencia de Alemán, Oscar Moreira, y el ex director administrativo de la Presidencia, Ernesto Barahona.

El director general de partidos políticos del Consejo Supremo Electoral (CSE), Julio Acuña, señaló que Bolaños presentó documentos alterados sobre el origen de los fondos usados en su campaña electoral con el derechista Partido Liberal Constitucionalista (PLC) en el 2001.

La defensa del presidente ha pretendido utilizar la evasiva de que «en ese entonces la vicepresidencia ignoraba el origen de ese dinero, que los cheques llegaban del Banco Central y era de suponer que era dinero estatal, y que el verdadero origen sólo Alemán lo conocía», en un intento de capitalizar el proceso judicial de este último, condenado a 20 años de cárcel por lavado de casi 120 millones de dólares que terminaban en la cuenta Taiwán, para desviar la atención y escudarse tras la figura del anterior ex presidente (1997-2002).

En tal contexto, se ha retomado el expediente de Alemán, el que se estima que obtuvo no menos de 1.5 millones de dólares de diferentes empresas taiwanesas, a través de una cuenta que la Fundación Democrática Nicaragüense (FDN), en el Banco Aliado, de Panamá, con apertura de cuenta el 4 de mayo del 2000. En ellas, los bancos taiwaneses que transfirieron el dinero fueron: el Huan Nan Comercial Bank, de Taipei, y el International Bank of China, a través de una cuenta abierta.

La Procuraduría de Nicaragua sostiene que la FDN servía de puente para desviar fondos del erario nicaragüense y alimentar a más de 40 sociedades anónimas que fueron localizadas en Panamá a nombre de familiares y allegados de Alemán. De tal modo, el procurador general de Justicia, Alberto Novoa, afirmó hace poco que Alemán y sus socios lavaron «hasta 54 millones de dólares en bancos de Panamá», mediante la mencionada fundación.

Además, se estima que las supuestas operaciones ilegales con nombres de empresas taiwanesas tienen otras ramificaciones que aún son objeto de investigaciones tanto en Panamá como en Estados Unidos.

También, la Fiscalía Anticorrupción de Panamá está investigando otras transferencias sospechosas a favor de la FDN, hechas por varias empresas taiwanesas, mediante bancos estadounidenses.

Dentro de las reacciones inmediatas, la Fiscalía ha pedido al Parlamento la destitución del mandatario por negarse a facilitar información de sus gastos electorales, a la vez, que la Contraloría pidió recientemente a la Asamblea Nacional la destitución del presidente que tiene otra denuncia por delitos electorales ante la Corte Suprema de Justicia, derivado del proceso contra Alemán.

El Salvador

Aunque en el Salvador no se han desatado acusaciones sobre la administración de Flores, a partir de los nexos cercanos y profundos de su administración con Taiwán, no ha escapado de la sospecha de financiamientos indebidos de campañas partidistas.

Valoraciones finales

Bibliografía:

Notas

{1} Los países con que Taiwán tiene relación en la subregión son: Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y Belice.

{2} De hecho, muchas organizaciones internacionales han reportado sistemáticamente a varios países del área como de gran implicación en este flagelo mundial en sus informes anuales.

{3} Diego Enrique Quijano.- Martes Financiero.htm.

 

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