Nódulo materialistaSeparata de la revista El Catoblepas • ISSN 1579-3974
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El Catoblepas
  El Catoblepasnúmero 7 • septiembre 2002 • página 24
Diablo hispano

Centroamérica y las estrategias imperiales

Eliseo Rabadán

Reflexiones en torno a las acusaciones de un antropólogo norteamericano a la india guatemalteca Rigoberta Menchú, Nobel de la Paz en 1992, año del Quinto Centenario del Descubrimiento de América

Introducción{1}

Para hacer un análisis crítico de la situación de Guatemala durante la época histórica a la que se refiere el libro de David Stoll hay que precisar algunos hechos que el propio Stoll no menciona o si lo hace, nos parece insuficiente la información que aporta. Si leemos con atención algo sobre la Historia de Guatemala en el siglo XX, nos daremos cuenta de que las luchas indígenas son algo mucho más complejo que una mera movilización interesada y manipulada por parte de movimientos guerrilleros.

Vamos a tomar algunos datos sobre ello del libro América latina: Historia de medio siglo.{2} Citemos literalmente un fragmento del ensayo de Edelberto Torres, para que los lectores vayan tomando conciencia del papel que los EE.UU. han venido jugando en las llamadas repúblicas bananeras de Centroamérica:

«La elección de Ubico [el 14 de febrero de 1931; general, el último de los militares liberales] fue el resultado plausible de la política exterior norteamericana. Por aquellas fechas, el artífice de la intervención imperialista en Nicaragua, Stimson, reconocía que '...hasta hoy, Centroamérica ha comprendido que ningún régimen que no tenga nuestro reconocimiento puede mantenerse en el poder y... aquellos que no reconozcamos caerán'. No se sabe bien si Ubico devino un dictador como producto de la crisis económica, o por un objetivo previamente establecido por las necesidades geopolíticas del imperialismo. Ubico recibió el reconocimiento diplomático tres veces consecutivas y sólo cayó, catorce años después, bajo los golpes de una extendida insurrección popular.»

Se vivía en Centroamérica una serie de tensiones internas que agravó con la crisis económica derivada de la Gran Depresión del 29. Todavía el eco de la Revolución Mexicana se escuchaba en estas tierras y las luchas del general Sandino que combatía desde Las Segovias en Nicaragua contra la intervención de los marinos yankis avivaron el nacionalismo en Centroamérica. De la dictadura medieval de Ubico, como algunos la han denominado, se llegó a la rebelión popular de 1944. Los indígenas eran obligados a trabajo forzoso en las grandes fincas cafetaleras de los terratenientes o a trabajar en la construcción de caminos, mediante una Ley llamada Ley contra la vagancia. El largo periodo dictatorial sirvió para acumular 11 y medio millones de dólares que sirvieron para que el dictador saldara la deuda centenaria con Inglaterra, pago que hizo efectivo unas horas antes de su renuncia forzada por el pueblo guatemalteco. Ese ahorro se logró a costa del hambre de los millones de campesinos pobres. El periodo que va desde la caída de Ubico en 1944 hasta el derrocamiento de Arbenz en 1954 supone cambios importantes en la situación social guatemalteca que inciden en las relaciones de clase. Como explica Edelberto Torres:

«Cualquier análisis retrospectivo sobre la experiencia política de este período tiene que contabilizar el tremendo atraso cultural de la sociedad guatemalteca. No nos referimos con ello al indicador más visible, el porcentaje de analfabetos, porque atrás de la estadística hay una realidad aún más pavorosa de miseria material, hambre física y degradación biológica de una ancha mayoría de la población indígena. Cuando la explotación económica se realiza en este contexto es también sometimiento político total, ausencia de derechos cívicos y de posibilidades objetivas de ejercitarlos, casi una situación prepolítica cuya inercia marca adversamente el destino del intento democratizador.»

En las primeras elecciones limpias celebradas en Guatemala, tras la renuncia de Ubico, el presidente electo en su discurso del 15 de marzo de 1945, el profesor y pedagogo Juan José Arévalo, se proponía la defensa de los trabajadores, campesinos, ancianos, niños. Estas eran algunas de las ideas de Arévalo:{3}

«El Gobierno de Guatemala padecía de ciertos prejuicios de orden social. Los obreros, los campesinos, los humildes eran vistos con desconfianza, quizás hasta con desprecio . Los mismos capitalistas, los finqueros, los jefes, se veían inhibidos para hacer algo a favor de los necesitados, porque cualquier intento de legislación o de protección era mal visto por el gobierno. Había una fundamental falta de simpatía por los trabajadores, y el menor reclamo de justicia era eludido y castigado, como si se tratara de aplastar el brote de una epidemia. Vamos ahora a instaurar el período de simpatía por el hombre que trabaja en los campos, en los talleres, en los cuarteles, en el comercio. Vamos a equiparar al hombre con el hombre. Vamos a despojarnos del miedo culpable a las ideas generosas. Vamos a agregar la justicia y la felicidad al orden, porque de nada nos sirve el orden a base de injusticias y de humillaciones.»

Hemos querido extendernos en esta introducción para mostrar cómo los problemas sociales y políticos de Guatemala no son producto de la casualidad o brotan de la nada. Queremos mostrar cómo la intervención de los Estados Unidos son parte de los problemas que han asolado a esta y otras repúblicas iberoamericanas desde la Independencia. Quizá sea interesante para ver cómo la guerrilla guatemalteca no es la causa de los males de los indígenas, como se podría pensar al leer el libro de Stoll.

Es imprescindible, a mi juicio, que se destaque el proceso que llevó al derrocamiento de Arbenz y el papel de la CIA y por supuesto del Gobierno de los EE.UU. en el mismo, porque las consecuencias de esa intervención fueron causa implícita evidente de los problemas que enfrenta Guatemala desde 1950. Y no sólo Guatemala, sino todos los Estados centroamericanos, como es bien sabido. No podemos aceptar que en nombre de la cientificidad de la Antropología, se pretenda dejar a un lado la Historia. Como si los hechos, los materiales con que trabaja el antropólogo, pudieran estudiarse científicamente al margen de las relaciones políticas de esos mismos actores del campo antropológico.

En junio de 1954 se logra la renuncia de Arbenz, en lo que se conoce como el guatemalazo, gestado mediante un mecanismo similar a otros en la región y hoy día conocido el papel de la CIA en el mismo. Una banda de mercenarios con sus cuarteles en Honduras invadía Guatemala bajo las órdenes del coronel Carlos Castillo Armas. Uno de los mayores pecados de este presidente fue la expropiación de 495.843 hectáreas de tierra ociosa, entre las que se incluyeron poco más de 150.000 hectáreas de la United Fruit Company. En el proceso de socavamiento de Arbenz no deja de intervenir la jerarquía católica, que estimuló la eficaz campaña anticomunista que lograba confundir a amplios sectores de la opinión pública, campaña en la que coopera con las fuerzas de la derecha. El embajador norteamericano jugó un papel crucial, con la ayuda financiera de fondos de la CIA que compraron lealtades de altos cargos militares. No cesó en su empeño el embajador yanki Perifoy hasta que logró que Castillo Armas encabezara el triunvirato militar que sustituiría a Arbenz.

El proceso histórico que siguió al derrocamiento de Arbenz ha sido un continuo enfrentamiento por el poder entre facciones militares. La primera guerrilla surge de un grupo de unos 20 oficiales jóvenes que se unieron al descontento general contra el dictador Ydígoras, de dicho grupo surgió el MR-13, Movimiento Revolucionario 13 de noviembre. El movimiento guerrillero fracasó por la falta de un programa político organizado, según explica detalladamente Edelberto Torres, y lo que ocurre tras el nuevo golpe militar contra la posible celebración de elecciones libres que el mismo Ydígoras quiso pero los militares no aceptaron, y la dictadura que va desde 1963 hasta 1966 fue que hubo un ascenso en la lucha popular, pero a partir de la dictadura que impuso un estado de sitio de veinte meses durante los mil días (marzo de 1963-marzo de 1966) que duró, en palabras de E. Torres «la represión fue más sistemática como parte de un operativo de contrainsurgencia, planeada por el estado mayor norteamericano y ejecutada por el guatemalteco».

En este ambiente de luchas políticas las guerrillas se hacen procastristas y el PGT (Partido Guatemalteco del Trabajo) resulta ser el único partido capaz de resistir la represión, aunque sin lograr rescatar su influencia en las masas. El periodo entre 1966-1970 supone un cambio en la estrategia política, implantada desde fuera, pues se quita el poder al militar Peralta Azurdia y se le hace entregarlo al ex decano de la Escuela de Leyes, el abogado Julio César Méndez. En estos años se aplica eficazmente el experimento Guatemala, de contrainsurgencia y éste se corresponde con una guerrilla cuya actividad se desarrolla con mayor intensidad, pero hay que recordar que entre 1964 y 1970 fueron asesinados más de diez mil guatemaltecos, en un auténtico genocidio, del que muy recientemente se está tratando de hacer el balance y las solicitudes de justicia y responsabilidades de los causantes del mismo. En este contexto, creo, debiera empezar a verse el papel de Rigoberta Menchú y lo que ella representa como símbolo de las comunidades indígenas pobres. Otra cosa es, como veremos, el asunto de las mentiras que Stoll desenmascara en el libro citado.

Nos queda un detalle interesante que mencionar, antes de continuar con esta apretada introducción histórica. Cuando el presidente Jacobo Arbenz expropió algunas de las tierras de la United Fruit Co., se hizo una gran campaña anticomunista en los EE.UU. contra ese gobierno y el de su antecesor Arévalo. Lo interesante y no es mera anécdota de la Historia es que John Foster Dulles era entonces secretario de Estado de los EE.UU. y además accionista y abogado de la empresa a la que se expropiaron terrenos (no todos, sino los ociosos, que la United mantenía como reserva). Desde su evidentemente influyente posición política presionó a la OEA para que se condenara la política agraria del presidente de Guatemala. En cuanto a su hermano Allen Dulles, ex presidente de la propia compañía y director de la CIA, fue quien organizó la invasión a Guatemala lanzada desde Honduras en 1954. Cuando se logró el objetivo de derrocar a Arbenz, la compañía recupero inmediatamente sus tierras y también cambió de nombre para llamarse United Brands. Uno puede encontrar sin demasiado esfuerzo similitudes interesantes con lo que sucediera en el Chile de Allende y el papel de la CIA y del entonces secretario de Estado Kissinger y el apoyo de las dos compañías yankis, ITT y Anaconda. Por cierto, una anécdota más, la ITT pasó a denominarse después del golpe de Pinochet, ATT. Debe ser una simple cuestión de imagen, me refiero a lo del cambio de nombre, aunque no debemos ser tan mal pensados como para creer que se trata de cuestión surgida de hechos políticos.

La cuestión en que nos interesa detenernos es en la siguiente: de las cuatro elecciones, 1970, 1974, 1978 y 1982, todas fueron fraudulentas y favorecieron al estamento militar. Y es en este ambiente en el que se desarrollan los movimientos guerrilleros guatemaltecos. En 1962 las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), en 1975 el EGP (Ejército Guerrillero de los Pobres) y en 1979 la ORPA (Organización del Pueblo en Armas). En 1982 surge la URNG (Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca) compuesta por las tres anteriores y el PGT (Partido Guatemalteco de los Trabajadores).

En marzo de 1982 llega al poder, tras elecciones fraudulentas y la correspondiente asonada militar el general Efraín González Montt. La agresiva dictadura este ex católico, hermano de un obispo guatemalteco, convertido a la secta del Verbo Divino, logró en el año y medio en que tuvo el poder, el récord genocida en Guatemala, provocando 15 mil asesinatos, 70 mil refugiados en México y centenares de poblaciones rurales devastadas por el ejército, además de obligar a huir a las montañas a cerca de 500 mil guatemaltecos. Su agresividad fue tal que la propia CIA intervino en agosto de 1983 para colocar en su lugar a otro militar, mientras se preparaban nuevamente elecciones que llevaran a esta República a la democracia. Hasta 1996 no se logra un acuerdo entre el gobierno guatemalteco y la URNG para firmar unos acuerdos que logran terminar con la larga guerra civil en Guatemala.{4}

No podemos olvidar que Centroamérica entera forma una biocenosis{5} en la que Honduras es convertida de república bananera en enclave militar yanki, Nicaragua es objetivo prioritario de la política de roll-back (recuperación de lo que se ha perdido) durante la llamada guerra de baja intensidad. La complicada situación que se le presenta al gobierno imperial de EE.UU. con la firma de los tratados sobre la salida de la zona del Canal de Panamá, &c.

La polémica que suscita el libro de David Stoll. La cuestión de las guerrillas y el papel del ejército guatemalteco. El contexto político de la Guerra Fría y la estrategia de EE.UU. en Centroamérica

El libro de David Stoll fue publicado en inglés en los EE.UU. en 1998 y el influyente diario New York Times le daba amplio espacio a través de una reseña que habría de tener un eco importante tanto, en los EE.UU. como en Iberoamérica . El artículo se publicaba a fines de 1998 y todo el año 1999 estuvo animado por debates sobre las afirmaciones de Stoll acerca de las graves mentiras que el libro de Elizabeth Burgos sobre Menchú contenía.{6} En la polémica, vista desde The New York Review of Books, vemos cómo se ha producido un interesante enfrentamiento directo entre Stoll y algunos lectores de su libro. (Ver http://www.nybooks.com/articles/353).

En Iberoamérica encontramos una respuesta del célebre Eduardo Galeano; el artículo de Galeano{7} merece la pena de ser leído porque contiene algunas de las ideas que queremos exponer en este artículo, y porque nos parece que expresa el modo de pensar que tiene mucha gente en Iberoamérica al respecto de lo que ha sucedido en Guatemala. Una de las críticas que plantea Galeano al libro de Stoll y a la enorme difusión que el NYT hace del mismo insiste en la falta de información sobre la actuación de los militares en el contexto de la guerra civil guatemalteca, por ejemplo. Citando al escritor Dante Liano, comenta Galeano que Stoll no ha consultado los archivos de los militares guatemaltecos. Se pregunta Dante Liano: En su libro invoca [Stoll] testigos y archivos. ¿Qué archivos hay sobre la guerra reciente? ¿Le abrió sus archivos el ejército? Y reflexiona sobre estas preguntas Galeano sugiriendo estas referencias: Hace poco tiempo, el diputado Barrios Klee intentó consultar esos archivos, y apareció con un tiro en la cabeza. El obispo Juan Gerardi, que también lo había intentado, terminó con el cráneo partido a golpes de piedra.

El influyente medio de televisión y noticias internacionales CNN, parte del grupo mediático que incluye a AOL y Time Warner{8}, ofrece un debate abierto a los internautas en la página oficial, desde su sección book news (noticias sobre libros) bajo el atractivo titular Writer challenges story of hardship that led to a Nobel prize (un escritor cuestiona la historia de infortunio que dio lugar a un premio Nobel). El reportaje citado de CNN hace referencia al artículo de NYT (New York Times) pero se explicita que ha sido enviado por la agencia alemana Reuters. Se trata de un artículo donde toda la razón se le da sin mayores análisis a Stoll. En este sentido, parece que merece la pena prestar atención al analista Noam Chomsky cuando habla de un modelo de propaganda gestado para ayudar a mantener el control social dentro de los EE.UU. y fuera, mediante la compleja maquinaria que incluye no sólo medios de comunicación sino universidades y la elaboración de lo que se conoce como opinión pública, mediante lo que sería una especie de ministerio de la verdad al estilo del que Orwell imaginara en su novela 1984. Este ministerio de la verdad trata de adaptar los hechos históricos a los intereses de quienes dirigen la política y sus aliados, utilizando permanentemente el doble lenguaje y la demagogia organizada sistemáticamente.{9}

En España la revista Lateral publicó un artículo de Stoll y otro de Elizabeth Burgos (ver http://www.lateral-ed.es/revista/ultimo/stoll.html). La autora del libro sobre Rigoberta explica su posición sobre la polémica y da algunos interesantes detalles acerca la relación que ha mantenido con la premio Nobel de la paz. Stoll explica su versión sobre la relación entre los quichés y los ixiles con lo que llama la violencia revolucionaria . Según el antropólogo la figura de Rigoberta debe ser estudiada desde dos niveles: un nivel mítico y un nivel factual. En este artículo de Lateral, nos ha parecido encontrar en las palabras de Stoll una crítica implícita a los informes que preparan las llamadas comisiones de la verdad, tanto de la ONU como de la Iglesia católica en Guatemala. Stoll se preocupaba en ese artículo de que los que elaboran estos informes deberían escuchar no sólo a uno u otro de los bandos de la guerra civil, sino también a los campesinos que no estaban ni en los movimientos guerrilleros ni en el ejército. A este respecto, algunos de los que han participado en este debate comentan que un problema en estas investigaciones sobre los genocidios es que los muertos ya no están ahí para hablar y dar la versión de lo sucedido.

He encontrado otras tres referencias sobre el libro de Stoll que tienen interés para apreciar el grado de los enfrentamientos producidos. La de Sam Pawlett, un artículo de 5 folios en que critica a Stoll y lo llama directamente Liar (mentiroso), puede leerse en http://csf.colorado.edu/pen-1/aug99/msg03132.html Según Pawlett, Stoll argumenta en su libro que las sectas han triunfado donde la izquierda fracasó. Por otra parte, sus críticas a Stoll plantean que sus ataques no están relacionados con Rigoberta Menchú, sino que el objetivo de las mismas es la izquierda guatemalteca. Lo que persigue es minar la lucha de clases. Pretende también el libro del antropólogo y académico Stoll ayudar a escapar a la izquierda del guevarismo. No está de acuerdo el crítico Sam Pawlett con la tesis de Stoll según la cual se da una versión falsa de la guerrilla guatemalteca. Esta falsa versión busca precisamente atacar la guerrilla por haber dejado que se impusieran en su estrategia la ideología de Marx y Lenin, que sería una de las causas de su fracaso y alejamiento de los campesinos a los que pretendía ayudar. Pawlett tampoco cree que la afirmación de Stoll de que antes de la revolución había en el campo guatemalteco una situación pacífica en la que no existía lucha de clases. En todo caso, lo que existía no era esa lucha sino una situación provocada por la opresión que engendraba la etnicidad: ladinos blancos contra indígenas. Por cierto y dicho sea de paso, esta etnicidad conflictiva sería un producto de la época colonial española, con lo cual las raíces del conflicto estarán en la Leyenda Negra que, como es bien sabido, es una creación anglosajona y francesa .

Otra tesis central del libro de Stoll es que el guerrillismo es un modelo muy peligroso y condenado al fracaso ya antes de los años 80. Además, es dirigido por ladinos y nunca se pone a indígenas al frente del mismo. Una de las cosas importantes que no menciona Stoll es que el general Ríos Montt siguió utilizando, precisamente cuando Rigoberta Menchú se entrevistaba en París con Elizabeth Burgos, los escuadrones de la muerte y asesinatos políticos extra judiciales. Sobre Ríos Montt hablaremos con algún detalle más adelante. Es bastante factible que Rigoberta no diera datos de personas con exactitud para evitar posibles asesinatos a gente que estaba en Guatemala bajo la persecución de este asesino. Una de las interesantes aportaciones de esta reseña crítica de Sam Pawlett, nos parece, consiste en mostrar que el método utilizado por Stoll para desacreditar a las guerrillas, y que según afirma, no es nada novedoso, pues se puede encontrar en toda la literatura contra insurgente, es dividir, establecer una dicotomía: campesinos/guerrillas y reducir así, la lucha de clases a lucha armada. La tesis que Sam Pawlett defiende, frente a la propuesta de Stoll, es que lucha de clases y lucha armada están vinculadas.

Otro error que señala Pawlett en la obra de Stoll lo encuentra en el hecho de que el antropólogo data la primera aparición del EGP (Ejército Guerrillero de los Pobres) en El Quiché en abril de 1979. Utilizando datos del libro Garrison Guatemala, de G. Black, N. Chinchela y M. Jamail, se advierte que oficialmente El Quiché estaba en estado de sitio desde 1976. El programa estratégico de aldeas del ejército estaba ya en marcha desde 1966. Huehuetenango estaba ocupado por los militares cuando los sindicatos locales fueron a la huelga en la mina de Tum. En mayo de 1978 fueron masacrados más de 100 indios Kekchi por el ejército en Panzos en una protesta por derechos sobre la tierra. No vamos a seguir dando más datos de los que aporta este crítico de Stoll, pero sí podemos pensar que la tesis de que los guerrilleros son los que provocaron las desgracias de los indígenas es al menos dudosa. Además nos parece excesivo que un ejército reaccione tan brutalmente como lo hizo en Uspantán por la muerte de dos ladinos a manos de los indígenas. Para terminar, respecto de las críticas de Stoll acerca de la incapacidad de las guerrillas para ofrecer una alternativa en el ámbito de la economía política, le sugiere que lea el libro de su mentor en la Universidad de Princeton, Timoty Wickham-Crowley titulado Guerrillas and Revolution in Latin America (Princeton U.P., 1992), en el cual encontramos estos datos:

«Los porcentajes de pobres propietarios de tierra y de sin tierra entre el campesinado son casi seguramente responsables de los niveles per capita que están cayendo de consumo de alimentos entre ese campesinado...utilizando el referente mínimo de 2, 236 calorías por día de las Naciones Unidas, el 45% de la población de Guatemala estaba por debajo del nivel de subsistencia en 1965, una proporción que ha aumentado ampliamente en el periodo en consideración: al 70 % por debajo del mínimo en 1975 a 80 % en 1980.»

Claro que el apoyo a los guerrilleros les llevó a mayores niveles de explotación, pero por parte de los terratenientes y el ejército, aquí es donde puede encontrarse alguna otra explicación para la violencia contra los campesinos.

La revista Z Magazine ofrece otra de las reseñas interesantes, a mi juicio, del libro Rigoberta Menchú y la historia de todos los guatemaltecos pobres.

Y para terminar las referencias a reseñas sobre el libro y entrar a el análisis crítico que vamos a proponer, haremos referencia a un artículo especial que le dedica a Stoll y su libro la revista norteamericana NACLA, especializada en temas de Iberoamérica . El número de marzo/abril de 1999 publica una entrevista a Menchú: Truth-Telling and Memory in Postwar Guatemala (Relatar la verdad en la Guatemala de posguerra) y otra a Stoll: David Stoll on Rigoberta, Guerrillas and Academics (David Stoll acerca de Rigoberta, las Guerrillas y los Académicos). También contiene un artículo publicado en la sección Documentos titulado Findings of the UN Comision for Historial Clarification (Hallazgos de la Comisión de Naciones Unidas para la Clarificación Histórica).

Acerca del modo de acuar del ejército de Guatemala en el conflicto a lo largo de los años 1966 hasta 1995 se pude utilizar material de los archivos de seguridad nacional de los EE.UU. desclasificados, en los que hay informes secretos de la CIA, la DIA o el Departamento de Estado, los llamados documentos top secret o classified (alto secreto o censurado), emitidos por determinadas fuentes o muchos de ellos por los correspondientes embajadores de EE.UU. en Guatemala u otros países de Centroamérica. Por su alguien opina que podemos estar obsesionados con la participación de EE.UU. en estos países, considero de interés hacer referencia a uno de estos resúmenes a los que se puede tener por internet.

En el documento 46 de fecha 1 de febrero de 1995, mensaje secreto de la DIA (la Agencia de Inteligencia de Defensa de EE.UU.), que es una «reseña sobre el coronel Julio Roberto Alpírez» leemos lo siguiente, que por su interés copio en su totalidad:

«Una fuente discute si el Coronel Julio Roberto Alpírez fue responsable de la tortura y ejecución del guerrillero Efraín Bámaca Velásquez. La fuente asegura que el Coronel Alpírez era totalmente capaz de llevar a cabo estas acciones, pero que él probablemente habría delegado la responsabilidad final de eliminar a Bámaca a un oficial de bajo rango o a un especialista de su confianza. La fuente también cree que el ejército no va a entregar a uno de los suyos a fin de reducir la presión internacional sobre el caso, y agrega que cualquiera que desee dar información al respecto tendría mucho que perder si el coronel abre la boca. Alpírez fue un agente a sueldo de la CIA hasta 1995, cuando el ex congresista Robert Toricelli reveló su papel en el encubrimiento del asesinato del estadounidense Michael De Vine en 1990, y la tortura y muerte de Bámaca en 1992.»

El triunfo de los sandinistas en Nicaragua en 1979 supone una preocupación seria para los intereses de los EE.UU. en Centroamérica. La represión que renace con la mayor violencia en la Guatemala de Ríos Montt poco después y ya dentro de la batalla orquestada contra el modelo político sandinista no parecen ser asuntos disociables, si analizamos los fenómenos desde la estrategia de un Estado imperial como es EE.UU. Además, es curioso el hecho de que coinciden, en tanto personajes clave de la Historia, el presidente Reagan y el nuevo líder del Estado Vaticano. El anticomunismo puede ser considerado el vínculo que puede unir estratégicamente a ambos. Y Nicaragua es un peligrosísimo núcleo del Reino del Mal. El Informe de Santa Fe I (de 1980) se refería (propuesta nº 3) al movimiento llamado Teología de la Liberación como uno de los objetivos de la política exterior de EE.UU., «para lo que debe empezarse a contrarrestar (no a actuar en contra de) la teología de la liberación tal como ésta es utilizada en América latina por los clérigos de la teología de la liberación.»

La estrategia del Papa Juan Pablo II contra la teología de la liberación fue muy efectiva, ya que consiguió a través, especialmente, del Cardenal Ratzinger, neutralizar el movimiento a lo largo de la década de los 80. El modo en que los EE.UU. llevaron a cabo su estrategia es más interesante, a mi juicio, porque logró colocar a un presidente y nada menos que hermano de un arzobispo guatemalteco en el poder. Se trata del asesino Ríos Montt, que hoy en día es nada menos que diputado en Guatemala. De Ríos Montt hay asuntos interesantes que merecen la pena ser considerados y de su relación con las sectas e iglesias protestantes tradicionales, que han sido la principal arma de EE.UU. para atacar, no sólo a la teología de la liberación sino a la propia Iglesia Católica. Tal como nos sugiere Chomsky en su libro La quinta libertad,{10} sugerimos a David Stoll que se entreviste alguno de los miles de guatemaltecos que buscaron refugio en México. Por cierto, algunas entrevistas a que hace referencia Chomsky, fueron realizadas a antropólogos jesuitas.

Centroamérica en el Nuevo Orden Mundial

Las transformaciones de los antiguos movimientos guerrilleros han sido analizados con detalle por analistas como James Petras. La edición mexicana del mensual francés Le Monde Diplomatique publicaba en un artículo del sociólogo y economista Petras analizando tanto el papel del que Stoll llama guevarismo como sus errores y las posteriores transformaciones de las luchas revolucionarias en Iberoamérica.{11}

Tras el derrumbe del sistema comunista al desaparecer la URSS, los EE.UU. se han visto obligados a buscar nuevas coartadas para seguir ejerciendo el control político y económico de los países Iberoamericanos. Un coartada que les ha venido funcionando muy bien es la de la llamada narco guerrilla. La lucha contra el tráfico, producción y consumo de droga es aducida por EE.UU. siempre que se trata de justificar sus intervenciones en la política interna de países como México, Colombia, Bolivia, Perú, &c.

El interesante libro Democracias bajo el fuego. (Drogas y poder en América Latina){12} nos será de utilidad para tratar de ver un panorama de cuál es el horizonte político de Iberoamérica en el siglo que comienza. Aunque fue publicado antes del 11 de septiembre de 2001, ello no impide que las líneas maestras de los análisis allí escritos nos sea como he dicho, de cierta utilidad. Nos centraremos en la situación de Guatemala. El Departamento de Estado de EE.UU. ha emitido un informe publicado en marzo de 1998 en el cual se comenta que Centroamérica es una importante zona de tránsito de droga hacia los EE.UU. y Guatemala uno de los más importantes por el hecho de tener acceso a los dos océanos . Como señala Mario Maldonado en su artículo "Centroamérica: guerra después de la guerra": Guatemala se perfila como puente preferido para el narcotráfico, lo que se suma a los demás elementos que configuran una situación de inestabilidad social, que tiene como trasfondo la remilitarización del país.{13}

Acerca de las sectas, leemos un interesante artículo firmado por Laura E. Asturias, publicado en la revista Tertulia de Guatemala en agosto del 2002 bajo el título Guerreros de Cristo.{14} La autora relata su experiencia como asistente a una ceremonia de líderes evangélicos en Guatemala, y no es de extrañar su temor al escuchar a uno de los jóvenes participantes lo siguiente: ¡vamos a ser los kaibiles de Cristooooooooo! Esa reunión se celebraba tras un retiro espiritual donde los jóvenes habían recibido un cursillo para predicar su mensaje divino. Los kaibilies son un grupo de elite de las fuerzas militares que son célebres por su crueldad delirante en todas las matanzas en que intervinieron.

El panorama no se presenta demasiado favorable para una transición a la democracia en Guatemala. En junio de este año 2002 la organización clandestina guatemalteca de ultraderecha autodenominada Guatemaltecos de Verdad amenazaba a 10 activistas de los derechos humanos en Guatemala. Y el propio presidente del país reconocía que existen grupos ultras en el interior de las fuerzas militares y policiales que se mueven sin control. Los asesores de Bush hijo para dar los últimos retoques a su supersecretaría antiterrorista para lidiar contra las fuerzas del mal son gente experta y muy capaz, sin duda. Entre ellos se encuentran –nos dice el analista político Carlos Fazio en el diario La Jornada– el conocido John D. Negroponte, actual embajador de EE.UU. en la ONU y Otto Reich.

Notas

{1} El presente artículo ha sido motivado en parte por la aparición en la red (preparada por nódulo materialista y disponible en la web http://nodulo.org), de la primera edición en lengua española del libro del antropólogo norteamericano David Stoll, que lleva el título Rigoberta Menchú y la historia de todos los guatemaltecos pobres. La revista El Catoblepas aporta en el número seis un artículo y reseña de Gustavo Bueno Sánchez («De la leyenda negra a la leyenda indígena») cuyo interés resulta muy actual, al relacionar los problemas planteados por Stoll con la canonización del indio mexicano Juan Diego por el Papa Juan Pablo II en julio de este año 2002 y la figura de la Virgen de Guadalupe como el más efectivo freno a las sectas yankis. Otro comentario sobre el libro de David Stoll en ese número de El Catoblepas, escrito por Francisco Díaz de Otazu («Rigoberta Menchú: el fraude antihispano»), resulta de interés par una reflexión acerca de la lucha entre el catolicismo hasta ahora dominante en Guatemala y Centroamérica y en toda Iberoamérica y el creciente influjo social de las llamadas sectas.

{2} Pablo González Casanova (coordinador), América Latina: Historia de medio siglo. Vol. 2: Centroamérica, México y El Caribe, Siglo XXI, 7ª ed., México 1993. Utilizamos expresamente el capítulo titulado «Guatemala: medio siglo de Historia política. Un ensayo de interpretación sociológica», de Edelberto Torres Rivas

{3} Estas referencias las hemos tomado del libro de Gregorio Selser titulado Cronología de las intervenciones extranjeras en América latina, Tomo III, 1999-1945, Coedición de la UNAM y la Universidad Obrera de México, México 2001.

{4} Para quien esté interesado en conocer más datos sobre el desarrollo histórico, podemos recomendar la Guía del Mundo 1997/98 editada por el Instituto del Tercer Mundo, edición de 1997, Montevideo: http://www.chasque.net

{5} Recomendamos la lectura de dos interesantes documentos, cuyo análisis crítico esta hecho por Gregorio Selser en las ediciones que siguen: Los Documentos de santa Fe I y II, Ed. Universidad Obrera de México, México 1990; y Informe Kissinger contra Centroamérica, El Día en libros, México 1984.

{6} La edición que hemos manejado es de Seix Barral (Barcelona 1992), a partir de la primera edición de 1983. El título Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia.

{7} Fue publicado también en el diario mexicano La Jornada del 16 de enero de 1999.

{8} Quien esté interesado en conocer más detalles críticos acerca de CNN, puede leer el libro de Edward S. Herman y Robert W. McChesney, Los medios globales (los nuevos misioneros del capitalismo corporativo), Cátedra, Madrid 1999.

{9} Cfr. N. Chomsky, Ilusiones necesarias (control del pensamiento en las sociedades democráticas), Libertarias/Prodhufi, Madrid 1992 y N. Chomsky y E.S.Herman, Los guardianes de la libertad (propaganda, desinformación y consenso en los medios de comunicación de masas), Crítica, Barcelona 1990.

{10} N. Chomsky, La quinta libertad (la intervención de los Estados Unidos en América Central y la lucha por la paz), Crítica, Barcelona 1999. En inglés bajo el título Turning the tide, Sound End Press, Boston 1985. A mi juicio, este libro es esencial para estudiar la reciente Historia de Centroamérica de un modo no servil.

{11} James Petras, «El Che Guevara y los movimientos revolucionarios actuales», en Le Monde Diplomatique.

{12} Martín Jelsma y Theo Roncken, coords., Democracias bajo el fuego, coedición de Transnational Institute, Eds. De Brecha y Acción Andina, Montevideo, Uruguay 1998.

{13} Cfr. el libro citado en nota 12.

{14} Se puede leer en la web de la revista La Insignia.

 

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