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El Catoblepas, número 20, octubre 2003
  El Catoblepasnúmero 20 • octubre 2003 • página 16
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Filosofía clásica y actual en acción

Antonio Muñoz Ballesta

El Congreso de filosofía en torno al pensamiento de Gustavo Bueno,
celebrado en Murcia del 10 al 12 de septiembre de 2003

Cartel del congreso en torno a Gustavo Bueno, Murcia 10-12 septiembre 2003Gracias a don José Ballesta (Rector de la Universidad de Murcia), a don José Lorite Mena (Decano de la Facultad de Filosofía de Murcia), a don Patricio Peñalver Gómez (Catedrático de Filosofía de la Universidad de Murcia, y Alma Mater del Congreso), a don Enrique Ujaldón (Presidente de la Sociedad de Filosofía de la Región de Murcia, y profesor de Filosofía en mi balnearia y entrañable ciudad de Archena), y a la colaboración abnegada y entusiasta de mis colegas don Francisco Giménez Gracia (filósofo y escritor murciano de finísimo y legendario paladar filosófico), don Joaquín Robles (profesor de Filosofía verdadera en la ciudad de Caravaca de la Cruz), a don Luis Martínez Conesa (profesor de verdadera Filosofía en Cartagena), y a todas las azafatas del Aula Cultural de la Fundación Cajamurcia, en la Gran Vía de Murcia, y a los camareros y cocineros de La Huertanica y de la pequeña taberna típica, de la luminosa e ilustrada ciudad de Murcia, tan querida por todos los murcianos, y gracias también, obviamente, a su Excmo. Sr. Alcalde D. Miguel Ángel Cámara y a su Teniente de Alcalde y Concejal de Cultura y Festejos –quien dio la bienvenida en una sala espectacular del Edificio Civil de Moneo, edificio político unos metros más alto (¿?) que la Catedral de Murcia, más radiante que nunca cuando Gustavo Bueno elogiaba el sentido «no nacionalista» de los murcianos y el tiempo que con ello ganan, pues dejan de perderlo en debates estériles, para la inteligencia filosófica), se ha celebrado en Murcia el Congreso de Filosofía y Cuerpo, debates en torno al pensamiento de Gustavo Bueno, durante los días, y las tardes, del 10, 11 y 12 de septiembre de 2003.

Y, en efecto, se trató de Filosofía y de la buena: Filosofía de Gustavo Bueno, que es una Filosofía actual, y a la vez enraizada, como no podía ser menos, con la Historia de la Filosofía clásica; y se habló y debatió de los diversos «cuerpos» de la Filosofía de Gustavo Bueno, con el único interés en todos –hemos de suponer– de la búsqueda de la Verdad en el Presente mediante el método filosófico descubierto por el divino (y nada demócrata) Platón, pues las «verdades del presente» no pueden ocultarse durante mucho tiempo bajo el manto de la «filosofía administrada o administración de los cargos universitarios de filosofía presentes o futuros». La Filosofía no entiende de promesas y solamente trata de comprender y decir la verdad, que es su mejor estilo. La Facultad de Filosofía de Murcia, y la SFRM, de hoy en día, creo que no se merecen la crítica que dirigiera Schopenhauer a la Universidad alemana de su tiempo.

Por todo ello debemos dar las gracias, una vez más a la Organización (Facultad de Filosofía de la Universidad de Murcia, Sociedad de Filosofía de la Región de Murcia), al Comité organizador (Patricio Peñalver, Enrique Ujaldón, José Lorite, Joaquín Robles, Luis Martínez Conesa, Francisco Giménez Gracia), al Comité científico (Vidal Peña, Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina, Alberto Hidalgo, Ángel Prior, Fernando Pérez Herranz) y a las Entidades colaboradoras (Fundación Caja Murcia, Consejería de Educación y Cultura de la Región de Murcia, y Ayuntamiento de Murcia), por ofrecernos la oportunidad de escuchar y ver en acción, una vez más, al profesor Bueno, quien magistralmente disertó, en la conferencia de clausura –que no de cierre–, sobre Filosofía y Arquitectura, es decir, nos habló de las Ideas y de las piedras, y de la necesidad de que la Filosofía y la Arquitectura, rectamente entendidas, posean un «espacio interior» y se levanten sobre unos fustes sólidos, dispuestos de tal forma, que, por lo menos, no se derrumben a las primeras de cambio o por las intrascendentes inclemencias del tiempo. Pues la Filosofía, como la Arquitectura, no consiste en simples textos arcaicos o «bonitas esculturas», que pasan de mano en mano... como la falsa moneda; la Filosofía, y la Arquitectura, son algo serio, riguroso, que precisan estar implantadas en las ciudades, para cobijo y uso de sus ciudadanos, para su beneficio social, para su seguridad.

Por ello, el representante de la Consejería de Educación y Cultura de la Región Murcia elogió, magistral y justamente, la valía filosófica de Gustavo Bueno. Y que la Fundación Caja Murcia sepa también que su colaboración ha sido fructífera, una vez más.

«Ensayos materialistas (1972) de Gustavo Bueno marcó un punto de referencia ineludible para la filosofía española en los momentos decisivos del tardofranquismo. Ese libro, que indicaba ya una fase muy madura en la elaboración de los problemas de un materialismo filosófico crítico, aparece al cabo de treinta años por otra parte como el punto de partida de una trayectoria intelectual muy original, y desde luego sin parangón posible en el contexto de la filosofía española actual: rigurosamente fiel a una construcción metódica y sistemática de las Ideas y los problemas filosóficos, al mismo tiempo que dialécticamente abierta a la explicación crítica con las ciencias y los saberes mundanos, y el debate polémico con otras filosofías», leemos en el programa de mano del Congreso, y así se caracterizaron todas las intervenciones, tanto las que se realizaron «desde el espacio interno» de la Escuela de Oviedo, como las que desde otras Escuelas o tendencias filosóficas comentaron excepcionalmente «al pie de página» las Ideas de Gustavo Bueno, como así fue la excepcional intervención de D. Antonio Lastra.

El profesor Bueno ha expuesto, como ustedes saben, las líneas principales de su sistema filosófico en formas diversas: desde el magisterio oral, en numerosas conferencias, y en una serie de artículos y libros que han elevado objetivamente el nivel crítico de la filosofía en español. Entre sus libros últimos: El animal divino (1985), Materia (1990), Nosotros y ellos (1990), Primer ensayo sobre las categorías de las 'ciencias políticas' (1991), Teoría del cierre categorial (1992), El sentido de la vida (1996), Televisión: Apariencia y Verdad (2000), El mito de la izquierda (2003).

De todos ellos se debatió en el Congreso, a veces sintetizando, a veces comentando y, a veces desarrollando y criticando. La libertad fue completa y el Saber inmenso. Los organizadores de estos debates pueden estar contentos y satisfechos al comprobar que sus objetivos se han cumplido en todos los sentidos.

El «carácter expresamente polémico» que todo pensamiento filosófico implica estuvo presente en el congreso, ya que «el campo de cuestiones que ha abierto la filosofía de Gustavo Bueno en distintos ámbitos teóricos» es tan rico y fundamental, que los presentes no tuvieron más remedio que «filosofar» y dejarse llevar por el curso de las Ideas como si estuviéramos inmersos, como protagonistas, en los más bellos diálogos de Platón, de un Platón actual, tanto o más excepcional como los famosos K.O. Apel, Vattimo, Putnam, o Rorty.

Pero no solamente se centró el Congreso en los formalismos academicistas, y tal como se quiso, transcurrió con parresía, o «franqueza de lenguaje» (Gorgias, 487 a), y con eunoia, o benevolencia, y con la más amplia y generosa amistad intelectual.

El congreso ha sido la culminación este año, en Murcia capital, bajo el signo de la amistad filosófica, de los Encuentros murcianos con don Gustavo Bueno del año pasado (marzo de 2002), que tuvieron lugar en Cehegín, Caravaca de la Cruz y Mazarrón (I Encuentro de Humanidades y Filosofía de Mazarrón) y que contaron también con la colaboración de los Ilustres Ayuntamientos de tan relevantes, y queridas, ciudades. Todavía recuerdo, con agrado, la «conferencia» sobre la «pena de muerte o ejecución capital» que nos ofreció don Gustavo, en la cena posterior a la «conferencia oficial», que ya había durado tres horas, sobre la Filosofía del Presente (¡precisamente el asunto de la «ejecución capital» fue el único que no se trató en este Congreso de 2003, y no por razones de falta de actualidad!).

El Congreso comenzó el miércoles 10 de septiembre de 2003, a las 9 de la mañana, con la recepción de congresistas e inscripciones. A las nueve y media la inauguración y a las diez la primera conferencia, por Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina: Cuerpo y materia, en la que sintetizó antológica y ontológicamente las Ideas del «cuerpo interno» y «cuerpo externo» desde el Materialismo de Bueno y ontologías que reinterpretó, como la de Merleau-Ponty. Profundidad que no se agotó en la siguiente intervención, a las once y media, de Elena Ronzón: Sobre la constitución de la Idea moderna del hombre en el siglo XVI, en la que el «conflicto de las facultades de Medicina, Derecho y Filosofía» configuró un paradigma histórico en la que la Filosofía pudo ocuparse de la Idea de Hombre, ya que la Medicina cuidaba el cuerpo, la Teología del alma, y el Derecho de la persona (jurídica. A las doce y media primera sesión de comunicaciones: Manuel García Blanco: El cuerpo como punto de partida del materialismo filosófico, una muy interesante comunicación sobre el punto de llegada del nombre del Congreso. Enrique Ujaldón: Sobre algunas ideas de persona en la filosofía moral de Gustavo Bueno, una ponencia detallada y crítica en la que el concepto de cuerpo se conjuga en la Idea de persona de múltiples formas. Agustín Serrano de Haro: Una cierta defensa de la Monadología (frente a Bueno), en la que valientemente expuso ideas esenciales de Leibniz y de un profundo (y oscuro ¿?) Husserl. A las cinco de la tarde segunda sesión de comunicaciones: Antonio Parra: Cuerpo, verdad e información, en la que ofreció con generosidad extrema (como le caracterizan a él y a su magnífico diario murciano La Opinión) lo que entiende por la Verdad en la información. Antonio Tudela: Animal telegénico y democracia televisiva. A propósito del «ente» visto por G.B., en la que sin reposo dio lo que la audiencia quería: un análisis de la filosofía de la TV. Y Luis Martínez Conesa. A las siete se iniciaron las intervenciones de Alberto Hidalgo: De la Noetología a la Gnoseología: pérdida y recuperación de la Teoría del Conocimiento, en la que expuso de forma excelente la posibilidad de una Teoría del conocimiento y de la Noetología para el Bueno del capítulo 5 de TV: apariencia y verdad; y Mariano Peñalver Simó: Cuerpos pensantes (páginas de un inédito), en la que con gran sabiduría filosófica desgranó auténticos aforismos filosóficos de las Ideas materialmente trascendentales para el cuerpo humano. A las nueve el Congreso se trasladó a la plaza de la Catedral, a la recepción y vino de honor ofrecido por Ayuntamiento de Murcia en el Edificio Moneo.

El jueves, 11 de septiembre, nueva sesión de comunicaciones a las nueve y media: Silverio Sánchez: Ética, política y moral. Un desarrollo desde la perspectiva de G.B., exponiendo las diferencias –tantas veces olvidadas– entre la ética, la moral y la política. Joaquín Robles: Idea de religión desde el materialismo filosófico, en la que expuso magistralmente la filosofía de la religión de Bueno y la Idea de religión en el Presente aportando la posibilidad teórica de que la «religión» hoy en día ya no existiera como tal «verdadera» religión. José L. Marín Moreno: ¿Es posible establecer un núcleo de la religión terciaria?, planteó, asimismo, la duda sobre el núcleo de la religión hoy en día. Patricio Peñalver Gómez, que tenía anunciado hablar de Dialécticas teológicas en torno al cuerpo de la religión (tientos nematológicos), y trató Sobre la justificación del judaísmo desde el materialismo filosófico. A las doce Felicísimo Valbuena: Algunas herejías y sus influencias en algunas controversias del siglo XXI, donde fue riguroso e innovador al establecer, con precisión y sentido del humor, distintas heterodoxias teológicas habidas en la historia y sus correlatos con las «guerras santas» actuales. Atilana Guerrero: El dogma de la Encarnación y las raíces del Materialismo, estableció brillantemente los orígenes del materialismo y sus derivaciones en la Idea de persona desde la problemática del dogma de la Encarnación. A las cinco de la tarde más comunicaciones: Íñigo Ongay: Materia, materialismo(s), materialismo filosófico, expuso la esencia y las consecuencias más actuales del materialismo «no vulgar». Eduardo Robredo Zugasti: Moda, cuerpo y democracia. Emilio González Nanclares: G. B. y las pseudociencias. A las siete Fernando Pérez Herranz, anunciado como La neutralización del sujeto gnoseológico en la Teoría del Cierre Categorial, sostuvo la posibilidad de que la tardanza «científica» española tuviera el motivo de la no recepción, en su tiempo, del sujeto gnoseológico cartesiano, entre otras cuestiones filosóficas e históricas. Aclaraciones pertinentes entre Gustavo Bueno, Sharon Calderón y Joaquín Robles sobre, en mi opinión, un «fatal malentendido» en la reciente polémica mantenida entre Fernando Pérez-Herranz y Atilana Guerrero y Pedro Insua en El Catoblepas. «Malentendido» que debería solucionarse lo más pronto posible. Cerro el día Francisco José Martínez: Ontología y ética en la obra de G.B., donde, aprovechando que era once de septiembre, expuso hasta once tesis sugeridas por los conceptos y acepciones esenciales de la Ontología, ética y moral del materialismo filosófico.

El tercer día, viernes 12 de septiembre, se inició a las nueve y medía con otra sesión de comunicaciones. Antonio Lastra: ¿Qué significa la Constitución Americana? Una nota al pie de dos páginas de G.B., constructivamente expuso la trascendencia de la Constitución Americana en la Historia de las ideas políticas, discutiendo aspectos de «El Mito de la Izquierda». José Andrés Fernández: La imposibilidad del cierre politológico en G.B. Antonio Muñoz: Ontología política de la filosofía de G.B.: realismo y liberación, expuse aquí, sinceramente, una nueva filosofía política, de la que soy autor: el Realismo Liberal Auténtico o Materialismo Filosófico Liberal Auténtico, destacando el realismo del núcleo, y cuerpo político de las sociedades, mediante la Idea de eutaxia («eutaxia» imposible de conseguir, a mi modo de ver, sin las «verdades» económicas de la Escuela Austriaca auténtica: Jesús Huerta de Soto, Hans Hoppe...), y la potencia explicativa del materialismo filosófico de G.B., junto con las posibles vías de desarrollo de la forma «estatal» y de la Idea de «Democracia». El «Realismo Liberal Auténtico» viene a consistir, así, en una síntesis entre la Escuela Austriaca más potente –en cuanto ciencia «económica»– y la Escuela de Oviedo o Materialismo Filosófico –en cuanto presupuestos filosóficos–. Es la filosofía política del siglo XXI, que tiene posibles soluciones para la eutaxia de la civilización occidental (al sostener el «grossraum» generador de sociedades post-estatales verdaderamente eutáxicas (Hoppe), y la constatación de España, como uno de ellos y en la que no tiene cabida los «separatismos étnicos» por ser distáxicos y no-civilizatorios). Vicente Caballero: Sobre el trabajo incorpóreo, nos recordó la concepción del «obrero social» de Antonio Negri y ofreció una crítica del mismo muy interesante.

A las doce David Alvargonzález: El problema de la verdad en las religiones del Paleolítico, planteó, con todo lujo de detalles, desarrollos y críticas innovadoras de la teoría del conocimiento o gnoseología de las religiones primarias (verdaderas). Pedro Insua: Biología e individuo corpóreo: el problema del «sexto predicable», reflexionó y se preguntó sobre los límites y avances de la Teoría sintética de la Evolución desde los ángulos de la moderna biología molecular y la Idea materialista del individuo corpóreo. A las cinco de la tarde la última sesión de comunicaciones: Antonio de Murcia: Sujeto y morfodinámica de la cultura, presentó un interesante estudio de la Idea de Cultura de «El Mito de la Cultura». Francisco Giménez Gracia: Bueno para comer; Bueno, don Gustavo, para filosofar, que nos hizo saborear auténtico saber filosófico reflexionando sobre el pregón dedicado por Bueno a un famoso queso asturiano, con la amenidad y sentido del humor que le caracterizan como gran escritor que es. A las siete de la tarde pronunció Gustavo Bueno la Conferencia de clausura, sobre Arquitectura y Filosofía, en la que ofreció, como decimos, una definición filosófica de la Arquitectura, clasificando las diversas relaciones entre ambas y de cómo los sistemas idealistas se derrumban cuando tienen que «filosofar» sobre las casas y edificios en los que vivimos; demostrando, así, el poco «fuste» de todo idealismo e irracionalismo. Se cerró el Congreso a las nueve de la noche, con una sesión de conclusiones y propuestas: un extraordinario y entretenido congreso de filosofía verdadera y realista. Filosofía en acción, viva. Y, por todo ello, el «congreso» deberá repetirse.

 

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