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El Catoblepas
  El Catoblepasnúmero 5 • julio 2002 • página 15
polémica

Como aludido explícita y directamente indice de la polémica

Carlos Fernández Liria

El autor, profesor titular de filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, responde al artículo publicado por Felipe Gimenéz sobre Gabriel Albiac

Han publicado ustedes un artículo de Felipe Giménez Pérez, «Las variaciones ideológicas de Gabriel Albiac», en el que se incluye una referencia a mi persona y, sobre todo, una carta de Toni Negri a Montserrat Galcerán que, en efecto, yo tuve en algún momento en mis manos. De lo que no tengo ni idea es de cómo ha llegado a las de ustedes o a las de Felipe Giménez Pérez. Esa carta es absolutamente personal y si, como afirma Felipe Giménez, «está circulando por todo Madrid», sólo puede deberse a que alguien la ha sustraído del correo electrónico de alguno de los pocos que, a mi entender, tenían noticia de ella. También puede ser que alguno de los cuatro amigos que hemos tenido conocimiento de la carta la haya filtrado a gente de la calaña moral del tal Felipe Giménez, al que, por cierto, ya conozco desde hace tiempo. En todo caso, todo esto da ya exactamente igual. Sea cual sea la razón de que esa carta «haya circulado» y el modo en que lo haya hecho, el problema es que son ustedes quienes la han publicado y que, en concreto, la iniciativa ha debido de surgir de Felipe Giménez.

Les ruego, simplemente, que publiquen también esta carta que les envío, con las siguientes consideraciones:

1. Me parece una canallada publicar una carta evidentemente personal, con el nombre del destinatario y la identidad y dirección postal del remitente, sin pedir autorización a los implicados. Confío en que tengan la vergüenza de suprimir o bien la carta de Negri o bien el artículo entero de Felipe Giménez (con lo que El Catoblepas, por cierto, saldría ganando). Pero ya entiendo que esto es cosa suya. Si quieren seguir colaborando con esta canallada, ya entiendo que no hay forma de impedírselo.

2. Ahora bien: si la carta está «circulando por todo Madrid», como afirma el artículo en cuestión, que quede muy claro que no es a modo de «argumento de autoridad», sino, simplemente, porque gente como Felipe Giménez, después de haberla sustraído por no se sabe qué medios, ha decidido hacerla circular, hasta el punto de llegar a publicarla. Es difícil saber lo que pretende Felipe Giménez con ello. A mí, personalmente, me habría parecido muy bien que Toni Negri diera públicamente su opinión sobre su tan insigne discípulo Albiac. La lástima es que no lo haya hecho y que se ha limitado a escribir esas líneas a una amiga sobre un amigo (o un ex-amigo). Precisamente por eso, ni a mí, ni (creo) a Monserrat Galcerán, se nos ha pasado por la cabeza hacer pública esa carta. Uno tiene sus principios. El caso es que hay gente que, al parecer, no los tiene. Lo que ha hecho Felipe Giménez es abyecto; pero no es muy grave, de todos modos. A Monserrat Galcerán y a mí nos va a obligar a pedir disculpas a Toni Negri, ya que nosotros éramos responsables de su confidencia. Lo haremos y ya está.

3. Pero, por curiosidad: ¿qué ha pretendido Felipe Giménez con esto? Parece un poco idiota escribir un artículo defendiendo a Albiac y acompañarlo de una carta en la que su gran maestro Toni Negri le llama reaccionario, chiflado y no sé cuántas cosas más. No sé quién habrá utilizado la carta de Negri como «argumento de autoridad». Yo desde luego no, entre otras cosas porque no creo que Negri sea ninguna autoridad. Los discípulos de Negri sí lo consideran, en cambio, muy a menudo, como un valioso pensador de izquierdas políticamente intachable y es verdad que muchos de ellos son admiradores de Gabriel Albiac. Ellos sabrán cómo arreglar este galimatías, pero, en lo que a mí se refiere, a no ser que bajara Spinoza de los cielos y dijera algo sensato, las autoridades en este asunto sobran. Lo que sí es cierto es que es un poco repugnante que un ser tan patético, ignorante y tan de extrema derecha como Albiac se pasee por ahí diciendo ser el hijo adoptivo de Althusser y el brazo derecho de Negri. Es un insulto a la memoria de Althusser y, con respecto a Negri, una usurpación, porque Negri será lo que sea, pero no cabe duda de que es un buen chaval y que nunca suscribiría las letanías de la COPE que tanto agradece Felipe Giménez.

4. Hay que resaltar que, con respecto al debate al que alude Felipe Giménez, publicado en la página rebelion.org, Albiac no ha abierto la boca. En ese debate hemos publicado con nombres y apellidos, como debe ser, algunos profesores de Universidad y de Enseñanza Media y bastantes alumnos y becarios de la Facultad de Filosofía. Se ha argumentado, y en ocasiones muy extensamente, por parte de gente que conoce muy bien la obra y la trayectoria política de Gabriel Albiac. Pero Albiac no ha contestado absolutamente nada y, según me cuentan, se ha limitado a lloriquear en la COPE pidiendo protección policial. Y, a saber cómo, ha conseguido dejar de dar clase (supongo que no de cobrar). Esa ha sido su argumentadísima respuesta a todo esto. Por lo que yo he visto, lo único que se ha hecho en la Facultad es colgar unos artículos en el tablón de anuncios, artículos que han sido sacados de la página rebelion.org ¿Tanto miedo le da a Gabriel Albiac que se argumente contra él? El caso es que, por aquí, no se le ha vuelto a ver el pelo. Hubo una persona, un tal Enrique Suárez, que mandó un libelo defendiendo a Gabriel: su artículo, pese a que cualquiera puede constatar que era francamente malo (dos faltas de ortografía en las dos primeras líneas es un verdadero récord), fue publicado en la página de rebelion.org y, después, colocado en el tablón de los alumnos. ¡Vaya! que, por aquí, los participantes en la polémica se han comportado de forma bien educada y honrada.

5. Ahora, por fin, hay otra persona que sale a la luz pública con una defensa de Albiac. Y lo hace con una abyecta canallada, publicando una carta personal. Pero no voy a insistir en esto. El artículo de Felipe Giménez habla por sí mismo. No tiene suerte Albiac con sus abogados defensores. En cuanto a la catadura moral de Felipe Giménez, sí me gustaría decirle, desde aquí, que hasta el momento le había creído simplemente un enfermo; ahora me doy cuenta de que, además, es un completo imbécil y una mala persona. ¡Qué le vamos a hacer!

Carlos Fernández Liria
[texto recibido el 26 de junio de 2002]

 

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