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El Catoblepas, número 14, abril 2003
  El Catoblepasnúmero 14 • abril 2003 • página 19
Desde el malecón habanero

El Estado de derecho cubano
frente al terrorismo y la agresión

Se ofrecen distintos textos para poder analizar las críticas
al funcionamiento del Estado de derecho cubano frente al terrorismo

La lancha Baraguá entrando de nuevo a puerto, en la fase de solución de su secuestro El día 2 de abril de 2003 un grupo de cubanos armados con una pistola y cuchillos secuestró la lancha Baraguá, que presta sus servicios entre la bahía de La Habana y la localidad cercana de Casablanca, con cincuenta pasajeros a bordo, dirigiéndola hacia los Estados Unidos. Se trataba del tercer hecho similar en menos de quince días, tras los secuestros sufridos por dos aviones que quisieron ser desviados hacia Florida. La lancha quedó sin combustible y pasó un día flotando a la deriva en el estrecho de la Florida. Los guardacostas cubanos pudieron remolcarla hasta el puerto de El Mariel, tras quince horas de secuestro. El día 5 de abril los asaltantes fueron puestos a disposición de los tribunales que juzgan los hechos que atentan contra la seguridad del país, mediante procedimiento sumarísimo, y condenados por graves delitos de terrorismo. Los tres principales responsables del secuestro (Enrique Copello Castillo, Bárbaro Leodán Sevillan García y Jorge Luis Martínez Isaac) fueron condenados a muerte, cuatro cómplices a cadena perpetua, otro a treinta años de prisión y tres mujeres a cinco, tres y dos años de cárcel. Tras la apelación presentada por los acusados, las sentencias fueron ratificadas por el Tribunal Supremo de Cuba, y analizadas por el Consejo de Estado de Cuba, que las encontró absolutamente justas, en un contexto donde se está poniendo en peligro la vida de numerosas personas inocentes y la seguridad del país, «sometido a un plan siniestro de provocaciones fraguado por los sectores más extremistas del gobierno de EEUU y sus aliados de la mafia de Miami». El 11 de abril de 2003 fueron ejecutados los tres secuestradores condenados (la ejecución capital no se aplicaba en Cuba desde el 21 de enero de 1992, en que fue ajusticiado Eduardo Díaz Betancourt, jefe de un comando anticastrista infiltrado en Cuba desde EEUU). Inmediatamente se inició una nueva campaña internacional contra Cuba, en la que de hecho han venido a coincidir, en esta ocasión, quienes se mueven en el anticastrismo y quienes son tan sensibles a la mal llamada «pena de muerte». Desde El malecón habanero ofrecemos una serie de textos que buscan arrojar cierta luz ante la confusión que se ha producido entre algunos.

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Mensaje desde La Habana
para amigos que están lejos

En los últimos días, hemos visto con sorpresa y dolor que al pie de manifiestos calumniosos contra Cuba se han mezclado consabidas firmas de la maquinaria de propaganda anticubana con los nombres entrañables de algunos amigos. Al propio tiempo, se han difundido declaraciones de otros, no menos entrañables para Cuba y los cubanos, que creemos nacidas de la distancia, la desinformación y los traumas de experiencias socialistas fallidas. Lamentablemente, y aunque esa no era la intención de estos amigos, son textos que están siendo utilizados en la gran campaña que pretende aislarnos y preparar el terreno para una agresión militar de los Estados Unidos contra Cuba.

Nuestro pequeño país está hoy más amenazado que nunca antes por la superpotencia que pretende imponer una dictadura fascista a escala planetaria. Para defenderse, Cuba se ha visto obligada a tomar medidas enérgicas que naturalmente no deseaba. No se le debe juzgar por esas medidas arrancándolas de su contexto.

Resulta elocuente que la única manifestación en el mundo que apoyó el reciente genocidio haya tenido lugar en Miami, bajo la consigna «Irak ahora, Cuba después», a lo que se suman amenazas explícitas de miembros de la cúpula fascista gobernante en los Estados Unidos.

Son momentos de nuevas pruebas para la Revolución cubana y para la humanidad toda, y no basta combatir las agresiones cuando son inminentes o están ya en marcha.

Hoy, 19 de abril de 2003, a cuarenta y dos años de la derrota en Playa Girón de la invasión mercenaria, no nos estamos dirigiendo a los que han hecho del tema de Cuba un negocio o una obsesión, sino a amigos que de buena fe puedan estar confundidos y que tantas veces nos han brindado su solidaridad.

Alicia Alonso, Miguel Barnet, Leo Brouwer, Octavio Cortázar, Abelardo Estorino, Roberto Fabelo, Pablo Armando Fernández, Roberto Fernández Retamar, Julio García Espinosa, Fina García Marruz, Harold Gramatges, Alfredo Guevara, Eusebio Leal, José Loyola, Carlos Martí, Nancy Morejón, Senel Paz, Amaury Pérez, Graziella Pogolotti, César Portillo de la Luz, Omara Portuondo, Raquel Revuelta, Silvio Rodríguez, Humberto Solás, Marta Valdés, Chucho Valdés, Cintio Vitier.

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Conferencia de prensa de 18 de abril de 2003

Conferencia de prensa ofrecida por el canciller cubano,
Felipe Pérez Roque, a la prensa nacional y extranjera,
sobre los resultados de la votación en la
Comisión de Derechos Humanos de Ginebra

José L. Ponce (Moderador) –Buenos días. Estimados colegas, bienvenidos a esta conferencia de prensa del ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, para explicar los resultados de la votación en la 59va. Sesión de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra. El Ministro va a hacer una exposición inicial, va a explicar los resultados; después, estará abierto a sus preguntas. Como siempre, les recordamos que se identifiquen, usen los micrófonos en el momento de preguntar. Hay 76 periodistas, de 64 medios, de 24 países representados; más la presencia nacional que está completa. Sin más preámbulo, Ministro.

El canciller cubano, Felipe Pérez Roque, en la conferencia de prensa de 18 de abril de 2003, celebrada en el MINREX Felipe Pérez Roque (Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba) –Buenos días a todos los corresponsales de la prensa acreditada en nuestro país y de la prensa nacional. Como se ha informado, en el día de ayer la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra examinó tres documentos sobre los cuales se produjeron votaciones por parte de los 53 países miembros de la comisión.

El día anterior había comenzado el análisis, bajo el tema 9 de la agenda, de un proyecto de resolución presentado por Perú, Costa Rica y Uruguay, cuyo debate, a partir de las propuestas de enmienda presentadas por Cuba y otra propuesta de enmienda presentada por Costa Rica en el último momento, a lo que se sumaron violaciones flagrantes de procedimientos por parte de la delegación norteamericana, de la de Costa Rica, y, especialmente, debido al desconcierto producido en la delegación norteamericana y en algunos de sus cómplices, a partir de las enmiendas presentadas por Cuba, se creó una situación de confusión, de caos, de desorden en medio del debate, que originó la decisión de posponerlo por 24 horas.

El debate se retomó en el día de ayer y, como ya se ha informado, se produjeron tres votaciones: la primera de ellas, fue una votación sobre la enmienda presentada de Costa Rica, que realmente es una enmienda norteamericana; o sea, es un texto de interés y elaborado por la diplomacia norteamericana, entregado a Costa Rica para que lo presentara.

Ese texto fue rechazado de manera abrumadora por la Comisión de Derechos Humanos por 31 votos en contra, 15 votos a favor y 7 abstenciones.

El texto en cuestión pretendía aprovechar la manipulación y la gran campaña mediática que ha habido sobre los legítimos juicios que en Cuba se han efectuado, para sancionar conductas mercenarias o actos violentos de terrorismo contra embarcaciones, y tratar entonces de provocar una condena a Cuba en la Comisión. Ese fue el objetivo norteamericano.

A partir de ahí se produjo la propuesta de Costa Rica, que contenía un texto condenatorio hacia Cuba, aunque no lo expresaba de manera tan directa; pero decía: «Exhorta al gobierno de Cuba a que garantice el respeto pleno de todos los derechos humanos y libertades fundamentales, en particular, la libertad de expresión, el derecho a un juicio imparcial, y expresando su profunda preocupación por la reciente detención, enjuiciamiento sumario y rigurosa condena de numerosos miembros de la oposición política, insta al gobierno de Cuba a que libere de inmediato a todas esas personas»; es decir, no expresaba condena, pero el texto, obviamente, sugería esa percepción.

La Comisión de Derechos Humanos rechazó ese texto, duplicando el voto de los que estaban en contra al de los que estuvieron a favor: 31 países votaron en contra de incluir ese texto, 15 países votaron a favor, 7 se abstuvieron.

Los 15 países que estuvieron de acuerdo en que ese texto fuera incluido, fueron los 10 países del grupo occidental, que incluye a Estados Unidos y varios de la Unión Europea; Costa Rica, el número 11; Corea del Sur, el número 12; Polonia, el número 13; Japón, el número 14, y Croacia, el número 15. Es decir, los 10 países del grupo occidental, Estados Unidos, sus aliados europeos, más Canadá y Australia, 10; más dos países de Europa del este, que antes eran países socialistas, Polonia y Croacia, que formaba parte de Yugoslavia, 12; Costa Rica, 13, y dos aliados cercanos a Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. Fueron los 15 países.

El resto, de los 53 países que integran la Comisión de Derechos Humanos: 31 que votaron en contra, más 7 que se abstuvieron, no estuvieron de acuerdo en aprobar ese texto.

Se sometió a votación también el texto presentado por Perú, Costa Rica y Uruguay, del que Costa Rica primero dijo que se retiraba para presentar la enmienda, pero cuando la enmienda fue rechazada, entonces, apresuradamente, pidió la palabra otra vez para volver a convertirse en patrocinador, titulado «Situación de los derechos humanos en Cuba».

Ese texto, que, anticipadamente, en un editorial del periódico Granma, nosotros expresamos que sabíamos que Estados Unidos contaba con una ventaja para imponerlo, a partir de las presiones realizadas y la propia composición de la Comisión, fue aprobado por 24 votos a favor, 20 votos en contra y 9 abstenciones.

Cuba mantuvo su enmienda, presentada el día anterior, sobre exigir el cese del bloqueo norteamericano contra Cuba, sabiendo que un número de países que están contra el bloqueo no la apoyarían; pero, sobre todo, para poner en evidencia la doble moral, la incapacidad de un grupo de los aliados de Estados Unidos que se prestan a la condena de Cuba, pero no tienen el valor de reconocer el bloqueo contra Cuba como una violación de los derechos humanos.

La enmienda de Cuba sobre el bloqueo, como se ha dicho, fue aprobada por 17 países, 26 estuvieron en contra y 10 se abstuvieron. Cumplió nuestro objetivo de demostrar la hipocresía de algunos de los que se prestan a condenar a Cuba, pero no tienen el valor de votar, allí en Ginebra, proclamando el bloqueo como una violación de los derechos humanos de los cubanos.

Ahora, ¿qué conclusiones queremos expresar sobre estos acontecimientos? En primer lugar, Cuba considera que fracasó estrepitosamente el intento del gobierno de Estados Unidos de lograr una condena contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra.

En segundo lugar, Cuba considera que el rechazo incuestionable, ampliamente mayoritario, a la propuesta norteamericana que presentó Costa Rica, pero que es esencialmente el interés y la aspiración proclamada por Estados Unidos –como después veremos–, el rechazo abrumador que recibió esta propuesta es una clara señal de reconocimiento de la Comisión de Derechos Humanos y de la comunidad internacional, excepto un pequeño número de países, al derecho de Cuba a aplicar sus leyes; un reconocimiento a la pertinencia y la legalidad de las medidas adoptadas por Cuba en defensa de su soberanía, castigando, según nuestras leyes y con todas las garantías, a un grupo de personas que actuaban al servicio y con el financiamiento de una potencia extranjera que agrede al país, como las sanciones dolorosas pero inevitables contra los secuestradores, mediante métodos violentos, con peligro para la vida de ciudadanos cubanos y extranjeros, incluidos mujeres y niños, de una embarcación cubana, en un delito tipificado por los instrumentos internacionales como delito de terrorismo. Así que consideramos que el rechazo abrumador –y realmente sorpresivo para la delegación norteamericana, por 31 votos en contra y 15 a favor–, es una sonada victoria de Cuba, una señal de reconocimiento de la comunidad internacional al derecho y las razones que nos asisten, y expreso nuestra profunda satisfacción por este hecho.

En tercer lugar, me parece apropiado subrayar que el texto fue finalmente aprobado como Resolución por un escaso margen, en medio de la actual coyuntura internacional en que Estados Unidos aterroriza al mundo con una política imperial, con amenazas abiertas, terminada la guerra en Iraq prácticamente, precisamente en esta coyuntura y pese a las presiones desatadas al más alto nivel y sin el menor escrúpulo contra los países miembros de la Comisión; pese a todo eso, el texto aprobado como Resolución final, que fue la propuesta original que a nombre de Estados Unidos presentaron allí Perú, Costa Rica y Uruguay, no es una condena contra Cuba.

Por lo tanto, rechazo la idea de que la Comisión de Derechos Humanos haya condenado a Cuba. Estados Unidos no pudo lograr su objetivo, el párrafo que intentaba la condena explícita fue abrumadoramente derrotado y el texto final aprobado –como veremos después– no puede, en caso alguno, ser entendido como una condena, pues ello no fue posible. Estados Unidos no puede lograr la condena de Cuba. Las razones de Cuba, la justicia que asiste al derecho de Cuba y el apoyo de la comunidad internacional impiden que Estados Unidos y sus cómplices puedan otra vez lograr la condena de Cuba.

En cuarto lugar, queremos decir que ello no quita, sin embargo, el hecho de que rechacemos también la Resolución finalmente adoptada. La rechazamos porque, aunque no es un texto condenatorio, es un texto que no tiene justificación. No existe la más mínima justificación para siquiera examinar la situación de Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra. La propuesta llevada allí contra Cuba, que es lo más que el gobierno de Estados Unidos puede obtener en las circunstancias actuales, no tiene justificación, no tiene asidero legal, es solo lograda en medio de un despliegue norteamericano a lo largo y ancho del mundo para tratar de obtener los votos que permitan la condena de Cuba, con el apoyo de un número de aliados, y en ningún caso significa una condena contra nuestro país.

De todas maneras rechazamos ese ejercicio, cuestionamos la pertinencia de esa Resolución. Rechazamos el hecho de que tres países latinoamericanos, Perú, Uruguay y Costa Rica, se presten a esa maniobra, sabiendo bien que no tiene absolutamente ninguna justificación. Es un texto norteamericano, que responde al interés norteamericano. Rechazo la idea de que es un texto dirigido a establecer la colaboración con Cuba, como han tratado de explicar sus patrocinadores latinoamericanos. Y las declaraciones del Departamento de Estado, que después recordaré, son la prueba real de quiénes son los verdaderos autores y cómo reconocen su derrota.

En quinto lugar, quiero dejar sentado que el empleo de métodos de chantaje, de presiones por parte de altos personeros del gobierno norteamericano, de congresistas de origen cubano que obedecen a los intereses de la mafia terrorista en Miami, incluso utilizando a los organismos financieros internacionales, llegó este año a un punto sin precedentes. Las brutales presiones, las torceduras de brazo, las amenazas desembozadas contra países del Tercer Mundo, tal como se alertaba en el editorial del periódico Granma publicado en el día de ayer, fueron los métodos empleados por la diplomacia norteamericana para lograr la pírrica ventaja de apenas cuatro votos en un texto que prácticamente no dice nada.

En sexto lugar, me interesa subrayar que, desafortunadamente, otra vez la Unión Europea, un gigante económico, cultural y social, dio, sin embargo, muestras otra vez de pequeñez política, de ausencia de pensamiento estratégico, de falta de vocación por jugar un papel en el mundo, y dio pruebas también de patrones de doble moral en su conducta. Mientras estuvo lista para apoyar la enmienda norteamericana que intentaba condenar a Cuba por supuestas violaciones en los recientes juicios celebrados en Cuba con toda legitimidad y garantías, por otro lado, los países occidentales, la Unión Europea, Canadá y Australia, votaron en contra de proclamar el bloqueo como una violación de los derechos humanos de los cubanos, cuando todo el mundo sabe que es la principal violación de los derechos de todo un pueblo.

Ello nos permitió corroborar otra vez que en las condiciones de hoy y, sobre todo, después de los acontecimientos de la guerra en Iraq, la Unión Europea, desafortunadamente, no tiene capacidad para formular una política propia e independiente hacia Cuba. De todas maneras, Cuba seguirá abierta a las relaciones con la Unión Europea y espera que un día una Unión Europea más madura, más clara de sus objetivos y de sus responsabilidades en el mundo pueda borrar esta página bochornosa de sus relaciones con Cuba.

Ahora bien, por aquí tengo las declaraciones realizadas por el señor King Holmes, que es el secretario de Estado asistente para Asuntos Internacionales en el Departamento de Estado, uno de los principales responsables de la diplomacia norteamericana. El señor King Holmes, cuyo apellido se escribe igual que el de Sherlock Holmes, declaró ayer –y esto está publicado en el boletín que publica la Misión norteamericana en Ginebra–: «Los Estados Unidos apoyan fuertemente la resolución introducida por tres países latinoamericanos ante la Comisión de Derechos Humanos, que condena las violaciones de los derechos humanos en Cuba» –refiriéndose a la propuesta de Perú, Costa Rica y Uruguay–; por tanto, espero que los representantes de los gobiernos de estos países no insistan en la tesis de que a ellos los animó la voluntad de cooperar con Cuba y que este no era un texto cuya intención fuera condenar a Cuba. Aunque el resultado final es que no hubo condena contra Cuba, ello no obedece a las intenciones de sus patrocinadores, sino a la batalla de Cuba y al apoyo con que cuenta en la comunidad internacional. Las intenciones de Estados Unidos, el patrocinador principal, dejan claro que no había duda de qué era lo que Estados Unidos estaba buscando; pero, además, el día antes, el Secretario de Estado, señor Colin Powell, había expresado «su esperanza de que la Comisión de Derechos Humanos aprobara una declaración que condenara la situación de los derechos humanos en Cuba».

En una entrevista a la televisión de la agencia AP, Powell dijo que «había conversado telefónicamente con los ministros de Relaciones Exteriores de los países que integran la Comisión», textual: «Para dejarles en claro la importancia que tiene el voto de condena contra Cuba.» ¿Se puede imaginar alguien el contenido de esas conversaciones? ¿Se puede pensar en un tono respetuoso, en una apelación argumentada, o se puede pensar –como ocurrió– en todo tipo de presiones, amenazas, realizadas por los embajadores norteamericanos en todos estos países y por otros miembros del gobierno de Estados Unidos al más alto nivel?

Ahora bien, ¿qué ocurrió con las esperanzas del señor Powell? Debo expresar nuestras condolencias, realmente, al Secretario de Estado, por el hecho de que sus esperanzas se vieron frustradas. Quizás para la próxima vez obtenga el objetivo; de todas maneras, Cuba está preparada para lidiar contra este ejercicio en el futuro, aun cuando ya los miembros del actual gobierno norteamericano estén jubilados.

Por aquí tengo, entonces, otro despacho, en este caso de la Agencia Francesa de Prensa, que revela muy bien lo que pasó allí en Ginebra, después de la primera sesión y las enmiendas presentadas por Cuba que cayeron, como ya se dijo en nuestro periódico, «como una bomba» en la Comisión.

Dice este despacho: «Washington dejó de lado el miércoles la búsqueda de una condena explícita contra Cuba en la comisión que votará sobre el tema mañana» –ya se había pospuesto–, «e indicó que a falta de consenso se conforma» –¡se conforma!– «con la resolución inicial que había sido presentada por Perú, Costa Rica y Uruguay. En lugar de reclamar una posición más dura que condene explícitamente la represión de los disidentes, con pocas posibilidades de ser aceptada, funcionarios estadounidenses defendieron, en una audiencia legislativa, el proyecto de Resolución original presentado.»

Me pregunto ahora, ¿cómo es que si este texto es peruano, costarricense y uruguayo, donde se está discutiendo lo que se hace es en Estados Unidos? Pienso que los cancilleres de estos países deberían explicar por qué no fue el Congreso peruano, o el uruguayo o el costarricense el que andaba decidiendo, la noche antes, si se hacía una u otra variante.

El señor King Holmes, que fue convocado allí para ver si encontraba la solución del asunto, «del enigma», dijo estas palabras: «Hemos trabajado duro para reforzarla» –la resolución–, «pero hay una fuerte resistencia a cambiar la redacción. Si bien la resolución puede no tener el lenguaje que esperábamos lograr, es de todos modos una bofetada contra Cuba (...). Esperamos que la comunidad internacional condene, una vez más, la situación de los derechos humanos en Cuba.»

Porque Estados Unidos interpreta ese texto –que el Canciller peruano anoche dijo que no era un texto condenatorio, sino que buscaba la cooperación con Cuba para evitar las condenas– como una condena que justifica mantener el bloqueo y la política de presiones contra Cuba. Estados Unidos pidió a Perú presentarlo.

Dice el señor Holmes: «Es mejor pedir el viaje de la representante del Alto Comisionado, la señora Chanet, a la Isla, que no obtener nada.» Es mejor; del lobo un pelo, dice el funcionario imperial. «Preferimos una resolución y el viaje de la representante personal del Alto Comisionado, a cualquier otra alternativa. Lo importante es enviar un claro mensaje...»

La noche antes dudaban, me los imagino esa noche debatiéndose: «Me quiere, no me quiere,» arrancando pétalos. «Lo hacemos, no lo hacemos, ¿y si lo hacemos y perdemos?»; pero en la mañana, finalmente, la decisión fue presentar la enmienda. Estados Unidos tomó la decisión y Costa Rica, por tanto, mantuvo la enmienda, que fue –como ya vimos– derrotada.

Sin embargo, creo que esto revela muy bien que a Estados Unidos le interesa, sobre todo, que el tema de Cuba se mantenga en Ginebra, para poder retomarlo al año siguiente.

Ahora, ¿cuál ha sido su reacción, después de la votación? Le preguntaron los periodistas, este es un despacho de la agencia NOTIMEX (Lo muestra), le preguntan: «¿Ustedes no consideran que lo que ocurrió allí es una suerte de derrota para ustedes y sus aliados?» Respuesta del señor Richard Boucher, vocero del Departamento de Estado, que es el pobre a quien le toca dar la cara después para explicar el desastre. Dijo él: «No es así, no es así, esto no es una derrota. La resolución dice al mundo que hay una preocupación por la situación de los derechos humanos en Cuba.» Falso, ahora vamos a examinar el texto. Al señor Boucher, pienso, no le dio tiempo a leerse el papel y ha dicho que la resolución expresa, lo que la resolución no expresa.

«Eso es lo que queríamos» –dice–, «y eso es lo que obtuvimos.» Fíjense que aquí quien declara es Estados Unidos, no es ni Perú, ni Costa Rica, ni Uruguay. Los norteamericanos son los que declaran.

Es decir que creo que el gobierno de Estados Unidos en Ginebra, sobre Cuba, «fue por lana y salió trasquilado». Ha sufrido una derrota vergonzante.

La comunidad internacional ha dado un espaldarazo al derecho de Cuba a celebrar los juicios y condenar a los que fueron hallados culpables por los tribunales. No ha habido una letra, una coma en el texto aprobado que cuestione lo que ha ocurrido en Cuba. Es falso y, por tanto, ha sido rechazado por la comunidad internacional que haya supuesta violación de las leyes cubanas o de las leyes internacionales en las legítimas acciones de defensa aplicadas por Cuba. Y no fue rechazada por un estrecho margen, como el otro texto, «aguado», sobre Cuba, por apenas cuatro votos. Fue rechazado por 31 a 15, por los miembros de la Comisión.

Ahora, ¿se justifica, de todas maneras, que Perú, Costa Rica y Uruguay hayan hecho este bochornoso servicio a los afanes agresivos de la política del gobierno de Estados Unidos contra Cuba? No se justifica. ¿Se explica? No podría explicarse desde el punto de vista del derecho y de la actuación independiente de los Estados. Sí se pueden encontrar razones, y después me voy a referir a ello.

Ahora bien, ¿qué dice el texto final, aprobado por 24 votos contra 20, que Estados Unidos está presentando como una condena? Tiene tres párrafos, el primero dice que «la Comisión de Derechos Humanos expresa su satisfacción por el nombramiento de la señora Christine Chanet como representante personal del Alto Comisionado», expresa satisfacción porque hayan nombrado a esta señora como representante para Cuba. Segundo párrafo, «insta» al gobierno de Cuba a que reciba a esta señora y le preste todas las facilidades; y, tercero, «decide seguir examinando esta cuestión el próximo año». Eso es lo que dice el texto que el señor Boucher ha dicho que es una resolución que expresa preocupación, y que «han obtenido lo que querían», y una condena, tal como esperaba y proclamaba «su esperanza» el secretario de Estado Powell. Eso es lo que se ha aprobado.

En esto han terminado. Tras 14 años, en este ridículo texto ha terminado todo el esfuerzo, toda la presión de la diplomacia norteamericana; esta es la realidad.

Ahora, ello no quiere decir que Cuba acepte siquiera este texto. Cuba cuestiona y rechaza este texto, porque Cuba considera que no se justifica; porque Cuba cree que no hay ninguna razón para incluir el examen del tema de Cuba en la agenda de la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra, que es un órgano, como ya sabemos, lastrado en su funcionamiento por las presiones de un grupo de países poderosos, por la actuación realmente selectiva, discriminatoria y politizada que Estados Unidos, en primer lugar, y un grupo de sus aliados, han hecho de este órgano. Por tanto, lo rechazamos; pero además, vamos a expresar lo siguiente:

La institución del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, resultado de la Conferencia de Viena del año 1993, es relativamente reciente; ha habido hasta ahora tres Altos Comisionados y, de hecho, hace solo nueve años que existe un Alto Comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos. Cuba fue el primer país de América Latina que invitó al Alto Comisionado de Derechos Humanos a realizar una visita, en el propio año 1994.

Pero, además, el Alto Comisionado de Derechos Humanos solo ha visitado cuatro países en América Latina: Colombia, Costa Rica, Cuba y Panamá. ¿Por qué hay que pedir a Cuba en una resolución, que otra vez el Alto Comisionado venga a Cuba y convertir eso en el centro de enormes presiones y manipulaciones si, habiendo más de 30 países de América Latina y el Caribe en el hemisferio, ha venido nada más que a cuatro países?

La señora Mary Robinson –predecesora del actual Alto Comisionado, el señor Sergio Vieira de Mello, que empezó en el 2002– esperó, sin obtener durante cinco años, la invitación del gobierno norteamericano, que le dijo tajantemente que en Estados Unidos no había nada de qué ocuparse en materia de derechos humanos, y no la invitó y ella no pudo visitar ese país en visita oficial, invitada por el gobierno de Estados Unidos.

¿Por qué si Estados Unidos no la ha recibido y en América Latina solo lo han hecho cuatro países, incluidos nosotros, hay que convertir en un objetivo el que Cuba reciba al Alto Comisionado por segunda vez, o a un representante del Alto Comisionado? Hay una manipulación en todo esto, y Cuba no se niega a cooperar con el Alto Comisionado, todo lo contrario; ni con los mecanismos no selectivos y no discriminatorios de la Comisión o de la Oficina del Alto Comisionado, todo lo contrario. Cuba lo que no está dispuesta es a aceptar la manipulación de este tema; el empleo sin escrúpulos, incluso, de esta figura de Naciones Unidas, para justificar la campaña contra Cuba, cuyo objetivo final es lograr algún tipo de papel, de resolución en Ginebra, que permita seguir justificando el bloqueo contra Cuba, que es el objetivo de la diplomacia norteamericana; por tanto, por esa razón es que no aceptamos el mandato de esa resolución.

Hay quien nos dice: «¿Pero ustedes por qué no se quitan de arriba este problema y aceptan que venga la representante personal del Alto Comisionado?» No, no podemos hacerlo; le haríamos un flaco favor al resto de los países del Tercer Mundo. Nosotros no solo aquí defendemos el derecho de Cuba, sino defendemos el derecho de todos los países del Tercer Mundo a ser tratados con respeto.

¿Por qué si nosotros invitamos al Alto Comisionado, y ya vino a Cuba, y expresó en su informe un reconocimiento a que no había en Cuba una situación de violación de derechos humanos? ¿Por qué si antes habíamos invitado aquí a una delegación de la Comisión de Derechos Humanos, que viajó a Cuba y publicó un informe que decía que no había en Cuba violaciones masivas, flagrantes y sistemáticas de los derechos humanos, que son de las que se ocupa la Comisión? ¿Por qué si Cuba invitó a un grupo de organizaciones no gubernamentales que vinieron a Cuba encabezadas por la señora Danielle Mitterrand y produjeron un informe, después de visitar todo el país, visitar prisiones, igual que el Alto Comisionado, igual que la otra delegación? ¿por qué nosotros, que hemos dado muestra de colaborar, que respondemos los requerimientos del Alto Comisionado, que somos uno de los países del mundo que somos miembros de más instrumentos internacionales de derechos humanos, muchos más que los propios Estados Unidos que tratan de juzgarnos? ¿Por qué debemos aceptar la imposición por la fuerza de esta resolución? Y por eso es que nos negamos, y por eso es que tampoco aceptamos la resolución aprobada ayer, y por eso reitero aquí que Cuba no va a colaborar con el mandato de esa resolución, que considera espuria, ilegal y por eso es que no colaborará con la Representante Personal ni le permitirá venir a Cuba, lo que en ningún caso significa una posición personal contra la señora Chanet, a quien apreciamos, respetamos, pero a quien, desafortunadamente, han involucrado en un ejercicio con el que Cuba no puede colaborar.

Reitero nuestro respeto por la señora Chanet, nuestra voluntad de colaborar y nuestro respeto con el señor Vieira de Mello, Alto Comisionado, diplomático de origen brasileño; pero Cuba no puede prestarse a esta patraña y no se va a prestar.

Ahora, está claro que solo cuatro países en América Latina lo han recibido. ¿Por qué Estados Unidos no se encarga de que el Alto Comisionado, en primer lugar, los visite a ellos, que no lo han aceptado, y, además a otros países en América Latina?

Perú y Uruguay, que presentan la resolución sobre Cuba, no han sido visitados por el Alto Comisionado. ¿Por qué tienen que andar preocupándose de que visite a Cuba por segunda vez, si este fue el primer lugar donde vino en esta región?

Por eso Cuba rechaza toda la manipulación y la mentira que hay en torno a este tema.

Anoche el Canciller peruano dijo lo que he dicho yo, «que la resolución solo tenía tres párrafos, que era de carácter procesal, que significaba romper las condenas contra Cuba»; pero, ¿por qué existe la resolución? ¿Por qué Perú tiene que presentar una resolución sobre Cuba? Perú no ha presentado allí nunca una resolución sobre Estados Unidos, sobre las violaciones de derechos humanos en Estados Unidos u otro lugar del mundo. ¿Por qué solo sobre Cuba, Perú hace un objetivo de que venga aquí el Alto Comisionado, o Uruguay, o Costa Rica, cuando no ha ido ni siquiera allí mismo a Perú el Alto Comisionado y a Cuba vino ya? Porque está actuando bajo la presión y los intereses del gobierno de Estados Unidos. Esa es la realidad, es dura, pero es la realidad, y la verdad debe ser dicha.

Ahora, ¿tienen los gobiernos latinoamericanos autoridad moral para ocuparse del tema de los derechos humanos en Cuba, para tratar de preocuparse de qué está pasando aquí?

Esto [lo muestra] es el informe que el Departamento de Estado publicó este año sobre los derechos humanos en todo el mundo, con un detalle: no incluye a Estados Unidos, es decir, es el único país del cual no se ocupa, pero, bueno, es un detalle menor, vamos a decir, al que estamos acostumbrados.

Aquí se habla sobre 180 países o algo así, pero falta un detalle, ¿no?, ocuparse de la propia situación interna. Vamos a ver qué dice este informe norteamericano sobre Perú, cómo ve el gobierno de Estados Unidos la situación en Perú. Voy a leer textualmente fragmentos:

«Hubo acusaciones de asesinatos ilegales y sin motivos por parte de la policía.
La policía peruana torturó, golpeó y abusó de los detenidos.
Fuerzas de seguridad peruanas de prisiones abusaron de los reclusos.
Continuaron las torturas y abusos de reclutas militares.
La impunidad continuó siendo un problema.
Cincuenta y seis por ciento de la población penal sigue en prisión esperando sentencia.»

Algunos fragmentos he leído de las alegaciones. ¿Por qué si esta es la opinión que el Departamento de Estado tiene sobre lo que ocurre en Perú, Estados Unidos no presenta una resolución en Ginebra sobre lo que ocurre en Perú? El informe no dice nada siquiera parecido sobre Cuba, y el informe le dedica a Cuba unas páginas del Departamento de Estado. No se dice, pero ni una palabra, porque no se puede decir, que en Cuba haya un torturado, un desaparecido, un asesinado, una persona víctima hasta morir de la violencia policial. No lo dice el informe, ahí está publicado; sin embargo, Estados Unidos se empeña, con todos sus recursos y su poderío, en condenar a Cuba y, habiendo publicado esto sobre Perú, no hay, sin embargo, resolución sobre Perú.

Pero, además, nosotros creemos que el gobierno peruano tiene realmente cuestiones de las que ocuparse en Perú, en lugar de andar ocupándose de Cuba. Según informe del gobierno peruano al Congreso, la mortalidad infantil en Perú es 43 por cada 1.000 nacidos vivos. En Perú se mueren, antes de cumplir un año, siete veces más niños que en Cuba. ¿No debería concentrarse en esto, en vez de juzgar a Cuba donde se mueren 6 niños de cada 1.000 y no 43, según la dudosa estadística posible en la mayoría de los países de América Latina?

El informe peruano dice que hay 6 millones de peruanos que no tienen acceso a la atención de salud, 6 de los 25 millones. En Cuba tiene acceso el ciento por ciento de la población, pese al bloqueo, la hostilidad y más de 40 años de agresiones. ¿Esto no es un derecho del que debía ocuparse el gobierno peruano, para andar intentando que Cuba reciba a un Alto Comisionado que ellos no han recibido?

Según el informe del gobierno peruano, la mitad de la población peruana vive en la pobreza. Me parece que, por un lado, Estados Unidos actúa con hipocresía y doble moral, cuando intenta condenar a Cuba y presiona y emplea para ello los servicios de Perú, del cual dice acusaciones tan graves de las que Estados Unidos, sin embargo, se hace «el de la vista gorda» y no se ocupa en la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra.

Ahora, ¿existirían motivaciones bien fundadas en el gobierno uruguayo, por ejemplo? Bueno, según la prensa uruguaya –no yo–, según la prensa uruguaya, «las posiciones que adopte Uruguay sobre Cuba son para el presidente Jorge Batlle elementos de reciprocidad, si el presidente Bush interviene para suavizar la postura del Fondo Monetario Internacional, que retiene fondos y reclama una reprogramación de la deuda externa uruguaya.» Esto fue publicado a fines de enero por toda la prensa uruguaya.

«Según coincidieron fuentes parlamentarias y de la Cancillería uruguaya consultadas» –que son las que dicen esto entrecomillas–, «miembros de la delegación norteamericana que acompañaron a la subsecretaria norteamericana de Estado Paula Dobriansky» –que estaba allí «casualmente», en una escala «breve» que hizo allí en Montevideo–, «los miembros de su delegación plantearon a funcionarios uruguayos» –textual– «'las necesidades estadounidenses: por un lado, que Uruguay repita este año en Ginebra la actuación cumplida en el año 2002 y plantee una vez más una condena contra Cuba.' Las gestiones discretas de algunos de los visitantes encontraron, por el momento, escasa receptividad en la Cancillería.»

Dicen los que hacen el cuento: «Cuando los visitantes estadounidenses explicaron que, por el momento, tanto Argentina como Perú y Chile están reacios a asumir un protagonismo en Ginebra, los funcionarios uruguayos dijeron que 'solo si fuera absolutamente imprescindible', la delegación uruguaya asumiría nuevamente la iniciativa.»

«El tema estuvo presente también» –dice la prensa uruguaya– «en las conversaciones que sostuvo el presidente Batlle con Paula Dobriansky, quien visitó Uruguay el 28 y 29 de enero. También se habló del asunto en las conversaciones que sostuvo el embajador de Estados Unidos en Uruguay, Martin Silverstein, y en varios contactos que sostuvieron además en Washington. La decisión uruguaya se adoptó en el contexto de la negociación con el Fondo Monetario Internacional, ya que el tema cubano formó parte de los requerimientos presentados por Estados Unidos para conceder su ayuda a Uruguay. El otro objetivo de máximo interés planteado por Washington y que tendrá Uruguay como el operador principal, es lograr que varios países latinoamericanos presenten en conjunto la moción.» Así andaban las cosas a fines de enero.

Como vemos, finalmente, quien asumió el papel principal fue Perú. Justo es reconocer que Uruguay mantuvo un bajo perfil en el tema, de hecho, evidentemente a la situación interna, al hecho de que todo el mundo sabe cómo el año pasado estuvo claramente perceptible para todos que la actuación uruguaya obedecía a estos intereses, y, finalmente, fue Perú el principal presentador, aunque Uruguay y Costa Rica le acompañaron.

Para entender las motivaciones del gobierno peruano habría que recordar que, después que el presidente Bush estuvo el año pasado en Lima, se eliminaron los aranceles a los textiles peruanos para acceder al mercado norteamericano, y varios créditos, financiamiento del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, que estaban retenidos para Perú, después de una palabra del presidente Bush expresando su deseo de que rápidamente se resolviera, de manera «autónoma», el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial «decidieron coincidir» con el presidente Bush y liberaron los fondos.

En el caso de Costa Rica, sabemos bien que el centro de su política es el logro de un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y, obviamente, el favor a Estados Unidos facilita esa aspiración; en adición a lo cual hay que decir que en Costa Rica, el gobierno recibe la presión no solo del gobierno norteamericano, sino de la mafia cubana de Miami que tiene en San José una activa representación.

Después de saber todo esto, ¿Cuba va a darle a este tema mayor importancia que la que tiene, como no sea probar la doble moral, el doble estándar que hay presente en todo esto, los métodos sucios de la diplomacia norteamericana para lograr este objetivo? No, Cuba tiene –no solo pensando en Cuba, sino pensando en el resto de los países del Tercer Mundo y pensando en la credibilidad de la Comisión– que oponerse a todo esto, y por eso se opone, y por eso batalla, y por eso obtiene una victoria resonante como la de ayer al lograr rechazar el texto condenatorio, al lograr desnudar la maniobra y al lograr que, tras 14 años de batalla, Estados Unidos tenga que hacer el ridículo papel de conformarse con un texto que no dice nada y que solo logra el objetivo de mantener el tema de Cuba en la agenda.

Hay personalidades que han llegado a decir que en Cuba se ha aplicado la pena de muerte a disidentes políticos para referirse a delincuentes comunes, con pésimos antecedentes penales, que secuestraron, usando armas, una embarcación, que pusieron en peligro la vida de todos los que viajaban ahí, que amenazaron con asesinarlos, que cometieron actos de terrorismo; se ha dicho que esos son disidentes políticos, está en la prensa publicado y he leído declaraciones.

Ahora, si yo fuera a buscar un argumento, entonces leería esto que está aquí: «El presidente George Bush tuvo en Texas el récord de ejecuciones de penas de muerte en la historia de los Estados Unidos.»

En el invierno del año pasado dijo textualmente: «Yo apoyo la pena de muerte, creo que es una medida que ayuda a salvar vidas.» Yo no sé por qué si esto es lo que opina el Presidente, hay funcionarios norteamericanos que tienen la hipocresía de hablar por el hecho de que en Cuba se haya aplicado, de manera excepcional y obligados por las circunstancias particulares que vive el país, y con dolor, la pena de muerte. El presidente Bush ha dicho que es una medida «que ayuda a salvar vidas» y que la apoya.

Sigo leyendo: «En los seis años en que estuvo como gobernador de Texas, fueron ejecutadas 152 personas», las firmó él. Entonces, no sé por qué sobre este tema ningún país presenta en Ginebra una resolución. Los diplomáticos norteamericanos deberían al menos callar por pudor para referirse a lo que ha ocurrido en Cuba, cuando todo el mundo sabe la realidad que allí se vive. El derecho internacional y la ley cubana prohíben la aplicación de la pena capital a menores de edad.

Leo ahora: «Estados Unidos ha ejecutado a 12 menores de edad desde que se reanudaron en ese país las penas de muerte en 1977», eran menores de edad cuando cometieron los delitos. «Excepto Estados Unidos, todos los países están de acuerdo en acatar el artículo 3.7 de la Convención sobre los Derechos del Niño, que prohíbe la aplicación de la pena de muerte a menores de 18 años de edad.» Estados Unidos es el único país en el mundo que no ha querido aceptar ese precepto de la Convención sobre los Derechos del Niño.

«Ochenta y cinco penas de muerte se aplicaron en Estados Unidos en el año 2001 y 71 en el 2002, mientras 3.700 condenados esperan se ejecute su sentencia en los pabellones de la muerte. Ochenta de los que esperan la pena de muerte eran menores de edad cuando cometieron los delitos.» Entonces, me pregunto, sobre un dato como este: «La población negra en Estados unidos es el 12% del total, sin embargo representan el 42% de los condenados a muerte.» Está reconocido que en Estados Unidos la pena de muerte se les aplica a los pobres que no pueden pagar abogados, a los negros. Ochocientas personas casi han recibido la pena de muerte en Estados Unidos en los últimos 25 años.

¿Qué cosa estoy citando, un documento del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba? No, estoy citando un informe de Amnistía Internacional. ¿Por qué? ¿Por qué nunca se ha discutido sobre eso en la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra? ¿Se puede? ¿Alguien lo propone? ¿Algún país europeo que defiende la eliminación de la pena de muerte en el mundo ha propuesto examinar este tema en Ginebra? No, no lo han propuesto nunca, y que alguien venga y me lo diga a mí aquí; no han propuesto nunca una resolución que llame a Estados Unidos por su nombre.

¿Alguien en América Latina ha propuesto examinar este tema en Ginebra? No, nadie lo ha hecho. ¿Alguien de los que ha pronunciado declaraciones sobre Cuba en los gobiernos europeos, se refiere a este tema así? No, no, no se hace, no se hace, y ellos lo saben bien.

Y oigan esta frase de Bush: «Yo apoyo la pena de muerte, creo que es una medida que ayuda a salvar vidas.» Esa es su opinión, no es la mía, no es la nuestra. Yo no la apoyo, nosotros quisiéramos, y esperamos un día, no tenerla; la pena de muerte no es consustancial a nuestra filosofía de la vida, es para nosotros hoy apenas un recurso excepcional y al que solo acudimos por razones de fuerza mayor, un recurso con el que hemos tenido que defender a un país agredido por más de 40 años de hostilidades y al cual se ha tratado de desestabilizar y se trata hoy de desestabilizar.

Yo no coincido con eso. Y nosotros es verdad que hemos tenido que hacerlo ahora por razones excepcionales para evitar la creación de una situación muy peligrosa en Cuba, una crisis, un incidente migratorio al que aspiran los sectores que en Estados Unidos quieren una guerra con Cuba; para evitar una guerra, para salvar vidas, y hemos tenido que adoptar una dolorosa decisión, que no disfrutamos; todo lo contrario, pero tenemos sobre nuestros hombros la vida de millones de cubanos y de decenas de miles de norteamericanos que perderían sus vidas en una confrontación entre los dos países, es una guerra que duraría cien años. Entonces, nosotros estamos actuando para evitar que el plan destinado a crear una confrontación entre los dos países sea exitoso; hemos sido obligados y puestos en ese callejón sin salida.

Si se cumplieran los acuerdos migratorios; si no existiera la Ley de Ajuste Cubano, que permite a un asesino llegar a Estados Unidos y recibir la condición de residente permanente de modo automático; si no se recibiera en Estados Unidos a los que han secuestrado, cometiendo delitos, embarcaciones y aviones cubanos; si existiera un flujo migratorio «legal, seguro y ordenado», que fue lo que acordamos, no habría sucesos como los recientes secuestros de aviones y embarcaciones.

¿Por qué Estados Unidos en vez de intentar manipular todo esto y de mentir miserablemente sobre este asunto, no devuelve a Cuba un solo secuestrador? Con uno ya se resuelve.

Cuando Cuba devolvió a Estados Unidos, después de advertirlo repetidamente, a dos secuestradores de un avión, en el año 1980, nunca más se desvió un avión norteamericano hacia Cuba, y resolvió un problema que había sido inventado contra Cuba como parte de las agresiones contra nuestro país. Cuba resolvió ese problema y libró a Estados Unidos de esa plaga; devolvió, después de advertirlo, a dos secuestradores y nunca más ocurrió. ¿Por qué Estados Unidos no hace lo mismo?

¿Qué es sino un estímulo a nuevos delitos de este tipo, el hecho de que la gente vea cómo se llega allí, los ponen en libertad, confiscan los aviones? En Estados Unidos todo el mundo vio en Cuba a Leonel Macías –un asesino que disparó para secuestrar una embarcación y llevarla para Estados Unidos en el verano de 1993, vive libre en Miami– asesinando a un oficial de la Marina de Guerra Revolucionaria.

Si esos potenciales secuestradores de naves o de aviones apreciaran que Estados Unidos no va permitir que lleguen, que los devuelve a Cuba, que elimina la Ley de Ajuste Cubano, que cumple con dar las visas prometidas en el Acuerdo Migratorio que, como ya vimos, han dado 700 visas, transcurridos seis meses. El otro día dije 500 a los cinco meses; ahora digo 700 a los seis meses, y debían andar ya por 10.000, al menos.

Entonces, ¿por qué nosotros debemos actuar de la manera que hemos hecho? Porque hemos sido obligados. Y responsabilidad de la pena de muerte a estos secuestradores violentos recae por entero sobre la política de desestabilización contra Cuba, sobre el gobierno de Estados Unidos que no cumple sus responsabilidades.

Ahora me queda, finalmente, como botón de muestra, citar otros dos temas. En 1989, la Corte Suprema de Estados Unidos falló que «no era anticonstitucional ejecutar a retrasados mentales». Estados Unidos aplica la pena de muerte no solo a menores de edad, sino a retrasados mentales, y mayormente a negros y pobres; y a extranjeros, sin permitirles acceso consular a sus embajadas.

¿Por qué esa conducta nunca ha sido examinada en Ginebra? En Cuba no ocurre absolutamente nada de esto: ni menores de edad, ni mujeres, ni retrasados mentales; solo excepcionalmente, y en una circunstancia como la actual.

Y voy a leer lo último, del Informe de Amnistía Internacional, no un invento nuestro: «Calvin Burdine, homosexual declarado, fue condenado a muerte en Texas en un juicio en el que estuvo defendido por un abogado de oficio, que se refería a los homosexuales con términos como 'maricas' y 'sarasas', que no se entrevistó con ningún testigo para preparar la defensa, y al que se vio quedarse dormido, repetidas veces, durante el proceso.» Esta fue la defensa con la que contó este acusado. ¿Este tema se ha examinado alguna vez? ¿Alguien ha llevado este tema a la denuncia, alguno de los gobiernos que se han prestado para la condena de Cuba?

«Calvin Burdine continúa recluido en el pabellón de los condenados a muerte, su ejecución se ha suspendido ya dos veces, cuando faltaban solo unas horas para llevarla a cabo.» Y termina diciendo el informe de Amnistía Internacional. «No se sabe cuántos presos han sido ejecutados en Estados Unidos por delitos que no habían cometido.»

Entonces, por favor, pienso que deberíamos clamar por nuestro derecho a ver un comportamiento más ético, y menos hipocresía y menos doble moral en asuntos de naturaleza tan grave y sensible; esa es la opinión de nuestro país. Por tanto, rechazamos la manipulación contra Cuba; rechazamos la sola idea de que el nombre de Cuba sea presentado en la Comisión de Derechos Humanos, nos oponemos a este ejercicio y no vamos a cooperar con él; rechazamos la idea de que un país de América Latina tenga razones propias para preocuparse de Cuba, nadie tiene ni la autoridad moral ni los motivos reales para hacerlo. Denunciamos todo esto como una maniobra norteamericana, a la que no han podido sustraerse algunos países, algunos por complicidad y otros porque no les ha quedado más remedio, en virtud de las presiones ejercidas sobre ellos.

Pero, además, quiero dar un dato adicional. El 19 de marzo se trató, en la Comisión de Derechos Humanos, que se celebrara una sesión especial de la comisión para considerar las consecuencias humanitarias y para los derechos humanos que sufriría la población iraquí a consecuencia de la agresión norteamericana contra Iraq. Se trató de que el asunto se discutiera, ni siquiera que se condenara, o que se adoptara un acuerdo. Solo hablar del tema, discutirlo. Una guerra, bombardeos, población civil afectada y entonces se propone: «Vamos a discutir qué consecuencias puede tener esto, ahora que está empezando esta guerra, desde el punto de vista humanitario, para los derechos humanos, el derecho a la vida.» Estados Unidos se empeñó –con el apoyo británico, en primer lugar, y de algunos otros–, a fondo para que esto no ocurriera, y al final se salieron con la suya y fue derrotada la propuesta de discutir el tema, ni siquiera de tomar acuerdo sobre él, solo sentarse en una sala y que cada cual dijera su opinión. Eso no pudo ser posible: 18 países votaron a favor, entre ellos Cuba; 25 votaron en contra; 7 abstenciones, y 3 países estuvieron ausentes.

¿Quién votó en contra? Estados Unidos votó en contra, como era de esperar; Costa Rica votó en contra. Costa Rica que, a la que por un lado le parecía que había que ocuparse de los juicios que ha habido en Cuba, de las penas de muerte y de que viniera aquí alguien de la Comisión, por otro lado Costa Rica consideró que no había por qué dedicar allí en la Comisión una mañana, un día, a discutir lo que pasaría con las miles de madres iraquíes que perderían a sus hijos; los niños que serían mutilados y sus familias muertas. Eso no tenía por qué hacerse.

Perú votó en contra también, como Estados Unidos. Uruguay votó en contra; y votaron en contra todos los países occidentales que ayer, sin embargo, votaron a favor de intentar condenar, en aquel párrafo que fue derrotado, a Cuba.

Entonces, ¿es o no una vergüenza esto? ¿Cuba tiene o no razones para objetar esta maniobra espuria y sus oscuras motivaciones? Cuba tiene razones y, como que las tiene, las defiende.

Entendemos que ello causa, realmente, la hostilidad y renueva las ansias de condenar a Cuba; pero Cuba seguirá dando su batalla, a favor no solo de los derechos de Cuba, sino del resto de los países del mundo.

Finalmente, voy a dar esta información: Resolución aprobada en la Comisión de Derechos Humanos «Sobre la situación en la Palestina ocupada», los territorios palestinos ocupados. Se presenta allí una resolución sobre las violaciones de los derechos humanos del pueblo palestino por el ejército y el gobierno israelí. Resultado de la votación: 51 países a favor, 1 voto en contra. ¿Quién? Estados Unidos.

Entonces, Estados Unidos, que despliega todos sus recursos, su esfuerzo, en preocuparse por lo que ocurre en Cuba, no tiene recato en votar en solitario contra una resolución que clama por el respeto a los derechos del pueblo palestino. ¿Se puede tener autoridad moral, credibilidad, en un gran país como Estados Unidos, llamado a desempeñar un papel importante en el mundo?

El gobierno de Estados Unidos debería saber que la autoridad y el respeto se ganan por la moralidad de los actos, por la ética del comportamiento, por la fuerza de los argumentos y no por el lenguaje amenazante y el poderío militar, y esto desacredita su política. ¿Por qué no se examina esto? ¿Por qué no se declara? ¡Ah!, porque la gente no se atreve a hablar de esto.

¿Algún gobierno europeo ha dicho estas palabras que yo pronuncio sobre la conducta del gobierno norteamericano de votar en contra de algo tan evidente como los crímenes que a diario se cometen contra el pueblo palestino? No, han hecho silencio.

¿Alguno de los países de América Latina, que se han prestado a las maniobras contra Cuba en estos años, han reclamado públicamente alguna vez? No, no lo han hecho; guardan silencio.

«Resolución sobre el Golán sirio ocupado», los territorios ocupados en Siria por el gobierno israelí. Aprobada. Un voto en contra. ¿Quién? Estados Unidos.

«Situación de los derechos humanos en los territorios árabes ocupados.» Aprobada. Votan en contra Estados Unidos y dos o tres aliados.

«Sobre los asentamientos israelíes en territorio palestino», presentada por la Unión Europea. Violación de los derechos humanos del pueblo palestino; remoción por la fuerza de sus casas mediante explosiones, equipos pesados, usando ese territorio para instalar allí comunidades en las que vivirán ciudadanos israelíes en territorio ocupado: 50 votos a favor, 1 voto en contra. ¿Quién? Estados Unidos.

Entonces, Estados Unidos tiene un patrón para juzgar la conducta de Israel, su aliado, y tiene otro patrón para juzgar a Cuba, y, por tanto, nosotros no reconocemos autoridad moral ni credibilidad a las supuestas preocupaciones expresadas por un gobierno que lo primero que debería reconocer es su obligación a levantar el bloqueo contra Cuba, reclamado el año pasado en Naciones Unidas por 173 países que votaron con el voto en contra de Estados Unidos e Israel, y un pequeño país del Pacífico al que Estados Unidos presionó de manera bochornosa y lo obligó también a votar contra Cuba.

«Situación de derechos humanos de los detenidos libaneses en Israel»: Aprobada. Un voto en contra. ¿Quién? Estados Unidos.

Entonces creo que nos asisten razones para sentir que en el día de ayer Cuba dio una nueva lección a la diplomacia imperial; para celebrar, como una victoria, el hecho de que Estados Unidos no haya podido lograr la condena de Cuba y una señal de respaldo y legitimación a las acciones que nuestro país ha emprendido en los últimos días, en defensa de su soberanía y en previsión de la comisión de actos de terrorismo que contribuirían a desestabilizar la situación y crear una peligrosa crisis entre los dos países.

Es lo que tengo que decir, mientras comento, porque se me ha perdido y no traje aquí el despacho de prensa que habla sobre la reacción en Miami a lo que ocurrió en Ginebra: algunos piden el bloqueo naval contra Cuba; otros proclaman que el gobierno de Estados Unidos debe pasar ya de la condena a la acción concreta, que es la apuesta de los grupos extremistas y violentos en Miami: la creación de las condiciones para que se produzca un conflicto entre ambos países, que nosotros no deseamos, pero que enfrentaríamos, si se produce, como sabemos hacerlo.

Bien, es lo que puedo decirles. Aunque he estado serio, debo decirles que estoy realmente muy satisfecho del resultado ayer, debido a la manera en que hemos derrotado la enmienda que intentaba condenarnos, aunque, por supuesto, no me satisface la aprobación final de un documento que, de todas maneras, no deja de mostrar la debilidad que el ejercicio contra Cuba tiene en el día de hoy.

Moderador –Para preguntas.

J. M. Martín Medem (Televisión Española) –Buenos días. Usted ha dicho que el gobierno de Cuba considera que la derrota de la enmienda presentada por el gobierno de Costa Rica es una señal de reconocimiento del derecho de Cuba a aplicar sus leyes en juicios legítimos para sancionar conductas mercenarias y actos de terrorismo. Respecto al terrorismo, durante más de 40 años la aplicación de la pena de muerte no ha impedido que se cometan esos actos organizados desde territorio de Estados Unidos y amparados en la impunidad que allí gozan los que los organizan. ¿Por qué seguir aplicando la pena de muerte, si no ha servido, parece, de freno para ese tipo de actuaciones? En cuanto a los considerados mercenarios, me gustaría saber por qué hay detenidos, acusados y condenados, y otras personas, en las mismas circunstancias, en libertad y sin cargos: Osvaldo Payá, Elizardo Sánchez, Vladimiro Roca.

Felipe Pérez –Sobre la primera pregunta, nosotros –ya dije– vemos en la pena de muerte un recurso extremo, totalmente excepcional, no deseado y que un día, esperemos, no estará en nuestra legislación; no es consustancial a nuestra filosofía de la vida. Pero hemos sido un país agredido, somos un país agredido, somos un país sometido a un plan en marcha para desestabilizarnos, y tenemos que acudir a cuanto recurso esté a nuestro alcance, dentro de nuestras leyes y dentro del respeto a la legalidad internacional, porque debo decir que hay más de 80 países en el mundo que prevén la pena de muerte en su legislación. Sin embargo, Cuba, en señal de que su posición sobre el tema no es doctrinaria, no es que defiende la pena de muerte como parte de su programa, cuando se vota una resolución sobre este tema allí en la Comisión de Derechos Humanos, sobre la eliminación de la pena de muerte, Cuba no vota en contra de esa resolución, se abstiene, para marcar que, aunque ahora la aplica y la prevé para usarla excepcionalmente en su legislación, ello no quiere decir que la defiende como doctrina o como recurso que deba formar parte siempre de nuestra legislación. Permanece en nuestra legislación con un sentido disuasivo, como un arma de defensa, para evitar males mayores.

Si aquí se desata una situación como la del año 1994, una crisis migratoria, que es a lo que están apostando los grupos terroristas de origen cubano en Miami y sectores ultraconservadores en Estados Unidos, y han ocurrido, ya lo dije, siete secuestros en seis meses, y varios intentos más, y hay potencial para más, de gente que no puede emigrar legalmente hacia Estados Unidos y le dejan como única opción el tratar de secuestrar un avión, una nave y sabe que es la manera en que lo van a recibir allí en Estados Unidos. Entonces, si aquí se desata una cascada de estos actos de terrorismo, de secuestro, muertes de personas, desvío de aeronaves, se estarán creando las condiciones para una crisis migratoria, para una situación extraordinariamente compleja en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

Los grupos de Miami que alientan estos actos, al mismo tiempo, reclaman al Presidente considerar como una agresión contra Estados Unidos una emigración descontrolada desde Cuba hacia allí. Hay un plan muy claro que hemos denunciado aquí, y nosotros, para evitar que eso desemboque en una guerra, entonces estamos tratando de actuar con extraordinaria madurez ante la irresponsabilidad y la complicidad de los que deberían cumplir sus obligaciones, en vez de manipular este tema.

Por esa razón nos hemos visto obligados, puestos en el callejón sin salida de acudir a una medida drástica, con dolor, porque somos seres humanos, porque hemos luchado por la vida, porque hemos arriesgado y perdido nuestra vida luchando por la de otros a miles de kilómetros de distancia, porque hemos ido a combatir contra el apartheid que mataba a los africanos, que violaba los derechos del pueblo africano, y 2.000 cubanos cayeron allí combatiendo en otras tierras contra el colonialismo y el apartheid. Tenemos un sentido de la vida, porque los médicos cubanos hoy salvan vidas en decenas de países, 3.000 de ellos trabajan gratuitamente en 21 países. Tenemos un sentido de la vida y de la protección de la vida, porque hemos salvado la vida de cientos de miles de cubanos al bajar la mortalidad infantil de más de 60 por 1.000 a 6 en estos años. Entonces, gente que ha luchado de esa manera por la vida de un pueblo y por la de otros, no podría tener una filosofía contraria a la vida.

El día que Cuba no esté bloqueada, el día que Cuba no sea agredida; el día que contra Cuba no exista la Ley Helms-Burton, la Ley Torricelli, la Ley de Ajuste Cubano; el día que contra Cuba cesen las agresiones, los complots, las conspiraciones; el día en que Cuba sea dejada en paz para seguir su propio camino, Cuba no tendrá que acudir a medidas drásticas, que no desea, pero que hoy es un deber de su Dirección adoptar para salvar y proteger la vida de millones de cubanos, cuyo futuro y cuyo derecho a la vida depende de nuestra actuación.

Por tanto, nosotros, con dolor, pero sin escondernos para hacerlo, hemos tenido que adoptar decisiones de esa naturaleza.

No hemos acudido al recurso fácil del asesinato extrajudicial, ya que, según el informe de Amnistía Internacional, el año pasado se dieron ejecuciones extrajudiciales en más de 30 países del mundo, varios de nuestra región. No hemos creado escuadrones de la muerte que limpien al país de delincuentes o de niños de la calle. No hemos asesinado, pero hemos aplicado con rigor nuestras leyes. No hemos creado un grupo ilegal de la policía para asesinar a los enemigos. ¿Está claro? No hemos creado un grupo paramilitar, como se creó en algún país, que tú, Medem, conoces muy bien, no hemos hecho eso.

Ah, hemos aplicado la ley. No lo hubiéramos hecho, si no hubiéramos sido puestos en una situación como esta, porque el Consejo de Estado tiene la facultad de impedir que una sentencia de esta naturaleza, ratificada por el Tribunal Supremo, pueda cumplirse; pero hemos sido obligados, como fuimos obligados a aplicar leyes que ya estaban previstas en Cuba, porque las leyes que se aplicaron en virtud de las cuales fueron juzgados mercenarios que actúan al servicio de la potencia que agrede a su pueblo, son leyes que datan de fines de la década del noventa y que no habían sido aplicadas, en un espíritu de tolerancia, porque era nuestra respuesta a la Ley Helms-Burton; pero hemos sido puestos en una situación en que no teníamos opción, y hemos actuado.

Lo que sí puedo decir es que no seremos derrotados sin combatir, no existe para nosotros la palabra rendición o concesiones. Tenemos un sentido muy claro de los derechos que hemos conquistado, porque la primera vez que en este país ha habido derechos civiles y políticos fue al triunfo de la Revolución, que dio al pueblo el gobierno sobre los destinos del país y le permitió recuperar el control de este país. Sabemos que eso les duele a algunos, pero nosotros no estamos dispuestos a renunciar a eso.

Es verdad que ha sido juzgado y condenado por los tribunales un grupo de personas y que otros no lo han sido; pero debo decir claramente que el que se preste a actos de traición contra su patria, debe saber que no goza de impunidad en Cuba, y que a nadie aquí le ha sido concedido el derecho de impunidad, que nuestro pueblo se va a defender con las leyes a su alcance, dentro del respeto a nuestra Constitución y a la legalidad establecida, como un Estado de derecho que somos, y resistirá presiones y seguirá resistiendo el bloqueo.

¿Queremos nosotros un enfrentamiento con Estados Unidos? No. ¿Culpamos a su pueblo? No. ¿Culpamos a la mayoría de los cubanos que viven en Estados Unidos? No. Sabemos que ellos no son los que están clamando por la invasión contra Cuba y el bloqueo naval. ¿Comprendemos a los que en el mundo han expresado preocupaciones y diferencias con nosotros, de manera legítima y honesta?, los comprendemos. ¿Creemos en los que de manera miserable aprovechan este tema para hacer una declaración sobre Cuba? No, no les tenemos respeto, los conocemos bien. Sabemos que aquí hay quien ha hecho declaraciones por confusión, por falta de información, o por una percepción distinta de la nuestra; pero sabemos también que hay mucho oportunismo político, que hay mucho discurso electoral, que hay mucha bajeza. Pero la Revolución Cubana y el pueblo de Cuba están por encima de todo eso, y lo que perdurará será el recuerdo de la hazaña de un pequeño país que ha sabido preservarse independiente, pese a los obstáculos que ha debido enfrentar.

Así que a tu primera pregunta: un recurso de excepción, la aspiración a un efecto disuasorio; sobre la segunda, nadie es impune, el que traiciona a nuestro pueblo, el que se pone al servicio de la potencia que en este momento lo agrede, debe saber que existen leyes para juzgar y penalizar esas conductas.

Serguei Novozhilov (ITAR-TASS) –Señor Ministro, quisiera preguntarle sobre el artículo que apareció recientemente en The New York Times. ¿Cómo podría reaccionar Cuba en caso de que Estados Unidos va a cumplir con la amenaza anunciada en este periódico la víspera?

Felipe Pérez –Bueno, hoy hay una nota oficial en nuestro periódico. Me imagino que ustedes la han recibido ya y la han leído. Quizás a algunos no les ha dado tiempo todavía de ver en nuestro periódico una nota oficial que se refiere a ese tema, de lo publicado ayer en el The New York Times, en el sentido de que «funcionarios de la Administración están preparando un surtido de opciones para el Presidente, que aún no ha tomado una decisión final, con la intención de castigar al gobierno de Cuba.»

«El presidente Bush –dice– probablemente hará una declaración pública pronto. Entre las medidas, se está considerando suspender las remesas a los familiares en Cuba o la suspensión de los vuelos directos a la isla.» Sobre eso hay una Información, que sugiero a ustedes, realmente, leer con detenimiento; pero para responder a su pregunta sobre nuestra reacción, me limitaré a leer lo que aquí se dice:

«...Sean cuales fueren los planes de castigo en el terreno económico, le quedan al gobierno de Estados Unidos muy pocas armas en el arsenal de acciones que pueda realizar contra Cuba. Todas las posibles están previstas y serán enfrentadas. Los castigados serán muchos núcleos familiares que han adaptado sus vidas al standard económico y los considerables beneficios que en las condiciones de Cuba» –y aquí se explica por qué– «les propician pequeñas remesas (...) o lo que es peor, muchas personas, en su mayoría de la tercera edad, que dependen de esas remesas. La economía cubana y sus servicios sociales pueden resistir la suspensión de los supuestamente grandiosos beneficios de tales remesas, o de los vuelos charters.
...Cuba, donde no existe un solo ciudadano abandonado, será capaz incluso de amparar a los que por tan inhumana política necesiten ayuda de la Revolución.
Las advertencias, en lenguaje amenazante, de que no tolerarán éxodos de balseros se contradicen totalmente con el estímulo colosal que las autoridades de ese país han ofrecido a secuestradores de naves aéreas y marítimas cubanas.
...Las presuntas medidas que se anuncian de prohibir vuelos y remesas estimularían igualmente la emigración ilegal, de la que en nada se podría culpar a Cuba, que cumple estrictamente las obligaciones que le corresponden en los acuerdos migratorios, sin una sola excepción.
...Esperaremos los pronunciamientos y las medidas punitivas que se anuncian. Mientras tanto, tratamos de adivinar y usar la imaginación para enfrentar exitosamente, con dignidad, firmeza y eficacia cualquier forma de hostilidad y agresión, como la Revolución Cubana ha hecho durante más de cuatro décadas.»

Es decir, que puedo decir que aquí no hay nadie que haya perdido el sueño, aquí no hay nadie preocupado. La Revolución sabrá, sabiamente, con el apoyo de su pueblo, tomar las medidas adecuadas para enfrentar una nueva agresión.

Aquí encontré el papel que me faltaba. «Despacho de la Agencia Francesa de Prensa. El Consejo para las Libertades de Cuba» –un grupo extremista de Miami, integrado y dirigido por varios de los principales integrantes del aparato paramilitar de la Fundación Nacional Cubano Americana– «aboga por la suspensión de las remesas y de todos los viajes de Estados Unidos a Cuba.» Miren qué «casualidad», están pensando igual este grupo y figuras del gobierno. «Casualidad.» ¿O será que no es «casualidad»? ¿Será que se pagan las deudas de gratitud a los que hicieron posible el triunfo del presidente Bush en Florida? Abogan por suspender las remesas y todos los viajes, abogan por «la imposición de sanciones multilaterales, como las aplicadas en su tiempo a Sudáfrica», y abogan «por un bloqueo naval si Castro genera un éxodo masivo hacia las costas estadounidenses».

Al mismo tiempo que hay un plan para estimular el éxodo, que nos obliga a nosotros a tener que tomar medidas como las que he explicado aquí, dolorosas, pero pensando en la vida de todos los demás. Al mismo tiempo se pide el bloqueo naval, si el plan resultara exitoso.

Es una falta de escrúpulos y de ética, realmente increíble, en estos amigos cercanos y compinches de las principales figuras de la Administración, con las que tienen relaciones desde hace muchos años.

Por su parte, el director de Derechos Humanos de la Fundación Nacional Cubano Americana, Omar López Montenegro... Hay cosas que darían risa, lo que pasa es que son tan serios los temas que... Porque, oigan, que la Fundación Nacional Cubano Americana tenga un Director de Derechos Humanos, el grupo que financió aquí las bombas en los hoteles, que cercenaron la vida y decretaron la pena de muerte sin juicio a Fabio di Celmo, un joven italiano inocente, e hirieron a cerca de 40 personas, incluidos turistas, es realmente un asunto que va más allá de lo que uno podría tolerar.

Este personaje, ligado al grupo que financió el intento de poner 40 kilogramos de explosivos C-4 en una universidad panameña, intentando asesinar a Fidel, donde habrían muerto cientos de estudiantes, reconoció que «habrían preferido un lenguaje más fuerte» en el papel aprobado ayer, lo hubieran preferido; sin embargo, dijo que «el gobierno de Fidel Castro maniobró al introducir una enmienda contra el embargo y finalmente eso impidió el objetivo que nosotros esperábamos».

Lo traigo a colación nada más para recordar lo que dice esta otra ilustre personaje, Ninoska Pérez Castellón, hija de un esbirro de la dictadura batistiana: «Hay que pasar de la etapa de las condenas a la de las acciones y las sanciones contra Cuba.» Ese es el clima en el cual hoy nuestro país tiene que actuar, tratando de impedir que ocurra una escalada en las ya deterioradas relaciones entre Estados Unidos y Cuba.

¿Cuba considera a Estados Unidos, como país, su enemigo? ¡No! ¿Considera al pueblo norteamericano su enemigo? ¡No! ¿Siente odio, sentimientos de venganza? ¡No! Cuba aspira a una relación normal y respetuosa con el pueblo de Estados Unidos, en el que aprecia valores. Cuba no olvida que ese pueblo, en más de un 80%, reclamó que el niño cubano secuestrado en Miami fuera devuelto a su padre, a su familia en Cuba, y Cuba agradece al pueblo norteamericano, y -mientras su gobierno piensa eliminar los viajes-, Cuba aboga por el derecho de los norteamericanos a venir a Cuba, por el derecho de los cubanos que viven allí a visitar a su familia. Cuba aboga por el derecho de los cubanos que viven en Cuba a viajar a Estados Unidos a ver a sus familias, y defiende el derecho de los norteamericanos a tener una relación normal con un país cercano que no es un peligro para Estados Unidos.

Así que hay dos posiciones encontradas. Pero nosotros seguiremos defendiendo el derecho de los norteamericanos que su gobierno viola, y el nuestro.

Andrea Rodríguez (Agencia AP) –Buenos días. Quisiera retomar un poquito los dos puntos que mencionó el colega Medem. Con respecto a los fusilamientos y a la pena de muerte, ¿el gobierno cubano no cree que esta aplicación y esta ruptura de la moratoria en la aplicación de la pena de muerte lo desprestigia en vastos sectores, sobre todo de América Latina, que apoyaron la causa cubana?, por un lado. Y, por el otro lado, si se presentaron pruebas contra las otras personas disidentes o mercenarios, como les llama el gobierno cubano, ¿tenemos que suponer que ni Elizardo, ni Payá tienen vínculos con la Oficina de Intereses?

Felipe Pérez –Sobre lo primero, Cuba respeta las opiniones de todas las personas que de manera honesta se oponen a la pena de muerte, comprende a los que han expresado preocupaciones; sin embargo, desestima a los que hipócritamente lo hacen por consideraciones electorales o políticas. Sabe que una medida de esa naturaleza supone un costo ante los que genuinamente están preocupados, confía en que el tiempo nos dará la razón y probará que esta dolorosa medida, tomada solo como último recurso, estuvo fundada en la aspiración a evitar muchas más pérdidas de vida y costos para ambos países, impidiendo que se desate una crisis migratoria que concluiría en una guerra entre ambos países.

Ahora bien, ¿pensamos que nuestro prestigio disminuye ante los que usan este tema por razones políticas?, ante los que lo hacen fundados en la aspiración de anotarse un punto de buena conducta ante la superpotencia, o por razones electorales o de otro tipo, o por odio hacia Cuba. Sobre lo que estos piensan, realmente, no tenemos ni la más mínima preocupación; además, sabemos que esa supuesta preocupación sobre lo que ha ocurrido en Cuba, ellos no la han manifestado ante los más de 80 ejecutados en Estados Unidos el año pasado y ante todo lo que ya expliqué aquí.

Sobre la segunda pregunta. No debería usted suponer que no existan pruebas sobre otras personas. Yo presenté las pruebas aquí que fueron llevadas y presentadas en un juicio, que fueron evidencias presentadas ante los tribunales y que formaron parte del proceso. No puedo presentarlo en el caso de personas que no han concurrido ante la justicia; pero no debería suponer que el hecho de que no han sido presentadas, quiere decir que no existan.

Francisco Ramírez (Agencia Notimex) –Buenos días, Ministro.

Felipe Pérez –Buenos días, Francisco.

Francisco Ramírez –En los últimos meses había la percepción de que México y Cuba venían trabajando por suavizar las tensiones que afloraron en el primer trimestre del 2002; pero vino Ginebra y el gobierno de Cuba hizo una valoración circunstanciada de las razones que motivan el voto en la Comisión de Derechos Humanos. México y Chile fueron incluidos entre los países que son incapaces, de acuerdo con lo que planteó el comunicado de Cuba, de oponerse a la presunta anexión de Estados Unidos sobre América Latina.

Mi pregunta es la siguiente: En estas circunstancias, ¿qué consecuencias podría tener para las relaciones entre los dos países, la valoración que hace Cuba sobre las razones que motivaron a México, y el voto de México, ya en concreto, en la Comisión, explicado por la representante mexicana Mariclaire Acosta?

Felipe Pérez –Quien se siente ofendida es Cuba. Cuba considera que no existe una razón siquiera que justifique que el gobierno de México o el gobierno de Chile apoyen una resolución que implante un monitoreo sobre la situación interna de Cuba, cuando eso no ocurre contra ningún otro país de nuestra región donde hay violaciones de derechos humanos, incluidos México y Chile, y cuando en América Latina ningún país ha levantado su voz para condenar las violaciones de derechos humanos en Estados Unidos, incluso de manera especial, contra migrantes mexicanos y de otros países. Por tanto, Cuba no reconoce autoridad moral a ningún gobierno de la región, que hacen silencio ante las violaciones de derechos humanos en Estados Unidos, para entonces pronunciarse sobre lo que ocurre en Cuba. Es decir, Cuba es quien se siente ofendida. Cuba considera que no existe una razón que explique una posición que, se sabe de antemano, favorecerá el interés norteamericano de construir un pretexto con el cual continuar justificando el bloqueo y las agresiones contra Cuba.

Cuba esperó siempre, y espera todavía, que sus hermanos latinoamericanos adopten una posición de defensa de un pequeño país latinoamericano, implantado en el centro de la región, y sobre el cual hay más de cuatro décadas de violaciones, de agresiones y de bloqueos.

Hay quien dice: «Bueno, nosotros por un lado rechazamos el embargo» –el embargo, la palabra suave que se emplea para dirigirse a la guerra económica contra Cuba–; pero, por el otro, no podemos dejar de señalar las preocupaciones sobre lo que ocurre en Cuba.» Falso; porque, si usted está en contra del bloqueo contra Cuba, debería oponerse a la maniobra que se fabrica en Ginebra, para intentar perpetuar el bloqueo. Falso. «Hoja de parra», para encubrir la incapacidad de tener una posición independiente en el tema de Cuba, que yo reconozco muy difícil para los países de nuestra región, en medio de la compleja y contradictoria relación con un vecino poderoso, como es Estados Unidos.

Francisco Ramírez –Ministro, por favor, ¿habrá consecuencias?

Felipe Pérez –Bueno, yo no soy adivino; yo solo soy un ministro de Relaciones Exteriores. [risas]

Aníbal Arrarte (Opción-Uruguay) –Buenos días, Ministro. Ministro, la pregunta que yo tenía la intención de hacerle, la hizo el compañero Serguei.

Felipe Pérez –¿Quién la hizo? Ah, Serguei. Oye, Serguei, cómo tú te apropiaste de la pregunta de... [risas]

Aníbal Arrarte –Pero si me permite salirme del contexto, no ya como periodista, sino como latinoamericano nacido en Uruguay, siento la necesidad, por vergüenza, y estoy seguro de que hablo en nombre de la mayoría de los uruguayos, en Uruguay y alrededor del mundo, de lamentar y disculparme por la náusea política creada con reiteración, por segunda vez, por el gobierno uruguayo, y otros lacayos latinoamericanos y europeos, en vergonzosa maniobra contra Cuba, que más que ir en contra del gobierno cubano, afectan directamente a sus pueblos.

Que la vergüenza y el desprecio universal caigan sobre estos gobiernos, lamebotas y mercenarios. Gracias.

Felipe Pérez –Gracias, Aníbal; te lo agradezco. Nosotros no culpamos al pueblo uruguayo. Nosotros tenemos una clara conciencia de las motivaciones por las que el gobierno de Uruguay ejecuta y se presta a una maniobra contra Cuba; pero nosotros sabemos que todo eso va a pasar, sabemos que no falta mucho tiempo para que el pueblo uruguayo haga justicia a Cuba, en la política de ese hermano país hacia nosotros.

Vanessa Bauzá (Sun Sentinel) –Buenos días.

Felipe Pérez –Buenos días, Vanessa.

Vanessa Bauzá –Quería saber si usted pudiera informarnos sobre la situación del grupo de personas que fue detenida en Nueva Gerona el viernes creo que fue, o el jueves pasado, aparentemente, que también querían hacer otro secuestro. ¿Si ha empezado el juicio, en qué fase está?

Felipe Pérez –Esas personas, como se explicó públicamente, alentadas por los sucesos precedentes, en los que varias veces ocurrió que gente que se apropió por la fuerza, secuestró aviones y embarcaciones, llegaron a Estados Unidos y fueron puestas en libertad, lo intentaron también, nada más y nada menos que con un fusil automático, varios cargadores y otras armas blancas. Este es el resultado de la irresponsabilidad y del estímulo que significan la Ley de Ajuste Cubano y la política tolerante y cómplice que durante décadas el gobierno de Estados Unidos ha mantenido. Esas personas están todavía sometidas al proceso de instrucción, previo a la celebración del juicio.

Y ha habido otros incidentes, de los que no tengo información exacta, y planes y estímulos, y habrá muchos más si la gente ve que esa es la manera de emigrar.

Y aprovecho ahora para aclarar: Veo que la prensa... Yo sé que muchas veces y diría casi todas las veces, no son los corresponsales en Cuba, que tienen un acercamiento más exacto a la realidad cubana, sino que en sus redacciones, otros intereses se imponen a veces, porque muchas veces, cuando he ido y le he preguntado a un corresponsal, «¿por qué tú has dicho esto, si tú estabas allí y me oíste explicar?», me ha dicho: «No fui yo, Ministro. Yo puse otra cosa y me lo cambiaron»; pero, dejando eso de lado, debo decir que se refieren a los secuestradores de naves, como personas que querían «huir de Cuba». Entonces, la manipulación: «Cuba fusiló a unas personas que querían huir del país.» Se crea la matriz de opinión de que el que emigra de Cuba es alguien que «huye», mientras que el que va por la frontera de México hacia Estados Unidos «emigra».

Si el cubano está en Estados Unidos es «un exiliado». Esos secuestradores, al llegar a Estados Unidos, se convierten en exiliados del régimen cubano; el mexicano se llama «migrante». Hay toda una manipulación perversa que trata de ocultar la realidad de que Cuba, como cualquier otro país del Tercer Mundo, tiene tendencias al flujo migratorio; que hay gente en Cuba que quisiera emigrar hacia Estados Unidos y que podría hacerlo si el gobierno de Estados Unidos cumpliera los acuerdos y no creara las condiciones para que se crearan estos incidentes.

Entonces cada vez que veo llamarle al cubano exiliado y al mexicano migrante; al cubano: que huye y al mexicano: que emigra, realmente siento poco respeto por la sinceridad, la seriedad que debería acompañar a los que se ocupan de opinar y de informar sobre estas cosas.

No culpo a nadie en particular y los declaro inocentes a todos ustedes; pero me asombra ver cómo se repite que a un grupo de hombres que hacen lo mismo que hicieron los secuestradores que lanzaron los aviones contra las Torres Gemelas, con armas, apropiarse del control de una nave y llevarla a Estados Unidos, se les llame «exiliados que huyen del régimen». Me parece una manipulación, una falta de consideración con el pueblo cubano, con las personas que estuvieron a punto de perder la vida, con las familias de los que han perdido sus vidas en medio de esos incidentes, a lo largo de los años. Pero, bueno, estas personas, Vanessa, todavía no han ido a juicio.

Fernando Rasgver (BBC) –Ministro, lo mío es una precisión nada más sobre la nota oficial. Si entendí bien la nota dice, realmente, que de aplicarse esas sanciones de que habla la prensa norteamericana, ¿cesarían las compras de alimentos a Estados Unidos?

Felipe Pérez –¿Dice eso?

Fernando Rasgver (BBC) –Yo entendí eso, le estoy preguntando a usted.

Felipe Pérez –Por eso, déjame ver qué entiendo yo. Dice aquí: «La economía cubana y sus servicios sociales pueden resistir la suspensión de los supuestamente grandiosos beneficios de tales remesas, o de los vuelos chárter o cualquier otra medida, incluida la suspensión de las ventas de alimentos» –que no se habla de ellas en el artículo, pero puede estar entre el «surtido» de opciones que se estaba presentando al Presidente– «que, sin recibir el más mínimo crédito bancario, hemos adquirido», esos alimentos que «se elevan ya a más de 300 millones de dólares, sin dejar de pagar hasta el último centavo y sin un segundo de retraso.»

Dice aquí: «Tal medida solo serviría para demostrar que Estados Unidos, por causas estrictamente políticas, no es un abastecedor seguro y confiable de alimentos.» Dice que tal medida «solo serviría para demostrar que, por causas estrictamente políticas, Estados Unidos no es un abastecedor seguro y confiable de alimentos».

Vamos a tener que darte en Universidad para Todos un curso de interpretación gratis. [risas]

Periodista –Pero, Ministro, si usted tiene un abastecedor que no es confiable, normalmente no le compra.

Felipe Pérez –¡Ah!, bueno, pero ya eso es anticiparse a nuestra decisión; a lo mejor tú te arriesgas y le sigues comprando. Tu pregunta es: ¿En el artículo se dice que si se imponen las medidas, Cuba dejará de comprar alimentos? Respondo: No.

Se dice: Si se llegara a cesar, incluso, a prohibir la venta de alimentos, eso «serviría para demostrar que Estados Unidos, por causas estrictamente políticas, no es un abastecedor seguro y confiable de alimentos». Realmente, si Estados Unidos prohíbe las ventas, no se podrán hacer ya las compras, porque ellos las habrán vuelto a prohibir.

En el periódico se habla de medidas contra las remesas, medidas contra los vuelos y se habla de un surtido. Aquí se dice, y es lógico, que si las ventas de alimentos mediante las cuales Cuba ha comprado ya más de un millón de toneladas de alimentos en Estados Unidos, lo que constituye algo beneficioso para los agricultores norteamericanos y sus familias, para empresas transportistas, que es de interés, más allá de consideraciones políticas, de amplios sectores políticos que han aprobado el Congreso y el Senado... Si pese a todo eso, Estados Unidos cortara ese comercio, bueno, estaría probando que de verdad no son confiables. Algo que iba bien, que beneficiaba, incluso, a sus propios empresarios y agricultores, por razones políticas, para complacer a esa mafia que pide también el bloqueo naval y la agresión, han roto un espacio que probaba que era posible el comercio entre ambos países, que hizo polvo lo que decían estos grupos cuando comenzaron esas ventas: «Usted verá que Cuba no va a pagar, porque Cuba no tiene dinero», y Cuba no se ha retrasado ni un segundo y solo hay satisfacción entre los empresarios y los agricultores norteamericanos, por la seriedad de Cuba, por su profesionalidad al contratar, transportar, pagar. Ha habido un reconocimiento y eso es una prueba.

Cuba importa 1.000 millones de dólares por año en alimentos. Estados Unidos y sus agricultores estarán fuera de ese mercado si Estados Unidos decide prohibirlo. Nosotros no somos los que bloqueamos a Estados Unidos, no somos los que adoptamos medidas arbitrarias contra Estados Unidos, y nosotros no estamos preparando ningún «surtido» de medidas para nuestro Presidente contra Estados Unidos; nosotros sí usaremos nuestra inteligencia para enfrentar cualquier medida y cualquier agresión. Buenos días, Arreola.

Gerardo Arreola (La Jornada, México) –Ministro, Amnistía Internacional, en su más reciente informe –que si no recuerdo mal es de mayo del año pasado– dice que en Cuba hay 49 condenados a muerte. Mi primera pregunta es si usted puede confirmar, desmentir o precisar esta cifra. Amnistía también pide la conmutación de la pena de muerte para estas personas, la segunda pregunta es, ¿qué respondería el gobierno cubano?

Felipe Pérez –No puedo confirmar esa cifra, no conozco en este momento ese dato. Puedo reiterar que en Cuba la pena de muerte se ha usado de manera excepcional y así está prevista en nuestra legislación. Está prohibido emplearla contra menores, enfermos mentales, mujeres, como actuación excepcional solo puede ser impuesta por un tribunal de determinado nivel, de nivel provincial; si no hay apelación de la defensa, de manera automática va al Tribunal Supremo, donde se realiza un nuevo juicio para examinarla y si fuera ratificada por el Tribunal Supremo, después de repetir un juicio con todas las garantías de chequeos médicos, pruebas sicométricas, pruebas, testigos, declaraciones, y fuera nuevamente ratificada, entonces automáticamente va al Consejo de Estado, que tiene la facultad de conmutarla o no. Es y ha sido excepcional, y en ningún caso ha habido un uso festinado de una medida de tal gravedad.

No puedo confirmar ese dato, no puedo opinar sobre él porque no lo sé; pero puede ocurrir que un número de personas hayan sido condenados a esas penas, pero que su situación esté en alguna de las fases del proceso legal, a partir de que no hay una ejecución en este caso sin un número de trámites previos, tales como estos que yo he explicado. Me pregunta, ¿el gobierno cubano conmutaría? En primer lugar, aclaro que el gobierno no tiene facultad para eso. El Consejo de Estado es el órgano en Cuba que puede tomar esa decisión, integrado por 31 miembros, previa discusión y votación sobre el asunto.

En ese caso puedo decir que el Consejo de Estado, el Tribunal Supremo y los tribunales cubanos solo han autorizado medidas de esta naturaleza y han apelado a ellas en situaciones totalmente excepcionales y cuando no ha quedado otra opción.

En este caso particular en que, efectivamente, había de facto una moratoria, las circunstancias y el momento en que se ha producido, impidieron al Consejo de Estado y a los tribunales cubanos hacer uso de esa facultad, de manera dolorosa, realmente, pero sabiendo responsablemente los riesgos que tratamos de evitar.

No han sido tampoco aplicadas a personas inocentes, han sido aplicadas a personas que han cometido graves delitos previstos en nuestras leyes y en las leyes de más de 80 países, como ya dije.

Samuel Hernández (La Isla Grande-Italia) –Buenos días, Ministro. En Italia se está desarrollando una campaña de prensa contra Cuba y sobre todo contra el Comandante Fidel Castro. Entre ellas, fue cancelada la presentación del libro de Asela Caner, con la participación de Justino di Celmo, porque ella es cubana y él es amigo de Cuba. En casi todos los periódicos se leen ataques muy superficiales que parecen dictados por una ola de histeria, más que del real conocimiento de lo que pasa en la isla. El presidente de la región Campania canceló su visita a Cuba; pero –y es lo más interesante– ningún hombre de negocios hasta ahora canceló sus relaciones con este país.

¿Piensa usted que en este plan, desgraciadamente exitoso, formulado por Estados Unidos y reciclado bobamente en la prensa italiana por personajes europeos, casi insospechables, como Pietro Ingrao y Fausto Bertinotti, puedan llegar de verdad sorpresas desagradables como castigo para la población y para la isla en su totalidad? ¿Afectaría esto las relaciones diplomáticas entre Cuba e Italia?

Felipe Pérez –¿Qué cosa?

Samuel Hernández –Toda esta campaña de prensa que se está hablando...

Felipe Pérez –¿Si afectará las relaciones?

Samuel Hernández –Anjá. Incluso, hay un debate para la semana que viene en el Parlamento italiano.

Felipe Pérez –Cuba no desea que sus relaciones con Italia se afecten, pero no puede impedir las medidas o las decisiones que tomen las autoridades italianas. Cuba desea relaciones normales, respetuosas, de colaboración con Italia y con todos los países europeos. Le duele que, en ocasiones, sobre Cuba, la Unión Europea no tenga capacidad para formular una política propia hacia nuestro país; pero nuestra vocación es seguir trabajando para fortalecer y ampliar esas relaciones. Si en contra de nuestra voluntad se tomaran decisiones en Italia o en cualquier otro país, bueno, nosotros no podríamos evitarlo; pero ello no disminuirá nuestro sentido de amistad y de respeto por el pueblo italiano, por los pueblos europeos.

Nosotros hemos leído muchas de las declaraciones que se han hecho, en algunas hay un oportunismo infamante, en otras hay desconocimiento a partir de posiciones genuinas y honestas. Distinguimos muy bien a cada uno de los que han declarado, porque conocemos muy bien a la mayoría de los que han hablado.

María del Mar Marín (EFE) –Ministro, yo tenía varias preguntas. Más allá de las amenazas a las que usted ha hecho referencia sobre los grupos de Miami, cuando ha hablado de la guerra contra Estados Unidos, quería saber si el gobierno cubano considera que existe un riesgo real e inminente de una guerra con Estados Unidos, por un lado. Por otro lado, me gustaría ver si podíamos profundizar un poco más. El gobierno peruano ha llamado hoy a su embajador en La Habana a capítulo. Quiero saber cómo están las relaciones en este momento con Perú, y si Cuba va a retirar su solicitud de ingreso al Acuerdo de Cotonú de la Unión Europea. Gracias.

Felipe Pérez –Bueno, estas son tres preguntas, ¿no? La primera pregunta, si Cuba considera un riesgo real e inminente una agresión contra Cuba, una guerra con Estados Unidos. Bueno, una guerra con Estados Unidos solo podría darse si hay una agresión contra Cuba, porque Cuba no está planeando atacar a Estados Unidos, no lo ha pensado nunca y no lo pensará nunca. Sentimos respeto por el pueblo norteamericano y no pensaríamos jamás en atacarlo; nos defenderíamos, porque la Carta de las Naciones Unidas nos reconoce el derecho a la legítima defensa, y recuerdo que el representante norteamericano en Ginebra dijo que «Israel había hecho uso de su derecho a su propia defensa, que está inscrito en la Carta de Naciones Unidas», cuando ha asesinado, bombardeado y destruido las viviendas del pueblo palestino. Así que si se reconoce ese derecho para Israel, pienso que el gobierno de Estados Unidos también lo reconozca a Cuba; es decir que una guerra solo es posible, si Cuba es agredida.

María del Mar Marín (EFE) –¿Usted considera que es un riesgo real e inminente la agresión contra Cuba?

Felipe Pérez –Creo que no hay un riesgo inminente. El Secretario de Defensa, Rumsfeld, ha dicho que «por ahora, no». [risas] Cuando le preguntaron sobre eso, dijo: «Por ahora, no, ahora estamos ocupándonos de Iraq y nada más nos preocupa Siria.» «Por ahora no» –dice–, «pero, bueno, si en el futuro vemos que en Cuba hay armas de destrucción en masa», que es siempre aquí el tema, «entonces, tendríamos que actuar.» A tu pregunta respondo: el Secretario ha dicho: «Por ahora, no.»

La segunda pregunta: El Ministro peruano anunció que el embajador en Cuba sería convocado a Lima. Me preguntas si esto deteriora las relaciones. Cuba desea relaciones normales y respetuosas con Perú; pero Cuba se siente ofendida por la decisión peruana de prestarse a presentar la resolución norteamericana, para justificar una maniobra contra Cuba en Ginebra. Cuba no puede comprender que un país hermano, hacia el que Cuba solo ha tenido gestos de amistad y de cooperación, trabaje a favor de mantener el tema de Cuba en Ginebra, no como se ha proclamado para establecer la cooperación con Cuba, sino –como dice Estados Unidos– para condenar a Cuba; aunque ello fue derrotado ayer por Cuba.

Si el gobierno peruano no se prestara a esta maniobra, si el gobierno peruano no presentara esa resolución, si el gobierno peruano no votara a favor de ese proyecto, realmente no existiría entre Cuba y Perú absolutamente ninguna diferencia ni ningún tema de controversia. El tema de controversia lo ha creado el gobierno peruano al decidir presentar este texto contra Cuba. Si eso cesara, no habría diferendo entre nosotros.

El gobierno peruano no puede acusar a Cuba de haber hecho algo similar. Cuba no ha tenido ningún gesto inamistoso hacia el gobierno peruano; pero el gobierno peruano ha tomado esa decisión, por consideraciones que corresponde a ellos explicar y no a mí, y Cuba se siente ofendida y tiene el deber de defenderse contra el intento de singularizarla y someterla a un escrutinio injustificable en la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra.

Sobre Cotonú, me preguntas si Cuba va a presentar su retirada. Lo está considerando seriamente, a partir de haber constatado que algunos en la Unión Europea conciben ilusoriamente la entrada de Cuba a Cotonú como un mecanismo para intentar presionar a Cuba e imponerle condicionamientos políticos. La buena fe de Cuba, su aspiración de, a través del Convenio de Cotonú, tener no solo un gesto solidario de agradecimiento a los Países de Africa, Caribe y Pacífico, sino también crear un marco respetuoso de relaciones entre la Unión Europea y Cuba, ha chocado con la oposición de algunos países europeos, y los acontecimientos recientes han llevado, incluso, a otros funcionarios europeos a enarbolar la amenaza de una negativa al ingreso de Cuba a Cotonú como medida de presión contra Cuba, y a Cuba no se le puede presionar. Cuba ha resistido más de 40 años de bloqueo y agresiones de la principal superpotencia mundial y no tendría una razón lógica para soportarle presiones a la Unión Europea o a algunos de sus miembros. Así que Cuba lo está considerando y no ha tomado decisión sobre eso todavía.

Mauricio Vicent (El País) –Al ritmo actual de la concesión de visados de Estados Unidos, 700 visados en seis meses, serían 1.400 visados en un año, lo cual violaría los acuerdos migratorios, porque el compromiso de Estados Unidos es ofrecer como mínimo 20.000 visas. Si a esto se suman las medidas que anunciaba el The New York Times de prohibir las remesas y no se adoptan medidas para impedir los secuestros, se tiene tolerancia con estos secuestradores, estaríamos ante un escenario de violación de los acuerdos por parte de Estados Unidos. ¿En ese caso Cuba se sentiría libre también de no hacer a lo que se comprometió en esos acuerdos, que es promover una emigración segura y legal, y estaríamos en ese caso ante un nuevo escenario de crisis migratoria, o de posible crisis migratoria?

Felipe Pérez –¿Qué me preguntas? Si la adopción...

Mauricio Vicent –Si Estados Unidos incumple su parte de los acuerdos migratorios, como todo parece que va a ocurrir, por el tema de visados que no ha concedido, si Cuba se sentiría libre también de no cumplir su parte.

Felipe Pérez –Cuba mantiene un firme compromiso de cumplir los acuerdos migratorios, es lo que ha venido haciendo, sin una excepción, mientras desde Estados Unidos se ha incumplido. Estados Unidos mantiene la Ley de Ajuste Cubano; Estados Unidos mantuvo la política de aceptar automáticamente a los que llegaran a territorio norteamericano, que en el texto de los acuerdos se comprometió a cesar; Estados Unidos, de los interceptados en el mar, a 10 ó 12 de cada 100 los deja finalmente entrar a Estados Unidos, aduciendo diversos pretextos; Estados Unidos ha permitido que lleguen los secuestradores sin enjuiciarlos. Ha ocurrido todo eso, mientras Cuba, escrupulosamente, ha cumplido los acuerdos.

Nosotros vemos en estas medidas, de las que especula The New York Times, realmente, un estímulo a la emigración ilegal. Dice aquí en la Nota publicada en Granma: «Las presuntas medidas que se anuncian de prohibir los vuelos y las remesas, estimularían igualmente la emigración ilegal», le harían más difíciles las condiciones de vida a gente en Cuba, en una circunstancia, además, en la que no hay visas, en la que hay una situación de mayor bloqueo contra el país, que es una de las causas principales de la emigración. Y «de esa situación no se podría en nada culpar a Cuba, que cumple estrictamente las obligaciones que le corresponden en los acuerdos migratorios, sin una sola excepción. Es verdaderamente absurdo y contradictorio que Estados Unidos lance amenazas relacionadas con éxodos masivos contra un país que, como Cuba, reiteradamente ha propuesto un acuerdo de cooperación para la lucha contra el tráfico de migrantes, que el gobierno de Estados Unidos ni siquiera se ha dignado considerar.»

Es lo que puedo decir como nuestra posición. No hemos dicho que nosotros entonces vamos a dejar de cumplir los acuerdos; pero hemos dicho que eso establecería un estímulo adicional a la emigración ilegal desde Cuba, vendría a constituir un nuevo elemento de estímulo.

Me han pasado la pregunta, que podría no haber quedado claro si nosotros seguiríamos comprando alimentos si estas medidas se adoptaran y no la prohibición. Es decir, si se adoptaran las medidas de eliminar las remesas, los viajes, ¿Cuba seguiría comprando alimentos? Sí, seguiría. Cuando no podría hacerlo es si eso también se prohibiera, pero Cuba seguiría comprando alimentos. Cuba considera que eso ha sido positivo y que «Ello limitó nuestras compras», dice en la Nota, «que sin embargo crecieron a elevado ritmo dada la eficiencia y seriedad de los agricultores norteamericanos. Si hubiésemos contado con financiamiento, entonces el daño sería de más consideración.»

Es decir, nosotros continuaríamos comprando alimentos, si eso es permitido. Bueno, si después, además, se prohibiera eso, ya decimos aquí que eso probaría que Estados Unidos no es un abastecedor confiable y habrían quedado prohibidas esas ventas, que hasta ahora han sido beneficiosas para ambos países. ¿Alguna otra pregunta?

Gary March (Chicago Tribune) –Usted sabe que hay un movimiento muy fuerte en Estados Unidos, en el Congreso, para cambiar las leyes en contra de Cuba, como el bloqueo, y ahora, después de las acciones en contra de los disidentes, que ustedes dicen son mercenarios, este movimiento está casi quebrado ahora, está apagado ahora, y quiero saber qué usted puede decir a las personas de Estados Unidos, a los congresistas, al pueblo norteamericano que están en contra del bloqueo, pero al mismo tiempo están en contra de las acciones en contra de los disidentes.

Felipe Pérez –Muy bien, gracias. Tú dices que estos son unos disidentes que nosotros llamamos mercenarios. Debo decir que estos son unos mercenarios a los que tú llamas disidentes. Se parece, pero no es igual. Nosotros vemos con respeto y simpatía a toda la enorme masa de la opinión pública en Estados Unidos que defiende la normalización de las relaciones con Cuba. Nosotros respetamos a los congresistas, los senadores que en número mayoritario en ambas Cámaras se han pronunciado a favor de permitir los viajes, permitir las remesas sin ningún tipo de restricción han apoyado el autorizar el comercio, los créditos, e incluso, la normalización de las relaciones. Respetamos, sentimos simpatía por su posición hacia Cuba y colaboramos también con ellos en la búsqueda de un camino de comprensión, tolerancia y respeto entre ambos países.

El mensaje que tengo para ellos es que Cuba se ha visto obligada a adoptar esas medidas por la actuación irresponsable del gobierno de su país y en particular de la Sección de Intereses Norteamericanos en La Habana y de su jefe, el señor Cason, quien, violando las más elementales normas del comportamiento diplomático, ha intentado convertir los edificios oficiales de la Sección de Intereses y su propia residencia en el cuartel general de la subversión contra Cuba. Nos hemos visto obligados y, después de haber sido años y años tolerantes, existiendo leyes y habiendo nosotros tenido una posición paciente y tolerante, hemos sido puestos en la situación en la que no nos quedó otra alternativa. Es decir, lo que les diría es que la responsabilidad de lo que ha ocurrido es, en primer lugar, del gobierno que alienta esta política, que ha cedido a las presiones de la mafia cubana en Miami, y, en segundo lugar, a la actuación del señor Cason en La Habana.

Los apoyamos en su esfuerzo de normalizar las relaciones con Cuba, y sobre sus preocupaciones acerca de los mercenarios, llamados «disidentes», aclararemos sus dudas, explicaremos nuestros puntos de vista y, explicaremos, en primer lugar, que Estados Unidos debería respetar nuestro derecho a tener nuestras propias instituciones, nuestras propias leyes y nuestras propias normas y nuestro propio sistema, como nosotros respetamos el derecho del pueblo norteamericano a darse su sistema.

Nosotros no estamos intentando cambiar a Estados Unidos, ¿por qué Estados Unidos tendría que proponerse que Cuba adoptara el sistema que en Estados Unidos se considera el más apropiado? Respetamos su derecho, como hay que respetar el nuestro.

Nosotros no estamos proponiéndonos cambiar la ley de financiamiento de los partidos políticos de Estados Unidos, que propicia que para salir senador hay que disponer de 70 millones de dólares. Bueno, es el sistema de los norteamericanos. Nosotros no estamos tratando de cambiar el hecho de que en Estados Unidos vota nada más que la tercera parte de la población. Es un asunto de los norteamericanos. Nosotros no estamos tratando de cambiar la nueva Ley Patriótica que restringe las libertades y los derechos civiles y políticos de los ciudadanos norteamericanos; es un problema de sus instituciones y les respetamos su derecho. ¿Por qué no puede respetarse el nuestro, por ser un pequeño país? Pero, según la Carta de Naciones Unidas, todos somos iguales y tenemos iguales derechos, independientemente de nuestro tamaño, nuestro poderío económico o militar.

Entonces, sobre normalizar las relaciones, apoyamos a todos esos sectores. Sobre cuestionar nuestras leyes, no estamos de acuerdo y les explicaremos nuestros puntos de vista, con respeto, como parte de un diálogo respetuoso, a todos esos congresistas, senadores u otras figuras que, habiendo defendido la normalización de las relaciones, han tenido ahora preocupaciones con lo que ha ocurrido.

Tenemos que aclararles, porque también han sido intoxicados con una enorme montaña de mentiras, difamaciones y distorsiones sobre lo que ha ocurrido en Cuba.

Tracey Eaton (The Dallas Morning News) –Señor Ministro, además de los siete secuestros en siete meses, ¿ustedes han visto un aumento en el número de salidas ilegales que pueda indicar que se está formando otra crisis migratoria? Gracias.

Felipe Pérez –Ha habido los secuestros, ha habido otros planes e intentos que han podido ser frustrados, y ha habido un incremento del tráfico ilegal de personas, originado en Miami, un negocio lucrativo en Miami, de lanchas rápidas que viajan a las costas cubanas, montan a los emigrantes ilegales y los llevan a territorio norteamericano. Después la política de recibirlos allí y otorgarles la residencia permanente de modo automático, hace el resto para establecer, obviamente, un estímulo para otros potenciales emigrantes que, por otro lado, no reciben visas para viajar legalmente por parte de la Sección de Intereses. Hay incremento de los hechos, de los planes y del estímulo a todas estas conductas.

Moderador –Una última pregunta. Lucía.

Felipe Pérez –A ver, Lucía, para hacer las conclusiones.

Lucía Newman (CNN) –Sí, gracias. Si el señor James Cason, el jefe de la Sección de Intereses, es el principal conspirador subversivo, y causante y organizador de la disidencia en Cuba, y si también él –como usted dice– ha violado sistemáticamente todas las normas internacionales de conducta diplomática, ¿por qué su gobierno no lo ha declarado a él, persona non grata, en vez de encarcelar a penas extremadamente largas a 75 ciudadanos cubanos, una media que ha provocado una amplia repercusión negativa en el ámbito internacional?

Felipe Pérez –Gracias, Lucía. Bueno, que no lo hayamos hecho, no quiere decir que no lo hagamos en algún momento. Lo que hemos hecho es reservarnos el derecho de hacerlo. Sabemos que los grupos mafiosos cubanos, con los que el señor Cason se reúne semanalmente, desean eso, porque saben que eso va a constituir una señal que se podrá manipular ante la opinión pública norteamericana. Sueñan con la idea, nunca les gustó la decisión del presidente Carter de abrir esa Sección, de acordar con nosotros la apertura. Hacerlo sería un regalo a esos grupos que aspiran a que eso sea lo que ocurra. Y probablemente un regalo al señor Cason, que todo parece indicar que le gustaría regresar a Miami como el héroe expulsado de Cuba. Hasta ahora no hemos tomado la decisión de darle ese gusto, pero ello no quiere decir que nosotros hayamos renunciado a hacerlo. Nos reservamos el derecho de actuar como consideremos en defensa de nuestra soberanía.

Has dicho que han sido condenados a penas extremadamente largas. Debo, sin embargo, recordarte que son menores que las que recibió, por ejemplo, Gerardo Hernández, un cubano inocente, al que una corte en Miami ha condenado a dos cadenas perpetuas y, además, 15 años; es decir que tendría que tener dos vidas, y volver a nacer y estar 15 años, para después de eso, salir en libertad. Es mucho más larga esa condena, y la de algunos otros de los presos políticos cubanos que en cárceles norteamericanas purgan hoy en condiciones de absoluta violación de las normas internacionales contra el trato degradante o humillante a los prisioneros, llevados con frecuencia a celdas de castigo, mantenidos allí injustamente, en medio de un proceso viciado y escandaloso en materia de violaciones, y después de recibir condenas realmente inspiradas en motivaciones políticas. No es el caso de estas personas, que no han sido llevados al «Hueco» ni a las celdas de castigo, ninguno de los cuales ha recibido dos cadenas perpetuas más 15 años, y, por tanto, pienso que es relativo el término de largas condenas. Depende de con qué se le compare; si se le compara con la de Gerardo, son menores.

De todas maneras, nosotros no nos sentimos gozosos de tener que ver cómo nuestros tribunales adopten esas medidas. Nosotros quisiéramos que esas cosas no ocurrieran, pero esas cosas ocurren a partir del aliento, de la actuación y del dinero del contribuyente norteamericano que se emplea para estimular la subversión en Cuba, y tenemos el derecho y el deber de defender la estabilidad del país y su soberanía. Por tanto, los términos son relativos, depende con lo que se les compare.

Debo decir que nosotros quisiéramos que en vez de intentar dar lecciones a Cuba, en materia de organización de la administración de justicia, se pusiera fin en la Corte de Atlanta, en el proceso de apelaciones que está en marcha, a los procesos que han llevado injustamente a prisión a cinco jóvenes cuya conducta ha sido la de intentar evitar actos de terrorismo que harían pagar un precio en vidas, no solo a Cuba, sino probablemente a los ciudadanos norteamericanos y a los de otros países.

Moderador –Muchas gracias, Ministro, por las informaciones que ha dado.

Felipe Pérez –Gracias.

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Conferencia de prensa de 9 de abril de 2003

Conferencia de prensa ofrecida por el canciller Felipe Pérez Roque, con relación a los mercenarios al servicio del imperio que fueron juzgados los días 3, 4, 5 y 7 de abril

José L. Ponce (Moderador) –Buenos días a todos los colegas. Bienvenidos a esta intervención especial del canciller Felipe Pérez Roque. Tenemos aquí la presencia de 82 periodistas de la prensa internacional acreditada, representando a 59 medios de 22 países, y está toda la prensa nacional representada también. Sin más dilación, los dejo con el ministro Felipe Pérez Roque, que va a hacer su intervención especial, y después haremos una ronda de preguntas y respuestas.

Felipe Pérez Roque –Buenos días a todos los corresponsales de la prensa extranjera acreditada en nuestro país y de la prensa nacional. Los hemos convocado para dar información sobre los procesos judiciales que se han desarrollado en días recientes, sobre los antecedentes, y vamos a comentar también algunos otros temas de interés. En primer lugar, quisiera dejar sentado que el gobierno y el pueblo de Cuba tienen muy claramente comprendido que libran todavía hoy una dura batalla por su derecho a la libre determinación, por su derecho a la independencia. El pueblo y el gobierno de Cuba no pierden ni un minuto de vista la idea de que en Cuba se juega la independencia, el futuro de nuestro país como nación y el disfrute de todos los derechos para todos los ciudadanos de nuestro país.

Tras más de cuarenta años de férreo bloqueo, económico, financiero, comercial, agresiones, acciones terroristas, más de 600 planes de atentados, planes de asesinato contra el Jefe del Estado cubano; tras décadas de estímulo a la subversión, a la emigración ilegal, a los sabotajes, a la acción de grupos armados que han sido tolerados en su accionar terrorista contra nuestro país; tras toda esa historia que nuestro pueblo conoce bien y ha debido sufrir con la pérdida de sus hijos, con cuantiosas pérdidas materiales –solo el bloqueo ha costado a Cuba ya más de 70.000 millones de dólares–; tras todo eso, nuestro pueblo ha debido lidiar con la obsesión de los gobiernos de Estados Unidos de fabricar en Cuba una oposición, de fabricar en Cuba una quinta columna, de fomentar en Cuba la aparición y el fortalecimiento de grupos que respondan a sus intereses, con una clara visión anexionista, los encargados un día de propiciar la anexión de Cuba a Estados Unidos, en un supuesto escenario de derrota de la Revolución Cubana. Esa ha sido su obsesión: leyes, financiamiento, estímulo, actuación de los servicios especiales.

Un plan tras otro se ha estrellado contra la unidad de nuestro pueblo, contra la autoridad moral de la Revolución Cubana ante su pueblo, contra el hecho incuestionable de que la inmensa mayoría del pueblo cubano apoya y defiende a la Revolución, contra el incuestionable liderazgo moral de la dirección histórica de la Revolución Cubana. Han chocado con eso, no han podido sobrepasar esa resistencia, que ha causado la admiración del mundo.

Debo citar este antecedente, porque no se puede examinar los acontecimientos recientes en Cuba olvidando que en Cuba está planteado todavía un diferendo histórico, y es el derecho y la lucha de los cubanos por ser un país independiente, que ha debido enfrentar las apetencias históricas y los planes concretos de anexar a Cuba a Estados Unidos; en Cuba hoy se dirime eso y, para analizar la realidad cubana y lo que está ocurriendo en Cuba, hay que tomar en cuenta ese factor.

Cuba sabe bien que el derecho internacional está de su parte, porque la Carta de las Naciones Unidas reconoce a Cuba el derecho a escoger su propio sistema político, reconoce el respeto al principio de la igualdad entre los Estados y reconoce el derecho a la libre determinación de los pueblos. Por tanto, el bloqueo, la actividad de agresión y de presiones contra Cuba, intenta violar que todo nuestro pueblo ejerza su derecho a la libre determinación, cree sus instituciones, funde su sistema político y económico a su libre albedrío.

Eso es lo que está en juego en Cuba hoy: si un país pequeño, cercano a una gran superpotencia, puede ser un país independiente, puede ser un país que siga su propio camino.

Los pactos internacionales de derechos humanos, aprobados en Naciones Unidas y de los que tanto se habla por estos días, expresan textualmente que «todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación», y los cubanos nos hemos dado ese derecho. Hemos aprobado una Constitución, la hemos enmendado, tenemos leyes, tenemos instituciones, tenemos más de 2.000 organizaciones de la sociedad civil, entre organizaciones no gubernamentales, instituciones gremiales, y tenemos nuestro propio sistema, nuestras instituciones y hemos escogido nuestro camino y hay que respetarnos. Eso es lo que está en juego aquí: si podemos o no hacer nuestro propio camino y ejercer ese derecho.

La Carta de la Organización de Estados Americanos, de la que Cuba –como sabemos– fue expulsada por la presión del gobierno de Estados Unidos y de la que nuestra opinión ha sido ya reiteradamente dicha, sin embargo, la Carta de la OEA, a la que Estados Unidos sí pertenece y en la cual ejerce todo su poderío, expresa: «Todo Estado tiene derecho a elegir, sin injerencias externas, su sistema político, económico y social, y a organizarse en la forma que más le convenga, y tiene el deber de no intervenir en los asuntos de otros Estados.»

Eso plantea la Carta de la OEA, que se supone piedra angular de la organización de las Américas, y entonces nosotros estamos luchando en Cuba por este derecho, en contra de las presiones y en contra de la arreciada hostilidad de un nuevo gobierno en Estados Unidos, que, en el ejercicio de su poderío unilateral en el mundo, ha aumentado hasta grados insospechados su retórica y su hostilidad contra Cuba. Entonces, eso se juega en Cuba hoy, y, por tanto, a nosotros nos parece importante como precedente, como antecedente de todo lo que vamos a explicar, que estos elementos sean tomados en cuenta.

Ahora bien, es cierto que ha habido más de 40 años de bloqueo, de agresiones, la invasión armada; es cierto que ha existido el fomento de la emigración ilegal contra Cuba; es cierto que ha habido una política seguida por 10 administraciones norteamericanas, a las que Cuba ha debido enfrentar y a las que ha tenido que sobrevivir. Pero con el advenimiento de la administración encabezada por el presidente Bush en Estados Unidos se dio un salto en la hostilidad contra Cuba.

La presencia en puestos clave del gobierno de Estados Unidos de más de una veintena de cubanos procedentes de los grupos extremistas de Miami, la decisión de entregar la principal responsabilidad en el Departamento de Estado en los Asuntos de América Latina y, por tanto, de Cuba, al señor Otto Reich, propiciaron –junto al compromiso y a la deuda de gratitud que ya el presidente Bush tenía con los grupos extremistas de Miami que le habían apoyado en la campaña electoral y habían jugado un papel clave en su elección– que se desatara una nueva etapa de hostilidad acrecentada contra Cuba.

Debo decir claramente que nosotros no culpamos al pueblo de Estados Unidos de esta situación. Nosotros abrigamos sentimientos de amistad y de respeto hacia el pueblo de Estados Unidos, y hemos dado prueba de eso. Nosotros no culpamos a la mayoría de los cubanos que viven en Estados Unidos, a los que no llamamos «la mafia»; le llamamos la comunidad de cubanos que viven allí, cuyo derecho a relacionarse con sus familias, a visitar a Cuba, nosotros respetamos y defendemos también, no es a ellos a los que culpamos. No culpamos a los amplios sectores de la sociedad norteamericana, de la intelectualidad, los empresarios, que comprenden la necesidad de un cambio en la política hacia Cuba, que apoyan la normalización de las relaciones. Nosotros culpamos a los grupos extremistas de Miami, que son una minoría, y a los sectores que dentro de la Administración se han comprometido en una política de hostilidad contra Cuba.

No culpamos siquiera a la mayoría de la Cámara y el Senado, que han dado pruebas, en los últimos años, de su voluntad, su decisión, su aspiración a que la relación entre los dos países se normalice, a que se propicie el comercio, las ventas de alimentos y medicinas, los viajes de los ciudadanos norteamericanos a Cuba y que se eliminen las anacrónicas prohibiciones que hoy les impiden viajar a Cuba. Ahora, ¿es ese camino el que la mayoría de la sociedad norteamericana, según las encuestas, los datos, las publicaciones, quiere, el que se sigue hoy? No. Se ha seguido otro camino contra Cuba, un camino que ha implicado un reforzamiento del bloqueo, un reforzamiento de las medidas del bloqueo –después veremos algunas de esas decisiones recientes de endurecimiento–; un camino de mayor estímulo, más que nunca antes, a la emigración ilegal, mayor tolerancia.

Solo debo decir que en los últimos siete meses ha habido siete secuestros de naves aéreas y embarcaciones cubanas, propiciados por la tolerancia, por la aplicación indiscriminada de la Ley de Ajuste Cubano, de la práctica de recibir allí a gente que emplea actos terroristas, violencia para llegar, uso de armas, que está penalizado en convenciones internacionales, de las cuales Estados Unidos forma parte; y los secuestradores terroristas de cuatro de los casos permanecen libres y no hay noticias siquiera de que se haya abierto proceso penal contra ellos, los primeros cuatro, de esos siete casos, desde agosto del año pasado para acá.

En cuatro casos, los secuestradores que cometieron actos de terrorismo están en las calles, y así ha ocurrido, en Miami viven libremente gente que asesinó para desviar hacia Estados Unidos embarcaciones, aviones, y de todo eso ha habido un recrudecimiento –sobre eso volveré otra vez–. Se están financiando, con más fuerza que nunca, más de 1.200 horas semanales de trasmisiones de radio contra Cuba. Se le ha dado indicaciones a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana de convertirse, prácticamente, en el estado mayor y en el cuartel general de la subversión interna en Cuba, con un perfil del Jefe de esa Sección nunca antes visto en el cuarto de siglo que han estado funcionando las Secciones de Intereses, en abierta violación de las leyes que rigen el comportamiento diplomático, en abierta injerencia en los asuntos internos de Cuba, con un tono y una actuación impropios, realmente, de un diplomático.

Se ha multiplicado el uso de la valija diplomática de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, para financiar, proveer de medios para ejercer su labor contrarrevolucionaria en Cuba a los grupos creados y financiados por el gobierno de Estados Unidos. En fin, se ha creado una situación de encrispamiento, de aumento de la labor subversiva, del irrespeto por las leyes cubanas, de franco desafío a la institucionalidad legal de Cuba, a la que toda representación diplomática debe respeto en su trabajo en nuestro país.

Si vamos a dar un ejemplo de cómo se anticipaba el trabajo del Jefe de la Sección de Intereses norteamericanos en La Habana, señor James Cason, hacia Cuba, pondré ahora un breve fragmento de las declaraciones que hizo a la televisión de Miami en el mes de diciembre, para oír en sus propias palabras de qué estamos hablando. [proyectan video]

«Periodista. –...nuevo cargo, como Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, ya usted pues está viajando, se ha reunido con el cubano de a pie, con disidentes en Cuba. ¿Se ha reunido ya también con líderes de las organizaciones anticastristas del exilio?
James Cason –Sí, por dos o tres veces. Cada vez que yo viajo a Miami, me quiero reunir y me reúno con todos los grupos, la Fundación Nacional Cubano Americana, el Consejo para la Libertad de Cuba, grupos independientes y todos los grupos aquí, porque yo quiero explicar lo que yo he visto en Cuba, lo que está sucediendo y escuchar sus puntos de vista sobre lo que nosotros estamos haciendo, a ver si hay algo que queremos hacer que no estamos haciendo. Es una conversación muy amable y uno de mis mensajes es que lo importante en Cuba es que sí hay una oposición, son aislados, hostigados, pero insisten y tienen mucho coraje, y lo importante es que ellos se reúnan, se unan y que ellos se concentren sobre lo esencial, sobre los derechos que no tienen y sobre las libertades que deben tener. Entonces, no enfocar sobre personalismos, sobre diferencias de ideología; lo importante es que la oposición tiene que ganar espacio, porque va a venir el día cuando haya una transición. Hay una transición ahora, pero va a haber una Cuba nueva algún día, y ellos tienen que tomar su parte en formar y decidir el futuro de Cuba. Entonces, tienen que ganar su espacio, empezar a discutir qué hay que hacer diferente para cambiar a Cuba; entonces, es importante que enfoquen sobre lo importante, no lo no esencial.
Periodista –De las reuniones que usted ha tenido con los disidentes –no sé si quiere entrar en este tipo de detalles–, pero, ¿dónde ve usted que quizás la disidencia pues, quizás no estaría encaminándose bien? ¿Qué mensaje tiene para la disidencia?, antes de pedirle a usted, si me lo permite, un mensaje para los grupos anticastristas en Miami. ¿Qué mensaje le da usted a la disidencia en Cuba, le gustaría poder expresarle, de acuerdo a lo que ha visto?
James Cason –Bueno, primero que el futuro de Cuba..., nosotros los norteamericanos no vamos a determinar cuál es el futuro de Cuba, van a ser los cubanos, afuera de Cuba y adentro de Cuba. Ellos deben, desde mi punto de vista, mi consejo es enfocar sobre lo esencial, ¿cuáles son los factores importantes? No dividirse, reunirse y tratar de concertar o llegar a un acuerdo sobre 10 puntos, por ejemplo, donde todos estén de acuerdo, y no hablar de donde no están de acuerdo; porque en la democracia, todo el mundo tiene diferencias, hay acciones, pero lo importante es que eso es una dictadura militar donde si la gente no se reúnen, no van a tener mucho chance de prosperar. Entonces, que se concentren sobre lo esencial y busquen puntos de coincidencia, no de diferencias.
Periodista –Eso, voy ahora en lo que es el tema de la disidencia. Una de sus prioridades también es ayudar a la disidencia en Cuba. ¿Cómo pretende usted ayudar a la oposición castrista?
James Cason –Bueno, como yo dije antes, ofreciendo información, apoyo moral, espiritual, de que no están solos, que el mundo sabe lo que está sucediendo dentro de Cuba. Una manifestación de eso es el hecho de que muchos de los líderes, como Osvaldo Payá, Vladimiro Roca, Marta Beatriz Roque, han recibido premios de derechos humanos europeos y de otras partes del mundo, entonces el mundo sabe qué está sucediendo en Cuba, y nosotros estamos allá para decirles esta realidad y ayudarles en todo lo posible. No damos, no es cierto, como dice Castro, que estamos financiando a la oposición; la oposición insiste por el hecho de que el sistema ha fracasado y nosotros estamos allá para ofrecerles el apoyo del pueblo americano y del resto del mundo democrático en lo que están haciendo, que es abogando a tener los derechos básicos humanos que Cuba firmó en la Declaración de Derechos Humanos, en las declaraciones universales, y no ha cumplido en todos estos años.»

Este es el señor Cason en diciembre, su tarea es unir a los grupos, ayudarlos a crear un programa de 10 puntos. El señor Cason, como vemos, viene a Cuba con la tarea de crear un partido único de la «disidencia» en Cuba, por tanto, no sé por qué le molesta tanto que los revolucionarios cubanos tengamos un partido único para defender la Revolución, porque eso es lo que él ha intentado propiciar con la llamada «disidencia». Su dirección sobre estos grupos se encamina a limar las diferencias internas, las «broncas» intestinas por razones de protagonismo o de dinero, y tratar de crear un grupo unido, con dinero.

Me asombra que no hable de los premios otorgados en Estados Unidos, porque, precisamente, el Instituto Republicano Internacional, uno de los grupos que ha recibido dinero del gobierno de Estados Unidos, que recibió nada más y nada menos que 1.674.462 dólares en el 2002, ¿para qué?, para ayudar a crear las bases de apoyo internacional, para proveerles ayuda material, moral e ideológica a los activistas en Cuba, incluida la concesión de premios, reconocimientos internacionales; y nosotros sabemos cómo esta institución y otras, en Estados Unidos, han participado en la gestión del otorgamiento de premios, y para eso se les ha dado dinero creciente cada año, organizando los viajes, los premios, las giras, porque tenemos información de todo eso.

De manera que, yo subrayo ante ustedes la idea de que el señor Cason marca un momento de profundización de la política contra Cuba, de la política de subversión contra Cuba, abierta, desembozada. Ahí él dice: «Me reúno cada vez que puedo con la Fundación Nacional Cubano Americana», los que financiaron la cadena de atentados terroristas contra los hoteles en Cuba, que provocaron la muerte de un turista italiano y heridas a varias decenas de turistas y trabajadores cubanos. «Me reúno con ellos cada vez que puedo», con el Consejo para la Libertad de Cuba, que es el ala paramilitar de la antigua Fundación Nacional Cubano Americana; Martín Pérez, jefe del aparato paramilitar de la Fundación, organizador de múltiples planes de asesinatos del Jefe del Estado cubano, el presidente Fidel Castro, en eventos internacionales; participantes en organizar y financiar el intento de poner 40 kilogramos de explosivo C-4 en la Cumbre Iberoamericana de Panamá para asesinar al Presidente de Cuba. Entonces, «me reúno con ellos cada vez que puedo, para darles información, para intercambiar; les aliento, les digo que está cerca el momento en que ya ellos y los grupos de adentro que nosotros apoyamos, puedan finalmente garantizar el disfrute de los derechos humanos», a todos esos elementos, batistianos la mayoría, ligados a la represión y al asesinato de 20.000 cubanos durante la dictadura batistiana.

Así que nosotros sabemos muy bien a qué ha venido aquí el señor Cason, qué indicaciones trae, qué motivaciones y qué filiaciones tiene. Y, por tanto, nosotros tenemos el deber y el derecho de defender la independencia de nuestro país, usando la legalidad establecida en nuestro país, dentro, estrictamente, del respeto a nuestras leyes, a nuestra ética y a nuestro sentido de la vida y de las convicciones que nos mueven.

Ahora, eso fue en diciembre. De ahí hacia acá, ¿qué pasó? El 27 de febrero del 2003, el cubano Adolfo Franco, uno de esos más de veinte que tiene cargos en el gobierno, administrador para atender a América Latina y el Caribe en la USAID, Agencia de Ayuda al Exterior norteamericana, una agencia del gobierno de Estados Unidos, declara ante un subcomité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, que la Agencia para la Ayuda al Exterior norteamericana ha invertido más de 20 millones de dólares –22 millones de dólares–, desde 1997, para poner en práctica la Ley Helms-Burton en Cuba. También declara que, como parte del cumplimiento de la ley, se han enviado materiales, propaganda, se han entregado más de 7.000 radios preparados para oír Radio Martí, entre otras acciones.

La propia Agencia norteamericana para Ayuda al Exterior ha declarado que estos 22 millones es una mínima parte de los fondos canalizados hacia Cuba, ¡una mínima parte!, porque la mayor parte del dinero para la subversión no se canaliza a través de la USAID. La Ley Helms-Burton tiene el acápite 109 que es el que orienta al gobierno distribuir por esta vía dinero para la subversión en Cuba a través de la USAID, pero tiene el 115 que es el que propicia dar dinero por vías secretas, de los servicios especiales. La propia USAID dice que el que ellos dan es una minoría, y han sido 22 millones, según reconoce este funcionario, desde el año 1997.

El 28 de febrero los Cinco Héroes cubanos, injustamente encarcelados en Estados Unidos cuando ayudaban a combatir el terrorismo, son enviados nuevamente a celdas de castigo, desde donde no saldrán hasta el 2 de abril.

El 24 de marzo la Oficina de Control de Activos Extranjeros –la oficina del gobierno de Estados Unidos que vela porque se cumpla el bloqueo– emite nuevas regulaciones que endurecen todavía más el bloqueo: se limitan los viajes de los norteamericanos a Cuba todavía más; las pequeñas licencias que se habían otorgado para que estudiantes vinieran a Cuba, para intelectuales y todo eso, se restringe prácticamente hasta eliminarlas; se eliminan los intercambios educacionales; se restringe de manera arbitraria no solo que vengan aquí, sino que se pueda ir allá; se deniegan prácticamente de oficio las visas a jóvenes, estudiantes, intelectuales cubanos, atletas, científicos para asistir a eventos a los que han sido invitados en Estados Unidos; se aumentan las facilidades para viajar a Cuba en viajes de aprovisionamiento de los grupos en tareas de subversión interna; se prohíbe a los norteamericanos asistir en Cuba a seminarios y conferencias que sean organizados por instituciones cubanas. Es decir, se produce el 24 de marzo un nuevo endurecimiento del bloqueo que lleva ya a la esquizofrenia las medidas contra Cuba contempladas en el bloqueo.

El 26 de marzo el secretario de Estado, señor Colin Powell, comparece ante el Subcomité de Asignaciones del Senado y anuncia que el presupuesto que presenta incluye 26.900.000 dólares para las trasmisiones contra Cuba de Radio y Televisión Martí, que se suman a los veintipico de millones que ya explicamos y que constituye una violación de la legalidad internacional, de las reglamentaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones; que ha sido reconocido el financiamiento a una emisora que viola nuestro espacio radioelectrónico con más de 1.200 horas semanales de trasmisiones hacia Cuba, estimulando la subversión interna, los planes de sabotaje, estimulando la deserción, la emigración ilegal, que es a lo que se dedican esas emisoras, difundiendo mentiras y patrañas contra Cuba.

El 31 de marzo el Departamento de Estado publica el informe sobre Derechos Humanos en el mundo, que, como se sabe, habla de todo el mundo, menos de los propios Estados Unidos, y dedica a Cuba páginas de infamias y de mentiras que sirven de base para presentar después la Resolución contra Cuba en la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra, que Estados Unidos patrocina y organiza.

Este año esa Resolución será votada el 16 de abril; Estados Unidos, ante su incapacidad y su falta de autoridad para presentarla, especialmente después que fue separado por un año de la Comisión de Derechos Humanos por considerar la comunidad internacional que no cumple los requisitos para ser miembro de la comisión, y tras retornar a ella, gracias a que España e Italia accedieron a retirar su aspiración para que Estados Unidos pudiera ser elegido sin votación, porque puso como condición no ir a una votación porque temía perderla –porque la votación es secreta para la elección y ellos temen a las votaciones secretas, mientras que nosotros aspiramos a ellas–, entonces ha retornado, pero se siente con temor de presentar la resolución contra Cuba.

Ya tampoco han querido otros países, que anteriormente le prestaron ese servicio, y entonces Estados Unidos ha buscado que al gobierno de Uruguay, que lo hizo el año pasado, lo acompañen este año el gobierno de Perú y el gobierno de Costa Rica, que han presentado un texto prácticamente inocuo, que casi no dice nada pero cumple el objetivo norteamericano de garantizar que el tema se mantenga en la Comisión de Derechos Humanos, para poder justificar, con la condena de Cuba en Ginebra, el mantenimiento del bloqueo contra Cuba.

El 2 de abril, el secretario de Estado asistente para Asuntos del Hemisferio Occidental, Curtis Struble, señaló que «la Agencia para la Ayuda al Exterior norteamericana invertirá 7 millones de dólares en Cuba este año de los fondos para apoyo económico». Fíjense como corre el dinero hacia Cuba. Hemos visto aquí al señor Cason decir que Estados Unidos no financia, realmente. El señor Cason pienso que no se lee las actas del Congreso, no le informan lo que declaran sus jefes, porque el Secretario de Estado asistente dice que han dedicado 7 millones este año; el administrador para América Latina dice que han dedicado 22 millones, solo la USAID. El señor Cason no quiere enterarse del asunto, pero de todas maneras después contaré cómo llega el dinero y cómo participa el gobierno, y presentaré los cheques y las nóminas en nuestro poder.

El 6 de abril, el periódico Sun Sentinel, de Florida, cuenta en un artículo cómo la organización contrarrevolucionaria Comandos F-4, un grupo violento, terrorista, ligado a planes de sabotaje, a incursiones armadas en Cuba, se entrena con armas pesadas –no dice con pistolas y cuchillos–, dice: «Se entrena con armas pesadas para realizar acciones armadas contra Cuba y para una posible invasión armada a ese país.»

Sun Sentinel califica a la organización terrorista como paramilitar y expone las declaraciones del jefe de esta organización, que de manera abierta declara la intención de eliminar mediante la fuerza militar y los métodos terroristas al Presidente cubano. Entrenan, tienen un campamento allí, situado en el sur de la Florida, y se sienten alentados en el nuevo momento de las relaciones para aumentar su accionar terrorista y violento contra Cuba. Eso es lo que ha estado sucediendo desde que el gobierno norteamericano, y especialmente en los últimos meses, ha decidido aumentar la escalada agresiva contra nuestro país.

Ahora bien, ¿qué ha hecho Cuba en ese período, qué hemos hecho nosotros, conscientes de que la mayoría del pueblo norteamericano no tiene una posición de hostilidad hacia Cuba; conscientes de que hay una corriente creciente en Estados Unidos de amistad, de simpatía hacia Cuba; sabiendo que la inmensa mayoría del pueblo norteamericano apoyó el regreso del niño cubano que se pretendió secuestrar en la Florida; animados, además, por un genuino sentimiento de respeto, de amistad hacia el pueblo de Estados Unidos?

Mientras todo esto ha ocurrido, nosotros, después del acto terrorista del 11 de septiembre, que Cuba condenó expresando sus condolencias al pueblo norteamericano, rechazando el terrorismo como práctica, brindando nuestro espacio aéreo, nuestros aeropuertos, brindando asistencia médica, instituciones cubanas para brindar atención a las víctimas del atentado; después que ofrecimos, además, medicamentos para luchar contra el ántrax en Estados Unidos -100 millones de tabletas ofrecimos producir, sin ganar por eso, al gobierno de Estados Unidos-, sin recibir prácticamente respuesta; disposición a entregar equipamiento médico desarrollado en el país, equipamiento científico que permitía en un momento realmente de terror en Estados Unidos contribuir a las investigaciones para enfrentar el ántrax; el 29 de noviembre del 2001 entregamos una nota al Jefe de la Oficina de Intereses norteamericanos en La Habana, presentando oficialmente los proyectos de acuerdos para colaborar, ambos países, en materia de lucha contra el narcotráfico, de lucha contra el terrorismo, y de colaboración para eliminar el contrabando de personas, la emigración ilegal, que habíamos ya en anteriores ocasiones presentado y que después hemos reiterado, recibiendo la negativa por respuesta.

¿Por qué al gobierno de Estados Unidos no le interesa colaborar con Cuba en materia de lucha contra el tráfico de droga, lucha contra la emigración ilegal, los secuestros de aviones y embarcaciones, el tráfico de personas o la lucha contra el terrorismo? ¿Por qué no le interesa? Son temas que interesan a la sociedad norteamericana.

El 20 de diciembre del 2001 aprobamos nuestra Ley contra actos de terrorismo, en la que establecimos penalidades para el que utilizara territorio cubano, incluso, para organizar actos o financiarlos contra otros países, incluso Estados Unidos.

Cuando se desatan las noticias sobre el virus del Nilo, ofrecimos al gobierno de Estados Unidos colaborar en la investigación científica. Mientras esto pasaba, ¿qué ocurría allí? Se acusaba a Cuba falsa e injustamente de ser un país que patrocina el terrorismo, de ser un país que tenía un programa para desarrollar armas biológicas y químicas, que tuvimos que desmentir en su momento; se pretendió boicotear la visita del presidente Carter a Cuba, con aquellas acusaciones coincidiendo con su visita a nuestro país.

Hemos mantenido, sin embargo, nuestra lucha contra el terrorismo, hemos condenado a traficantes de droga con duras penas, hemos combatido para que la droga no pase cerca de Cuba, para que no sea utilizado el territorio cubano para llevar droga a Estados Unidos. El pueblo norteamericano tiene que tener amplias muestras del sentimiento de respeto de Cuba, constatado con los cientos de agricultores norteamericanos que vinieron a Cuba, que han defendido su derecho; cuando precisamente estaban defendiendo sus derechos se han producido las compras de más de un millón de toneladas de alimentos en Estados Unidos, cerca de 250 millones de dólares, algo de interés para los agricultores norteamericanos.

Es decir, cuando todo eso ocurre y Cuba ha dado buenas pruebas, ha tenido gestos de buena voluntad, por otra parte ha estado toda esta política de hostigamiento y de provocaciones contra Cuba.

Ahora bien, debo hacer una breve cronología de los días precedentes a los procesos penales, que después explicaremos.

El 24 de febrero de este año, el Jefe de la Sección de Intereses norteamericana en La Habana, el señor Cason, en un acto organizado por él, con un grupo de estos mercenarios que, financiados y organizados por el gobierno de Estados Unidos, colaboran con la potencia que agrede a su país, en esa reunión el señor Cason hizo unas insólitas declaraciones, palabras no pronunciadas jamás por ningún diplomático en parte alguna en el mundo, ofensivas, violatorias de las normas elementales para el comportamiento de los diplomáticos, injerencistas, provocadoras, contra el gobierno y el pueblo de Cuba. Eso fue el 24 de febrero.

El 6 de marzo el Presidente del Consejo de Estado de Cuba, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en un discurso ante la Asamblea Nacional, dio debida respuesta a estas provocaciones, calificó estas palabras de «una provocación desvergonzada y desafiante» y sugirió que tal vez los numerosos funcionarios de los servicios de inteligencia norteamericanos que trabajan en la SINA podrían explicarle al señor Cason que «Cuba podía prescindir tranquilamente de la Sección de Intereses norteamericana en La Habana»; una advertencia, un claro mensaje de que debe parar sus provocaciones, de que debe atemperar su conducta, que está siendo realmente intolerable para las autoridades y la opinión pública en Cuba.

El 7 de marzo el Departamento de Estado confirma que hace nueve días están en celdas de castigo los cinco cubanos presos políticos en cárceles norteamericanas.

El 10 de marzo entregamos al señor Cason una nota diplomática, la nota 365, en la que respondemos a las declaraciones que ha hecho el 24 de febrero, le reclamamos una vez más cesar su conducta francamente provocadora, injerencista en Cuba, y le comunicamos decisiones que hemos tomado con relación a sus movimientos subversivos y violatorios de las leyes cubanas en nuestro país. Era lo que parecía ser nuestra última advertencia, nuestro último esfuerzo persuasivo sobre la conducta irresponsable y abiertamente provocadora del señor Cason.

El 12 de marzo, es decir, dos días después de nuestra nota, al parecer como respuesta a nuestra apelación, a nuestra nota diplomática, el señor Cason organiza una nueva reunión conspirativa en su propia residencia, en el lugar donde él vive, implantando ya un nuevo récord; ya no solo las oficinas las dio, sino su casa.

El 14 de marzo, dos días después, nuevamente organiza una nueva reunión –de manera desenfrenada, hay una evidente decisión de crear una colisión con las autoridades cubanas–, comienza a las 10:00 de la mañana, termina a las 5:00 de la tarde.

Nosotros hemos sido pacientes. Hago toda esta historia para probar que nosotros hemos sido pacientes, nosotros hemos sido tolerantes; pero, realmente, la decisión del señor Cason de convertir a la Sección de Intereses norteamericanos en La Habana y a su residencia en prácticamente el cuartel general de la subversión contra Cuba, lo cual trasmite a todos estos mercenarios un mensaje, y es el de creer que pueden contar con impunidad, que están protegidos por un aliado poderoso que los estimula, los financia, los organiza, los dirige, y creada esta situación, el señor Cason, aplicando hasta grados insospechados la política agresiva de su gobierno contra Cuba, nos ha obligado entonces a aplicar nuestras leyes, y hay que entender estos procesos judiciales como la actuación de Cuba cuando no le ha quedado otra alternativa ante el camino de confrontación y de provocaciones que el gobierno de Estados Unidos ha elegido para su relación con Cuba y en el cual ha jugado un papel protagónico el Jefe de su Sección diplomática en La Habana.

No se justificaba más ya nuestra paciencia; no se justificaba ya más nuestra tolerancia, las cosas habían llegado ya a un punto insostenible para nuestro país, que vive bajo la agresión, bajo el acoso, bajo el bloqueo y que tiene leyes para defenderse y ha hecho uso soberano de su legislación para proteger su soberanía, para castigar a los que cooperan con la potencia que intenta subvertir el orden en el país e intenta aplastar y quitar a los cubanos el derecho al disfrute de la independencia y de la libre determinación de su pueblo.

Nuestra paciencia fue agotada por el señor Cason con su actuación irresponsable. El es el principal responsable de lo que ha ocurrido. Por lo tanto, después de todo este recorrido, el 18 de marzo se toma la decisión de arrestar a un grupo de los mercenarios que habían estado en las reuniones con él los días 24 de diciembre, 12 de marzo y 14 de marzo. Fueron arrestados 32 mercenarios ese día.

Al día siguiente, 19 de marzo, fueron arrestados otros 33 mercenarios que habían estado participando y que han estado participando y recibiendo dinero y dando información distorsionada para que pueda ser aplicada la Ley Helms-Burton, para que pueda ser aplicado el bloqueo; que han contribuido a la política de Estados Unidos de condenar a Cuba en Ginebra para legitimar el bloqueo, para darle viso de credibilidad al bloqueo que la comunidad internacional rechaza. El propio día 19, en la noche, es secuestrado el avión DC-3, resultado de años de tolerancia, de estímulo a los secuestros de aeronaves, de recibir allí como héroes a los que cometían delitos violentos para emigrar ilegalmente hacia Estados Unidos.

Y me interesa subrayar esto, porque, cuando digo que ha sido el 18 y el 19 de marzo, dejo claro que esta decisión fue tomada y estos arrestos se produjeron antes del comienzo de la guerra en Iraq y antes de los secuestros de los dos aviones y de la lancha; fue antes cuando se produjo la decisión y se produjeron los arrestos como consecuencia de la situación insostenible en que habíamos sido puestos por las provocaciones y la actuación irresponsable del señor Cason.

Ahora, secuestrado el avión DC-3, llegados a Estados Unidos los secuestradores, confiscado el avión, filtrada la noticia en la prensa de que se disponían a otorgarles libertad condicional, libertad bajo fianza a los secuestradores –que, finalmente, al parecer, no se materializa, pero que se filtró a la prensa, y «cuando el río suena es porque piedras trae»–, todo eso generó nuevos estímulos, como alertamos nosotros, y nuevamente, entonces, el 31 de marzo, se produce el secuestro del AN-24; el 2 de abril entonces se produce el secuestro de la lancha. Curiosamente, en el secuestro de la lancha se produjo un cambio en el patrón de conducta que hasta ese momento tenían las autoridades norteamericanas, porque en virtud de los acuerdos migratorios ellos en el mar interceptaban las embarcaciones que estaban intentando llegar a Estados Unidos, paraban las embarcaciones y tenían el compromiso de devolver a Cuba a los que estaban intentando llegar ilegalmente. No los devolvían a todos, entre un 10% y un 12% de los interceptados finalmente los llevaban para Estados Unidos, utilizando uno u otro pretexto; pero, bueno, cerca del 90% retornaban.

El día de la lancha ellos expresaron que no, que no se disponían a actuar en ese caso como había sido siempre, y nosotros entonces actuamos y resolvimos el problema. Es decir, ha habido una cadena, además, de secuestros de aeronaves, intento de utilizar la emigración ilegal para desestabilizar al país, para crear en Cuba una situación realmente compleja, y entonces el 3 de abril comienzan los juicios.

Ahora que he hablado del tema migratorio, quiero poner aquí un dato que me parece importante por lo que voy a decir. Quiero decir que consideramos que el crecimiento de los secuestros –ya dije que siete secuestros en siete meses–, utilizando armas de fuego, armas blancas, violencia contra los pasajeros, granadas, nuestra opinión es que esos secuestros, esos planes continuos de secuestros, de emigración ilegal hacia Estados Unidos, obedecen realmente a un plan consciente para estimular las salidas ilegales de Cuba, para estimular la comisión de actos de terrorismo en barcos, en aeronaves que vuelan hacia y desde Cuba; para estimular el secuestro de embarcaciones, el secuestro de aviones cubanos, para crear las condiciones que permitan dar al traste con el acuerdo migratorio.

Creemos que hay un plan consciente cuya meta final es dar al traste con los acuerdos migratorios que han venido funcionando entre ambos países por una década casi y cumplir el gran sueño de los grupos extremistas de origen cubano, de la mafia terrorista de origen cubano que vive en la Florida, que siempre se opuso a esos acuerdos y que han presionado continuamente al gobierno de Estados Unidos para que rompa estos acuerdos.

Vale la pena ahora glosar brevemente el texto y los compromisos de este acuerdo. Este es el Comunicado Conjunto del 9 de septiembre de 1994, firmado por ambos gobiernos, y dice que «a los migrantes rescatados en el mar y que intenten ingresar a los Estados Unidos no se les permitirá entrar en los Estados Unidos»; que dice que «ambos países se comprometieron a cooperar para tomar acciones oportunas y efectivas para impedir el transporte ilícito de personas con destino a los Estados Unidos» –eso está firmado–; que dice que «los dos gobiernos tomarán medidas efectivas para oponerse e impedir el uso de la violencia por parte de toda persona que intente llegar o que llega a los Estados Unidos desde Cuba, mediante el desvío forzoso de aeronaves y embarcaciones» –esto es compromiso firmado por el gobierno de Estados Unidos–; que dice que «los Estados Unidos aseguran que la migración legal a los Estados Unidos desde Cuba será de un mínimo de 20.000 cubanos cada año».

Me voy a detener aquí en la gráfica que les estoy presentado: un mínimo de 20.000 cubanos al año es el compromiso del gobierno de Estados Unidos de darles visas para que emigren, sin contar a los parientes inmediatos de ciudadanos norteamericanos, sin contar eso, no menos de 20.000. Esta gráfica presenta el comportamiento, transcurridos cinco meses del noveno año del acuerdo. Cada año del acuerdo comienza el 1º de octubre. Entre el 1º de octubre y el 28 de febrero, en esos primeros cinco meses del acuerdo del año en que estamos, en el que Estados Unidos debe dar no menos de 20.000 visas, transcurridos cinco meses, han dado 505 visas; el año anterior habían sido 7.237; en el 2001 habían sido más de 8.300; en el 2000, 10.860; en 1999, por esta época, ya habían recibido visas y estaban emigrando a Estados Unidos, transcurridos cinco meses, casi 11.600 cubanos.

¿Qué significa esta reducción abrupta de las visas en franca violación del Acuerdo Migratorio? ¿Por qué el gobierno de Estados Unidos no está cumpliendo con el compromiso? ¿Por qué transcurridos cinco meses no está ya en un entorno cercano a los 10.000 cubanos con visas y ha dado apenas el 2,5% de las visas acordadas?

Ya en el año anterior hubo una violación, en el año 2002 ya no fueron 20.000 visas. Hubo casi 2.000 visas que no se dieron, se entregaron un poco más de 18.000 visas, ya era un incumplimiento, el año anterior, que concluyó el 30 de septiembre.

Pero, bueno, del 1º de octubre hacia acá, miren la curva. [señala gráfica.] ¿Ante qué estamos, ante un plan deliberado para que se desesperen los que quieren emigrar, para que no tengan otra alternativa que la emigración ilegal? ¿Por qué no se cumple? ¿Por qué la Sección de Intereses, con el amplísimo aparato consular que tiene trabajando en La Habana, con todas las facilidades, ha dado apenas 505 visas? En el mes de marzo es la misma situación, transcurridos ya seis meses. Así que, de mantenerse el ritmo actual, habrá una flagrante violación del Acuerdo Migratorio, que obliga al gobierno de Estados Unidos a dar, al menos, 20.000 visas, y se está constatando la ejecución de un plan premeditado para estimular la emigración ilegal, para no dejarles otra opción a los que quieran emigrar de Cuba –y que nosotros queremos que sea de manera legal y ordenada–, que el secuestro de barcos, el secuestro de aviones.

Hay gente interesada en dar al traste con los acuerdos migratorios. Hay una lista de gente que nosotros conocemos bien, que quisiera que no hubiera acuerdos migratorios, que quieren crear un incidente entre Cuba y Estados Unidos, que reclaman al gobierno de Estados Unidos la agresión contra Cuba. Por tanto, creo que es la oportunidad propicia para alertar de este nuevo escenario de provocación y confrontación. El 2 de mayo de 1995 ambos gobiernos emitieron una Declaración Conjunta, que se agrega al comunicado anterior, que dice:

«A partir de este mismo momento, los emigrantes cubanos que sean interceptados en alta mar por Estados Unidos serán devueltos a Cuba. Ambas partes reafirman su compromiso conjunto de tomar medidas para impedir las salidas peligrosas de Cuba, que puedan significar un riesgo de pérdidas de vidas humanas y de oponerse a los actos de violencia asociados a la emigración ilegal.»

Ese es el acuerdo vigente entre nuestros países, y nosotros vemos, peligrosamente, cómo se incumple el Acuerdo Migratorio y se da un número realmente mínimo de visas para emigrar legalmente de Cuba.

Ahora bien, voy a informar sobre los procesos penales, vistos todos estos antecedentes y explicado las causas que han propiciado y las condiciones que nos han llevado a este punto.

Se celebraron 29 juicios en Cuba, prácticamente en todas las provincias del país. Fueron acusados 75 personas, 74 de ellos hombres, y se han impuesto por los tribunales correspondientes sanciones entre 6 y 28 años de privación de libertad. Por tanto, es falso que haya habido sanciones de penas de muerte; es falso que haya habido sanciones, en estos casos, de cadena perpetua, previstas en la ley, y debo decir que las conductas de algunos de estos acusados los hacían acreedores de sanciones de naturaleza mayor, incluso, de las que recibieron, como se prevé también en las legislaciones del mundo entero.

Los procesos penales se instruyeron con carácter sumario en virtud de la Ley No. 5 de 1977, Ley de Procedimiento Penal. Y aquí quiero hacer una acotación. El juicio sumario es una institución que no es, ni mucho menos, creación de Cuba y, mucho menos, solo empleada en Cuba. Está prácticamente en las legislaciones de más de 100 países en el mundo, incluido Estados Unidos, y llegó a Cuba, realmente, traída por el gobierno colonial español. El juicio sumario en Cuba no surgió en la Revolución, data de la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1888, así que los que trajeron a Cuba esto fueron los colonizadores españoles, el gobierno colonial español. La Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1888 estuvo vigente en Cuba, como la ley de procedimiento, hasta el año 1973 en que fueron adoptadas nuevas regulaciones que tomaban mucho de ella. Como el Código de Comercio de Cuba de hoy, es todavía el español de la colonia. Y el juicio sumario fue utilizado por el gobierno militar interventor norteamericano desde 1900 hasta 1902. Así que nosotros hemos heredado esta institución que, además, es de uso universal.

Juicio sumario que significa: Potestad del Presidente del Tribunal Supremo para acortar los plazos de ejecución del juicio; pero, en ningún caso, limitación de las garantías. Por tanto, rechazo la idea de que un juicio sumario es un juicio sin garantías, o de que un juicio sumario sea una institución creada por Cuba. En la pseudorepública, durante las tiranías sangrientas de Machado, de Batista, que los gobiernos de Estados Unidos apoyaron y financiaron, le dieron apoyo militar y político, existieron también los procesos sumarios, pero no fue la única medida, porque se acudió a soluciones más expeditas, como el asesinato, la desaparición y el crimen contra los opositores.

En América Latina las dictaduras militares, apoyadas por Estados Unidos, que desaparecieron y asesinaron a cientos de miles de personas, utilizaron también procedimientos más expeditos, como el asesinato, la desaparición de lo que en ningún caso se puede imputar a la Revolución Cubana. No se puede presentar, ni se podrá, el nombre de un desaparecido en Cuba, el nombre de un asesinado, el nombre de un arrestado en la madrugada, encapuchado, que nunca más apareció, y de esas listas en América Latina hoy quedan sin resolver cientos de miles de casos. No se puede imputar nada similar a Cuba. Como no se nos pueden imputar nuevas modalidades de la legislación norteamericana, como los Tribunales Militares Secretos.

Por tanto, sostengo que ha habido respeto absoluto al debido proceso y a las garantías para todos los acusados, en virtud de la legislación cubana y en virtud de principios generalmente reconocidos y aceptados en el mundo. Los voy a citar, los seis casos que voy a poner.

Primero, todos los acusados conocieron los cargos que se les imputaban y tuvieron oportunidad de alegar sobre ellos antes de la celebración del juicio; de alegar todo lo que consideraron pertinente. No se enteraron en los juicios, es falso; fueron informados previamente y se les dio oportunidad, como a todo acusado en Cuba, a dar su opinión, sus elementos sobre la acusación.

Segundo, todos los acusados ejercieron el derecho de contar con una representación letrada, con abogado defensor que, según la legislación cubana, puede ser designado por el acusado o, en su defecto, el tribunal lo sitúa de oficio. Voy a aclarar que participaron 54 abogados defensores en los 29 juicios; algunos abogados tuvieron más de un defendido. Participaron 54: 44 de ellos designados por los acusados y sus familias. Rechazo la idea de que alguno de los acusados pudo no tener apropiada defensa en el juicio, es falso. Mienten los que han dicho eso. De los 54 abogados defensores, 44, el 80%, fueron designados por los acusados; 10 fueron situados como abogados de oficio por los tribunales.

Tercero, todos los acusados ejercieron su derecho de ser escuchados en juicio por tribunales previamente constituidos. No se creó ningún tribunal especial ad hoc para juzgarlos. No han ido a una corte militar formada de urgencia, es falso. Han ido a tribunales provinciales, previamente establecidos, según establece nuestra Ley, y por jueces que habían sido nombrados antes de las acusaciones, jueces que ya existían y trabajaban en esos tribunales. No ha habido tampoco nombramiento de jueces de urgencia ni tribunales creados específicamente, y es falso eso. Por tanto, todos han ejercido su derecho de ser escuchados por tribunales y jueces preexistentes en vista oral, cada uno; ha habido una vista oral donde ha intervenido el acusado, donde ha ejercido su derecho de volver a intervenir, al final, donde ha respondido preguntas de la defensa y de la fiscalía, donde han ido testigos, peritos; donde los abogados de la defensa interrogaron a testigos, peritos. Ha habido una vista oral, porque nuestra ley no permite la decisión de un tribunal, como la legislación norteamericana y de otros países, sin vista oral, en la que si el acusado se decreta culpable o llega a un arreglo, ya puede dictarse sentencia. Aquí en Cuba es obligatorio una vista oral, y la hubo. Es decir que no ha habido nadie juzgado a través de papeles o sin oír su opinión y sus declaraciones y las de sus abogados.

La vista, además de oral, ha sido pública. Rechazo la idea de juicios secretos. Participaron un promedio de 100 personas por juicio. Han participado casi 3.000 personas en los juicios, básicamente familiares, además de testigos, peritos –cientos de testigos, peritos–, y, en promedio, unas 100 personas por juicio, casi 3.000 en los 29 juicios. Por tanto, rechazo la idea de los acusados sometidos a un juicio en un lugar sin garantías y sin nadie presente, es falsa esa información.

La vista, además de ser oral y pública... Y ahora aquí debo aclarar lo siguiente: Se ha dicho: «Los diplomáticos extranjeros acreditados en La Habana» –algunos diplomáticos extranjeros que manifestaron interés, debo decir de una minoría de países, de un pequeño número de países, interesados, no sé por qué, en estas cuestiones de manera especial– «no estuvieron presentes en los juicios», se ha dicho eso como un ejemplo de falta de garantías.

¿Quién ha dicho que un diplomático extranjero tiene derecho a ir a un juicio donde no es juzgado un nacional de su país? Si hubiera habido un nacional de su país no se hubiera hecho el juicio sin la presencia del representante diplomático. Así ocurre en Cuba en los casos en que tenemos que juzgar en nuestro país a extranjeros porque han cometido delitos en Cuba, tráfico de droga, delitos de terrorismo y otros delitos, siempre está el acceso y la representación diplomática y consular del país de procedencia.

¿Por qué tiene que ir un diplomático extranjero a un juicio donde se juzgan cubanos, por un tribunal cubano, acusadores cubanos, abogados defensores cubanos y parientes cubanos? ¿Qué labor tiene que hacer allí de supervisión? El que quiera información puede pedirla a la Cancillería y nosotros decidiremos qué información ofrecemos. Nosotros no tenemos que conceder un derecho especial que no recibimos. Los tribunales tienen competencia para decidir quién viene y quién no viene.

Quiero aclarar que no hemos violado una prerrogativa de algunos diplomáticos extranjeros en La Habana; los diplomáticos extranjeros no tienen por qué estar en un juicio donde no es juzgado un nacional de su país. Los tribunales correspondientes decidieron que no hubiera acceso a la prensa, es su prerrogativa, que nosotros respetamos; decidieron, por razones de seguridad, organizativas, de evitar cualquier tipo de incidente, limitar el acceso también a cientos de miles y millones de revolucionarios que, indignados por la actitud antipatriótica y mercenaria de estos individuos, hubieran querido estar en los juicios y tampoco han estado. Y los juicios se han celebrado con todas las garantías para la integridad física y moral de los acusados y con el debido orden y respeto a sus familiares y a todos los participantes. Insisto en que han sido vistas orales, públicas y contradictorias, principio del derecho que establece la actuación de la defensa, la opinión en contra. Por tanto, rechazo la idea de un juicio en el que no ha habido esas garantías.

Cuarto, todos los acusados y sus defensores han ejercido el derecho de aportar las pruebas a su favor que consideraron, además de las presentadas por la instrucción policial, por la fiscalía; de presentar sus testigos, los abogados defensores presentaron 28 testigos, presentados por la defensa, que no habían sido previamente presentados por la fiscalía, de los cuales 22, la inmensa mayoría, fueron autorizados en el momento por los tribunales a actuar como testigos. Todos los abogados defensores tuvieron acceso previo al expediente de la acusación. No ocurrió aquí como a los abogados defensores de los cinco cubanos injustamente condenados en Miami, que todavía hoy, transcurrido todo este tiempo desde el juicio, no han podido acceder al 80% de la documentación presentada por la fiscalía, porque el gobierno de Estados Unidos la declaró secreta. Eso no ha ocurrido aquí.

No ha ocurrido aquí que los acusados, para preparar sus alegatos, como ocurrió a los cinco cubanos en Miami, no hayan podido leer de qué se les acusa. Eso no ocurrió, como no ocurrió tampoco que los abogados defensores tengan que intervenir sin conocer el 80% de las páginas de la acusación fiscal. No ocurrió eso. Como tampoco ha sido sometida al confinamiento solitario en celdas de castigo ninguna de estas personas acusadas en Cuba, para impedir que se preparan para el juicio.

Quinto, todos tienen derecho, y así les fue notificado en el juicio, de recurrir las sentencias ante un tribunal superior al que fueron condenados, en este caso ante el Tribunal Supremo, es un derecho que les asiste y que la legislación cubana respeta escrupulosamente.

Y sexto –dije que iba a citar seis argumentos–, ha habido el más transparente y escrupuloso respeto a la seguridad física, a la integridad física y moral de cada uno de los acusados en todas las etapas del proceso, no hay aquí la más mínima evidencia, la más mínima sospecha, no se nos puede imputar el empleo de la coacción, o de la presión o de la amenaza, o del chantaje, porque tenemos ética, porque creemos en valores y eso es lo que nos ha permitido llegar hasta aquí y nuestro pueblo lo sabe.

Sobre este tema voy a presentar la opinión de uno de los acusados en un juicio de ayer, sobre este asunto de las garantías. [se ofrece un video.]

«Presidente del Tribunal –...declarar o abstenerse de hacerlo, ¿desea declarar?
Acusado –Sí deseo declarar.
Presidente del Tribunal –¿Libremente?
Acusado –Libremente.
Presidente del Tribunal –Lo escuchamos.
Acusado –Yo sugiero que me hagan las preguntas, igual que a Miguel, que el tribunal me haga las preguntas.
Presidente del Tribunal –Es libremente, desea... Entonces le refiero lo mismo, que si hay alguna pregunta que no desee responder se lo comunique a los miembros del tribunal, es un derecho que usted tiene.
Acusado –Yo quiero significar aquí, delante de este tribunal, el trato correcto que nos han dado las autoridades de la Seguridad del Estado dentro del órgano de instrucción, que ha sido un trato justo, que no hemos sido vejados, no hemos sido maltratados en ningún momento.
Tenemos que significar que el trato dado tanto por los oficiales, por el alto mando de Villamarista y por todo el personal dentro, tanto carceleros como todo el personal de servicio, ha sido el mejor con nosotros, o por lo menos con mi persona; tengo que decirlo así, porque, bueno, yo no tengo contacto con los demás acusados. Y agradecer que ese trato ha sido correcto, que hemos tenido una atención médica esmerada tres veces al día y que ante cualquier circunstancia de dolor, de cualquier problema de salud han estado los médicos en la celda, han estado ahí al pie de nosotros, y si presión alta, que si la pastilla a su hora, que si hay un dolor por aquí, un dolor de muela, cualquier cosa, el órgano de instrucción ha estado perennemente con nosotros.
Nos han accedido a la visita de nuestros familiares, dentro de 15, 20, 25 minutos nos han dado para ver a nuestros familiares, eso lo agradecemos, o por lo menos yo lo agradezco, tengo que decirlo así; que la visita con nuestros familiares ha sido abierta, delante del instructor, pero, bueno, ha sido abierta, que se nos ha dejado conversar ampliamente; bueno, en fin, el contacto con nuestros abogados defensores también ha sido amplio, nos han dado todo el tiempo del mundo para comunicarnos con ellos.
Bueno, dejar claro aquí que falsos rumores que pueda haber sobre ese tipo de conducta por parte de las autoridades de instrucción policial en Villamarista son falsos rumores, que no se puede decir que ahí se maltrata a nadie, que allí se veja a nadie y que allí se reprime a nadie.»

Debo agregar a lo visto aquí, algunas clarificaciones. Aquí debo dar este dato: Hay 37 acusados que supuestamente han ejercido como «periodistas independientes». He visto publicaciones que hablan de que hemos arrestado a los principales periodistas cubanos, que hemos arrestado a la intelectualidad cubana. Eso es un despropósito singular, una superficialidad al referirse a este tema, que me impresiona.

De los 37 acusados que durante años han proclamado ser «periodistas independientes», mientras ejercían su labor como agentes del gobierno de Estados Unidos en Cuba, realmente estudiaron periodismo y fueron periodistas alguna vez, 4, ¿está claro?, 4 de los 37; y en Cuba no existe la carrera de técnico medio en periodismo, ¿está claro?, ni en ningún lugar del mundo. Son 4 los que hicieron estudios de periodismo en alguna universidad y trabajaron alguna vez de periodistas, 4 de los 37. De los 37 hicieron estudios universitarios de algún tipo, 14, contando estos 4, ¿está claro?, para que ustedes, por favor, me ayuden a aclararles a los que evidentemente han tenido mala información, en ningún caso mala fe.

Por favor, ayúdennos a decirles que en Cuba, además de los 157 corresponsales que trabajan para medios extranjeros –algunos ciudadanos de otros países, otros cubanos, 157, ustedes, una parte importante está aquí–, en Cuba trabajan como periodistas, con título de Licenciados en Periodismo, expedidos por nuestras universidades, después de cinco años, muchos con posgrados en otras instituciones, universidades en el mundo, 2.175 periodistas. Por favor, aclaren que los periodistas son ustedes, y ellos, los 2.175 periodistas cubanos que trabajan hoy en 548 medios de prensa cubanos –¡quinientos cuarenta y ocho!–: radiales, televisivos, impresos, de los cuales 237 tienen versiones digitales. Esa es la prensa cubana; no los mercenarios que publican en el Miami Herald lo que sus patrones les orientan, como veremos después; porque les tenemos más noticias, ¿está claro?

Entonces, por favor, a ver si se abre paso la idea de que había 4 que habían sido alguna vez periodistas en su vida, de los 37, y que son 14 los que alguna vez pusieron el pie en una universidad; y que aquí hay más de 2.000 periodistas cubanos y 157 periodistas extranjeros que tienen título, que han trabajado como periodistas, que tienen una labor reconocida, que por favor no nos ofendan a nuestro gremio y a ustedes, cuyo trabajo apreciamos y respetamos, y que hacen una labor profesional y un trabajo de información y ejercen un importante papel social que nosotros reconocemos y apoyamos. Pero, bueno, llamarles periodistas a los mercenarios que participan en la conspiración para subvertir a Cuba, es una cosa que ofende nuestra sensibilidad.

Debo decir, por otra parte, que solo economistas y contadores hay en Cuba más de 60.000. La idea de que los principales economistas cubanos han sido acusados, me parece que ofende nuestra inteligencia. Hay más de 60.000, ninguno estaba ahí, ¿está claro?, más de 60.000.

Hay más de 700.000 graduados universitarios en Cuba. Cuando veo a algunas personalidades decir que lo mejor de la intelectualidad cubana ha sido acusado, realmente pienso en nuestros compañeros, en nuestras glorias de la danza, de la música, de las letras, de la poesía, de la pintura, de la actuación, nuestras personalidades del periodismo, nuestros escritores. Me parece que desconocer de esa manera y reducir la intelectualidad cubana a este grupo de personas, porque entre ellos haya algunos graduados universitarios, algunos intelectuales, algunas personas que ejercieron como periodista alguna vez, me parece que realmente es una ofensa al esfuerzo que hemos hecho en pos de la educación de nuestro pueblo y de la cultura.

Por tanto, ayúdennos a aclarar eso, que todos los graduados universitarios de Cuba no fueron llevados a juicio, que en Cuba hay más de 700.000. Y lo digo sin molestarnos, por supuesto, ¿no?, no es que nosotros nos dejemos agotar la paciencia, provocar por esas declaraciones, pero nos parece que la verdad debe ser dicha con honestidad, independientemente de las posiciones o los juicios que se tengan sobre Cuba.

Por último, sobre este tema quiero decir que se han utilizado por la fiscalía los siguientes artículos de la legislación cubana, de leyes previamente sancionadas en Cuba. Aquí no hay nadie siendo juzgado por una ley posterior a su acusación. Aquí hay un estado de derecho, aquí hay un país con instituciones que se respetan y ejercen su trabajo.

Se ha aplicado el Artículo 91, del Código Penal cubano, Ley 62 de 1987, que venía, a su vez, del Código Penal español. Este artículo está en la legislación penal cubana desde que Cuba era colonia de España, y está casi con estas letras en el Código Penal norteamericano. Dice: «Actos contra la independencia o la integridad territorial del Estado. El que en interés de un Estado extranjero ejecute un hecho con el objetivo de que sufra detrimento la independencia del Estado cubano, o la integridad de su territorio, incurre en sanción de privación de libertad de 10 años a 20, o muerte.»

Viene así desde el Código de Defensa Social de 1936 en Cuba, que venía a su vez del español. ¿Está claro? Nosotros consideramos y los fiscales consideran y el pueblo de Cuba considera que el que recibe dinero de una potencia extranjera, apoya el bloqueo, contribuye a difundir información tendenciosa que justifica el bloqueo; comete actos al servicio de una potencia extranjera el que da información para que se aplique la Ley Helms-Burton, y, por tanto, nuestras leyes deben servirnos para defendernos de estas conductas. ¿No lo habíamos hecho antes? Es cierto. Hemos tenido paciencia, como ya expliqué, hemos sido tolerantes; pero hemos sido obligados a defendernos.

Por otro lado, se han aplicado varios artículos de la Ley nº 88 de Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba, la ley antídoto de Cuba cuando se proclamó la Ley Helms-Burton. Y Cuba no fue el único Estado que proclamó que era delito en su territorio colaborar con la Ley Helms-Burton, obedecerla; Canadá lo hizo Ley. En Canadá es delito colaborar o plegarse a la Ley Helms-Burton. La Unión Europea adoptó un reglamento, y en otro grupo de países, en México, en Argentina, se adoptaron leyes que castigan como delito colaborar con la Ley Helms-Burton o plegarse a ella. Es delito en estos países cumplir con la Ley Helms-Burton, como una ley antídoto, como una medida de legítima defensa al carácter extraterritorial de la ley. ¿Cómo nosotros no íbamos a tener una ley para protegernos de eso?, y esa ley ha sido invocada.

Se ha dicho que estos son presos de conciencia, que han sido acusados por pensar o por hablar, lo cual rechazo categóricamente. Aquí han sido juzgados hechos y conductas tipificados como delitos en la Ley, en ningún caso ideas. Las batallas de pensamiento las ganamos a pensamiento, como decía José Martí, y somos muy fuertes en nuestras ideas. Castigamos hechos y conductas. Aquí tengo artículos de la Ley nº 88 de Protección de la Independencia Nacional y de la Economía:

«Artículo 5.1. El que busque información para ser utilizada en la aplicación de la Ley Helms-Burton, el bloqueo y la guerra económica contra nuestro pueblo, encaminado a quebrantar el orden interno, desestabilizar el país y liquidar el Estado socialista y la independencia de Cuba, incurre en sanción de privación de libertad.
Artículo 6.1. El que acumule, reproduzca, difunda material de carácter subversivo del gobierno de Estados Unidos de América, sus agencias, dependencias representantes, funcionarios o de cualquier entidad extranjera para apoyar los objetivos de la Ley Helms-Burton, el bloqueo y la guerra, incurre...»

Se ha dicho que son presos porque tenían en la casa libros de Mark Twain, por tener en la casa Aventuras de Tom Sawyer, la Biblia. Ofende nuestra sensibilidad y ofende la verdad esa acusación. ¿Por qué no va a ser delito en Cuba difundir propaganda del gobierno de Estados Unidos, manuales para la subversión interna, textos que hablan a favor de mantener el bloqueo contra Cuba? ¿Por qué nosotros no podemos defendernos del bloqueo más prolongado que ha existido en la historia? ¿Por qué? Nuestro país tiene derecho, en virtud de la Carta de Naciones Unidas, a defender su derecho a la libre determinación, a escoger su sistema, y tiene potestad para prever en sus leyes como delitos las conductas y los hechos que colaboren a la agresión contra el país, que se financia desde el exterior, y, por lo tanto, sí es delito. No asesinamos por esto, no torturamos por esto, pero sí penalizamos, y nuestro pueblo nos reclama energía en defender la Revolución, y tenemos una opinión pública que ve como se confiscan las aeronaves y los barcos que llegan allí; que ve como actúan impunemente en Florida los grupos que se preparan con armas pesadas para atacar al país; que han tenido que poner los muertos de décadas de asesinatos, de actos terroristas. ¿Por qué nosotros no vamos a defendernos?

Invoco aquí nuestro derecho a la legítima defensa consagrado en la Carta de Naciones Unidas, y nosotros estamos siendo agredidos con una guerra económica, política, propagandística. El que colabora aquí dentro de Cuba con esos objetivos, tiene que saber que incurre en un delito. «Artículo 7. El que con el propósito de lograr los objetivos de la Ley Helms-Burton» –que, como ya vimos, prevé el dinero para financiar la subversión– «apoyare el bloqueo y la guerra económica, colabore por cualquier vía con emisoras de radio o televisión, periódicos, revistas u otros medios de difusión extranjeros...» Y no nos referimos nunca aquí a los corresponsales extranjeros, la propia ley lo dice, pero sabemos que estos son supuestos periodistas que son financiados, a los que les dicen qué cosas tienen que escribir, los que reclaman a la Unión Europea que Cuba no sea aceptada en el Convenio de Cotonú, como si eso fuera importante para Cuba –y después me voy a referir a eso–, como si se pudiera presionar a Cuba, que ha resistido 40 años de bloqueo sin doblegarse con tal o cual medida. Y estos son los que lo han declarado, lo han escrito; los que han pedido la condena de Cuba en la Comisión de Derechos Humanos, que es con la que se justifica el bloqueo; los que han pedido que no se levante el bloqueo, porque dicen que «todavía las condiciones no están maduras»; los que, por otra parte, reciben dinero para hacer eso y viven, y viven bien de eso, y lo vamos a ver después.

Entonces, se han aplicado esos artículos de la Ley de Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba, Ley nº 88, y el Código Penal cubano. Por otro lado, se ha aportado amplísima prueba, material probatorio de peritos, de testigos. Por ejemplo, peritos del Banco Central de Cuba demostraron a uno de los tribunales cómo el dinero fluye desde el gobierno y las agencias de Estados Unidos hasta sus agentes en Cuba. Está clara ya la ruta del dinero sucio, se sabe cómo viene: gobierno de Estados Unidos-agencias fachadas, ONG y grupos e institutos en Estados Unidos, y de ahí a Cuba, de contrabando, bajo el manto de remesas familiares, se sabe en detalle. Este es el dinero público de la USAID, no estamos hablando aquí del dinero de los servicios especiales, el dinero que entrega directamente aquí la Oficina de Intereses y todo eso. Después de haber dado estos datos, me queda informarles ahora algunas otras cosas muy interesantes.

El papel principal en la formación, en la creación de estos grupos, en la dirección de estos grupos, en el financiamiento de estos grupos, en la estimulación y la protección a estos grupos mercenarios en Cuba lo tiene el gobierno de Estados Unidos. Es la Sección de Intereses norteamericanos en La Habana, y ha quedado probado en los juicios, con amplitud, quién crea, dirige, financia, estimula, protege la creación y el trabajo subversivo de sus agentes en Cuba. ¿Lo hace en virtud de qué? En virtud del cumplimiento de la Ley Helms-Burton.

«Sección 109: Autorización del apoyo» –dice– «a los grupos democráticos y de derechos humanos.» «Sección dedicada: Se autoriza al Presidente a prestar asistencia» –es decir, dinero; dinero del contribuyente norteamericano– «y otros tipos de apoyo a personas y a organizaciones en Cuba...»

Sección 115 de la Ley Helms-Burton: «Repercusión de esta ley sobre las actividades lícitas» –miren qué curioso– «del gobierno de Estados Unidos. Nada de lo dispuesto en la presente ley» –es decir, nada de lo dicho aquí, que el gobierno y el presidente tienen que apoyar a través de la USAID– «prohíbe ninguna de las actividades de investigación» –miren ahora qué nombres más interesantes–, «protección o inteligencia jurídicamente autorizadas de un organismo encargado de hacer cumplir la ley o de un organismo de inteligencia de los Estados Unidos.»

Para que no vaya a haber confusión y se crea que ahora la única manera de darle dinero y organizar en Cuba es a través de la vía legal, el legislador, el senador Helms, el congresista Burton, se aseguraron en el texto de que quedara claro que aquello no tiene nada que ver con lo otro, de todas maneras hay que seguir por la vía secreta de los organismos de inteligencia dándole dinero, financiando y todo eso. Eso es lo que se está ejecutando en Cuba. Se pretende presentar esto como un movimiento autóctono surgido de Cuba, la «sociedad civil» –le llaman– en Cuba, ignorando a las más de 2.000 organizaciones no gubernamentales y asociaciones cubanas, que incluyen desde asociaciones de chef de cocina, hasta organizaciones femeninas, grupos ecologistas, centros de estudio, organizaciones de jóvenes, de estudiantes, sobre las más diversas materias de la actividad social y económica del país, insultando realmente a todas estas organizaciones y a sus decenas, cientos de miles y en algunos casos millones de miembros.

¿Qué se está haciendo aquí? Presentando como el surgimiento de un movimiento opositor en Cuba un intento de oposición fabricado y financiado desde el exterior, en cumplimiento de la Ley Helms-Burton. Nosotros, que hemos tenido que defender la Revolución más de 40 años y que cuando el señor Cason declara en Miami: «El futuro de los cubanos es un asunto de los cubanos, nosotros queremos que ellos, los de adentro y los de afuera» –pensando como piensan los batistianos, que vendrán aquí a reclamar la riqueza que le robaron al pueblo y que la Revolución nacionalizó–, «sean ellos los que se pongan de acuerdo.»

Nos acordamos que eso mismo les dijeron a los patriotas que luchaban por la independencia de Cuba y declararon que «Cuba debía ser de hecho y de derecho libre», por resolución del Congreso, y después el país fue ocupado militarmente y se le impuso la Enmienda Platt y se le robaron sus recursos naturales.

Recordamos, cuando oímos al señor Cason, que también se dice ahora que «el futuro de los iraquíes corresponde a los iraquíes», imagino, incluso, la administración de los pozos petroleros y los nuevos contratos. Nosotros nos hemos curtido en la defensa de nuestra soberanía y no nos creemos «los cuentos de camino», y sabemos que se fabrica la subversión desde el exterior, que se intenta crear una quinta columna aquí, y ejercemos nuestro derecho soberano a enfrentarla legalmente y respetando las leyes y la ética; nunca apelando a métodos de secuestros, de asesinatos; jamás creando un escuadrón de la muerte, jamás violando la integridad física y moral de las personas.

Ahora, he dicho que la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana crea los grupos disidentes, los organiza, y lo sostengo. Aquí está una de las fotos presentadas en uno de los juicios. Fueron presentadas cientos de fotos. Aquí aparece el señor Cason en el momento en que él –un diplomático extranjero acreditado en La Habana– funda la rama juvenil del Partido Liberal Cubano, cosa increíble, fundador de un partido en Cuba. Fundar un partido en Cuba un ciudadano extranjero, me parece..., y no hay legislación en el mundo que permita que ciudadanos extranjeros formen partidos dentro del país. Bueno, aquí está, retratado en la foto de ocasión, en el momento en que fundaba la rama, es decir, no solo el partido, sino ahora estaba creando la rama juvenil, o sea, el relevo, los que tratarán de derrocar la Revolución en el 2080 ó 2091. Por lo que se ve, la guerra será larga.

Aquí está la reunión, el momento en que el comité organizador –son cuatro personas–, los cuatro miembros de esa nueva agrupación, fundan; o sea, aquí está reunido con el pleno del nuevo movimiento, una asamblea, están los cuatro y está el señor Cason ahí, elegante. Se ve en la mesa ahí, bandejas de jamón, vasos ahí, hubo seguro su «cosita mezclada», ¿no?, para refrescar. Ahí está. La Sección de Intereses Norteamericanos crea en Cuba estos grupos. Lo sostengo y ha sido probado en los juicios.

Repito que no confundo para nada la actuación del gobierno, de algunos de sus agentes, de un diplomático norteamericano en La Habana; no confundo eso con la actitud del pueblo norteamericano hacia Cuba, y distingo muy bien, y ninguno de nosotros ha sido «picado» por un virus antinorteamericano, no nos hemos educado en los odios ni en el chovinismo, y defendemos nuestro derecho a la independencia y nuestra patria con el mismo fervor con que somos solidarios con el mundo y respetuosos con todos los pueblos, incluido el pueblo norteamericano.

Aquí tengo otra pieza interesante: «Pases para libre acceso», acceso abierto a cualquier hora del día y de la noche a algunos de estos mercenarios para entrar a la Sección de Intereses Norteamericanos en La Habana solo presentándolos. Los cubanos no podemos entrar allí, porque, bueno, ahí hay mecanismos de protección; además, es cada vez más difícil para los cubanos entrar allí: huellas dactilares, registro, cacheo. Bueno, hay algunos que no pasan por eso, tienen –como vemos aquí–: Pase Abierto del señor Oscar Elías Biscet, a cualquier hora del día y de la noche; Pase Abierto del señor Héctor Palacios.

Las nuevas restricciones impuestas por la Oficina de Seguridad de la Patria, que han reforzado las medidas de protección en los inmuebles oficiales norteamericanos, que ha hecho más difícil penetrar la frontera –es lógico, reacción después de los actos terroristas del 11 de septiembre–, para estas personas no valen, ellos tienen allí el status de un funcionario. Ellos pueden entrar ahí como Cason, presentan el pase y entran. Me imagino que, al cabo del tiempo, como ya se les conoce, le digan: «Adelante», se entra también. Esa es la realidad.

Bueno, ¿cómo es posible que un cubano normal, un cubano de a pie pueda tener acceso irrestricto, con pase oficial firmado por el Jefe de la Sección, para entrar cualquier hora del día y de la noche a cualquier lugar de la Sección de Intereses Norteamericanos en La Habana? Parece que tiene que ser alguien que goza de una extrema confianza, porque yo nunca he tenido ese pase ni esa posibilidad. Cuando voy a ir a una embajada, el embajador lo sabe antes, autoriza a los que están en la puerta para que yo entre; incluso, la seguridad cubana que protege el inmueble diplomático ha sido avisada.

Aquí tengo otro momento de celebración. [muestra una foto.] Esta es con la señora Vicky Hudleston, el momento en que todos sonrientes le deseaban éxito en su nueva misión en Mali, donde ella fue a trabajar como embajadora; le desearon allí buen trabajo, buen ambiente. Conversaban allí, habían concluido una reunión, están también algunos otros funcionarios de la SINA.

Entonces, nosotros sabemos muy bien la responsabilidad de la Sección de Intereses en crear estos grupos. Aquí hay otra –no los voy a agotar–, aquí hay otra interesante, se ve una mesa; fotos diversas, una mesa. Ahí están las banderitas norteamericanas, hubo una recepción parece, se distingue aquí una botella, me parece que es Bacardí blanco. Casi estoy seguro de que es una botella de Bacardí. Bueno, están sus botellas, hubo una celebración, hay fotos. De esa manera se hacen los planes para tratar de derrotar a la Revolución Cubana.

El señor Cason debe saber que sabemos, debe saber que antes de que él llegara a Cuba, nosotros ya lidiábamos con estos temas. Y, bueno, a lo mejor él se empeña en obtener sus propósitos, pero debe saber que no es fácil, porque no está lidiando con un pueblo ingenuo, que no ha sido curtido en defender su soberanía y su independencia.

Ahora, dije que el gobierno de Estados Unidos dirige a estos grupos. Ahora digo que los financia. El dinero para estos grupos es dinero oficial del gobierno de Estados Unidos. Aquí está solo el programa de la Agencia norteamericana para la Ayuda Exterior, la USAID, solo ese, ya dije que ellos dicen que lo de ellos es la menor parte.

«Para incrementar en el mundo la solidaridad con los activistas en Cuba», para propiciarles viajes, premios, reconocimientos, dinero asignado en el año 2002: 8.099.181 dólares. Si la Agencia norteamericana para la Ayuda, en un ambiente de relaciones normales con Cuba, dedicara ese dinero realmente al bienestar económico y social de los cubanos, con esos 8 millones Cuba podría construir escuelas, equipar policlínicos, construir viviendas; sin embargo, el dinero se dedica a la subversión. Y no es que lo estamos pidiendo ni mucho menos, ni que lo necesitamos; desarrollamos nuestro país pese al bloqueo que ellos nos han impuesto, y nuestro pueblo lo sabe, y hemos enfrentado las dificultades.

«Para ayudar a crear ONG independientes en Cuba», 1.602.000 dólares; «para dar voz a los periodistas independientes», 2.027.000 dólares; «para planificar la transición en Cuba», 2.132.000 dólares; «para evaluar el programa», cómo marcha, 335.000 dólares. ¿Cómo se ha hecho eso? Creando grupos en Estados Unidos, que son los que reciben ese dinero, se embolsillan la mayor parte, porque business son business, y mandan para Cuba una parte a estos grupos.

Centro para una Cuba Libre, recibió en el 2002, 2.300.000 dólares. Recibe información de los grupos de derechos humanos y la envía, la disemina, la distribuye. Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna, 250.000 dólares le dieron; Fredoom House, son los encargados del Programa para la Transición de Cuba, es decir, los que están en la cosa más estratégica –este era Frank Calzon–, 1.325.000; el Instituto para la Democracia en Cuba... Todo esto es en Miami, algunos en Washington, la mayoría en Miami; siempre allí hay cubanos vivos que saben que una parte de ese dinero puede no tener que justificarse, va directo a «gastos de representación», y otra parte la mandan aquí. Instituto Republicano Internacional, uno de los organizadores de los premios, de las giras al exterior, de los financistas de los viajes de algunos de los "ilustres" patriotas que han sido premiados en el mundo... Grupo de Apoyo a la Disidencia, 1.200.000. Han estado repartiendo. En fin, estos son.

Cubanet recibe noticias y las publica, 98.000 dólares, le han bajado el presupuesto. El Centro Americano para la Labor Internacional de Solidaridad –miren esta a qué se dedica, trabaja para «persuadir a los inversionistas extranjeros para que no inviertan en Cuba», es su objeto social declarado–, recibe del gobierno norteamericano 168.575 dólares en el año.

De ahí viene el dinero, y de los servicios especiales.

¿Cómo llega? Por ejemplo, Frank Hernández Trujillo, jefe del llamado Grupo de Apoyo a la Disidencia, radicado en Miami, como es lógico, recibió en el año 2001, 400.000 dólares –de la USAID solamente–, y en el año 2002 recibió 1.200.000, le triplicaron el dinero que le dieron; esto está publicado en los sitios oficiales de Internet del gobierno de Estados Unidos. ¿Qué hacía con el dinero? Mandaba cosas para Cuba de contrabando, o con gente que venía.

Aquí tengo, porque él tiene que justificar –esto ha sido ocupado como parte de las investigaciones para los juicios–, una de sus nóminas, donde explica para qué cosa usó el dinero empleado. Entonces, aquí tengo: computadora, número de serie, vaya, una cosa profesionalmente hecha. Aquí tengo los nombres de la gente en Cuba, estos «patriotas» que van a lograr la transición y luchan por la «democracia» en Cuba, y al lado está el dinero que le dieron y para qué cosa tiene que usarlo aquí. O sea, Frank allá tiene que decir: «Le di el dinero, y el dinero es para tal cosa.» Aquí aparece –cosas que estaban entrando de contrabando, unos contenedores, violando las regulaciones aduanales–: Fulana de tal, dos lámparas. Lámpara, video, video, dos lámparas. Lámpara. Paquete especial para Armando Villar. Cocina eléctrica para Angel Jiménez. Teléfono, teléfono, teléfono. Para Marta Beatriz Roque, módulo nº 1. Hay unos paquetes, como una «jaba», es decir, trae un grupo de cosas ya, y se llama módulo nº 1. Ana María Espinosa Escabillo, juego de cazuelas [risas], para luchar por la democracia en Cuba. Lámpara, televisor, video, paquete, paquete. Paquetes de alimentos y medicinas.

Porque hay que decir que una de las más crueles ironías del trabajo de estos grupos ha sido que el gobierno de Estados Unidos les ha propiciado que tengan alimentos y medicamentos para, en el barrio, aprovechando la escasez, aprovechando la necesidad, aprovechando la urgencia de un padre que busca un medicamento, en estos años en que nosotros, pese a todo el esfuerzo, no hemos podido garantizarlo, por esa vía, entonces hacer su labor de reclutamiento, de lograr gente que les deba favores, y han creado unos llamados «centros de distribución» para darles a la gente los alimentos y el medicamento que el bloqueo norteamericano, que ellos ayudan a mantener, impide a los cubanos acceder.

Entonces, resulta una ironía. Usted ve aquí: dinero, dinero, televisor, lámparas, juego de 21 potes –no está claro de qué–, módulo para bebé. Idelfonso Hidalgo recibió, módulo para bebé. No sabemos cómo esto tiene que ver con la «lucha por la democracia» en Cuba. Este es uno de esos grupos. Dinero para vivir de ese dinero. No trabajan, la mayoría, han vivido de eso años y años.

Aquí tengo otro interesante: vales de entrega de dinero; es decir, recibos de constancia de haber recibido el dinero. Este es dinero repartido por Héctor Palacios a otra gente, dinero llegado de Puerto Rico también ilegalmente a Cuba. Aquí está el señor Héctor Palacio escribiéndole al señor de Puerto Rico, responsable de esta operación de financiamiento, que se llama Enrique Blanco, Bibliotecas Independientes de Cuba, es el membrete del papel donde ha sido escrito.

«Señor Enrique Blanco, 1º de agosto del 2002. Le adjunto comprobantes que justifican los gastos, según el dinero que has enviado y tus instrucciones para entregarlo.» –¿Está claro? Te rindo cuenta de qué hice con el dinero que me mandaste y cómo cumplí lo que me instruiste, a este señor basificado en Puerto Rico.– «Quedan en fondo 160 dólares, los cuales estarán congelados hasta recibir tus instrucciones.» –O sea, una contabilidad aquí bastante exacta, cumple los Principios Generalmente Aceptados, al parecer.– «Con saludos sinceros, tu amigo, Héctor Palacios.» Aquí hay comprobantes, facturas.

«Por la presente se le entrega al señor Iván Hernández Carrillo, coordinador de la provincia de Matanzas, 30 dólares» –porque en Cuba 30 dólares es mucho dinero, porque ninguna de esta gente estos dólares tiene que usarlos para pagar el médico, para mandar los hijos a la escuela, para tener jubilación después; toda esta gente van al estadio de pelota pagando un peso, entonces 30 dólares, oiga, eso es un sueldazo, eso le permite vivir como un gerente de compañía en Estados Unidos– «por el concepto de ayuda, por el proyecto de las bibliotecas independientes...» Y así, esta es una larga lista de comprobantes, facturas [la muestra], que prueban de dónde viene el dinero.

Aquí tenemos a este señor, Oscar Espinosa Chepe, en el MINREX algunos recuerdan su nombre. Este señor recibió desde enero del 2002 hasta enero del 2003, en un año, según los recibos y las facturas, 7.154 dólares; me imagino que más que casi todos los serios periodistas que están aquí y que trabajan duro para sus medios, 7.154 dólares. En la casa tenía guardado, en el forro de un traje –no se sabe por qué, un dinero bien habido, porque en Cuba no está prohibida la tenencia de divisa, usted puede ponerlo en un banco, ganar intereses–, 13.660 dólares, los ahorros, además de 7.000 dólares en el año. No trabaja desde hace aproximadamente 10 años. ¿De dónde recibió este dinero, por mandar lo que le pedían que publicara?

De CUBANET recibió el dinero. CUBANET, como ya dije, recibió 343.000 dólares en el 2001 y más de 800.000 dólares en el 2002 para hacer esto. Ahora miren qué interesante. Aquí está la certificación que Oscar Manuel Espinosa Chepe tiene, fecha de cuando recibió: 14 de enero, 165 dólares; 15 de febrero, 220 dólares; 14 de marzo, 140 dólares; 23 de julio, 1.750 dólares; 22 de agosto, 1.996 dólares; 16 de septiembre, 1.923 dólares. Toda esta lista son envíos.

Héctor Palacios, casi 5.000 dólares tenía en la casa. Cualquiera puede tener dólares, no se sabe por qué los tenía escondidos dentro de un frasco de medicina; si es un dinero bien habido no habría por qué esconderlo. Debo decir que en los trabajos previos a estos juicios fueron ocupados decenas de miles de dólares, y miren qué curioso, solo 1.200 pesos cubanos; casi la totalidad son desocupados, no trabajan en Cuba, no tienen empleo, viven de esto, «de luchar por la libertad y la democracia».

Como se ve, la contabilidad de «la lucha por la democracia en Cuba» es en dólares, 1.200 pesos fue lo que se encontró en las casas de toda esta gente, de todo lo que pudieron tener. Y creo que debo decirlo, y trato de contenerme y mantener la paciencia, porque ustedes comprenderán y nuestro pueblo comprende que indigna saber que haya gente que reciba dinero y viva de esto, al servicio de la potencia que agrede a su pueblo, cuando en Cuba decenas de miles de médicos cubanos, cientos de miles de profesores trabajan en la mayor austeridad, por llevar bienestar a la gente, por trabajar por la gente, por garantizarle derechos humanos básicos, que no están garantizados hoy para millones de habitantes del planeta; para que tengan derecho a la salud, como no lo tienen 40 millones de ciudadanos en Estados Unidos, que no tienen derecho garantizado a la salud, o para que tengan derecho a la educación, como no lo tienen casi 900 millones de personas en el mundo, que no saben leer ni escribir. Entonces ver a esta gente «luchando por la democracia» es algo que realmente nos...

Quisiera ahora que viéramos el testimonio que, voluntariamente, rindió en el juicio el señor Osvaldo Alfonso, cuyo nombre en estos días también, una y otra vez, ha sonado.

«Presidente del Tribunal –A usted la Ley le concede el derecho de declarar o de abstenerse a hacerlo. ¿Usted desea declarar?
Osvaldo Alfonso Valdés –Sí, cómo no.
Presidente del Tribunal –¿Desea expresarse libremente?
Osvaldo Alfonso Valdés –Sí.
Presidente del Tribunal –Tiene la palabra.
Osvaldo Alfonso Valdés –¿Pudiera hacerlo leído?
Presidente del Tribunal –Sí.
Osvaldo Alfonso Valdés –Yo, Osvaldo Alfonso Valdés, reconozco que en nuestro trabajo opositor hemos podido ser utilizados por funcionarios de la Sección de Intereses, por lo que en nuestra intención de llevar a cabo una lucha pacífica, hemos respondido de alguna u otra manera a los intereses de Estados Unidos. Sabemos que los recursos que nos llegan para nuestras labores provienen de fondos que aprueba el gobierno de ese país. Recuerdo una ocasión, una entrevista con un funcionario de la USAID, en la propia oficina, en la cual este venía a comprobar si los recursos de la oficina llegaban a nuestras manos. En ese momento se analizó vías alternativas para que esos recursos llegaran a nuestro poder, algunos estuvieron de acuerdo, otros no, pues significaría demostrar evidentemente que éramos sustentados por la Oficina de Intereses, cosa que negamos. Algunos propusieron que llegaran a través de representantes en el exterior, con vistas a no demostrar el vínculo directo entre el gobierno norteamericano y los opositores. Se interesó por qué haríamos en la Cumbre Iberoamericana, que si se enviaría algún documento. Se trató también de la necesidad de la unidad de la disidencia interna.
En esa ocasión se recomendó que era muy importante que tuviéramos encuentros con personas provenientes de países exsocialistas, como Polonia, Checoslovaquia y otros, pues estos tenían experiencias que nos serían muy útiles en la lucha contra el régimen socialista imperante en Cuba. En este encuentro participaron por la Oficina de Intereses, la señora Vicky Huddleston; el visitante de apellido, que no recuerdo bien, creo que sea Muller, y por Cuba, entre otros, el señor Jesús Llanes Pelletier, ya fallecido.
Reconozco que he recibido fondos y ayuda material de organizaciones radicadas en Miami, y que esos recursos provienen del gobierno de Estados Unidos, por lo cual, de algún modo, hemos estado sirviendo a esos intereses.»

Esta es la declaración que él hace cuando al final le preguntan. «–Usted está en su derecho de declarar o no, ¿quiere hacerlo?» «–Sí.» «–¿Puedo hacerlo escrito?» «–Sí.» El lo ha dicho. Aquí está un comprobante de entrega de dinero a este señor. [lo muestra.] «Por la presente se le entrega al señor Osvaldo Alfonso, miembro de la comisión de relatoría de Todos Unidos, 400 dólares, que le envían como ayuda humanitaria los hermanos de Acción Democrática Cubana», una organización en Miami, que en el 2002 recibió 400.000 dólares de la Agencia de Ayuda al Exterior de Estados Unidos. Aquí hay, por otra parte, otro material de interés.

Esta es una carta que envía Carlos Alberto Montaner: «Mi querido Osvaldo» –le dice a este señor–: «Aquí van 200 dólares» –26 de enero del 2001–, «lamentablemente no hay mucho que contar, salvo lo que todos sabemos, el régimen se endurece y todo el mundo tiene como horizonte la muerte de Fidel. Después veremos. Todo es muy triste, pero así son las cosas. Un fuerte abrazo, Carlos Alberto Montaner.» Bueno, esto es el 26 de enero del 2001: 200 dólares. El 22 de marzo, dos meses después: «Mi querido Osvaldo, un amigo a quien conoces tiene la bondad de hacerte llegar 30.000 pesetas» –no existía todavía el euro como moneda de curso obligatorio, me imagino–. «Muy pronto te llamarán unos amigos españoles de alto nivel para hablar del Proyecto Varela. Sugerí cinco nombres para fundar esa nueva idea: Payá, Alfonso, Arcos, Raúl Rivero y Tania Quintero.»

Voy a repetirlo: «Muy pronto te llamarán unos amigos españoles de alto nivel para hablar del Proyecto Varela», 22 de marzo del 2001. «Sugerí cinco nombres: Payá, Alfonso, Arcos, Raúl Rivero y Tania Quintero. Va un fuerte abrazo y una revista Encuentro. Carlos Alberto Montaner.»

Dos días después, el 24 de marzo del 2001: «Mi querido Osvaldo, un amigo común tiene la bondad de hacerte llegar estos 200 dólares» –dos días después de las 30.000 pesetas, puede haber problemas de efectivo, ustedes saben que eso a veces ocurre– «y un recado personal que te dará Raúl. Llámame a España cuando veas esta nota. Un fuerte abrazo, Carlos Alberto Montaner.» Agente de la Agencia Central de Inteligencia, reconocido, confeso, público, en Miami y en Cuba, y en Madrid los que lo conocen de cerca.

Esa es la historia del financiamiento. Dije que los crean, dije que los dirigen, dije que los financian y digo que los estimulan y los protegen. Ahora voy a dar a conocer esta curiosa carta, una cosa realmente asombrosa. Primero lo supimos por la televisión en Miami. Resulta que Luis Zúñiga, terrorista, miembro del aparato militar de la Fundación Nacional Cubano Americana, involucrado en el financiamiento de las bombas a los hoteles de La Habana, vinculado a planes de asesinatos contra Fidel, este señor, que ha sido el representante de los grupos de Miami en la Comisión de Derechos Humanos en estos años, saca ante la prensa en Miami y lee una carta –vamos a ver cómo lo cuenta el Canal 51 de Miami–:

«A pesar de estar sumido en una guerra» –esto es el 27 de marzo del 2003–, «el presidente Bush ha enviado un espaldarazo en forma de carta a un conocido opositor encarcelado en Cuba, lo cual implica que la Casa Blanca no se ha olvidado de los disidentes. Juan Manuel Cao nos dice que esta no ha sido la única señal del presidente Bush.»

Creo que esto coincide con el momento en que había ido al cuartel general y, bueno, imagínese, toda la mafia allí, algo había que hacer con ellos. Dice Juan Manuel Cao: «Una campana de esperanza ha sonado para los disidentes en Cuba. El presidente de los Estados Unidos, George Bush, ha hecho un alto en su camino hacia Bagdad y ha escrito una carta de solidaridad al preso cubano Oscar Elías Biscet», cosa realmente conmovedora.

Entonces le dan la palabra a Luis Zúñiga que lee un fragmento que decía: «...Su esfuerzo y su ejemplo son la encarnación de los valores democráticos, incluyendo la autodeterminación...», el presidente Bush hablando de la democracia, la autodeterminación, Kafka realmente no hizo nada. Entonces la curiosidad nos llevó a buscar el texto completo de la carta que está aquí. [la muestra.]

Carta del 26 de marzo: «Querido doctor Biscet.» Firmada: «Presidente de Estados Unidos, George Bush.» «Felicidades por el reconocimiento que ha recibido usted del Instituto Republicano Internacional», aquel que vimos que había recibido 1.600.000 dólares para el año 2002, que es el que crea premios con ese dinero, logra premios en Europa, logra viajes de reconocimiento. «Felicidades por el reconocimiento que ha recibido del Instituto Republicano Internacional con el premio otorgado por ellos, premio a la democracia popular. Su esfuerzo y su ejemplo son la encarnación de los valores democráticos, incluyendo la autodeterminación (...), Laura y yo continuamos orando por usted... Afectuosamente, George Bush.»

Yo no he visto nunca una carta del presidente Bush felicitando, por ejemplo, a la doctora Concepción Campa, la doctora Conchita, autora principal, jefa del colectivo que creó la vacuna cubana contra la meningitis meningocócica, única de su tipo en el mundo, gracias a la cual ya no muere hace años ningún niño en Cuba y de la que se utilizan millones de dosis en el mundo, acreedora al premio mundial de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, la organización más prestigiosa en esta área. ¿Alguien vio una carta del presidente Bush felicitando a Conchita? No la he visto.

Yo no he visto una carta del presidente Bush felicitando a ninguno de los atletas cubanos que se han hecho campeones mundiales o campeones olímpicos y que haya llegado el momento de su retiro; más bien he visto cómo le han negado las visas a nuestro equipo nacional de lucha, impidiéndole participar en el campeonato mundial que se celebraba en Estados Unidos, después de dos años entrenando para asistir a esa competencia.

Entonces me extraña mucho esta carta que el presidente Bush dirige a un cubano, cuando no se ha dirigido nunca a científicos, escritores, periodistas, destacados cubanos, hombres y mujeres de las letras, de la ciencia, de la cultura, de la producción, no lo he visto. No he visto que le haya escrito una carta al compañero Lazo felicitándolo por la erradicación del mosquito Aedes aegypti aquí en la Ciudad de La Habana, que le da una garantía de salud a los habitantes capitalinos, como en todo el país.

Entonces tengo que tener mi sospecha cuando veo una carta de Bush al señor Oscar Elías Biscet, en el momento en que el señor Bush fue a Miami a tranquilizar a la opinión pública, cuando los acontecimientos de la guerra en Iraq se habían desatado.

Aquí tenemos otro ejemplar, la Revista de Cuba [la muestra], revista de la sociedad de periodistas «Manuel Márquez Sterling», número de diciembre del 2002, encuadernada. ¿Alguien adivina aquí dónde se imprimió esta revista? Les doy un dato, vaya, no fue en el MINREX. [risas.] ¿Dónde se puede haber impreso la Revista de Cuba, de la sociedad de periodistas «Márquez Sterling»? Tibio, tibio: ¡En la Sección de Intereses norteamericana en La Habana! Así se anda, los números se imprimen allí; es decir, la Sección de Intereses es como la imprenta, digamos, como la casa editorial de la revista de «los periodistas independientes cubanos».

Por eso cuando a mí me dicen que estas son Organizaciones No Gubernamentales, siempre aclaro que sí son gubernamentales, lo que pasa es que son del gobierno de Estados Unidos y actúan a su servicio.

Bueno, aquí tenemos la revista El Disidente, este es otro caso, distribuida por la SINA –en este caso la SINA distribuye, no edita–; esta se edita en Puerto Rico. En Puerto Rico recibió la revista 60.000 dólares del gobierno de Estados Unidos para su impresión y después la mandan aquí en la valija diplomática y la SINA distribuye esa revista, que se llama El Disidente, La carta de Cuba, y otros folletines. Todo eso es distribuido por ellos mismos. Bueno, creo que les he dado alguna información de interés.

Finalmente ahora me parece que estos dos testimonios que les vamos a poner pueden ser de mucho interés para ustedes. Vamos a verlos, son breves.

«Fiscal –¿Su nombre? ¿Dónde vive? ¿A qué se dedica en la vida social?
Néstor Baguer –Con mucho gusto. Mi nombre es Néstor Baguer Sánchez Galarraga. Resido en Centro Habana. Soy periodista de profesión; pero, además, desde el año 1960 trabajo para los Organos de la Seguridad del Estado.
Fiscal –¿Qué nombre lleva para los Organos de la Seguridad del Estado?
Néstor Baguer –Octavio.
Fiscal –Octavio. Llamémoslo Octavio. Sí, Néstor, si usted tuviera la amabilidad de hablarnos entonces sobre cuáles son los orígenes de la Asociación de Prensa Independiente, si ha estado relacionado con ese tipo de actividad.
Néstor Baguer –Eso me fue sugerido a mí por personas contrarrevolucionarias, porque les hacía falta un periodista, primero; pero entonces yo lo tomé como un trabajo para hacerlo para los Organos de la Seguridad del Estado, o sea, que en lugar de caer en manos de los que iban a hacer mucho daño, yo tratar de aminorar ese daño.
Fiscal –¿Y eso le sirvió para recibir información y que a usted vinieran personas que estaban interesadas en dar información al enemigo?
Néstor Baguer –Exactamente.
Fiscal –¿Cómo fue que se comportó? ¿Ese tipo de informaciones cómo es que se ofrecen hacia el exterior?
Néstor Baguer –Primero una cosa: los primeros que se interesaron fueron los de la Oficina de Intereses de Estados Unidos. Yo no conocía a ninguno de ellos y me llamaron, me invitaron para que fuera a conversar con ellos, y demostraron un gran interés, y que ellos me iban a respaldar en todo para que yo llevara a cabo ese trabajo. Entonces después, inmediatamente, empezaron periodistas, o yo no podría decir periodistas, porque, en realidad, de 30 ó 40 periodistas que venían, solamente dos eran periodistas, uno era yo y otro que estaba, todos los demás, ninguno; porque yo le puedo decir a usted que actualmente en las más de 100 personas que se dicen periodistas independientes, no pasan de cinco o seis los profesionales, los demás son unos mercenarios que se dedican a difamar, porque dicen mentiras, insultan, faltan el respeto a nuestro Jefe de Estado y a nuestro gobierno, o sea, que no son periodistas, son terroristas de la información.
Fiscal –Cuando ellos confeccionan esa información, ¿a quién se la envían?
Néstor Baguer –Me la envían a mí, y entonces yo, como tenía las conexiones telefónicas, teléfonos directos, me ponía en contacto directamente con Radio Martí; pero después se originan en Estados Unidos cubanos contrarrevolucionarios que crean agencias para ayudar a los que estábamos aquí en Cuba.
Fiscal –¿Qué tipo de agencias fueron esas? ¿Recuerda usted algo de los nombres de algunas de estas agencias?
Néstor Baguer –Sí, cómo no, estaba CUBANET; CubaPress, en fin, ya empezaron a proliferar como si fueran hongos.
Fiscal –Néstor, usted utilizó la palabra mercenarios.
Néstor Baguer –Sí.
Fiscal –Evidentemente refiriéndose a que les pagan.
Néstor Baguer –Lógico.
Fiscal –¿Cómo es que se producían esos pagos?
Néstor Baguer –Bueno, voy para ti. Ellos, el gobierno norteamericano, entrega millones, porque yo tengo cifras que puedo probarlo. Por ejemplo, CUBANET recibía como 2 ó 3 millones de dólares para los que trabajan para CUBANET. Por ejemplo, mi agencia trabajaba para CUBANET.
Fiscal –¿A través de qué vía envían el dinero?
Néstor Baguer –Por ejemplo, la mayoría utiliza Transcard. Hay algunos, cuando es una cantidad un poco grande, que las mandan por un correo, que ellos llaman correos. La embajada te facilita muchas cosas, muchos regalos, ¿no?, muchas fiestas, muchas atenciones; te regalan, por ejemplo, jabas que vienen con radios portátiles especiales para coger Radio Martí, o grabadoras, cámaras fotográficas, en fin, todo lo que tú puedes necesitar para tu trabajo. Tú pasas allí los días que ellos atienden, te reciben, te dan una fiesta y después te pasan a un salón donde hay centenares de jabas llenas de todos esos regalos para que tú escojas las que quieras, no que escojas una o dos, que escojas las que te dé la gana. ¿Y qué pasa? Que hay algunos que cogen ocho o diez jabas, ¿por qué? Porque esos radiecitos, que son especiales y son unos radios muy buenos, después venden en 20 dólares cada radio, se quedan con un radio y venden el resto. Igual las grabadoras, el que tenga una grabadora hoy día es un negocio, porque la vende enseguida.
Fiscal –Ahora, ¿ustedes cuando concurren a la Oficina de Intereses reciben algún tipo de insinuación sobre las actividades que ustedes tienen que hacer en el país?
Néstor Baguer –Les aconsejan todos los temas que deben trasladar: «Deben hablar sobre esto, deben hablar sobre la escasez de alimentos, sobre los apagones, sobre el transporte, sobre la falta de medicinas, sobre el tratamiento en los hospitales, el tratamiento en las prisiones»; o sea, les indican los temas que les interesan a ellos, no que le interesan a Cuba, sino que les interese a ellos que sean difundidos al extranjero.
Fiscal –¿Con qué funcionarios de la Oficina de Intereses principalmente ustedes han tenido estos contactos?
Néstor Baguer –Siempre es con el jefe de la Sección de Prensa y Propaganda; el jefe y el segundo jefe. Esas cosas se tratan con ellos.
Fiscal –Ahora, en ese dinero que les pagan, que usted refería hace algunos minutos, cuando ha venido ese dinero por las distintas vías, ¿usted conoce si ha existido discrepancia entre los diferentes miembros del grupo por pérdidas, extravíos, reparto del dinero?
Néstor Baguer –No solamente ha habido discrepancias, ha habido robos, entre ellos mismos se roban. Hay periodistas que han estado seis meses trabajando y no han cogido un centavo, y después, cuando han tratado de investigar, el dinero ese había sido enviado por la agencia en Miami a Cuba, pero como todo viene casi siempre a nombre del jefe del grupo, pues ese se lo ha cogido. Se dio un caso de uno ahora, muy reciente, que se cogió el dinero de seis meses de todos los periodistas.
Fiscal –¿Qué caso es?
Néstor Baguer –El señor que dice llamarse periodista Jorge Olivera, que se quedó con el dinero enviado durante seis meses para el resto de los auxiliares de él.
Fiscal –Néstor, si le es posible, nosotros quisiéramos que nos explicara cuáles son los principales funcionarios de la SINA que han tenido vínculos con ustedes en estas actividades.
Néstor Baguer –Sí, primero estaba Kozak, después Vicky y después Cason, que es el que está ahora. Y, desde luego, siempre, como es lógico, con los de prensa y propaganda, ¿no?, que ahora pusieron a Gallegos, y antes ha habido varios, entre ellos, por ejemplo, Beagle, un sinnúmero de ellos, porque esos los cambian bastante seguidos, así que son bastantes los que he conocido, hasta mujeres, una que se llamaba Mary, que era casada con un argentino, entonces hablaba español perfectamente. O sea, yo he conocido a todos los que han pasado por esa Sección.
Fiscal –¿Y el acceso de usted a la Oficina cómo se...?
Néstor Baguer –Allí, para ir a la Oficina, hay que pedir un pase, que te dan un pase para un día determinado y a una hora determinada; pero el pase mío es especial, que dice abierto, que quiere decir que puedo ir cualquier día y a cualquier hora.
Fiscal –¿Cuáles son las principales actividades que organizan estos funcionarios con usted, de las que ellos participan; bueno, todo tipo de actividades que ellos pueden organizar con ustedes?
Néstor Baguer –Cada vez que hay una actividad donde se invitan a cubanos, todos ellos participan, todos ellos participan, incluyendo las esposas de ellos también; porque la cuestión de ellos es hablar con mucha gente, hablar con la mayor cantidad posible de cubanos a ver qué les pueden sacar. «Oye, ¿cómo están los precios en el mercado, en la plaza? ¿Hay escasez, no hay escasez?»
Fiscal –Cuando usted visita la Oficina, ¿tiene la posibilidad allí de hacer algún tipo de trabajo periodístico o de tener acceso a informaciones?
Néstor Baguer –Bueno, ahí tengo el salón, hay un salón dedicado a Internet, donde hay numerosísimas máquinas, ¿no?, y puedes usarlas. Por ejemplo, yo puedo usarlas sin necesidad de pedir el turno, porque eso lo hacen para los periodistas cubanos, le dan un turno para un día fijado y dos horas de trabajo en la máquina.
Fiscal –En este salón que usted nos refiere, ¿tienen posibilidad de llevarse consigo algunas publicaciones?
Néstor Baguer –Las publicaciones me las entregan siempre, a mí me las mandan a mi casa. Toda publicación que llegue ahí, me la mandan a mi casa, periódicos, revistas.
Fiscal –Usted, el día 14 de marzo, ¿participó en una actividad que se dio allí?
Néstor Baguer –Sí.
Fiscal –¿Cuáles fueron los motivos de esa actividad, y dónde fue la actividad?
Néstor Baguer –La actividad fue en el comedor de la residencia del señor Cason, o sea, dentro de su hogar. Entonces, se dividió; a la gente se le dividió en tres grupos: uno, el grupo de ética periodística, que presidí yo; otro, el grupo de contactos y relaciones con la prensa de otros países; y otro que era también por los temas a trabajar y esas cuestiones. A mí me dieron la mesa de ética a petición de los mismos americanos; pero, imagínese, hablar, lo puse más... Ahí estaba la France Press, estaba la TV española, estaba la alemana, había como cinco emisoras de esas. [risas.]
Fiscal –Y usted pudiera hablarnos sobre la persona de Raúl Rivero y sus vínculos con este tipo de actividades.
Néstor Baguer –El es un alcohólico, y el alcoholismo lo llevó a lo último, porque decía barbaridades en la UPEC, en la UNEAC, a grito pelado ahí, y eso costó que lo expulsaran de todas partes. Entonces se hundió solo, y para ganarse la vida empezó a mandar poemas y cosas así al extranjero, y ya de ahí, cuando vio que el periodismo es distinto, falso, pero que daba dinero, hizo contacto con los antiguos compañeros de él de la UNEAC y de la UPEC que están en el exilio, porque todos traicionaron, y utilizó la amistad con ellos para que le consiguieran dónde escribir. Entonces esa gente hizo contacto con los periodistas norteamericanos y le consiguieron para que escribiera en el Herald de Miami, que es el periódico más conservador que hay en el sur de la Florida y, por supuesto, pagándole muy bien. Lo conectaron después con la institución de la prensa norteamericana, donde pertenecen todos los dueños de periódicos de Estados Unidos, que es la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa), y con la influencia de ellos y la influencia de la mafia de Miami lograron que nombraran a Raúl vicepresidente para el Caribe, de la Sociedad Interamericana de Prensa y, por supuesto, con un sueldo de vicepresidente de una institución americana.
Fiscal –¿A Raúl le pagan por esas informaciones que ofrece?
Néstor Baguer –¡Cómo no, y muy bien pagado!
Fiscal –¿Cómo es que se produce el pago con él?
Néstor Baguer –Le pagan allá en Estados Unidos, se lo pagan a su hija que vive en Estados Unidos.
Fiscal –¿Qué nos iba a decir de Ricardo?
Néstor Baguer –Ricardo se pegó a Raúl, porque Ricardo no es periodista, ni cosa que se parezca. Se pegó a Raúl. Raúl estaba en una situación que estaba separado de todos sus amigos, porque, ¿quiénes eran sus amigos? Los periodistas de la UPEC y los escritores de la UNEAC. Se encontró que estaba sin amigos. El único amigo que le quedaba era yo, ¿comprende?, y como no coincidíamos en ideas, no peleábamos, pero no coincidíamos en ideas –estuvimos a veces meses sin vernos–, recurrió a este, que prácticamente se le coló. Entonces ofreció su casa de Miramar para instalar ahí una redacción con todo; o sea, con todos los equipos electrónicos, tiene tres empleados a sueldo allí en eso, en fin, todas las necesidades para trabajar, y lo puso a disposición de Raúl. Entonces Raúl constituye la sociedad «Márquez Sterling» que preside Raúl, quiere decir que él es el que dirige y el que manda allí, y el otro es un mascarón de proa, una figura decorativa, es lo que es el otro.
Fiscal –¿Cuando se refiere al otro, se refiere a Ricardo?
Néstor Baguer –El otro es Ricardo, es eso, el mascarón de proa, la figura que aparece al frente, pero que no es nadie, no es nadie.
Fiscal –¿Ricardo también tiene vínculos con el gobierno de Estados Unidos, la Oficina de Intereses?
Néstor Baguer –Lógico, lógico. Si aparece como presidente de la asociación «Márquez Sterling», ya hizo su vínculo allí.
Fiscal –¿Y con algunos elementos radicados en Miami? ¿Alguno de ellos dos tiene vínculos?
Néstor Baguer –Bueno, Raúl sí. De Ricardo no sé, porque no conozco su vida, lo vine a ver por primera vez hace cuatro o cinco meses. Raúl sí, todos los poetas que se han ido, todos los escritores que se han ido, todos son amigos de él, todos son amigos de él, porque han sido compañeros de la UNEAC durante muchos años, compañeros de borracheras, compañeros de francachelas y de cosas así. Son íntimos amigos, tiene muchos. Todos los poetas cubanos exiliados, todos, son amigos de Raúl.
Fiscal –¿Usted conoce quién es Frank Calzón?
Néstor Baguer –Sí, cómo no.
Fiscal –¿Algunas de estas dos personas tiene relaciones con Frank Calzón?, si usted lo conoce.
Néstor Baguer –Lo mismo Ricardo que el Gordo, que es Raúl, porque Frank Calzón nos conoce a todos; desde que él se separó de la agencia con que estaba no he tenido relaciones. Tengo su teléfono y todo, pero no me he visto en la necesidad...
Fiscal –¿Usted puede describir quién es Frank Calzón?
Néstor Baguer –Bueno, Frank Calzón, en primer lugar, no es periodista, sino es un viejo agente de la CIA, que lleva años trabajando para la CIA.»

Quisiera subrayar que Néstor Baguer, el agente Octavio de la seguridad cubana desde 1960, es el presidente de la Asociación de Prensa Independiente de Cuba. Son dos instituciones, la que preside Raúl Rivero y la de él. Como ustedes ven, tiene una larga experiencia en el tema. Ahora vamos a ver el tema de los defensores de los derechos humanos.

«Fiscal –¿Usted pertenece a algunas de estas agrupaciones que se dicen de los derechos humanos?
Odilia Collazo –Sí.
Fiscal –¿Cuál es ella?
Odilia Collazo –Partido pro Derechos Humanos de Cuba.
Fiscal –¿Cuál es su cargo ahí?
Odilia Collazo –Bueno, en estos momentos soy la presidenta del Partido pro Derechos Humanos de Cuba.
Fiscal –¿Ha visitado la Oficina de Intereses?
Odilia Collazo –Sí. Yo voy a la Oficina de Intereses para entregarles informes sobre violaciones de derechos humanos y de otro tipo.
Fiscal –¿Y estas personas que están aquí, acuden a la Oficina de Intereses también con ese mismo objetivo, entregar informaciones sobre supuestas violaciones de los derechos humanos?
Odilia Collazo –Bueno, ellos pueden entregar denuncias de violaciones de derechos humanos; pero también se puede hablar sobre los problemas económicos, políticos y sociales.
Fiscal –¿La entrada suya a la Oficina de Intereses es libre, o es controlada?
Odilia Collazo –No, la entrada mía a la Oficina de Intereses es libre, porque yo poseo un pase no solo en este año, yo tengo pase abierto desde el año 1991.
Fiscal –¿Existen otras facilidades para tener comunicación con los funcionarios de esa Sección de Intereses?
Odilia Collazo –Bueno, sí, nosotros tenemos los teléfonos de ellos, tenemos las extensiones, tenemos los números de los celulares y el teléfono de sus casas.
Fiscal –¿Y eso es algo que exclusivamente tiene usted, o el resto de los acusados aquí presentes también tiene acceso a esos detalles informativos?
Odilia Collazo –Bueno, que yo conozca, Héctor Palacios lo tiene, yo no sé los demás si lo poseerán.
Fiscal –¿Tenía posibilidades de fotocopiar documentos, de imprimir documentos?
Odilia Collazo –Sí, ahí existen impresoras, ahí existe el fax y existen las computadoras, y debido a los medios que hay ahí, bueno, nos facilitan a nosotros nuestro mejor trabajo.
Fiscal –¿Y en esas visitas usted recibía orientaciones sobre tareas específicas que debía usted ejecutar?
Odilia Collazo –Bueno, sí, las tareas específicas mías, porque, bueno, nos fueron dividiendo a cada cual con su especialidad. Yo me perfeccioné –como bien dice mi partido– en las violaciones de derechos humanos, y me daban la oportunidad de que ellos me entregaban los informes, que era el resultado de todos los años, que esos informes iban para el Departamento de Estado, para Ginebra, para Amnistía Internacional, American Watch y otras organizaciones, que era para que me estimulara, ¿no?, y yo viera el resultado, que el trabajo que yo había desempeñado estaba recogido en esos informes, precisamente para que a Cuba la sancionaran en Ginebra.
Fiscal –¿Orientaciones, testigo, existían otros requerimientos informativos que se solicitaban en esa Sección de Intereses?
Odilia Collazo –Sí, siempre se monitoreaba en qué estado se encontraba la situación cubana, cómo era que estaba el pueblo en estos momentos. Era como un termómetro para medir, en realidad, la situación. Querían valorar si podía existir un explote social.
Fiscal –Con respecto a los funcionarios de la Oficina de Intereses, ¿usted aprecia, teniendo en cuenta el tiempo que lleva ejecutando estas ilícitas acciones, testigo, algún cambio a partir del mandato de Vicky Hudleston y su seguidor, el señor James Cason?
Odilia Collazo –Bueno, sí, el cambio fue notorio, porque, precisamente, la señora Vicky y los otros antecesores, como el mismo señor Sullivan y Kozack, que también tuve buenas relaciones con Michael Kozack, nunca nos habían ofrecido a nosotros su casa, ni la Sección de Intereses, ni la residencia como tal de la Sección de Intereses, para que nosotros efectuáramos reuniones, y cuando vino aquí James Cason, tuve oportunidad, con otros de los que están aquí presentes, de haber participado en esa reunión, y él nos dijo a nosotros que las puertas de su casa estaban abiertas para que pudiéramos ahí reunirnos, debatir, fomentar lo que era la sociedad civil en Cuba, y, bueno, puedo decirle que yo nunca estuve de acuerdo con eso.
Fiscal –Toda esa amplia información que usted ha brindado, su experiencia, su conocimiento acerca de los suministros, del monitoreo que la Oficina de Intereses realiza constantemente sobre las actividades que usted y otros como usted realizan, ¿usted llega a la conclusión de que todos estos grupos que se dicen defensores de los derechos humanos son, realmente, personas que actúan de forma desinteresada para propiciar el mejoramiento hacia un futuro mejor en nuestro país?
Odilia Collazo –Bueno, quiero decirle que durante todos estos años he sufrido muchos desengaños, pero veía que muchas personas integraban en las filas de los partidos pro derechos humanos, que no es el mío solo, en los grupos de la sociedad civil, en los grupos de NATURPAZ, un ejemplo, que tienen que ver con el problema ecológico y con muchas organizaciones más que en estos momentos existen, precisamente, buscando como una vía de emigrar del país; porque tú puedes haber estado presa, haber cumplido 12, 20, 30 años, y cuando tú llegas a la Sección de Intereses, al Departamento de Refugiados, si tú no estás avalada por ninguna organización en estos momentos opositora al régimen cubano, que te avale que en realidad tú has mantenido una conducta justa, a ti te desaprueban en el Programa de Refugiados, y otras personas que nunca han estado presas, precisamente, ingresan en las filas opositoras o disidentes con un solo fin: coger esto como una agencia de viajes, como una forma fácil de salir del país; pero después se encuentran con el traste de que esto es un sorteo.
Fiscal –¿Cree usted que a estas personas los movía también –además de estas cuestiones de carácter migratorio que usted ha planteado–, o los mueve, además, un sentimiento de índole lucrativo?
Odilia Collazo –Bueno, yo conozco personas que se dedicaban, precisamente, a entrar en la oposición porque veían que nosotros teníamos un estándar de vida diferente a como estaban ellos, y precisamente, por el periódico –que yo lo tengo ahí, que le puedo mostrar como pruebas testificales– que era, precisamente, para repartir al pueblo en general, no solo para dárselo a los opositores, como dije anteriormente, para repartírselo al pueblo, ahí venía cómo la SINA, precisamente, estaba ayudando a los grupos de oposición interna. Entonces, personas que estaban trabajando y otros que estaban desempleados, veían como una forma de vía o como una forma de escape: «Bueno, yo ingreso al grupo de Derechos Humanos, a mí me mandan el dinero, yo vivo de una forma más holgada, tengo cosas que otras personas no tienen, puedo tener tal vez más cosas que tenga un médico, que tenga un maestro, que tenga un intelectual»; porque el estándar de vida de muchos de nosotros era completamente diferente a como puede vivir en esos momentos un médico o un periodista que esté acreditado aquí.
Fiscal –Testigo, Odilia Collazo Valdés, ¿usted realmente es una opositora? ¿Usted es única y exclusivamente la presidenta del Partido Cubano pro Derechos Humanos?
Odilia Collazo –Bueno, yo realmente no soy una opositora. Hoy yo tengo el privilegio de decirles a ustedes que yo soy, precisamente, una de las personas elegidas por el gobierno de Cuba, por el Ministerio del Interior, hoy, precisamente, le estoy mostrando a todo el mundo que yo soy una agente, la agente Tania. [risas.]

¿De qué te ríes, Anita? [refiriéndose a Anita Snow, Jefa del Buró de la Agencia de Prensa norteamericana AP.] ¿Por qué tú te ríes tan «desmollejada»? Creo que ustedes deberían ayudarnos a decirle al señor Cason que él debe medir la tarea que se ha propuesto, él debe medirla, él debe saber que ya pasaron 10 presidentes de Estados Unidos, 20 directores de la CIA. Hay que advertirlo, hay que alertarlo de que en Cuba nadie «se chupa el dedo», que le hemos dicho nada más una parte de lo que sabemos; él debe saberlo, y debe saber que nuestro pueblo ha aprendido a defenderse y cuenta con la gente, porque tiene, sobre todo, el apoyo del pueblo; porque tiene la legitimidad que emana de sus actos transparentes y al servicio del bienestar común. Debe saberlo, debe saberlo, que aquí no hay nadie bobo, y que él, que ha llegado hace poco tiempo, tiene que lograr medir la tarea que se ha propuesto; o tendremos que seguirle organizando allí las reuniones y yendo nosotros a los cocteles que él da. [risas.]

Finalmente, como es obvio, ante nuestra legítima decisión de defendernos, usando nuestras leyes y nuestras instituciones legales, ha habido reacciones. Aquí vimos, primero, que el propio día 26 de marzo la Casa Blanca emitió una declaración, en el momento en que el presidente Bush regresaba de la base de la fuerza aérea McDill, en Tampa, en la que hacía llamamientos al gobierno de Cuba a no ejercer su soberanía; una precipitada declaración que solo puede ser entendida como un gesto evidente del presidente Bush a la mafia cubana de Miami, que estaba allí en Tampa ayudándolo a explicar la guerra que nadie comprende y, evidentemente, tuvo ese gesto de responder a los pedidos de la extrema derecha cubana en Miami, emitiendo una declaración.

Después el vice-vocero del Departamento de Estado, el señor Philip Reecker, distribuyó una declaración escrita en la que informa de las medidas, los arrestos que se producían en Cuba, y donde dice, por ejemplo, «los Estados Unidos llaman a la comunidad internacional a unirse a nosotros, para condenar esta represión y para demandar la liberación de estos prisioneros cubanos de conciencia».

El señor Reecker debería saber que la comunidad internacional realmente lo que está es espantada de la guerra que su gobierno ha desatado sin ningún tipo de autorización internacional, en contra de la opinión pública mundial, con enormes daños materiales, muerte de civiles, y que también ha habido espanto por los más de 600 presos que todavía están en la Base Naval de Guantánamo, en un limbo jurídico, tratados como no personas y pendientes de una decisión para presentarse en tribunales militares secretos norteamericanos; que podrían incluir el no acceso de la defensa y los acusados a los papeles de la acusación por ser declarada información secreta. Debería saber que eso es lo que ha asombrado a la comunidad internacional, y los más de 2.000 presos que todavía hoy están en las cárceles norteamericanas y no se conoce ni su nombre, pese a las diferentes acciones que ha habido de la sociedad civil allí reclamando que se está creando un sistema paralelo de justicia en Estados Unidos, donde son tratados los acusados como peligrosos para la seguridad nacional, y que ha habido un incremento extraordinario, realmente, de medidas de ese tipo.

El señor Reecker debe saber que a nosotros nos preocupa también y que creemos que el gobierno de Estados Unidos es el menos calificado en el mundo para juzgar lo que ha pasado en Cuba. Si hay un gobierno que debería callar por pudor, es el gobierno de Estados Unidos.

El Washington Post, el 1º de diciembre del 2002 publicó que el gobierno del presidente Bush había desarrollado, cito: «un sistema legal paralelo para investigar, encarcelar, interrogar, condenar y castigar a personas sospechosas, incluyendo ciudadanos norteamericanos.» Eso no ha ocurrido en Cuba, como tampoco ha habido un decreto creando tribunales militares especiales con carácter secreto y sumarísimo. No los hay.

«Los procedimientos incluyen la detención militar indefinida, autorizada por el Presidente. La autorización de grabación de las comunicaciones y allanamiento de las instalaciones utilizadas. Juicios realizados por comisiones militares y deportaciones adoptadas tras audiencias secretas.» Esto es el Washington Post. Un editorial del 27 de diciembre del 2002, de Washington Post se opone a que la CIA «aplique la tortura y la violencia en sus interrogatorios», y plantea que «estas nuevas tácticas en la lucha contra el terrorismo se están desarrollando de forma secreta».

No por gusto Estados Unidos fue excluido de la Comisión de Derechos Humanos, a la que solo pudo retornar –como ya dije– por el apoyo de Italia y España que se retiraron para que Estados Unidos pudiera entrar sin someterse a una votación.

El señor Reecker debería saber que se publicó en todo el mundo el 6 de abril del 2003 que el número de presos en Estados Unidos superó los 2 millones, al terminar junio del 2002, por primera vez en la historia Estados Unidos supera esa cifra. De manera que yo creo que hay ocupaciones mayores y temas de la propia realidad norteamericana que explicar, que deberían ocupar, realmente, al vice vocero del Departamento de Estado antes de evaluar las acciones que en legítima defensa nosotros hemos tenido que emplear.

Aquí hay un cable del señor Cason en Miami. El señor Cason, se ve, distribuye su tiempo entre La Habana y Miami. Estaba en Miami ayer. Cuando le preguntaron qué opinaba sobre las acusaciones de las autoridades cubanas sobre que él está dedicado a actividades conspirativas en Cuba, dice el cable de la Agencia Francesa de Prensa que dijo: «'¡Mentira!', se limitó a responder en castellano, Cason, cuando se le preguntó sobre eso.» El señor Cason debe saber la fábula de Pinocho, debe saber que «al que dice mentira le crece la nariz».

Dijo también... Muy interesante, dijo «que los arrestos y encausamientos fueron fríamente calculados para ser realizados mientras la atención del mundo está centrada en otra parte». No se sabe a qué se quiso referir con esta frase pudorosa de «en otra parte». Así que como «en otra parte», evidentemente no tuvo el valor de decir, «mientras está andando la guerra en Iraq», que es lo que él pensaba, pero sabía, y, por tanto, evitó decir, y dijo: «como está la atención mundial en otra parte», los cubanos han aprovechado eso.

Rechazo eso. Ya probé aquí que los arrestos y la decisión de aplicar la Ley se produjeron antes del comienzo de la guerra, antes de los actos de terrorismo contra los aviones y las embarcaciones cubanas. Quedó probado aquí ampliamente. Nuestro país ha resistido el bloqueo de la principal superpotencia mundial y no se ha doblegado, no tendría razones entonces para aceptar presiones de otro actor internacional.

Por otro lado, también ha habido declaraciones de la Unión Europea, que, por cierto, extrañamos, cuando cinco cubanos fueron condenados injustamente en juicios amañados en una corte de Miami; en ese momento la Unión Europea no expresó ninguna preocupación. Como no hemos visto a la Unión Europea expresar ninguna preocupación tampoco con esa contundencia sobre lo que ha estado ocurriendo en la Base Naval de Guantánamo. Como vimos que no fue capaz de mantenerse unida y expresar una posición contraria a una guerra a todas luces violatoria del derecho internacional desatada contra Iraq.

Recordamos bien, recordamos bien que en su momento la Unión Europea llegó, con Estados Unidos, a un Entendimiento sobre la aplicación de la Ley Helms-Burton, que es lo que ahora nosotros estamos combatiendo y enfrentando en Cuba, un texto, realmente, bochornoso. Y sabemos bien que la Unión Europea no ha tenido capacidad para proyectar una posición independiente hacia Cuba, y eso explica su tibia reacción contra el bloqueo hacia Cuba; explica su alineamiento con la posición norteamericana contra Cuba en Ginebra; explica el hecho de que no han sido capaces de formular una posición europea sobre Cuba, que defienda el derecho internacional, que defienda el derecho de nuestro pueblo a la independencia, a la soberanía, que no ha reclamado respeto para Cuba, país descendiente también de europeos. Esa es la realidad. Por tanto, sobre eso no puedo menos que manifestar asombro.

Me asombra que la Unión Europea, precisamente en este momento, se ocupe de Cuba y no dé una lección al mundo de ética y de estatura moral y se oponga a la violación del derecho internacional. La Unión Europea no ha dicho una palabra de los más 2.000 presos en cárceles norteamericanas, de los cuales no se ha publicado ni el nombre. Entonces, tenemos nuestras razones para tener reservas sobre la declaración de la Unión Europea.

Se ha hablado de que esto podría complicar el ingreso de Cuba al Convenio de Cotonú y que ahora, bueno, la Unión Europea tendría que reevaluar... algunos en la Unión Europea, porque nosotros no la medimos en bloque; bueno, la Unión Europea no puede ser tomada como un bloque, como sabemos, no es un bloque, existen tendencias diferentes, facciones, y existen determinados países cuyo norte está situado en otro lugar y no en el de la construcción europea.

Se ha hablado y se ha especulado de que, bueno, «esto pone en peligro el ingreso de Cuba al Convenio de Cotonú y que esto nos hará entonces mantener la Posición Común». Sobre eso debo recordar que ya una vez Cuba retiró su solicitud del Convenio de Cotonú, y que si tuviera que hacerlo otra vez, lo haría. A nuestro país no se le puede chantajear ni presionar. Nuestro país ha resistido el bloqueo de la principal superpotencia mundial y no se ha doblegado, no tendría razones entonces para aceptar presiones de otro actor internacional.

Recuerdo, además, que Cuba no pidió el acceso al Convenio de Cotonú pensando en la ayuda ni en el dinero europeo, lo hizo a solicitud de los países caribeños, que nos pedían ingresar al grupo de países Africa, Caribe y Pacífico, pensando en el apoyo que nos han dado en todo este tiempo los países africanos, asiáticos, del Caribe, que son miembros del convenio; hemos tenido una posición solidaria hacia ellos y hemos correspondiendo a su interés, ya que nos hicieron observadores, y por eso solicitamos nuestro ingreso. Pero nadie piense que se puede con eso hacer perder el sueño aquí a nadie, ni que nosotros vivimos muriéndonos pensando todos los días y averiguando, antes de saber cómo está el estado del tiempo, qué opinan allí sobre nosotros ni mucho menos.

Así que desde ahora se lo podemos asegurar, con total equilibrio, sin exaltarnos, pero dejando clara nuestra posición de firmeza. Si otros no defienden su soberanía nosotros sí, y nos ha costado muy cara, sabemos su precio y no estamos dispuestos a renunciar a ella.

Sé también que ha habido declaraciones de la Ministra de Relaciones Exteriores de España, por ejemplo. Ya ella había hecho unas declaraciones el 20 de febrero, en Madrid, había hablado públicamente... [se interrumpe la megafonía] ...esto debe ser una acción de la SINA. [risas.]

Bueno, yo decía que el 20 de febrero se habían publicado unas declaraciones extrañas de la Ministra sobre Cuba. Se refería a «las profundas diferencias que mantenía con Cuba» y a «la falta de voluntad de las autoridades cubanas de avanzar en la democratización del régimen y el respeto a los derechos humanos.»

Yo pienso que si hay otro gobierno en el mundo que no debería hablar de democracia ese es el gobierno español, que ha estado apoyando una guerra a la cual se ha opuesto el 91% de los españoles. Casi todos los españoles se han opuesto a la guerra, que fueron los que eligieron al gobierno; se supone que el gobierno debería actuar según lo que piensan los gobernados, que es lo que nosotros hacemos, y por eso no se nos ha podido derrotar con bloqueos ni agresiones.

Me parece que debo responder a la Ministra expresándole nuestras condolencias por la muerte ayer en Bagdad de dos periodistas españoles, hecho que lamentamos y le hacemos llegar nuestras condolencias a ella, al gobierno español y al pueblo de España, por la muerte de estos dos periodistas en una guerra que el gobierno español ha apoyado incondicionalmente.

Bueno, dudé si referirme a las declaraciones de la ministra de Educación, Cultura y Deportes de España, señora Pilar del Castillo. Dijo que «la mayoría de los intelectuales cubanos están en la cárcel», dijo eso. Deja ver si tengo cuándo lo dijo, fue el 6 de abril. Dijo que «habíamos aprovechado la guerra para dar una vuelta de tuerca contra los intelectuales». No tengo noticias de que la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba se haya quejado de «una vuelta de tuerca» aquí, todo lo contrario, y que «personas vinculadas al mundo de la cultura». A la Ministra hay que informarle que hemos actuado contra personas vinculadas a la Sección de Intereses y a los servicios especiales de Estados Unidos y no a la cultura.

Bueno, ha tenido una reacción histérica que muestra una ignorancia total sobre lo que ocurre en Cuba. No sé, la Ministra de Cultura española, de pronto ha salido a los medios y ha hecho una declaración de altos decibeles sobre Cuba. No se sabe las razones para esto. No sé tampoco si la Ministra sabe la batalla que los cubanos hemos tenido que dar durante más de un siglo por nuestra independencia y por nuestros derechos humanos, después de las conversaciones de las conversaciones de París, en las que España entregó a Cuba a los Estados Unidos, no sé si sabe de eso; en fin, no sé. Solo sé que he visto esas declaraciones tan raras.

Por último, comento aquí la declaración emitida por el Director General de la UNESCO, el señor Koichiro Matsuura, que dice que «la información que hemos recibido respecto a las detenciones es alarmante», dice. No sé por qué se ha alarmado de manera especial en el caso de Cuba el señor Matsuura, porque nadie lo ha visto alarmarse ni de los presos en Guantánamo, ni de los presos en Estados Unidos, ni de los excesos de la guerra en Iraq, ni de la muerte de niños, ni de personas civiles, ni nadie lo ha visto alarmarse y decretar que hay una agresión y una violación del derecho internacional, nadie lo ha visto hacer eso; no se sabe por qué, de pronto, se ha alarmado de Cuba, de manera especial, dice que ha sido informado, sus asesores le han explicado ahí.

Dice que «la promoción de la libre circulación de ideas por medio de la palabra y de la imagen forma parte de la Constitución de la UNESCO». Lo sabemos bien nosotros, que hemos defendido el ejercicio de esos derechos para más de 100 pueblos del Tercer Mundo que pertenecen a la UNESCO, a los cuales se les intenta imponer un nuevo modelo de cultura, borrando el derecho a disfrutar de sus culturas autóctonas. Así que nosotros hemos dado esa batalla mucho antes de que el señor Matsuura llegara allí, realmente, al puesto de Director General, y me parece que, para hablar de la libre circulación de ideas, podría emplearse, por ejemplo, en reclamar sobre la cobertura tendenciosa que esta guerra ha tenido, por un grupo de medios de prensa internacionales. Ha sido un espectáculo bochornoso que ha movido a la protesta y a las preocupaciones a vastos sectores intelectuales y de opinión pública en todo el mundo, el señor Matsuura sobre eso no ha dicho una palabra.

Dice que «según la información que hemos recibido, los acusados no tienen derecho a una defensa legal correcta». No se sabe quién le ha dado información al señor, dice que es la que ha recibido. No sé si es la nueva representación norteamericana allí en la UNESCO, que ya ahora decidieron los norteamericanos regresar a la UNESCO y ya se notan los efectos de su presencia allí.

Dijo que «pedía con urgencia a las autoridades cubanas que respeten...» Nosotros pedimos al señor Matsuura con urgencia atenerse a su mandato, ocuparse de los más de 800 millones de personas en el mundo que no saben leer ni escribir y que forman parte esencial del contenido de la organización especializada de Naciones Unidas, de manera que también me extraña mucho esa declaración, aunque puedo imaginarme sus motivaciones y sus objetivos.

Bien, esto es lo que he querido, brevemente, informarles [risas], aunque me he sentido animado de ver que todos han mantenido un gran interés. De todas maneras, si existen preguntas estoy a su disposición.

Moderador –Si van a preguntar, les pido que utilicen los micrófonos, se identifiquen e identifiquen el medio de prensa al que pertenecen.

Sr. Medem (TVE) –Bueno, mi pregunta se refiere a la referencia que ha hecho a una carta de Carlos Alberto Montaner –si no recuerdo mal– dirigida a Osvaldo Alfonso, en la que mencionaba ciertas vinculaciones de determinado personal de alto nivel –he creído escuchar– español, en relación con el proyecto o la gestación del proyecto «Varela». Quería preguntarle si por parte del gobierno cubano hay, o en el transcurso de estos procesos se ha descubierto algún tipo de información que no sea pública, que explique un poco cuál ha sido la gestación del Proyecto «Varela» y si el Proyecto «Varela» queda incluido en esa definición de complicidad con las agresiones por parte de Estados Unidos contra la Revolución, el gobierno y el pueblo de Cuba.

Felipe Pérez –Sí, sí está incluido; sí, sí tenemos información y en el momento adecuado la daremos a conocer; y, no, no conozco más del tema de la carta. Creo que se le puede preguntar con amplitud al señor Carlos Alberto Montaner, que debe saber los nombres de los funcionarios a los cuales aludía en la carta que yo he leído. El Proyecto «Varela» forma parte de la estrategia de subversión contra Cuba, ha sido concebido, financiado y dirigido desde el exterior, con la participación activa de la Sección de Intereses norteamericana en La Habana; forma parte del mismo esquema de subversión, no tiene el menor asidero en las leyes cubanas, es una burda manipulación de la Constitución y las leyes de Cuba, y llegará el momento de hablar con amplitud sobre esto.

Vanesa Dausá (Sun Sentinel) –Ha habido rumores de que es posible que el gobierno cubano ofrezca exilio a algunas de las personas enjuiciadas la semana pasada, en vez de cumplir las condenas aquí en Cuba. ¿Usted pudiera desmentir eso o decirnos algo sobre eso?

Felipe Pérez –Que el gobierno cubano esté pensando en eso lo desmiento; además, en Cuba hay instituciones, tribunales que toman las decisiones, el gobierno no puede pasar por sobre decisiones de los tribunales, aquí hay un Estado de derecho, Vanesa.

Vanesa Dausá –También hemos oído las palabras del Presidente de que Cuba puede prescindir de la Sección de Intereses. ¿Existe la posibilidad real de cerrar esta Sección o la de ustedes en Washington?

Felipe Pérez –Bueno, sabemos que esa es la aspiración, el sueño dorado de los que sostienen el bloqueo y la política de agresiones contra Cuba; quizás es también el sueño del señor Cason, su regreso heroico expulsado de Cuba. Sabemos bien quiénes celebrarían y a quiénes les encantaría esa decisión; pero, en todo caso, cerrar la Sección de Intereses en La Habana y pedirle al señor Cason que abandone el país, es un derecho que nosotros nos reservamos.

Gerardo Arreola (La Jornada) –Ministro, el canciller mexicano Derbez también ha hecho comentarios sobre los juicios a los que usted se refiere y sobre el posible voto de México en la Comisión de Derechos Humanos. ¿Tiene usted alguna reacción?

Felipe Pérez –El canciller Derbez estaba con la ministra Ana Palacio, de España, en Madrid, y reportan las agencias de prensa que dijo: «Sin duda los actos recientes en ese país nos preocupan. El tema fue analizado por las dos delegaciones, seguro tendrá incidencia y será evaluado por el gobierno antes de la reunión de la Comisión de Derechos Humanos.» Pienso que el canciller Derbez, de una manera relativamente cuidadosa, aunque no oculta el hecho real de que se está refiriendo a los asuntos internos de otro país, ha tratado de explicar de alguna manera, por adelantado, lo que nosotros sabemos que será la segura posición de México al votar en la Comisión de Derechos Humanos, el próximo día 16 de abril, que será un voto a favor de la resolución contra Cuba. Nosotros sabemos que eso será así, porque comprendemos que el gobierno de México no tiene espacio para cosa distinta, y creemos que esta declaración un poco prepara el camino de lo que ya para nosotros es una «crónica de un voto anunciado».

Gerardo Arreola –Perdón, si puedo preguntarle, Ministro. ¿Cree que esto afectará las relaciones bilaterales?

Felipe Pérez –No me adelanto a evaluar eso. Tengo muchas cosas sobre las cuales opinar todavía. No me adelanto, no quiere decir que no vaya a opinar en algún momento; pero, por ahora he hablado bastante.

Fernando Rasgver (BBC) –Ministro, el día anterior al inicio de los juicios sacaron de las celdas de castigo a los cinco cubanos presos en Estados Unidos. ¿Tienen alguna relación estos encarcelamientos con la situación de estos cinco cubanos en Estados Unidos? ¿Sería posible en algún momento negociar?

Felipe Pérez –No nos ha pasado ni siquiera por la mente tal idea. En Cuba nadie ha pensado siquiera en la posibilidad de negociar los acusados y condenados en los tribunales cubanos en estos días por los cinco cubanos injustamente condenados en Estados Unidos. Nadie aquí ha pensado en eso. Recordemos que hay diferencias: Aquellos son inocentes, aquellos luchaban contra el terrorismo; aquellos fueron juzgados sin garantías del debido proceso, en un juicio amañado, que se convirtió en un circo dominado por los grupos de extrema derecha cubanos; a aquellos les fueron denegadas garantías elementales, como acceder a sus abogados. Recordemos que aquellos esperaron el juicio, tras 17 meses de encarcelamiento, en celdas de castigo, en las cuales no pudieron preparar su defensa. Recordemos que fueron nuevamente encarcelados para impedir que participaran en la preparación de los abogados para la apelación en la Corte de Atlanta. Hay diferencias profundas en las motivaciones, la calidad moral y las circunstancias de los delitos imputados aquí y los supuestos delitos allá y de las condiciones de sus juicios; pero, en todo caso, no existe la menor idea de hacer algo de esa naturaleza.

Moderador –¿Alguna pregunta? No veo más preguntas. Ministro, muchas gracias por su intervención.

Felipe Pérez –Les agradecemos a todos su presencia aquí. [aplausos.]

§

La justicia según la fuerza

Enrique Ubieta Gómez
(La Habana)

Estados Unidos no es una potencia enemiga de los cubanos. No hay malevolencia en sus actos. Nada personal, dirían los hombres de negocio. La ética es un rezago de la modernidad. Los daños que Estados Unidos produce debido a su corpulencia de niño grande, son colaterales. En 1898 intervino y ocupó Cuba para asegurar su libertad. Y algunos intereses materiales, lo cual está bien. Como ahora en Irak, o en tantos otros países. Los que auspician el bloqueo económico estadounidense a Cuba, saben que es más importante asegurar la libre realización de esos intereses, que el bienestar de los cubanos. La libertad del más fuerte es un valor occidental insoslayable. Por eso a veces estos «defensores» de los derechos humanos mezclan las consignas. En Miami desfilaron a favor del bloqueo a Cuba y en apoyo a la invasión de Irak. Ejecutan o aplauden los actos terroristas contra países incómodos o rebeldes. El más fuerte puede ejercer el terrorismo a discreción o declarar guerras preventivas, hablar de la democracia representativa y organizar fraudes presidenciales o golpes de estado contra gobiernos democráticamente elegidos. Pero está claro: Estados Unidos quiere arreglar el mundo. Quiere arreglarlo según los intereses de la libertad. Es decir, todos somos libres, pero se trata de que prevalezcan (así debe ser) los intereses del más libre, que es por supuesto el más fuerte.

Estados Unidos tiene derecho a defenderse. A tener armas de destrucción masiva, químicas y biológicas, y a usarlas. Los estados más débiles, aún aquellos en peligro de ser invadidos, deben destruir sus armas. Estados Unidos se siente amenazado. Comprendo ese sentimiento. He nacido y vivido toda mi vida en un país amenazado. Puede legislar leyes de excepción. La Ley Patriótica de Estados Unidos, por ejemplo, permite arrestar, juzgar y condenar al acusado a prisión o a ser ejecutado sin las tradicionales garantías civiles. Más de mil personas han sido arrestadas por ese procedimiento desde el pasado 11 de septiembre. Nada o muy poco se sabe de ellas. No se han formulado cargos. Se ha denunciado la tortura física. Cuba no puede adoptar leyes que garanticen su seguridad. La Ley de Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba viola la libertad que deben tener los agresores para actuar impunemente. Estados Unidos esgrimió durante la llamada guerra fría la real o supuesta colaboración con una potencia extranjera para encauzar a sus ciudadanos. En ocasiones llevó a la silla eléctrica a inocentes, como los esposos Rosenberg. Desde entonces, desde siempre, mantiene a un ejército de espías en todo el mundo para sostener o derrocar gobiernos, y lo proclama abiertamente. Pero los cinco héroes cubanos que se infiltraron en organizaciones terroristas para impedir sus actos en suelo patrio, han sido condenados a largas o perpetuas condenas por la justicia estadounidense.

Cuba no debe encausar a los ciudadanos de su país que reciben dinero, computadoras, propaganda subversiva, y aliento para delinquir de una potencia extranjera. Los arrestos provocan la indignación del Gobierno agresor. Los conspicuos intelectuales de derecha saben distinguir. Los de izquierda, con frecuencia no. Bien organizados aquellos, claman por la inmediata liberación de esos asalariados. Supongo que entre tantas denuncias justas que se agolpan sin solución en este mundo injusto, algunos habrán asumido el alegato sin premeditación y con inexcusable ligereza. Pero me alarma, como cubano, la existencia de cubanos capaces de organizar una cruzada internacional de respaldo a la potencia que declara su intención agresora. La existencia de un proyecto cultural supuestamente cubano que incita, alienta, promueve la condena a Cuba, su incorporación al ridículo eje del mal, en momentos históricos en los que cualquier pretexto es suficiente para desencadenar una invasión, revela hasta donde conducen los sinuosos caminos del odio. El principal promotor dice con cinismo, en referencia a los firmantes: «'Va a ser difícil para el gobierno cubano repetir ahora que se trata de figuras manipuladas por el imperialismo norteamericano.». Espuria victoria. Me abstengo de juzgar la limpieza de intenciones de cada uno de ellos. La historia juzgará los hechos. ¿Aplaudirán alguna vez la invasión de Cuba, como han hecho con Irak, quienes hoy la acusan de organizar su defensa?

§

Tres fusilados en Cuba

Heinz Dieterich Steffan
(México)

El fusilamiento de Lorenzo Copello Castillo, Bárbaro Sevilla García y Jorge Luis Martínez Isaad, «los tres principales, más activos y brutales jefes de los secuestradores» de una lancha cubana, el viernes 11 de abril, 2003, ha desplazado momentáneamente la agresión estadounidense en Irak de las primeras planas periodísticas latinoamericanas y desatado una intensa discusión entre amigos y enemigos de la revolución.

Las ejecuciones plantean tres dimensiones diferentes de discusión: la ética, la legal y la pragmática. La primera se refiere a la legitimidad o justificabilidad de la pena de muerte. Yo personalmente, es decir, como científico materialista y humanista, estoy en contra de la pena capital, en cualquier circunstancia y por cualquier entidad, sea en tiempos de guerra o de paz; sea por un Estado laico, un ente teocrático, un sujeto social o un individuo.

Esta posición se basa en tres argumentos. En el aspecto moral considero que ningún ente en el mundo tiene la autoridad para quitarle la vida a otra persona aunque haya cometido crímenes graves. El legítimo derecho de la comunidad de protegerse del abuso del poder, no confiere, a mi juicio, la facultad de matar a otros seres humanos.

El segundo argumento es de realpolitik. Ninguna investigación criminológica ha podido demostrar que la pena de muerte evite determinados tipos de crímenes violentos o que reduzca la tasa de criminalidad. No hay evidencia científica para sostener la tesis de que la pena de muerte impide determinados crímenes. No hay correlación estadística positiva entre ambos fenómenos.

Las razones que explican esa falta de correlación son obvias. Muchos crímenes violentos son crímenes emotivos, que no se realizan sobre un frío cálculo de costo-beneficio del delito. Y aquellos crímenes violentos, que son planificados racionalmente, parten del supuesto de los delincuentes de que escaparán a la justicia. Este supuesto, que es la base de todos los crímenes «racionales», anula el efecto disuasivo de la pena de muerte.

El tercer argumento consiste en que toda justicia humana es falible y que, por lo tanto, aún las mejores intenciones y procedimientos de justicia no pueden excluir la ejecución de inocentes. La irreversibilidad de la pena capital hace imposible la corrección de esos errores, tal como vemos actualmente en la liberación de muchos condenados, por los nuevos métodos de análisis de ADN.

La decisión ética sobre la pena capital, la tiene que tomar cada persona por si misma, porque uno es sólo responsable de sus propios actos. Hay, por supuesto, perfiles nacionales muy diferentes sobre este problema, según las idiosincrasias culturales de cada lugar. Mis discusiones con mis amigos cubanos me han enseñado que muchos ciudadanos de este país consideran la pena de muerte legítima.

La dimensión legal de las ejecuciones es más fácil de discutir que la moral, porque se reduce a la pregunta de que si el procedimiento del juicio sumario utilizado en este caso, está amparado en la legislación del país. Se complica, sin embargo, cuando se introduce la relación entre el derecho nacional y el internacional en el debate, dado que lleva directamente a la discusión de la soberanía nacional frente al Estado global, en tiempos de la intervención militar de Estados Unidos en Irak.

La tercera dimensión del problema es la pragmática, es decir, la interrogante acerca de que si los tres fusilamientos le benefician o perjudican a la revolución cubana. Y en esta discusión hay que tomar en cuenta tres aspectos metodológicos que son fundamentales para la calidad del juicio al que tal discusión conduce.

El primer aspecto metodológico se refiere al status lógico de todo juicio, acerca de lo conveniente o inconveniente del procedimiento usado por las autoridades cubanas. Todo enunciado que afirma la conveniencia de las ejecuciones para la causa cubana, al igual que todo enunciado que sostiene que son contraproductivas, es hipotético, porque se refiere a un escenario empírico del futuro. En este sentido, ninguno de los dos tiene, a priori, la razón. Sólo en el futuro se verá lo acertado o lo equivocado de la medida.

El segundo aspecto metodológico atañe a la base de información que tienen las autoridades cubanas sobre esos secuestros, cual parte de una conspiración estadounidense para preparar condiciones de intervención militar en la isla. El lector común no dispone de esta información. Y recordamos, que la calidad de un diagnóstico depende tanto de los procedimientos y de la capacidad de análisis del sujeto investigador, como de la cantidad y calidad de los datos disponibles. La gravedad de la conspiración y sus tiempos de implementación no son de nuestro dominio de conocimiento, pero probablemente sí del de las autoridades cubanas.

El tercer factor metodológico se refiere a la calidad del analista. Y, en este aspecto, no hay duda. Fidel Castro es uno de los mejores analistas estratégicos del mundo, con una gran inteligencia, una enorme capacidad de síntesis de lo esencial, una amplia cultura general, una aguda comprensión del vector tiempo, una extraordinaria experiencia de vida, una asombrosa capacidad para hacer alianzas y una voluminosa base de datos.

Todos estos factores garantizan que la decisión de las ejecuciones, que es una decisión de rupturas, no de alianzas, fue tomada en pleno conocimiento del costo político que iba a tener en la opinión pública mundial.

Entre otros: a) la condena de Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU); b) una violenta campaña propagandística del imperialismo estadounidense para distraer de sus crímenes en Irak, secundada por el imperialismo europeo y sus gobiernos lacayos latinoamericanos; y, c) un bonus propagandístico para Washington, en su preparación psicológica de una intervención militar en Cuba.

Este costo político de los fusilamientos para el gobierno cubano es muy alto. La pregunta es, ¿por qué Fidel estuvo dispuesto a pagarlo? La respuesta sumaria es clara: el no haberlo hecho, hubiera significado un costo político mayor. ¿Y cual hubiera sido? Enfrentarse en condiciones más desfavorables aún para Cuba, a la conspiración del imperio.

En el momento del secuestro, el microdrama del crimen ya estaba indisolublemente vinculado a los preparativos propagandísticos de la agresión militar estadounidense contra Cuba. De hecho, no importa si los secuestradores tenían conciencia del papel que estaban jugando en la política mundial o si involuntariamente habían entrado en una trama mayor fuera de su control y competencia, al modo de la tragedia griega; objetivamente se habían convertido en lo que los militares estadounidenses llaman, una «base avanzada de operaciones» de los preparativos bélicos de Washington contra Cuba.

Las declaraciones de altos funcionarios estadounidenses, incluyendo a su embajador en la República Dominicana y el hermano del presidente, el gobernador de La Florida, Jeb Bush, en el sentido de que después del «éxito» en Irak, Washington debe acabar con el «régimen cubano»; la reducción drástica de las visas para cubanos que quieren emigrar y la política provocadora del jefe de la Sección de Intereses de Washington en La Habana, James Cason, habían llevado a la conclusión en La Habana que Washington había iniciado la construcción de la logística para la intervención bélica. En una palabra, que la agresión había comenzado ya.

El fusilamiento de los secuestradores, al igual que la anterior detención y las drásticas condenas contra la quinta columna de «periodistas independientes» en Cuba, tenían, por lo tanto, un claro fin: arrebatarle al enemigo la iniciativa estratégica y pelear la guerra en los términos de Cuba, no los del agresor.

Si la invasión a Irak era un claro «mensaje para Cuba», como dice Washington, Fidel le envió un mensaje no menos claro a los neofascistas en la Casa Blanca y en La Florida: Ustedes han declarado la guerra y los primeros de sus soldados han caído. Si siguen la guerra de agresión, sus tropas de intervención pagarán un alto precio en vidas humanas. Párenla, antes de que sea demasiado tarde.

Si esta estrategia puede detener los planes de los neofascistas, no se sabe. Pero, en toda guerra, tanto la social como la convencional, los contendientes procuran que los muertos los ponga el otro lado. Porque, esta es la apocalíptica esencia de la victoria en una guerra.

Ojalá, que el establishment estadounidense entienda que en Cuba se enfrenta a uno de los mayores estrategas militares de la historia y no a un inepto burócrata con ínfulas de estratega militar, como en Irak.

Ojalá, que sepan descifrar el trágico mensaje de los fusilamientos, para que no haya más derramamiento de sangre.

§

¿Ahora, a por Cuba?

Mariano Hormigón
(Zaragoza)

Algunos medios políticos y de comunicación han iniciado una campaña contra Cuba. Se lanzan insultos al carismático Fidel Castro –dirigente al que han intentado matar más de 600 veces– por las ejecuciones practicadas de acuerdo con sus leyes, igual que hace EE.UU.

Es curioso que esos políticos y plumíferos no digan una palabra del recrudecimiento del terrorismo en la Isla (secuestros de aviones y de barcos, sabotajes y atentados contra propiedades públicas e instalaciones turísticas...).

Es curioso que se exija a Cuba que ponga en libertad a los bandidos que hacen, se solidarizan, difunden y amparan ese tipo de acciones contra un régimen que la inmensa mayoría de los cubanos quieren tener.

Es curioso que un país como Cuba, que tiene un sistema mucho más democrático que el americano o el español, sea insultado porque aplica sus leyes.

Y es curioso que esos políticos y plumíferos no digan una palabra de 600 prisioneros que en la base americana de Guantánamo están enjaulados, sin proceso, sin juicio y sin razón.

Es curioso, aunque conocido. Y la razón es que los bandidos –de allá y de aquí– están a sueldo del mismo patrón.

§

Irak, Cuba y las «lecciones» de Bush

Miguel Ángel Ferrari
(Argentina)

Que el gobierno de la República de Cuba, haya ratificado las condenas a la pena capital de tres terroristas que pretendieron desviar una lancha hacia los Estados Unidos, precisamente un mes antes de la realización de la tradicional votación sobre el respeto a los derechos humanos en la Isla, que todos los años se realiza en Ginebra, Suiza, en la comisión de las Naciones Unidas que entiende en este tema; y que –al mismo tiempo– haya apurado los juicios de donde surgieron severas penas hacia los llamados «disidentes», podría ser interpretada de dos formas: una grave impericia del gobierno de La Habana o la percepción por parte de este del recrudecimiento de la campaña intervencionista de Washington en detrimento de la soberanía nacional cubana.

Si advertimos que el emperador del mundo, George W. Bush, una vez ocupado Irak comienza a dirigir su mirada hacia Siria, esgrimiendo los mismos falaces argumentos sobre la existencia de armas de destrucción masiva, con los que prefabricó las excusas para devastar Irak, matar salvajemente a su población civil, ocuparlo para abrir el cauce a los negocios de los amigos del Pentágono y «estabilizarlo económicamente» con la pronta presencia del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial; comprenderemos que la actitud del gobierno presidido por Fidel Castro no se halla incursa –como la historia de este proceso revolucionario lo hace suponer– en una actitud de impericia o torpeza.

Si a ello le agregamos que el embajador estadounidense en la República Dominicana, Hans Hertell, manifestó abiertamente que la intervención en Irak «va a mandar una señal muy positiva y es muy bueno el ejemplo para Cuba», al tiempo que agregó que las acciones en el país árabe eran solo el comienzo de «una cruzada libertadora que abarcaría a todos los países del mundo, incluido Cuba», advertiremos que se está en presencia de un evidente peligro intervencionista, que significaría un salto cualitativo respecto de las infinitas acciones llevadas a cabo por Washington durante estos últimos cuarenta y cuatro años, que ha tenido al ilegal bloqueo como eje central.

Si, además, tenemos presente que hay más de una decena de funcionarios de alto rango en el gobierno de Bush, de origen cubano y con antecedentes terroristas o que brindaron protección a terroristas, como es el caso del ex subsecretario para asuntos hemisféricos, ahora –sin confirmación parlamentaria– asesor gubernamental, Otto Juan Reich, nos resultará más fácil entender la especial atención que esta administración norteamericana está centrando en la República de Cuba.

Es evidente que esta política represiva en Cuba no es del agrado de nadie. No lo es para el pueblo de Cuba, ni para el propio gobierno de la Isla. No lo es para quienes luchamos por ampliar las condiciones democráticas en cada uno de nuestros países. No lo es para todos aquellos que nos oponemos a la aplicación de la pena de muerte. No lo es para quienes hemos condenado una y mil veces a uno de sus principales defensores, el presidente Bush, quien carga sobre sus espaldas centenares de ejecuciones en su estado de Texas.

Pero también es necesario decir que el gobierno de los Estados Unidos y todos aquellos que en estos momentos –desde una postura reaccionaria– se rasgan las vestiduras, acusando a Cuba por estas durísimas sentencias, no tienen autoridad moral para realizar tales acusaciones. Quienes han respaldado el genocidio realizado por la dictadura argentina y las dictaduras latinoamericanas, todas ellas respaldadas por Washington, donde las muertes estaban precedidas de desapariciones, porque lo poco que quedaba de sus conciencias les impedía hacerlo a la luz pública, no pueden abrir la boca frente a esta situación.

También es necesario decir –como lo hicimos en Hipótesis el 2 de marzo del año pasado– que «desde la caída de la dictadura de Batista nunca se produjeron asesinatos políticos de opositores a la Revolución cubana, torturas o desapariciones de ciudadanos, como una forma de represión. Muy lejos está la sociedad cubana de aceptar prácticas aberrantes como esas». Resulta curioso comparar lo inadmisible que resultaría una represión de esa naturaleza en Cuba y lo «normal» que resulta en los demás países de Latinoamérica, aún en democracia.

¿Se imaginan la repercusión mundial del asesinato de dos «disidentes» cubanos en un «puente Pueyrredón»{1} de la Ciudad de La Habana? ¿Se imaginan 30.000 desapariciones sin castigo en Cuba? ¿Al gobierno de Fidel Castro indultando a genocidas, como lo hizo en nuestro país el ex presidente Menem?

En consecuencia, los Menem; los neoliberales que invitan a dar conferencias sobre economía al ex ministro de la dictadura genocida chilena, Hernán Büchi; los Brinzoni{2} que despiden con honores póstumos al asesino Galtieri{3}; no pueden abrir la boca para referirse a Cuba sin quedar expuestos a la condena pública por su cinismo.

Solo quienes, compartiendo o no los principios y la práctica de la Revolución cubana, han tenido una transparente actitud democrática, totalmente desvinculada de infinitas experiencias totalitarias, fascistas o mafiosas, disponen de autoridad moral para coincidir o discrepar con las condenas impuestas en Cuba a quienes han practicado el terrorismo o están supuesta o realmente incursos en actos de sedición.

Desde lo más recóndito de la historia, la humanidad estuvo signada por la puja entre los que se beneficiaron del trabajo ajeno y los que aportaban su trabajo. Aún en los tiempos de paz la violencia estuvo siempre presente. Se trataba y se trata de aceptar la injusticia o de rebelarse en su contra. Si se acepta la injusticia, la violencia es tácita, las consecuencias se pueden medir en enfermedades sociales, en desnutrición, en condiciones de vida infrahumanas. Cuando la injusticia no es aceptada, la violencia es explícita: tortura, represión, muerte.

La Revolución cubana, por primera vez en América enfrentó con éxito la injusticia que encierra el usufructo de trabajo ajeno y toda sus consecuencias. Esta situación no pudo ser aceptada por el poder imperial y por las clases dominantes de nuestros países, especialmente por lo que ello significaba para los pueblos de todo el continente. De lo que se trataba era de eliminar el «mal ejemplo». En la época en que todavía los poderosos actuaban con hipocresía, estos no creían conveniente reivindicar la explotación de los trabajadores como uno de los principales valores de su estilo de vida. Fue por entonces –y hasta hace muy poco tiempo– que esgrimían las banderas de la democracia representativa para acusar al modelo cubano de totalitario. Ahora, con el estandarte del cinismo puro y simple, el cinismo propio del nazifascismo, amenazan con los misiles Crucero y con las bombas «inteligentes» para amedrentar a un pueblo digno, como el cubano, para hacer abortar una experiencia, con todas sus virtudes y con todos sus defectos, que ha demostrado a América Latina y al mundo que no es necesario apelar al darwinismo social del neoliberalismo para que una sociedad funcione, como nos pretendieron hacer creer todos los gobiernos militares o civiles en la Argentina, desde Martínez de Hoy para acá.

El crimen de Irak, la burda parodia de democracia que ensayarán una vez que hayan limpiado de sangre los escombros de Bagdad, de Basora, de Mosul, podrá darles a los gobernantes de los Estados Unidos y –todavía– a una porción importante de sus ciudadanos que los apoyan, la autoridad basada en el terror, respaldada por una tecnología para la muerte que no alcanzamos a imaginar. Pero para ganar la paz, no para imponerla al estilo de la Pax Romana, es imprescindible actuar, por lo menos, con los valores universales alcanzados por la humanidad. Y, estos valores implican la aceptación del derecho como única forma de convivencia civilizada, tanto a niveles nacionales como internacionales; el reconocimiento de que solo la justicia puede sostener una paz duradera; el profundo respeto por la soberanía nacional de cada uno de los países, que en Occidente tiene precedentes desde la finalización de la guerra de los Treinta Años, en 1648; el respeto a los tratados y acuerdos internacionales y –muy especialmente– la democratización de la Organización de las Naciones Unidas, que vendría a ser algo así como su resurrección, luego de ser asesinada por los gobiernos de Washington y Londres.

Sin amenazas, sin asedio militar, sin terrorismo financiado desde Miami, sin bloqueo económico al margen del derecho internacional, habrá autoridad para juzgar a Cuba por sus reales o supuestas violaciones a los derechos humanos. En tanto que la imposición a Cuba de una lógica de guerra, es el peor camino para defender estos inalienables derechos.

Frente al colonialismo español, nuestro Fray Luis Beltrán dirigió la fabricación de las espadas más filosas de América del sur, que no estaban destinadas –precisamente– a los museos. Supongo que un buen cristiano, no se lo imaginará a nuestro héroe de la independencia en el infierno, por ser el responsable de tales artesanías.

Notas

{1} El puente «Pueyrredón» une la ciudad de Buenos Aires con la provincia Buenos Aires. Allí, el 26 de junio de 2002, en medio de una feroz represión policial, de gendarmería y de prefectura marítima contra los piqueteros, fueron asesinados por las fuerzas represivas los jóvenes manifestantes Darío Santillán y Maximiliano Kostecki.

{2} General de División Ricardo Brinzoni, actual Comandante en Jefe del Ejército Argentino.

{3} Leopoldo Fotunato Galtieri, militar, dictador argentino, condenado por numerosos crímenes e indultado por el presidente Carlos S. Menem. Fallecido en enero de este año.

 

El Catoblepas
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